La enfermedad es COVID-19, pero el virus causante de la enfermedad se llama SARS-CoV-2. (State.gov)
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Hace varias semanas que estoy con ganas de escribir sobre el nuevo coronavirus y hoy por fin me decidí, fundamentalmente por dos razones: 1) Creo que recién ahora tenemos suficiente información sobre el virus para a dar datos y conocimiento fidedignos y no contribuir a la desinformación, y 2) Porque el virus ya está tocando la puerta de nuestro continente así que debemos empezar a conocerlo.

Este es un resumen sobre el nuevo coronavirus que tiene al mundo en pánico.

COVID-19 o SARS-CoV2, ¿de qué estamos hablando?

Primero que todo, me parece importante diferenciar el virus de la enfermedad. La enfermedad se denomina COVID-19, mientras que el virus causante de la enfermedad se denomina SARS-CoV-2. Este virus es un pariente cercano de otro coronavirus, el SARS CoV, el cual causó una epidemia de una enfermedad con síntomas respiratorios graves a finales del 2002.

Ambos virus, se encuentran emparentados con otros coronavirus provenientes de murciélagos. Sin embargo, recientemente se ha propuesto que  SARS-CoV-2 estaría más emparentado con unos coronavirus virus aislados de pangolines. (Un mamífero con escamas bastante raro parecido a un pokemón y que es uno de los más contrabandeados del mundo). Por lo tanto, el origen del SARS CoV-2 sigue siendo tema de debate.

La COVID-19 se inició en diciembre del 2019 en la provincia de Wuhan, República Popular de China, provocando una gran cantidad personas con un síndrome respiratorio agudo grave. Rápidamente se diseminó por China y ahora por el mundo. Actualmente se ha reportado la presencia del virus en 116 países y regiones.

Antes de continuar con el tema es importante separar dos conceptos: i) infectividad, se refiere a la capacidad del virus de transmitirse de una persona a otra y ii)  mortalidad, la cual es la capacidad de causar muertes.

En torno a la mortalidad, el último reporte de la Organización Mundial de la Salud indica que se han identificado, a la fecha 12 de marzo, un total de 125.048 casos con más de 4.613 muertes, eso da una mortalidad del 3,7 % aproximadamente, lo cual es bastante alta si se compara con las tasas de mortalidad de la influenza (gripe) estacional que llegan al 0,1%.

Entendamos, que esto no quiere decir que nos vamos a morir todos de coronavirus, hay ciertos grupos de riesgo. La mayoría de las personas (80%) presenta una enfermedad leve que usualmente no requiere hospitalización. Por ejemplo, no se han observados casos fatales del virus en niños menores de 9 años y una mortalidad menor al 1% en menores de 50 años.

Es más, los porcentajes de mortalidad varían mucho entre países, por ejemplo en Corea del sur es 0,6%, mientras que en Italia e Irán rondan al 3%.

Lo que sí está más claro, es que los adultos mayores (principalmente mayores de 70 años) y personas inmunodeprimidas o con enfermedades crónicas tales como hipertensión, diabetes, enfermedad coronaria o enfermedad pulmonar obstructiva crónica, presentan un mayor riesgo en caso de sufrir COVID-19 grave.

Un estudio reciente de la Universidad de Pekín plantea la hipótesis que hay dos variedades del virus, con una diferente severidad de la enfermedad. Es así que variaciones en las posiciones 8,782 y 28,144 del genoma generan las variedades denominadas L y S.

De esta manera, se plantea que al principio de la enfermedad prevaleció el SARS CoV-2L el cual presentó una mayor severidad de la enfermedad, mientras que actualmente el que estaría prevaleciendo sería el SARS CoV-2S (el cual presenta menor severidad).

Es importante notar que estos datos son observacionales, por lo que estudios experimentales son necesarios para comprobar si efectivamente hay diferencias en la severidad de ambas variedades.

Además, existe un gran número de investigadores (en el cual me incluyo) que pensamos que actualmente se está subestimando el número total de personas infectadas, ya que existen personas infectadas sin síntomas. Por lo que es probable que las tasas de mortalidad sean menores. Esperemos a ver que dicen los números al final de la epidemia.

Actualmente no hay ningún tratamiento antiviral recomendado para el COVID-19, sin embargo se están buscando diferentes alternativas. Incluso, un grupo de investigadores del Imperial College of London ha utilizado inteligencia artificial para encontrar posible candidatos para el tratamiento del COVID19.

Un resumen de fármacos que se están ensayando actualmente a nivel clínico se encuentra en este artículo de Nature. Entre ellos destacan antivirales de amplio espectro (como cloroquina) y otros fármacos utilizados para el tratamiento de HIV, Influenza, así como también inmunomoduladores.

La pandemia está presente en unos 116 países y regiones del planeta. (Johns Hopkins University)

Los virólogos estamos fascinados observando esta epidemia en tiempo real con una cantidad de herramientas tecnológicas impresionantes. De estos resultados, se destaca la gran infectividad del virus, es verdaderamente notable como se ha diseminado por todo el mundo con una gran velocidad. En este trabajo, se describe a cabalidad cómo una familia de 11 miembros fue infectada en un lapso de días.

El virus se transmite con el contacto con personas infectadas a menos de 2 metros y al tocar superficies contaminadas y luego llevarse las manos a la boca, nariz o los ojos. Se ha sugerido que el virus puede permanecer hasta 9 días en superficies como metal, vidrio o plástico.

