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Soy Daniel Duarte, editor general, y esta semana el tema destacado es la viruela símica. El pasado sábado 23 de julio la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una emergencia sanitaria global por esta enfermedad que se expande por el mundo. ¿Estamos en ciernes de una nueva pandemia?
Es aún apresurado decirlo, y hay razones para creer que no, como adelantaba nuestra editora científica y columnista Fabiola Román en una columna el mes pasado:
"El hecho de que no se transmita por aerosoles (o al menos que no exista evidencia al respecto), significa que es probable que una persona con viruela símica infecte a muchos menos contactos".
Además, a diferencia de cuando se expandió el SARS-CoV-2, existen vacunas que ofrecen una inmunidad a la enfermedad.
No obstante, la preocupación sigue por el rápido aumento de casos. Hay más de 19 mil confirmados en países donde la enfermedad no es endémica. En Argentina hay 18 casos confirmados, y en Brasil, 978, incluyendo un fallecido.
En Paraguay todavía no hay casos confirmados, pero es una cuestión de tiempo.
Actualmente, existe un debate de cómo encarar la campaña sobre la viruela símica y si es o no una enfermedad de transmisión sexual. La OMS pidió a los países que trabajen de cerca con "las comunidades de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres", pues esta es una de las poblaciones más expuestas ahora (esto puede cambiar).
El temor a la estigmatización hace que campañas en algunos países no mencionen a los grupos vulnerables, pero la realidad es, y comparto este análisis de Salud con Lupa, "el silencio solo deja espacio a la comunicación desinformada, y esta —paradójicamente— al estigma y discriminación".
En Paraguay, la organización SomosGay está elaborando una lista de espera para la vacuna. |