Un amigo mío solía decir que la astronomía es como un tobogán: una vez que te soltás, simplemente te deslizás por el conocimiento.
La ciencia de los astros es así. Te da un paseo por la gran mayoría de las disciplinas científicas y hace nacer en uno el deseo de saber y conocer más sobre nuestro universo.
Durante este pasado fin de semana, Ciencia del Sur organizó un curso-taller de astronomía auspiciado por la fundación Museo de Ciencias del Paraguay (MuCi) y apoyado por Astronomía Paraguay (AstroPy) y la Universidad Comunera (UCOM).
El evento fue el primero de este tipo realizado desde que se inició la pandemia, así que marcó el reencuentro con los chicos y los adolescentes. Hacía ya más de 2 años que no realizábamos charlas, y la verdad que se extrañaban.
La respuesta del público fue muy positiva, a tal punto que las plazas disponibles se agotaron inmediatamente y los organizadores tuvieron que lastimosamente cerrar las inscripciones. Unos 100 niños y niñas participaron del evento, sumando a ese número algunos padres y madres curiosos.
Ausencia de espacios para la curiosidad científica
Si bien es muy raro que a un niño no le guste la astronomía, es un gusto que con el tiempo se va diluyendo, pero están los incondicionales de la ciencia de los astros, aquellos que siempre llevarán la astronomía en su ser. Esos chicos, por lo general, no encuentran un sustento en el sistema escolar, y las escuelas y colegios no tienen mucho que ofrecerles en la rama de la ciencia que tanto les gusta.
Dicho de otra manera, estos chicos y chicas astrónomos aficionados no tienen un espacio donde compartir sus conocimientos o no tienen una persona que pueda guiarlos por el universo apasionante de la astronomía. Es más, muchas veces son vistos por sus educadores como una carga, ya que siempre están preguntando sobre temas que los docentes no manejan muy bien.
Los cursos de astronomía para chicos son exitosos por lo dicho más arriba. Es justo el espacio que ellos están buscando y es la gran oportunidad que tienen para mostrar lo que saben y para empaparse de los nuevos descubrimientos. Los chicos y chicas que quieren ser astrónomos no son pocos; estos están acompañados por futuros ingenieros aeroespaciales, astronautas, astrobiólogos, cosmólogos, etc.
Lastimosamente, en Paraguay no hay aún un futuro profesional para ellos, pero esto puede estar cambiando. La fundación MuCi está encaminando un proyecto inédito en nuestro país, la construcción de un planetario y de un observatorio astronómico. Al fin tendremos en Paraguay un sitio para estos chicos y chicas que son futuros científicos, un lugar donde puedan jugar y aprender sobre aquello que tanto les gusta.
El proyecto del MuCi probablemente englobará varias disciplinas científicas, pero sin ninguna duda hará énfasis en la astronomía, ya que es uno de los principales atractivos para los chicos y —por qué no decirlo— para los grandes también.
La importancia de contrarrestar la desinformación
Durante el curso se abordaron varios temas. Uno de ellos fue esa idea aberrante que los chicos pueden encontrar en internet y que dice que la Tierra es plana. Aparentemente, es una idea tonta, pero día a día va ganando adeptos y puede perjudicar enormemente la percepción que tienen los chicos de la ciencia.
Los “terraplanistas” predican que la ciencia es un engaño y que todos somos víctimas de dicho engaño, excepto, por supuesto, ellos.
Durante el curso se les mostró a los chicos cómo desmentir esta idea falsa del terraplanismo usando argumentos sencillos al alcance de todos.
Las charlas también incluyeron temas como la astrobiología, la búsqueda y caracterización de exoplanetas, las estrellas y galaxias, la conquista de Marte y una introducción a la astrofotografía.
Aprendizajes para todos
Muchas sorpresas nos llevamos durante el curso. Uno de los niños se sabía de memoria los nombres de los satélites que giran alrededor de los planetas del sistema solar. Otro pequeño se sabía a la perfección la velocidad promedio con que rota la Tierra alrededor del Sol y cómo esta velocidad varía según nos alejamos o acercamos al Sol.
También tuvimos momentos divertidos, como cuando los más chiquitos corearon una y otra vez la palabra “otra, otra, otra” para que repitamos el video que muestra la comparación de los tamaños entre planetas y estrellas.
Al hablar sobre la misión Kepler y explicarles que el telescopio cazaplanetas más exitoso miraba hacia la constelación de Lira, uno de los chicos sacó de su mochila la novela escrita por Carl Sagan llamada Contacto. En la novela una señal alienígena viene de la estrella Vega de la constelación de Lira. Deben ser pocos los profes que tienen un alumno de 14 años que está leyendo Contacto.
Algo destacable entre los más grandecitos es la atención y el respeto con que participaron en las charlas. Muchos de ellos tomaban notas o hacían dibujos de todo lo que se estaba exponiendo, y al final de las charlas se acercaban a corroborar lo que decían sus apuntes, sin duda una experiencia enriquecedora la que compartimos con ellos.
Gracias a Ciencia del Sur y a MuCi por organizar y hacer posible el evento, que esperamos que muy pronto se repita.
También fue un placer volver compartir con los profes Pedro Acosta y Rodrigo Ríos. Siempre se aprende mucho de ellos.
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Columnista de astronomía y cosmología de Ciencia del Sur. Es un reconocido analista de sistemas informáticos y divulgador astronómico paraguayo. Egresado de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción, fue miembro del Club de Astrofísica del Paraguay y fundador y secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica (CEDIA). Construyó en 2003 un telescopio newtoniano y dictó varias charlas y conferencias por el Año Internacional de la Astronomía. Fundó el Foro Paraguayo de Astronomía, AstroPy.
Estuve acompañando ami nieto de 8 años, con su telescopio, he visto el interés de los niños y jóvenes. Creo importante seguir con este tipo de actividad, este fin de semana le llevare a mi nieto a conocer el planetario de San COSME.