Vestir en obesidad, entre la escasez y discriminación

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vestir obesidad
Al no poder reflejar su estilo y personalidad en su indumentaria, ya que deben quedar relegadas a vestir prendas básicas que en ocasiones carecen de forma, las usuarias se sienten frustradas. (Pixabay)
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En el Art. 3° de la Ley N° 4959/13 “Para la prevención y tratamiento de trastornos de la alimentación y sus efectos dañinos a la salud” se define a la obesidad como “una enfermedad crónica, caracterizada por la acumulación excesiva de grasa corporal, que independientemente del problema estético que genera y prescindiendo de su origen, se constituye en un factor de riesgo y en desencadenante o agravante de otras afecciones, como también fuente de complicación de las enfermedades de índole físico y psíquico, con implicancias sociales y económicas que disminuyen la calidad de vida del paciente”.

En 2002 esta enfermedad ya era considerada como la epidemia del siglo XXI, y 16 años después esta situación no ha mejorado mucho.

En 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba que el año anterior “más de 1.900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales más de 650 millones eran obesos. 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos y había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad”, cifras alarmantes considerando que la obesidad se cobra más vidas que la desnutrición.

Identificar el sobrepeso y la obesidad

Una forma de determinar si se tiene sobrepeso u obesidad es el Índice de Masa Corporal (IMC), un indicador simple de la relación entre el peso y la altura. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su altura en metros (kg/m); si en el adulto el IMC es igual o superior a 25 se tiene sobrepeso y si es igual o superior a 30 ya es obesidad.

A pesar de que el IMC sea útil para ambos sexos y adultos de todas las edades, se debe considerarlo como un valor aproximado, ya que no siempre puede corresponder con el mismo grosor de cuerpo de todas las personas. En el caso de los niños se debe tener en cuenta la edad para definir tanto al sobrepeso como a la obesidad; por el bien de los mismos siempre será recomendable que sea un profesional especializado el que lo determine.

Según la OMS, en todo el mundo se aumentó el consumo de alimentos de alto contenido calórico y ricos en grasa, y en contrapartida disminuyó la actividad física debido a ciertas formas de trabajo, modos de transporte y la creciente urbanización que hacen que la vida se vuelva más sedentaria. Esta situación causa un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas que pueden derivar en la obesidad.

También puede producirse la obesidad secundaria, cuyas causas habituales son enfermedades endocrinológicas, neurológicas, síndromes genéticos y secundarios al consumo crónico de ciertos fármacos. En la infancia, este tipo de obesidad constituye alrededor de 1% de los casos de la enfermedad, siendo el 99% de los casos causados por el desequilibrio energético antes citado. Los adultos también pueden padecer obesidad secundaria.

Mundialmente se está luchando contra esta enfermedad. La OMS dice que para prevenirla y reducirla es necesario un trabajo en conjunto entre las personas y las industrias alimenticias, creando ambientes favorables para la elección de alimentos saludables.

De forma personal uno puede ayudarse mucho controlando y limitando el consumo de alimentos con altas cantidades de grasa y de azúcar, consumiendo más frutas, verduras, legumbre, cereales integrales, frutos secos y realizando actividades físicas periódicas. Es importante recordar que siempre se debe recurrir al profesional especializado antes de tomar cualquier decisión con respecto a las dietas para perder peso.

La obesidad en Paraguay

En el marco de la ley citada al principio, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) de Paraguay tiene una Estrategia Nacional para la Prevención y el Control de la Obesidad 2015-2025. También tiene una Unidad de Prevención de la Obesidad que ejecuta campañas de capacitación como la de Cortá con la obesidad.

Las cifras paraguayas son igualmente alarmantes. Según el MSPBS, 6 de cada 10 adultos (57%) presenta sobrepeso y obesidad, 3 de cada 10 niños en etapa escolar y adolescentes cuenta con exceso de peso, al igual que la mitad de las embarazadas. Esto va en aumento.

Además del daño a la salud, la obesidad también tiene implicancias sociales que disminuyen la calidad de vida. Una de ellas es la discriminación que sufren las personas con obesidad y sobrepeso, no solo en el ámbito personal sino también laboral e incluso en el mundo de la moda.

Este hecho es constantemente denunciado por la organización Miss Gordita, un certamen de belleza que lucha contra la obesidad y la discriminación que padecen las personas con esta enfermedad. Este evento de trascendencia internacional es alabado en muchos países por promover la no discriminación y ayudar a sus participantes a amarse y aceptarse como son. La organización es consciente de que la obesidad es una enfermedad y se debe luchar contra ella. Por esa razón las participantes tienen apoyo psicológico, nutricional y estético durante los meses que dura la preparación del certamen, respetando ante todo el valor y la integridad de las mismas como seres humanos.

La organización recalca que pese a que lucha por generar leyes efectivas contra la obesidad y la discriminación, es una enfermedad muy compleja que no está siendo tratada adecuadamente en Paraguay. Atribuye esto al doble mensaje mediático cuando se habla del peligro de la mala alimentación, pero al minuto siguiente está emitiendo alguna promoción de estos alimentos altamente calóricos.

Un elemento preocupante de los últimos años es cómo la imposición de estereotipos influye en los desórdenes alimenticios. Personas sin sobrepeso llegan a tener una distorsión de su propia imagen y salud, creyéndose obesas por la presión social de estrictos parámetros del cuerpo ideal.

Entonces, queda claro que la obesidad es una enfermedad que busca erradicarse a nivel mundial. Sin embargo, mientras se lucha contra ella hay que seguir vistiendo.

