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El presidente electo de Paraguay, Santiago Peña, manifestó en una entrevista al periódico estadounidense New York Times que la llegada humana a la Luna es un «misterio sin resolver». Esto es falso. Más de 381 kilogramos de roca lunar, la transmisión grabada y miles de personas involucradas lo desmienten.

El chequeo, resumido:

  • El presidente electo de Paraguay, Santiago Peña, dio validez a una de las ideas conspirativas más frecuentes y desacreditadas: que quedan dudas de la llegada de la humanidad a la Luna. Ni la extinta Unión Soviética puso en duda el gran hito tecnocientífico de finales de los años 60 del siglo pasado.
  • “Negar la llegada a la Luna es simplemente ignorancia”, había manifestado a Ciencia del Sur la Ing. Sandra Cauffman, directora interina de la División de Ciencias de la Tierra de la Dirección de Misiones Científicas de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).
  • La evidencia más contundente son los 381 kilogramos de roca lunar que trajeron los astronautas de la misión Apolo y que fueron recolectados durante los años del programa.
  • El presidente electo puede acudir al Ministerio de Defensa paraguayo, donde se encuentran rocas lunares obsequiadas a Paraguay por el Gobierno de Richard Nixon.

El chequeo completo

El 20 de julio de 1969 los humanos llegamos a un nuevo mundo, la Luna, nuestro satélite natural. Fue producto de décadas de investigación y desarrollo, más una inversión sin precedentes por parte de Estados Unidos en plena Guerra Fría. En 1957, la Unión Soviética había ganado la primera parte de la carrera espacial con la puesta en órbita del primer satélite artificial, el Sputnik 1, y en 1961 convirtió al ruso Yuri Gagarin en la primera persona en viajar al espacio. Los estadounidenses darían el golpe final con el programa Apolo.

Aunque parezca insólito, todavía hay quienes ponen en duda este logro de la ciencia. Uno de ellos es el economista Santiago Peña, presidente electo del Paraguay, según sus declaraciones al New York Times.

Días antes de las elecciones, Peña calificó la designación de «significativamente corrupto» al exmandatario Horacio Cartes por parte del Gobierno de EE. UU. como un misterio sin resolver, así como la llegada a la Luna o el asesinato de John F. Kennedy.

reportaje del New York Times con cita de Santiago Peña
Reportaje del New York Times con la cita abreviada de Santiago Peña (Foto: captura del NYT).

Ciencia del Sur accedió a la transcripción de la entrevista por gentileza del New York Times para cerciorarse de que no haya sido un problema de traducción o interpretación.

En ella, ante la pregunta en inglés del reportero sobre el motivo de la designación de EE. UU. contra Cartes, Peña respondió en castellano: «Creo que el margen para las teorías, desde las teorías más conspirativas, hasta las menos irracionales, es demasiado amplio. Creo que este va a ser uno de los grandes misterios, junto con: ¿Será que el hombre llegó a la Luna? o ¿Quién asesinó al presidente Kennedy? Son los misterios sin resolver que probablemente nunca lo podremos saber».

La equivalencia es completamente falsa. Sí sabemos que la humanidad llegó a la Luna; no queda duda alguna de ello. La comunidad científica global cuentan con más de 381 kg de material lunar traídos a la Tierra por las misiones Apolo, a los que habría que sumarle otros 100 g traídos por 3 misiones lunares de la extinta Unión Soviética. Estas muestras proporcionaron evidencia valiosísima sobre el origen de nuestro satélite.

Unas 600 millones de personas siguieron por televisión todo el desarrollo del alunizaje, a lo que habría que agregar las transmisiones televisivas realizadas por la tripulación del Apolo 11 durante las 76 horas y los 386.000 km que duró el viaje de ida. Las cadenas ABC, CBS y NBC gastaron entre 11 y USD 12 millones (de 1969) para cubrir el evento.

Foto de la caminata lunar de Buzz Aldrin
La famosa caminata en la Luna de Buzz Aldrin, astronauta del Apollo 11 (Foto: NASA).

