Cada año las lluvias generan inundaciones, afectando principalmente a las poblaciones ribereñas, que se ven expuestas a la contaminación debido a la presencia de basura y efluentes cloacales, provocando así una desesperada ocupación de espacios públicos ante el nivel crítico del río. En los últimos meses, además de las lluvias, fuertes vientos y granizadas afectaron diferentes ciudades del Paraguay.
Estos problemas se van agravando como efecto del cambio climático, las ciudades enfrentan cuantiosas pérdidas que pueden contrarrestarse con un desarrollo compatible con el clima. La mayoría de la población de América Latina y el Caribe (80%) reside en ciudades y, casi el 40% de la población mundial, mientras que 116 millones de personas viven en cuencas transfronterizas en América del Sur.
Últimamente es muy común que las ciudades se vean negativamente impactadas por eventos meteorológicos extremos y las proyecciones climáticas indican que estos eventos aumentarán en severidad y frecuencia. Por esta razón es importante que las ciudades evalúen sus vulnerabilidades a los eventos extremos y puedan adaptarse a ellos apropiadamente para evitar daños materiales y pérdidas económicas importantes.
Se consideran eventos extremos: lluvias intensas, granizadas, vendavales, olas de calor o cualquier evento meteorológico que es raro o infrecuente, según su distribución estadística para un lugar determinado.
En este contexto, el proyecto Cooperación Triangular Urbana: construyendo desarrollo resiliente al clima en la cuenca del Paraná, se enfoca en las ciudades de la triple frontera y busca identificar estrategias para mejorar la cooperación transfronteriza entre Ciudad del Este, Foz do Iguaçu y Puerto Iguazú.
Ciudad del Este es considerada una ciudad mediana que se espera esté entre las cinco ciudades con mayor crecimiento poblacional de América Latina para el 2030, hecho que la convierte en un excelente objeto de estudio para un análisis de vulnerabilidad.
El análisis se basa en un enfoque de métodos mixtos en el que se combinan técnicas cualitativas y cuantitativas. Se construyó un Índice de Vulnerabilidad Urbana para el que se utilizó un total de 73 indicadores económicos, sociales, climáticos y ambientales. Con este índice se busca cuantificar la sensibilidad de la ciudad a los eventos meteorológicos extremos y a la vez cuantificar la capacidad de respuesta y adaptación. Esto se complementa con datos obtenidos por medio de entrevistas.
Para comprender mejor qué es lo que se analiza en un estudio de esta naturaleza, veamos las definiciones de los principales aspectos considerados.
El quinto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) sugiere una tipología en la cual, la vulnerabilidad es «la propensión o predisposición a verse afectado negativamente. La vulnerabilidad abarca una variedad de conceptos que incluyen la sensitividad o la susceptibilidad al daño y la falta de capacidad para afrontar y adaptarse».
La exposición es «La presencia de personas, medios de subsistencia, especies o ecosistemas, funciones ambientales, servicios y recursos, infraestructura o activos económicos, sociales o culturales en lugares y entornos que podrían verse afectados de manera adversa».
Capacidad adaptativa es “la habilidad de los sistemas, las instituciones, los seres humanos y otros organismos para adaptarse a los posibles daños, aprovechar las oportunidades o responder a las consecuencias«.
Y por último, la capacidad de reacción que es «la capacidad de las personas, instituciones, organizaciones y sistemas, utilizando habilidades, valores, creencias, recursos y oportunidades disponibles para abordar, manejar y superar condiciones adversas en el corto y mediano plazo».
Este análisis muestra que Ciudad del Este ha tenido un crecimiento continuo en los últimos 30 años, este crecimiento se llevó a cabo de una forma no planificada haciéndola más vulnerable a los efectos de eventos climáticos extremos. Según los entrevistados, los eventos extremos más comunes en la ciudad son las fuertes lluvias (que ocasionan inundaciones urbanas y crecidas de ríos), vientos fuertes, olas de calor y ocasionales granizadas.
El sector comercial se ve particularmente afectado por los vientos fuertes, que causan la caída de carteles y tinglados cuya reparación ocasiona pérdidas económicas, esto se suma a un descenso de las ventas debido a que la gente prefiere no salir de sus casas durante estos eventos.
Pocos espacios verdes en la capital de Alto Paraná
Comparada con las otras dos ciudades, el atributo físico indica que Ciudad del Este muestra una mayor vulnerabilidad al tener una alta sensibilidad que se manifiesta por el bajo porcentaje de áreas verdes (solo el 1,2% del área municipal). La combinación de áreas altamente pobladas con pocas áreas verdes produce el efecto de Islas de Calor Urbano. Este efecto describe el incremento de la temperatura del aire urbano comparado con el de áreas rurales vecinas, pudiendo ser esta diferencia de hasta 10 oC.
La proporción de áreas urbanizadas se usa para medir la sensibilidad a las inundaciones. En este sentido, Ciudad del Este se considera sensible debido a que el 98% de su superficie está urbanizada. El peligro de las inundaciones se ve agravado por la existencia de barrios en áreas cercanas a los ríos. Esta población es altamente vulnerable a las crecidas y cada vez que estas ocurren, la gente debe ser reubicada en asentamientos precarios hasta que el agua baje.
