«En Paraguay nuestros intelectuales son olvidados», asegura el Dr. Galeano

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A propósito de la muerte de Ramiro Domínguez, el también escritor y profesor David Galeano Olivera, asegura que en el Paraguay los intelectuales son olvidados tanto por el Gobierno como por la ciudadanía, por lo que pocas personas conocen a los literatos, científicos o investigadores que tiene el país. Recientemente, la Casa del Escritor realizó un homenaje en la librería Fausto Cultural para recordar al poeta.

El escritor Ramiro Domínguez, Premio Nacional de Literatura 2009, nacido en Villarrica en 1930, falleció el pasado 31 de enero, en la capital paraguaya, luego de denuncias de no ser atendido en el Instituto de Previsión Social (IPS), el seguro social del país. Para Galeano, Domínguez fue un muy ilustrado compatriota que desarrolló sus actividades en los ámbitos de la literatura, el derecho, la educación, la antropología y la sociología, destacándose por su ética personal y profesional y por su gran erudición.

«El profesor Ramiro había estudiado en el Colegio San José y formó parte de la Academia Literaria dirigida por el legendario sacerdote César Alonso de las Heras. Domínguez perteneció a famosa generación del ’50 junto a destacadísimos intelectuales de la talla de José María Gómez Sanjurjo, José Luis Appleyard, Rubén Bareiro Saguier, Carlos Villagra Marsal y Ricardo Mazó», resaltó el catedrático de guaraní.

«Ramiro Domínguez era una enciclopedia abierta a todos. Por más grande que haya sido intelectualmente nunca fue soberbio, sino que siempre se mostró humilde y modesto. Fue un verdadero maestro», agregó el columnista de lengua guaraní de Ciencia del Sur.

«Lastimosamente, nuestros intelectuales son olvidados. Nuestros textos escolares recuerdan a los intelectuales extranjeros de varios países pero incluyen muy poco de los nuestros. No aparecen ni son estudiados, no se investigan vidas ni obras. La cuestión es sencilla, ¿quién puede querer lo que no conoce? Todavía impera un marcado colonialismo en nuestro país y eso se puede apreciar en los textos escolares. Nadie conoce a Andrés Barbero, Ortíz Guerrero, León Cadogan, Boggino, Félix de Guaranía, Pedro Moliniers, Martínez Gamba, Alfredo Seiferheld o a Ramiro Domínguez», manifestó.

Para Galeano Olivera, el Gobierno y particularmente la Secretaría de Cultura deberían incorporar en sus portales biografías y obras de los paraguayos consagrados en distintos ámbitos del conocimiento. «Hasta hoy, la escasa difusión de datos sobre los intelectuales paraguayos corre por cuenta de particulares e instituciones privadas. Es hora que las autoridades nacionales cumplan con ese otro rol tan importante cual es la difusión de los conocimientos que hacen a nuestra conciencia histórica y colectiva y darle la más amplia difusión entre los niños y jóvenes», puntualizó.

«Particularmente, celebro esta iniciativa de Ciencia del Sur de difundir y valorar la vida y la labor de quienes producen conocimiento en el Paraguay, en este caso, recordando y fortaleciendo la figura de Ramiro Domínguez y la de otros intelectuales paraguayos», dijo Galeano.

Multifacético y culto

Domínguez obtuvo el título de abogado en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y en el 2009 fue el merecido ganador del Premio Nacional de Literatura, el máximo galardón literario otorgado en el país sudamericano. Fue uno de los fundadores del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica y también del reconocido Gimnasio Paulino, de Villarrica.

«Fue decano en la Universidad Católica y docente de la misma, también enseñó en la UNA. Desde su creación y el día de su fallecimiento, fue coordinador de la Comisión Nacional de Bilingüismo. Escribió numerosos libros, destacándose entre ellos su obra ‘El valle y la loma’«, indicó Galeano.

Homenaje a Ramiro Domínguez, realizado por Escritor Róga (La casa del Escritor), días atrás. Mario Casartelli (izq.), David Galeano y otros artistas y escritores homenajearon al literato fallecido recientemente. (Gentileza)

Sus aportes fueron numerosos, según nuestro divulgador. «En el campo literario, por ejemplo, escribió varias obras en verso y prosa. Esa producción se halla compilada en su libro “Poesía completa”. Una de sus poesías titulada ‘Testamento‘ dedicada a su querida hija Sofía, muy difundida al momento de su fallecimiento, pinta profundamente la personalidad de Ramiro Domínguez», señaló Galeano.