“Negar la llegada a la Luna es simplemente ignorancia”, dijo a Ciencia del Sur la Ing. Sandra Cauffman, directora de la División de Ciencias de la Tierra de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA durante una visita a Asunción en 2019. Cauffman citó la enorme cantidad de personas involucradas en el programa Apolo, desde científicos, técnicos, administrativos hasta los astronautas. Cifras oficiales indican que 400.000 personas trabajaron una década en esta gran empresa tecnocientífica.

“La llegada humana a la Luna está 100 % comprobada. Desde la gente que participó hasta las rocas lunares que se trajeron a la Tierra, sin olvidar las transmisiones, todo está demostrado. Lo que falta es educar en ciencias, para que la gente entienda cómo se dio este logro”, indicó en su momento la científica de la NASA.

Pero, si los teóricos de la conspiración no creen en las rocas lunares, ni dan crédito a la cantidad de personas involucradas en el programa Apolo, las transmisiones de la época, ni a la desaparecida Unión Soviética, entonces, ¿hay alguna prueba irrefutable?

“Lo que no se puede falsificar, amañar, falsear o emular en un estudio cinematográfico o con un programa informático es la forma en que el polvo se mueve en la Luna. Esa forma característica del movimiento del polvo lunar se debe a la baja aceleración de la gravedad que existe en la Luna. Es prueba suficiente de que las filmaciones de las misiones Apolo se hicieron desde nuestro satélite natural”, explica Félix Piriyú, columnista de astronomía de Ciencia del Sur.

Existen, además, muchos recursos a un click de distancia para desmentir la teoría de conspiración sobre la llegada a la Luna. Si el próximo presidente paraguayo todavía tiene dudas, puede visitar el museo del Ministerio de Defensa Nacional, donde todavía se guardan los restos de rocas lunares regaladas a Paraguay por el Gobierno de Richard Nixon.

Para el Dr. Jesús Martínez-Frías, astrogeólogo y divulgador del Instituto de Geociencias de España, los medios de comunicación tienen una gran responsabilidad en contrarrestar este tipo de declaraciones, que ofrecen un falso escepticismo, haciendo dudar de algo que verdaderamente sucedió.

“Es algo sobre lo que existe tal cantidad de información y datos que se llega a lo absurdo y al esperpento (aunque también existe mucha desinformación). Creo que los medios tienen también una responsabilidad ética en ofrecer a la sociedad una información rigurosa”, dijo el astrogeólogo.

Estamos en la década en que se reactivó un programa para volver a la Luna, llamado Artemisa. La NASA pretende llevar a la primera astronauta mujer y al primer astronauta negro a la Luna en los próximos años. La Agencia Espacial China también pretende llegar a la Luna en esta nueva carrera especial, pero las ambiciones son más grandes, ya que la Luna sería solo una parada para que en las próximas décadas la humanidad llegue al planeta Marte.

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Equipo periodístico y científico de Ciencia del Sur

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3 COMENTARIOS

  1. Me parece que el artículo cojea un poco. Se hace mucho hincapié en las rocas lunares, como si fuese la única evidencia del alunizaje humano. Hay otras evidencias, igual de contundentes, como por ejemplo, los espejos reflectores instalados por humanos en la superficie lunar, que permiten medir la distancia y el alejanmiento de la Luna apuntando unos lásers a esos espejos. También están las fotografías que en años muy recientes las sondas lunares chinas tomaron del lugar del alunizaje estadounidense. Puede agregarse también que, además de las agencias militares y de espionaje extranjeras que monitorearon en todo momento el alunizaje, utilizando métodos simples y conocidos como la triangulación de ondas de radio, también lo monitorearon radioaficionados y astrónomos aficionados, utilizando el mismo método de triangulación. Volviendo al asunto de las rocas, vale también hacer notar, que las rocas lunares tienen una composición única, que no existe en la Tierra, y que los geólogos profesionales de toda la Tierra, que han estudiado esas rocas, concluyeron que eran de origen lunar. En síntesis, el artículo repite muchas veces lo mismo, pero dejando de lado otros aspectos importantes o interesantes. Con la misma extensión de texto, se pudo haber dicho más y mejor.

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