En la década de 1940, Vera Florence Cooper Rubin se convirtió en una pionera de la astronomía al licenciarse en un campo en el que pocas mujeres incursionaron. Su carrera se centró en el estudio del movimiento de las estrellas situadas en los bordes de las galaxias espirales.
Con un trabajo meticuloso y sistemático, Rubin descubrió que esas estrellas giraban a velocidades mucho mayores de lo que predecían las leyes de la física newtoniana, si solo se tomaba en cuenta la materia visible.
De acuerdo con la teoría, la velocidad orbital de una estrella debería disminuir a medida que se aleja del centro galáctico, como ocurre con los planetas en el sistema solar. Sin embargo, Rubin observó que esto no sucedía: las velocidades se mantenían constantes incluso en las regiones más alejadas. La explicación más plausible a esta anomalía fue la existencia de una forma invisible de materia que interactúa gravitacionalmente pero no emite luz. Hoy la conocemos como materia oscura.
En reconocimiento a este hallazgo fundamental para la cosmología moderna, la National Science Foundation (NSF) y el Departamento de Energía (DOE) de Estados Unidos nombraron al nuevo observatorio astronómico del hemisferio sur como NSF–DOE Vera C. Rubin Observatory.
Un telescopio sin precedentes en el sur de Chile
El Observatorio Rubin se encuentra en el cerro Pachón, en la Región de Coquimbo, Chile, a una altitud de 2.647 metros sobre el nivel del mar. Desde esta ubicación privilegiada, su telescopio principal —el Simonyi Survey Telescope (SST)— realizará un barrido completo del cielo visible desde su latitud aproximadamente cada tres noches. Esta capacidad de escaneo rápido y profundo no tiene precedentes en la historia de la astronomía.
El SST cuenta con un espejo primario de 8,42 metros de diámetro y un espejo secundario de 3,4 metros, el más grande de su tipo construido hasta la fecha. Su campo de visión alcanza los 9,6 grados cuadrados, equivalente al área de unas 49 Lunas llenas vistas al mismo tiempo. Esta amplitud le permite capturar vastas porciones del cielo en cada toma.
Además, está equipado con la LSST Camera, una cámara digital de 3.200 megapíxeles y 2,8 toneladas de peso diseñada para captar detalles con una precisión sin precedentes.
Ciencia de frontera con cada imagen
Gracias a su alta sensibilidad y velocidad de escaneo, el observatorio Rubin podrá detectar objetos mucho más tenues que los observados por relevamientos anteriores como el SDSS, ampliando drásticamente el volumen del universo accesible desde la Tierra. Esto permitirá un aumento sin precedentes en la cantidad de cometas, asteroides, galaxias y otros cuerpos celestes catalogados. En el plano más cercano, será una herramienta clave para la exploración del Cinturón de Kuiper, ayudando a descubrir miles de nuevos mundos helados más allá de Neptuno.
A principios de junio de 2025, durante su fase de pruebas, el Rubin ya produjo resultados impresionantes: registró 2.104 nuevos asteroides, 11 troyanos y 9 objetos transneptunianos, todos a partir de unas pocas imágenes de prueba.
Se estima que el telescopio generará hasta 20 terabytes de datos por noche, lo que lo convierte en una de las fuentes más grandes de información astronómica jamás creadas. Debido al volumen masivo de datos, no podrán descargarse en bruto: se accederá a ellos a través de plataformas especializadas que permitirán buscar y extraer solo la información requerida.
Si bien muchas alertas sobre eventos astronómicos serán emitidas en tiempo real, algunos datos procesados tendrán un breve retraso antes de su publicación, debido a las complejidades del procesamiento y verificación automática. Incluso se podrían esperar hasta 48 horas. En casos de amenazas planetarias, como asteroides potencialmente peligrosos, se priorizará la difusión rápida de la información; lo mismo pasará en caso de un potencial contacto con otra civilización.
Aunque el telescopio detectará trazas de satélites artificiales, estas serán eliminadas del análisis científico mediante algoritmos, no por intervención directa de agencias gubernamentales. Algunos expertos advirtieron que la creciente disponibilidad de datos astronómicos podría, en teoría, ser utilizada para rastrear satélites artificiales sensibles.
El enorme potencial del observatorio radica en poder medir mínimos cambios en el cielo. Estos cambios podrían deberse a las explosiones de novas, a cometas, a asteroides, a planetas enanos, etc., cuyas posiciones cambian con el tiempo; esos desplazamientos permiten identificar su presencia, al igual que el brillo en el caso de las novas.
Una de las misiones más esperadas del Rubin será ayudar a confirmar —o descartar— la existencia del hipotético Planeta 9, un posible planeta gigante aún no observado, que explicaría ciertas anomalías en las órbitas de cuerpos transneptunianos. Gracias a su capacidad para detectar cambios sutiles en la posición o el brillo de los objetos celestes, el observatorio es la herramienta ideal para este tipo de estudios.
Un mapa dinámico del cielo para el siglo XXI
El Observatorio Vera C. Rubin encarna una nueva etapa en la exploración astronómica, donde los datos masivos y la inteligencia computacional permitirán observar el cielo como nunca antes. Aunque su operación científica recién comienza, ya promete transformar lo que sabemos sobre el universo cambiante: desde la detección de asteroides cercanos hasta el estudio de la energía oscura.
Nombrado en homenaje a Vera Rubin, pionera en el estudio de la materia oscura, y con componentes bautizados en honor a quienes hicieron posible esta hazaña —como el telescopio SST (Simonyi Survey Telescope) y la cámara LSST—, el proyecto es también un tributo al esfuerzo colectivo por comprender mejor el cosmos. Su legado se medirá no solo en descubrimientos, sino en nuevas generaciones de astrónomos que analizarán sus datos durante décadas.
Recursos
Para más información, o para ver las primeras imágenes captadas por este gigante de la astronomía:
- Observatorio Vera C. Rubin https://rubinobservatory.org/es
- Observatorio Rubin inicia observaciones en Chile revelando cambios nunca antes vistos del Universo en tiempo récord https://rubinobservatory.org/es/news/first-imagery-rubin
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Columnista de astronomía y cosmología de Ciencia del Sur. Es un reconocido analista de sistemas informáticos y divulgador astronómico paraguayo. Egresado de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción, fue miembro del Club de Astrofísica del Paraguay y fundador y secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica (CEDIA). Construyó en 2003 un telescopio newtoniano y dictó varias charlas y conferencias por el Año Internacional de la Astronomía. Fundó el Foro Paraguayo de Astronomía, AstroPy.