Para el también presidente del Ateneo Guarani, Domínguez fue un profundo conocedor del “Paraguay adentro”, el de las campiñas, de las selvas, de los valles y esos conocimientos culturales logró plasmar en varias de sus obras como la ya mencionada “El valle y la loma” y varios artículos publicados en diversas revistas y diarios. También resaltó sus aportes en materia de comunicación en castellano y guaraní en el Paraguay, que son altamente valiosos y dejan al descubierto las características de ambos idiomas en la nación sudamericana.

«En materia educativa, su impronta quedó en la esencia de la denominada Reforma Educativa, iniciada en el año 1994, ya que fue miembro del Consejo Asesor de la Reforma y aportó muchísimo de su amplia y dilatada experiencia pedagógica», puntualizó Galeano.

«Ramiro Domínguez era una enciclopedia abierta a todos. Por más grande que haya sido intelectualmente nunca fue soberbio, sino que siempre se mostró humilde y modesto. fue un verdadero maestro»

Un karai Guasu

La expresión Karai Guasu (Gran señor, en guaraní) se ajusta perfectamente a la persona de Ramiro, según el profesor Galeano, ya que fue un maestro tranquilo, armonizador, sabio, honesto y con una gran capacidad para encarar cualquier acción que beneficie a los demás y -al decir de su hija, Sofía- un creyente convencido.

«Yo lo conocí hacia 1985, cuando participé de un seminario realizado por el Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica y de allí en más compartimos en varios congresos, seminarios y conferencias, entre ellos, los dos congresos nacionales de educación (diciembre de 1992 y julio de 1993) que fueron la base de la Reforma Educativa», dijo el guaraniólogo.

«Últimamente, junto a varios amigos e instituciones, nos tocó trabajar juntos. Él en la Comisión Nacional de Bilingüismo y mis compañeros y yo en el Ateneo de Lengua y Cultura Guarani. Trabajamos en la aprobación de la Ley de Lenguas que creó la Secretaría de Políticas Lingüísticas y la Academia de Lengua guaraní. Es más, nuestro Ateneo propuso el nombre de Ramiro Domínguez para Ministro de Políticas Lingüísticas, cargo que finalmente ocupó su amigo Carlos Villagra Marsal», sostuvo.

Con respecto al guaraní, Domínguez fue un intelectual convencido del valor pedagógico, cultural, social y político del guaraní. «Siempre abogó por su enseñanza en todos los niveles de la educación tomando en cuenta el alto porcentaje de guaraní hablantes en nuestro país», indicó.

En el libro Proceso de la Literatura Paraguaya, de Victorio Suárez, Ramiro afirmó que la literatura paraguaya y la latinoamericana debían enfocarse más en la literatura indígena y popular. «Lo dijo con conocimiento de causa ya que prácticamente todas las producciones de los clásicos del guaraní (Natalicio de María Talavera, Narciso R. Colmán, Francisco Martín Barrios, Juan Manuel Ávalos, Manuel Ortíz Guerrero, Emiliano R. Fernández, Félix Fernández, Gumersindo Ayala Aquino, Darío Gómez Serrato) tienen su origen en el Paraguay profundo, en las campiñas, porque ellos en su mayoría, fueron de extracción campesina y popular», sostuvo Galeano.

«En el fondo, es prácticamente imposible entender al paraguayo sin el guaraní, que refleja esencialmente la cultura indígena y popular. La poesía guaraní describe la amplia, variada y hasta misteriosa aún ecología nuestra. Son numerosos los poetas que describen maravillosamente las especies de plantas, pájaros y sus cantos, los ríos y arroyos, los cerros, el cielo, etc.», concluyó el profesor.

Sofía, hija (der.) y Clara, nieta (izq.) de Ramiro Domínguez, durante el homenaje al escritor. (Foto de Lengua Guarani)

 

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Equipo periodístico y científico de Ciencia del Sur

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