El índice social sugiere que Ciudad del Este es más sensible que Foz do Iguaçu. Ciudad del Este tiene una alta densidad poblacional, con dos grupos mayoritarios vulnerables, adultos mayores a 65 años y niños menores de 14. Estos grupos pueden ser particularmente afectados por la escasez de agua potable, sequías y olas de calor.
El análisis revela que hay factores importantes que hacen que Ciudad del Este sea vulnerable a eventos climáticos extremos. La población de Ciudad del Este tiene un acceso bajo a servicios esenciales tales como el agua potable (30 % de la población tiene acceso), salud (la tasa de mortalidad es de 11,87 por cada 1.000 personas y la mortalidad infantil es de 46,24 por cada 1.000 niños nacidos), educación (5,80 % de analfabetismo), inseguridad y desigualdad de ingresos.
El atributo económico indica, que en general, hay una baja diversificación económica e inversión pública, aunque también sugiere que presenta un buen ambiente para hacer negocios. La actividad económica de Ciudad del Este se basa fuertemente en el comercio y es sensible a los eventos extremos que impactan la actividad comercial o su acceso a otras regiones.
Por otro lado, la presencia de hidroeléctrica Itaipú es una importante fuente de diversificación comercial y de recursos financieros para el gobierno municipal. A esto se suma el hecho de que al ser el turismo la principal fuente de ingresos de Foz do Iguaçu y Puerto Iguazú, estas ciudades presentan una potencial sensibilidad económica a los eventos climáticos que afectan las actividades turísticas, lo que a su vez reduce el flujo de turistas a Ciudad del Este.
En términos de capacidad de respuesta, Ciudad del Este posee protocolos de emergencia y planes de contingencia pero son informales. Los mecanismos de respuesta recaen en la municipalidad a través de diferentes organizaciones, tales como los bomberos, que son los primeros en proveer asistencia a la población afectada.
La Cruz Roja juega un importante papel en proveer ayuda e Itaipú es clave en proveer alertas tempranas. Las estrategias de preparación, respuesta y reparación no son suficientes en la ciudad.
La planificación para la adaptación al cambio climático es aún incipiente en Ciudad del Este pero se encontró una fuerte voluntad de actuar en esta importante ciudad del Paraguay. En base a este diagnóstico, se propusieron 21 soluciones analizadas y refinadas por actores clave de la ciudad, quienes el 16 de mayo próximo participarán de una importante reunión con inversores nacionales e internacionales en busca de su implementación.
Las personas que desean profundizar sobre el proyecto internacional, deben ingresar a este link.
Bibliografía
- Sakai, P.; Oberling, D.; Schneider, T.; López, L.; Caballero, N.; Oreggioni, F.; Sakai, M.; Tischner, A.; Aquino, C.; Franzini, A.; Coronel, G. (2017) Climate Change Adaptation in Ciudad del Este: Starting-Point Vulnerability Assessment. Paraquaria Nat. 5(2): 19 – 31.
- Sakai, P.; Sakai, M.; Schneider, T.; Oberling, D. F.; Oreggioni, F.; López, L.; Franzini, A. C.; Aquino, C.; Tischner, A.; Caballero, N. and Penagos, J. (2017) Vulnerability Assessment and Adaptation Strategies of the Triangle-City Region, a report by the Climate Resilient Cities in Latin America initiative, Cliamate and Development Knowledge Network (CDKN) and Canada’s International Development Research Centre (IDRC).
- Cooperación triangular urbana: Construyendo desarrollo resiliente al clima en la Cuenca del Paraná. Iniciativa Ciudades Resilientes al Clima, Esencial de Proyecto.
- Miguel Rodríguez, Valeria Revilla, Carola Mejía, Gisella Ulloa, María José Pacha y Gabriela Villamarín. (2017) ACCIÓN LOCAL CON IMPACTO GLOBAL, 8 ciudades latinoamericanas avanzan hacia un Desarrollo Compatible con el Clima. Documento de Trabajo. CDKN y Servicios Ambientales S. A.
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Columnista de ciencias naturales de Ciencia del Sur. Tiene una licenciatura en Química por la Universidad Nacional de Asunción y un doctorado en Ciencias Exactas por la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), donde elaboró su tesis doctoral investigando la cinética y fotoquímica de compuestos de interés atmosféricos. Realizó una estancia posdoctoral con el grupo de Química Atmosférica de la Universidad de Bolonia (Italia).
Se desempeñó como docente en la Universidad Nacional de La Plata, Universidad Federal de la Integración Latinoamericana (UNILA) y la Universidad Nacional de Asunción. Sus áreas de investigación son el estudio computacional de la degradación de compuestos orgánicos volátiles y pesticidas y las técnicas experimentales de tratamiento de aguas contaminadas con agroquímicos y metales pesados. Trabaja también en temas relacionados al cambio climático, efectos y desarrollo de ciudades resilientes. Es investigadora categorizada por el PRONII del Conacyt.
Excelente! ¿Cómo podría ponerme en contacto con los investigadores? Me interesan los resultados obtenidos
Hola María Rosa, podés escribirles al correo [email protected]
El «cambio climatico» atribuido a la actividad humana es un fraude. Y obviamente el clima en el planeta tierra ha estado cambiando durante miles de millones de añios y seguira cambiando en el futuro.