3 min. de lectura

Paraguay, una nación que en gran medida ha ignorado a la ciencia y a la tecnología por casi dos siglos, empieza a ponerse al día. Quijotescos trabajos pioneros de hombres y mujeres en la creación de nuevos conocimientos ya no son la norma, pero falta proyección al extranjero.

Si figuran papers muy citados en la comunidad internacional de investigadores, esto se debe al sacrificio y visión de unos cuantos intelectuales y catedráticos procientíficos que dedicaron sus vidas a recopilar datos de parcelas de la realidad y a innovar.

Los científicos paraguayos de siglos anteriores, y algunos de éste, son héroes civiles poco reconocidos por la sociedad. Los últimos datos sobre percepción pública de la ciencia, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), indican que más de la mitad de los paraguayos no está interesado o no entiende de ciencia, grave radiografía para un país que está en transición a la sociedad del conocimiento.

Los indicadores sobre investigación y desarrollo dados a conocer por el Conacyt en 2016 evidencian algunas mejoras indudables, así como muchos desafíos y problemas. Ciencia del Sur publicó los datos oficiales hace unos días, a modo de información, para que el lector digital pueda tener la visión del Gobierno en materia de políticas científicas. Los estudios oficiales no podemos ningunearlos ni negarlos, aunque metodológica, filosófica y epistemológicamente podamos discordar con ellos.

Urge a la ciencia paraguaya dar los pasos para salir de la irrelevancia. No tenemos una ciencia desarrollada ni formamos parte del núcleo principal de creación de conocimiento. Recién en el siglo XXI tuvimos las primeras políticas científicas. De hecho, el Conacyt está cumpliendo 20 años de labor en pos de mejorar el sistema de investigación y desarrollo, cuya inversión llega a tan solo 0,13% del PIB.

El debate actual gira en torno al ranking de investigadores más productivos, ya que aparecen muy pocos científicos del PRONII y que apenas logran una publicación al año, al menos según el estudio del Conacyt que usa como base Web of Science. Pero esta no es la única base de datos, existen otras, pagadas y no, que también incluyen artículos científicos de los académicos paraguayos.

La Universidad Nacional de Asunción (UNA) sigue siendo la institución académica más productiva del país, que concentra la mayor cantidad de investigadores PRONII y a tiempo completo. La Universidad Católica de Asunción, UCA, también tiene un lugar destacado. Las demás universidades directamente no figuran.

Sin embargo, la ciencia de transición local tiene muchos desafíos. Primero, debe superar la mediterraneidad intelectual y construir un horizonte mucho más amplio y abierto, conjuntamente con todos los actores de la sociedad del conocimiento. Debe sincerar a los investigadores en cuanto a su producción e indicar fallas que no siempre quieren decirse: hay investigadores que no producen, que no asisten a congresos internacionales, que no se actualizan, que no son mentores ni publican siquiera artículos de divulgación.

La misma UNA debería reformar ciertas estructuras arcaicas que posee en su seno, entre ellas la burocracia y la corrupción que saltaron, sobre todo, con el movimiento de la primavera estudiantil #UNAnotecalles. La política partidaria debe liquidarse por acción de los miembros de la comunidad universitaria para dar paso a una institución completamente diferente a la que estamos acostumbrados. Los profesores mediocres atornillados y decanos con sed irracional de poder no pueden seguir en sus cargos, deben ser cambiados por docentes sofisticados, cultos, abiertos e inspiradores.

La corrupción, la mediocridad, la xenofobia y la superficialidad deben desaparecer del ethos universitario nacional para promover una cultura científica aperturista que nos permita discutir con mayor propiedad, y con investigaciones serias, sobre el desarrollo nacional y regional.

Entendemos que muchos científicos desearían estar en las privilegiadas listas de los más productivos, pero esto no se logra ni se construye de un día a otro, sino que lleva años de dedicación, empeño e innovación. El ejemplo de ello es que los investigadores del PRONII nivel III sean personas que están investigando desde hace varias décadas.

El Conacyt en estos 20 años funcionó de manera casi paralela al resto de los demás órganos estatales, ya que incentivó debates y construyó acciones que otros entes públicos o mixtos nunca visualizaron. Está apoyando a la mayor parte de la generación que produce conocimiento. Así también, cometió fallas y no debe temer las críticas.

El debate no debe agotarse

Para profundizar este debate, que consideramos no debe agotarse, Ciencia del Sur creará un Departamento de Bibliometría e Investigación propio para estudiar y confeccionar sus propios indicadores, independientemente de los otros que se construyen desde diversas fuentes. Consideramos que la diversidad y la capacidad de atender las diversas posturas, tanto de los que hacen políticas CTI, de los asesores en políticas científicas, de los científicos y de voceros de los investigadores, enriquecen enormemente nuestra sociedad.

Si de algo estamos seguros es que no podemos dar por sentado todo. Hoy existen medianos y grandes equipos de investigación en Paraguay que desarrollan proyectos innovadores y rigurosos en diferentes áreas. Es nuestro deseo que esos trabajos aporten enormemente al conocimiento, que es universal.

Tenemos la brillante oportunidad de mejorar no solo los indicadores de ciencia y tecnología, no solo la producción y nuestra influencia en el mundo de la investigación, sino también demostrar que a diferencia de otros sectores, la comunidad científica paraguaya puede ser más abierta, tolerante, pero escéptica a la hora de evaluarse. No debe tener miedo a rectificar rumbos.

El ensayo y error no solo es un método de la ciencia, sino también un método para hacer ciencia.

Tenemos la brillante oportunidad de mejorar no solo los indicadores de ciencia y tecnología, no solo la producción y nuestra influencia en el mundo de la investigación, sino también demostrar que a diferencia de otros sectores locales, la comunidad científica paraguaya puede ser más abierta, tolerante y escéptica a la hora de evaluarse.

 

 

¿Qué te pareció este artículo?

1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas (16 votos, promedio: 4,69 de 5)

Compartir artículo:

1 COMENTARIO

  1. El CONACYT a pesar de estar 20 años..es casi desconocido en el pais..su marketing comenzo con el presupuesto que le brindaron hace unos años. El presupuesto tendria que ser mas para investigadores, colocan varios cedazos para acceder al Pronii..por ejemplo exigen que el investigador tenga 3 paper en revistas indexadas los ultimos 3 años para entrar…con eso no tienen en consideracion la producion total del mismo que la hizo a pulmon en muchas ocasiones..eso hay que corregir YA…porque en vez de evaluar el projecto y el CV de los investigadores y valorar lo que muchos que estan fuera de esta ayuda estatal, brindaron a la sociedad sin apoyo..que clase de apoyo es este para crecer en ciencia? ..antes de apoyar y .en vez de hacer seguimiento y calificar segun los logros…aca no existe ensayo o error…hasta ahora..pero ojala lo vean y analicen pronto..para incrementar el ranking que se busca. Es mi aporte.

Dejar un comentario

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí