Por Adriana Alvarenga y Jorge Miret
Las garrapatas son ectoparásitos de vertebrados. Su cuerpo no tiene la morfología característica de un insecto y carecen de las divisiones clásicas de cabeza, tórax y abdomen—es una sola pieza redondeada. Las garrapatas pertenecen al phylum Artropoda, clase Arachnida, subclase Acari, superorden Parasitiformes, orden Ixodida, superfamilia Ixodoidea.
Esta superfamilia contiene a tres familias: Ixodidae, Argasidae y Nuttalliellidae. Las primeras se denominan vulgarmente garrapatas duras, mientras que las segundas se llaman garrapatas blandas y las terceras solamente tienen una especie conocida Nutttalliella namaqua.
En los ixódidos (garrapatas duras), los adultos de las garrapatas tienen un claro dimorfismo sexual (existen machos y hembras), se evidencia un escudo quitinizado, duro, que cubre la superficie dorsal de los machos, mientras que en las hembras este escudo se restringe a la mitad anterior.
Los argásidos (garrapatas blandas), se diferencian de las garrapatas duras por poseer una cutícula de aspecto correoso y carecen de escudo dorsal esclerotizado. Los adultos y ninfas de las garrapatas presentan cuatro pares de patas, mientras que las larvas, tres.
Picadura de las garrapatas: graves consecuencias
Las garrapatas son ectoparásitos bastante comunes en Paraguay, que no solo parasitan perros, sino cualquier animal al que puedan succionar sangre: vacas, gatos, aves, tortugas, serpientes, sapos, seres humanos, etc.
Existen en el país diversas especies, cuya problemática no se limita solo a la anemia que aqueja a los animales con cantidades de ellas adheridas a su piel, sino especialmente a la transmisión de varias enfermedades potencialmente graves, algunas de ellas zoonóticas (que afectan a las personas).
Los principales géneros de garrapatas que parasitan a los perros en el Paraguay son Rhipicephalus sanguineus (garrapata marrón del perro), y las garrapatas del género Amblyomma sp.
Ciclo vital de las garrapatas
Estos ectoparásitos ingieren sangre en ocasiones hasta 100 veces su peso. Luego de la cópula y fecundación entre las garrapatas macho y hembra que se realiza sobre su hospedador vertebrado, las hembras caen del hospedador y depositan sus huevos en resquicios de paredes, pisos, grietas de maderas o en la tierra.
Las hembras depositan aproximadamente unos 1.500 a 16.000 huevos (dependiendo de la especie) y luego mueren. Según la temperatura ambiente, estos huevos eclosionarán más rápido con temperaturas cálidas que con las temperaturas frías.
Las garrapatas de la especie Rhipicephalus sanguineus (garrapata común o garrapata marrón del perro), son garrapatas de tres hospedadores. Al nacer las larvas, buscan a un hospedador al cual adherirse, donde realizan su ingesta de sangre. Luego bajan al suelo, realizan una muda a ninfa y suben sobre un nuevo hospedador. Se alimentan de sangre, bajan nuevamente al suelo y se transforman en adultos machos o hembras. Finalmente, suben sobre otro hospedador para alimentarse, realizar la cópula y fecundación y comenzar las hembras un nuevo ciclo de ovoposición.
Agentes patógenos transmitidos por garrapatas
Las garrapatas pueden ser vectores de varios patógenos, algunos de ellos zoonóticos. Entre los principales patógenos están: Babesia canis, B. gibsoni y B. vogeli, Ehrlichia canis, Anaplasma phagocytophilum, Anaplasma platys, Rickettsia rickettsii (conocida como fiebre de las Montañas Rocosas o fiebre Maculosa), Borrelia burgdorferi (enfermedad de Lyme), Hepatozoon canis, principalmente; además, las garrapatas por medio de las picaduras pueden transmitir neurotoxinas salivares.
En un estudio realizado en 195 perros del área metropolitana de Asunción se encontró que 26 perros (13,3%) presentaron anticuerpos anti-Anaplasma; 74 perros (37,9%) presentaron anticuerpos anti-Ehrlichia y 8 perros (4%) una coinfección Anaplasma/Ehrlichia.
En la ciudad de Asunción y en su área metropolitana, así como en Encarnación, también ya se han reportado casos de perros con Hepatozoon canis, que es un protozoario transmitido por las garrapatas Rhipicephalus sanguineus.
Las garrapatas que no están infectadas con estos patógenos se infectan al succionar animales infectados con o sin síntomas. Además, las picaduras de estos molestos comensales producen heridas en la piel del huésped que son una puerta de entrada a otros microorganismos patógenos, como hongos y bacterias.
Las gotas de sangre atraen a las moscas que depositan sus huevos sobre la piel y con el nacimiento de las larvas tenemos una miasis (gusanera).
¿Qué hacer cuando encontramos garrapatas en la piel de nuestras mascotas?
Lo primero es consultar al veterinario, que guiará al propietario con los productos más adecuados acorde a la edad, peso y situación clínica de la mascota. En caso de que el paciente presente algún síntoma como fiebre, inapetencia, decaimiento, palidez de las mucosas, adelgazamiento, etc. se deberán tomar muestras de sangre y realizar los exámenes necesarios para llegar a un diagnóstico preciso y posterior tratamiento de acuerdo al patógeno detectado.
Hoy en día existen productos muy seguros y eficaces para mantener a las mascotas libres de estos peligrosos parásitos, pero deben ser siempre recetados por un médico veterinario, de acuerdo a la situación y características de cada paciente.
Se deben evitar los “experimentos” caseros para combatir los parásitos en el cuerpo de los animales, que en el mejor de los casos puede intoxicar a la mascota y en el peor ocasionarle la muerte.
También es importante la fumigación periódica del ambiente. cuando se realice este procedimiento no debe dejarse a los animales ni personas expuestas al producto utilizado. En zonas con clima tropical y subtropical como el de Paraguay, la lucha contra todo tipo de parásitos debe ser constante, debido al clima que favorece enormemente su reproducción.
Referencias
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Jorge Miret es doctor en ciencias veterinarias por la Universidad Nacional de Asunción. Investigador PRONII nivel I del CONACYT. Docente investigador del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (IICS), Universidad Nacional de Asunción (UNA). Profesor de Parasitología y Enfermedades Parasitarias en la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Ambientales (FCAA) de la Universidad Nacional de Canindeyú (UNICAN). Veterinario del Programa Nacional de Control de Zoonosis y Centro Antirrábico Nacional (PNCZyCAN) del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS).
Adriana Alvarenga es paraguaya, médica veterinaria con registro profesional N° 1.495. Egresada de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y columnista de Ciencia del Sur.
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Equipo periodístico y científico de Ciencia del Sur