EL SARS CoV-2 en Sudamérica

Actualmente, se han reportados casos en Perú, Ecuador, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Bolivia y más recientemente en Paraguay, sin embargo todos son casos han sido importados. Esto significa que son personas que venían de otros países y no se ha observado casos locales por el momento.

Recientemente, se ha reportado en Chile el caso de una mujer que se contagió de un caso importado, pero fue aislada rápidamente.  Por lo tanto, el virus no se encuentra circulando en el continente aún.

Esto no quiere decir que estamos libres de infectarnos, es más, viendo el comportamiento global del virus lo más probable es que más temprano que tarde haya algún caso local de la enfermedad. Más aún, si tomamos en cuenta que se viene el invierno la época preferidas para los virus respiratorios.

Medidas de prevención y el mito de los tapabocas

La verdad, es que las medidas de prevención para el coronavirus son las mismas que para cualquier otro virus respiratorio, como la influenza u otros. Se deben LAVAR LAS MANOS A CADA RATO (para hacerlo bien aquí hay una descripción de la Sociedad Paraguaya de Infectología), el alcohol en gel sirve si tiene más de un 62 % de alcohol, pero si las manos están muy sucias no es suficiente.

Además, hay que evitar llevarse la mano a la cara a menos que sea necesario y, obviamente, alejarse de personas enfermas.

Anteriormente, les había comentados sobre un trabajo que sugiere que el SARS-CoV-2 puede permanecer infectivo en plástico y vidrio hasta 9 días, recuerden que sus celulares están hechos casualmente de estos materiales por lo que no está mal limpiar estos implementos periódicamente.

Un tema aparte es el de los tapabocas, es verdaderamente increíble la psicosis que ha generado esta enfermedad lo que ha llevado a un desabastecimiento global de tapabocas en el mundo. Los tapabocas deben usarse solo en personas enfermas, para evitar diseminar el virus.

Los tapabocas solo retienen las gotitas que transportan al virus cuando salen de la boca ya que presentan un tamaño lo suficientemente grande. Una vez que estas gotitas se van alejando, se van secando y el virus presenta un tamaño tan pequeño que no es retenido por los tapabocas comunes. Por lo que usar tapabocas porque se nos ocurre no tiene mucho sentido y aparte es bastante molesto.

Por último, como he mencionado los adultos mayores son los más susceptibles a sufrir una mayor severidad de la enfermedad, por lo que son los que más deben cuidarse. Por lo tanto sería bueno, que salgan de su casa lo menos posible y eviten las aglomeraciones de personas.

Bueno, espero que este pequeño resumen les haya servido para conocer más del virus y la enfermedad. Como podrán ver si bien es un virus que genera una enfermedad que puede ser bastante grave. Sin embargo no es para alarmarse tanto, solo hay que seguir los medidas de prevención y estar atentos. Para más información, les recomiendo el sitio The Internet Book of Critical Care. Y no nos queda más que enfrentar la visita del SARS-CoV-2.

Los tapabocas deben usarse solo en personas enfermas, para evitar diseminar el virus. (Pixabay)

Referencias

-Kampf, G. et al. (2020). Persistence of coronaviruses on inanimate surfaces and their inactivation with biocidal agents. Journal of Hospital Infection, Volume 104, Issue 3, 246 – 251

-Harrison, C. (2020). Coronavirus puts drug repurposing on the fast track. Nature Biotechnology. DOI: 10.1038/d41587-020-00003-1

-Huan, R., Xia, J., Chen, Y., Shan, C. and Wu, C. (2020). A family cluster of SARS-CoV-2 infection involving 11 patients in Nanjing, China.The Lancet. DOI: https://doi.org/10.1016/S1473-3099(20)30147-X

-Stebbing, J., Phelan, A., Griffin, I., Tucker, C., Oechsle, O., Smith, D. et al. (2020). OVID-19: combining antiviral and anti-inflammatory treatments. The Lancet. DOI: https://doi.org/10.1016/S1473-3099(20)30132-8

-Xiaolu Tang, Changcheng Wu, Xiang Li, Yuhe Song, Xinmin Yao, Xinkai Wu, Yuange Duan, Hong Zhang, Yirong Wang, Zhaohui Qian, Jie Cui, Jian Lu. On the origin and continuing evolution of SARS-CoV-2, National Science Review, nwaa036. DOI: https://doi.org/10.1093/nsr/nwaa036

– WHO, 2020. Coronavirus disease 2019 (COVID-19). Situation Report – 52.

-Zhou, F. et al. (2020). Clinical course and risk factors for mortality of adult inpatients with COVID-19 in Wuhan, China: a retrospective cohort study. The Lancet. DOI:https://doi.org/10.1016/S0140-6736(20)30566-3

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Columnista de microbiología y biotecnología de Ciencia del Sur. Bioquímico egresado de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), doctor en Ciencias mención en Microbiología egresado de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y exbecario DAAD. Profesor asistente y jefe del Departamento de Biotecnología de la FCQ-UNA. Sus líneas de investigación se centran en el uso de bacteriófagos (virus bacterianos) para el desarrollo de productos biotecnológicos mediante ingeniería genética y en la identificación de nuevos antivirales. Es investigador categorizado pol el PRONII del Conacyt.

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