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Esta semana la noticia principal fue el sorpresivo anuncio por parte del Gobierno paraguayo de la desaparición del principal fondo que posibilita la investigación científica en Paraguay, el FONACIDE. Si se aprueba el proyecto de ley impulsado por el presidente Peña, los royaltíes recibidos de Itaipú pasarán a financiar un ambicioso plan nacional de almuerzo escolar y ya no programas como PROCIENCIA, BECAL o el arancel cero en universidades públicas.
¿Cuál es la fuente que reemplazará los millones de dólares que sostenían estos programas? ¿Recibirán los mismos montos? ¿Cuáles programas seguirán y cuáles serán recortados?
Con la opacidad e improvisación que caracterizan a este Gobierno, nada de esto fue comunicado, aunque sea para dar tranquilidad a los miles de investigadores, docentes y estudiantes que dependen de estos programas.
La Sociedad Científica del Paraguay, así como la Asobecal, publicaron comunicados de preocupación, y la ministra Lea Giménez tuvo que salir a calmar las aguas con la misteriosa afirmación de que los "programas exitosos" continuarán con recursos del Tesoro. ¿Cuáles? ¿Se recortarán otros sectores para tapar el agujero o cómo piensa el Gobierno generar más ingresos?
Que la ciencia sea financiada mediante el presupuesto general del Estado y no con royaltíes que tienen fecha de caducidad es un pedido largamente requerido por la comunidad científica, pero antes de que eso se materialice en la siempre conflictiva ley del presupuesto es un peligro innecesario recortar el único fondo que tiene hoy la ciencia en Paraguay. |