Vestir en la obesidad

En comparación con la inmensidad del mercado de la moda, no existen muchas opciones en Paraguay. La Lic. Debona Marín expone que los estudios de mercado realizados por Nicole Hanspach revelaban que en 2014 existía una limitada oferta de prendas grandes en negocios de la ciudad de Asunción (Marín, 2017). Ropas de talles plus y tallas grandes son algunas formas de referirse a las prendas para personas que no se encuentran dentro del rango de etiquetas de prendas “pequeño – mediano – grande”.

Debona Marín realizó entrevistas y mediciones de cintura para recabar información y conocer la situación de las mujeres con sobrepeso y obesidad de un sector del Mercado 4, teniendo en cuenta la gran variedad de oferta y demanda existente en el lugar. Las mujeres consultadas expresaron que tienen mucha dificultad para encontrar prendas adecuadas, ya que muchos locales cuentan con variedad de prendas y diseños pero no de talles, y que las ropas más comercializadas son para mujeres delgadas. Entre las prendas que más cuesta encontrar se encuentran los pantalones, vestidos, y blusas. Las usuarias también manifestaron que, en caso de conseguir prendas acordes a su cuerpo, éstas suelen tener un costo un tanto elevado.

La Lic. Natasha Burger expone que las prendas de talla grande deben tener su propio tallaje, y que éstas deben adaptarse al cuerpo y no solo cubrir o esconderlo. Se refiere como un modelo a la ley de talles de Argentina, la cual exige que todas las tiendas tengan una variedad de prendas de todas las tallas para evitar la discriminación (Burger, 2017).

En toda la zona comercial de la ciudad de Asunción, en promedio podrían existir diez tiendas que ofertan prendas de talla grande entre sus opciones. Se encontró que existe una necesidad de innovar en el diseño de estas prendas, ya sea en los cortes, formas, colores, tejidos, precios e incluso la asesoría y la atención a la clientela de talla grande (trato amigable y con respeto).

La investigación de Burger reveló que estas necesidades de diseño se deben también a que las usuarias sienten frustraciones al no poder reflejar su estilo y personalidad en su indumentaria, ya que deben quedar relegadas a vestir prendas básicas que en ocasiones carecen de forma. Éstas, en vez de ayudarlas, las hacen sentir cohibidas con su cuerpo.

Consultado respecto a este problema, Mike Beras, representante de la organización Miss Gordita, comentó que la mayoría de las participantes tuvo problemas al comprar ropa. Además, en los años del certamen, tuvo contacto con muchas tiendas de tallas grandes del país, descubriendo que incluso las tiendas no especializadas en tallas grandes vendían este tipo de prendas pero sin exhibirlas, por lo que solo preguntando se podría conocer la existencia de las mismas. En los últimos años la oferta de talles grandes ha aumentado, pero al ser importadas tienen un alto costo.

A parte de las necesidades de diseño descritos por Burger, Marín tuvo por resultado que las empresas textiles buscan minimizar los costos de producción de prendas. Esto puede ser un problema para las ropas de talla plus, ya que su producción y confección requieren un sistema de elaboración más minucioso que conlleva un estudio previo de los segmentos que sufren de este problema.

Ambas investigaciones proponen soluciones desde el área de la moldería y el diseño. Sin embargo, primero debe darse por parte de la industria textil la aceptación de que existen otros tipos de cuerpos y que los mismos también necesitan vestirse, sin que eso implique que sea el cuerpo el que deba adaptarse a la ropa, sino que la prenda debe adaptarse al cuerpo humano.

Como sociedad debe entenderse que reconocer a la obesidad como una enfermedad que afecta a millones no justifica ninguna persecución ni burlas u ofensas.

De igual forma, enseñar al otro a amarse tal como es no significa minimizar la obesidad. La forma de sobrellevar con éxito esta enfermedad, además del apoyo de los seres queridos, es amándose a uno mismo por sobre todas las cosas.

 

Referencias

  • Debona Raquel Marín Monzón (2017). “Proceso de producción de prendas de vestir para mujeres de talle plus en la ciudad de Asunción en el año 2016”. Trabajo Final de Grado para optar por el título de Licenciatura en Diseño de Indumentaria, Escénica y Urbana. Disponible en la biblioteca del Instituto Superior de Arte “Dra. Olga Blinder”, FADA, UNA.
  • Natasha Kristine Burger Meinhold Aguayo (2017). “Diseño de indumentaria adaptado al cuerpo femenino de talla grande en Asunción y Área Metropolitana para la Temporada Primavera-verano 2016”. Trabajo Final de Grado para optar por el título de Licenciatura en Diseño de Indumentaria, Escénica y Urbana. Disponible en la biblioteca del Instituto Superior de Arte “Dra. Olga Blinder”, FADA, UNA.

 

 

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Aida Noemí Flecha Villamayor es paraguaya, licenciada en Diseño de Indumentaria Escénica y Urbana por la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Docente del Instituto Superior de Arte "Dra. Olga Blinder" de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte de la UNA. Egresada del primer Seminario de Divulgación Científica de Ciencia del Sur; participó de la XI Jornadas de Jóvenes Investigadores de la UNA y del XXV Jornadas de Jóvenes Investigadores AUGM 2017, obteniendo una mención en la modalidad presentación oral.

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1 COMENTARIO

  1. Nada mas cierto que lo que dice el articulo. Ha logrado traducir en palabras lo que tantas mujeres paraguayas sufrimos todos los dias. Me alegra que mujeres de ciencia tan elocuentes se decidieran a abordar este tema. Felicidades Aida.

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