Llega el verano: a revisar pulgas en perros y gatos

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Pulgas en perros y gatos
El rascado frecuente y muchas veces desesperado de los animales puede ser debido a pulgas, especialmente en verano. (Pixabay)
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En primavera y verano, unos de los motivos más frecuentes de consulta veterinaria son los problemas de piel en las mascotas debido a la presencia de parásitos externos. Los propietarios observan cierta inquietud y molestia por el rascado frecuente y muchas veces desesperado de los animales.

De hecho, las pulgas son los ectoparásitos más difundidos en todo el mundo. Tanto perros como gatos pueden desarrollar alergia a la picadura de pulgas (DAPP), problema que de no ser resuelto a tiempo puede complicar aún más la integridad de la piel con otros agentes como hongos y sarna, lo cual dificulta y alarga el tratamiento.

Esta alergia está ocasionada por varias especies de pulgas, pero la principal es Ctenocephalides felis felis, que se halla distribuida en todo el mundo. Los animales expuestos a la picadura de estos parásitos desarrollan hipersensibilidad a los componentes de la saliva de dichas pulgas, que producen los signos clínicos observados a simple vista la mayoría de las veces.

Son insectos que no poseen alas; su cuerpo es comprimido lateralmente y tienen la habilidad de saltar. Las hembras pueden desovar entre 400 a 500 huevos durante toda su vida. Estos son depositados sobre el huésped, alfombras, camas de los animales, piso, etc.

Los huevos eclosionan más rápido cuando hay humedad ambiental elevada y temperaturas cálidas.

Síntomas de la alergia por picadura de pulgas

En el perro con un avanzado estado de daño epitelial se nota a simple vista zonas carentes de pelos: tren posterior, base de la cola, abdomen (que ocasionalmente puede extenderse a otras áreas del cuerpo), donde el prurito (picazón) es intenso y el animal puede no solo intentar rascarse con las patas sino también mordisquear la zona y frotarse contra el suelo u objetos cercanos, produciendo en algunos casos autolesiones.

Los gatos pueden lamerse vigorosamente la zona abdominal y lumbar. Algunos incluso pueden arrancarse algunos pelos de aquellas áreas, llegando a presentar caída de pelos y zonas alopécicas (carentes de pelo).

Cachorro de 4 meses de edad. Luego de retirar las pulgas se observan las lesiones en la piel. (Foto: Adriana Alvarenga)

Toda esta potente actividad por deshacerse de las pulgas suele desencadenar otras infecciones secundarias debido a las lesiones en la piel.

Por eso es importante realizar un diagnóstico diferencial con otras afecciones dermatológicas; la sarna sarcóptica y ciertas alergias alimentarias también producen una picazón intensa.

En este sentido, es de gran valor realizar una historia médica detallada y minuciosa de la forma de vida, hábitos, alimentación, presencia de otros animales en la casa, etc., de modo a obtener un mejor panorama de la situación del paciente.

Una vez obtenido el diagnóstico preciso de DAPP, el veterinario orientará al propietario acerca de las acciones a tomar para eliminar a estos molestos y perjudiciales parásitos.

Control de las pulgas

Existen en el mercado varios productos para combatir los parásitos externos: jabones, lociones, champús, pipetas, collares y pastillas.

Los dueños o responsables de las mascotas deben consultar sobre el mejor método para su animal en particular, porque hay productos con restricciones de uso. Por ejemplo, en hembras preñadas o lactantes, o en animales con problemas neurológicos. Tampoco se pueden usar productos para perros en gatos. Lo ideal es evaluar a cada paciente y determinar el método más seguro y eficaz.

Tampoco se debe olvidar la fumigación del ambiente, debido a que un porcentaje significativo de pulgas se encuentra en el lugar donde vive el animal.

Cuando no existen infecciones secundarias, la alergia suele remitir con el control de las pulgas. En otros casos es imprescindible el uso de corticoesteroides para el control del prurito (picazón), pero este tratamiento no se debe usar a largo plazo.

Finalmente, es clave que los dueños verifiquen el pelaje de sus mascotas con frecuencia. Así, una vez detectada la presencia de pulgas o su materia fecal sobre el pelaje, acuda al veterinario antes de que ocurran complicaciones y se pueda diseñar un esquema de control que también resultará menos oneroso para el propietario y más saludable para los animales.

 

Referencias

  • Birchard, Stephen J. y Sherding Robert G. “Manual de Procedimientos en Pequeñas Especies” 2da. Ed. McGraw-Hill. Interamericana 2002.
  • Foster, Aiden y Foil, Carol (Eds). “Manual de dermatología en pequeños animales y exóticos” 2da. Ed. British Small Animal Veterinary Association.
  • Cordero del Campillo y M. Rojo Vázquez F. A. “Parasitología Veterinaria”. Madrid-España: McGraw-Hill. Interamericana 2000. 1ra. Ed.

 

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Paraguaya, médica veterinaria con registro profesional N° 1.495. Egresada de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

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