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Los hámsters son mascotas muy queridas, especialmente por los niños, no ocupan mucho espacio y son fáciles de cuidar. Para que el hámster pueda estar confortable y tener confianza en sus dueños, es importante tener en cuenta ciertas pautas de cuidado, alimentación y estar atento a los signos de alguna enfermedad o alteración que pudiera presentarse en algún momento de su vida.

Aquí te brindamos algunos datos interesantes sobre la biología, manejo y las enfermedades más comunes que afectan a estos pequeños animalitos.

Los hámsters pertenecen al orden de los roedores. Existen varias especies, pero la más utilizada como mascota doméstica es el hámster dorado (Mesocricetus auratus), que es originario de Siria. Las demás especies (hámster enano ruso y el hámster de Roborovski) no son tan populares.

Estos animalitos tienen el cuerpo peludo y la cola corta y desprovista de pelo. Los colores varían del canela, blanco y varias combinaciones del manto. Los adultos pueden llegar a pesar 85-130 gramos los machos y 95-150 gramos las hembras. Su esperanza de vida ronda los 1,5 a 3 años. La característica anatómica que más llama la atención son las “bolsas” que tienen en ambos lados de la boca. Estas se denominan abazones y sirven como depósito de comida principalmente.

Un hámster dorado llenando sus abazones con comida. (Wikimedia)

Determinar el sexo en estas pequeñas mascotas es muy fácil. Las hembras presentan la distancia anogenital mas corta que los machos, en los cuales los testículos son fácilmente visibles. Se considera que alcanzan la madurez sexual entre las 6-8 semanas de vida, la gestación dura de 15 a 18 días y el destete debe realizarse a los 21 días aproximadamente. Es vital separarlos a tiempo debido a que después la madre suele agredir a las crías, en algunos casos mortalmente. Suelen nacer 5 a 9 crías, desprovistas de pelo, ciegas y sordas.

Manejo

Alojamiento: las hámsters son hábiles escapistas, por lo que los hábitats deben adecuarse para evitar escapes y accidentes. Existen en el mercado jaulas especiales, con túneles incluidos, pero también se pueden utilizar acuarios de vidrio. El sustrato es importante; se puede adicionar viruta limpia, que tiene la ventaja de permitir una limpieza fácil. Otra opción válida es el pasto seco.

Las dimensiones no deben ser pequeñas. Es esencial que cuente con espacio suficiente para comer, dormir, defecar y hacer ejercicio. Esto último se favorece con la rueda para ejercicios. También necesita un nido donde guarecerse y descansar. Como son de hábitos nocturnos, se pasarán el día durmiendo y activarán de noche. Es conveniente que esté un solo hámster por jaula, excepto en el período de celo de la hembra y si deseamos descendencia.

Foto: Wikimedia.

Alimentación: agua limpia siempre disponible, de preferencia en bebedero de botella. Existen preparados comerciales para alimentación de roedores, aunque de igual forma es importante incorporar a la dieta frutas y verduras y un poco de proteína animal, como queso o clara de huevo duro. Las frutas y verduras más apetecibles suelen ser las peras, manzanas, bananas y frutillas. También disfrutan de la zanahoria, calabazas y perejil.

Enfermedades más comunes

Dentales: como cualquier otro roedor tiene dos incisivos superiores y dos inferiores. Estos últimos son tres veces más largos que los superiores, además son de crecimiento continuo, de ahí la importancia del desgaste constante. También son proclives a roturas traumáticas, lo que ocasionará dolor y rechazo a la comida.

Intestinales: las enteritis y diarreas suelen ser descubiertas por el propietario más por la “cola mojada” que por el hallazgo de materia fecal blanda en el sustrato. Esto tiene una amplia diversidad de causas, desde parásitos, bacterias y virus, incluso un mal manejo de la dieta. En estos casos es importante realizar los análisis de materia fecal y cultivo, de modo a ubicar al agente patógeno responsable.

Prolapso de abazones: los abazones son las bolsas laterales que se ubican a cada lado de las mejillas. En algunas ocasiones se produce un prolapso (salida al exterior del órgano), y en este caso es sumamente importante la consulta veterinaria inmediata de modo a colocarlo en su lugar normal.

Prolapso de ablazones en un hámster ruso. (Wikimedia)

Respiratorias: estos animalitos son especialmente sensibles a los agentes virales respiratorios de los seres humanos. Los signos clínicos incluyen conjuntivitis, mucosidad nasal purulenta, estornudos, fiebre, inapetencia y decaimiento. El tratamiento es sintomático y de ser posible se debe realizar un cultivo y antibiograma, por las complicaciones bacterianas habituales.

Enfermedades de la piel: el estado de la piel y el pelaje suele ser resultado de varios factores, principalmente nutricional y de higiene del hábitat. Un pobre aporte proteico a la dieta producirá un pelaje opaco, con mal aspecto. A esto se suman los diversos agentes como sarnas y hongos, que de no tratarse correctamente y a tiempo pueden ser mortales para el pequeño paciente, especialmente aquellos con enfermedades anteriores o subyacentes, estrés, y en animales gerontes.

También se suele observar en la consulta con cierta frecuencia neoplasias en la piel. En estos casos se debe proceder a extirpar la neoplasia y realizar un aspirado y biopsia de modo a establecer la naturaleza de la masa.

Reproducción

El celo (ciclo estral) de la hembra tiene un promedio de 4 días. Si deseamos descendencia el procedimiento correcto es llevar a la hembra al hábitat del macho, no al revés. Si se observa algún tipo de agresión o rechazo, se los debe separar inmediatamente.

Una hámster dorada con sus dos crías de menos de una semana. (Wikimedia)

La hembra prepara un nidal para el parto. Las crías nacen sin pelo, ciegas, sordas y comienzan a buscar alimentos sólidos aproximadamente a los 7-9 días. Se debe tener cuidado con el manejo del estrés en la madre, pues esto suele llevar al canibalismo (se comen a las crías). No molestar a la madre y minimizar las visitas y la manipulación y colocar abundante agua y comida. Son raros los problemas reproductivos, que si se presentan se debe realizar una consulta y ecografía abdominal para detectar algún problema en los órganos genitales.

Por último, es sumamente importante realizar una evaluación veterinaria al adquirir un hámster, informarse de sus necesidades y cuidados. Brindarle a la mascota un lugar limpio, aireado y alimento de buena calidad siempre. Al notar algún cambio en su comportamiento o actitud, acudir a consulta rápidamente. Sobre todo, no experimentar con medicación para otros animales como perros y gatos.

 

Referencias bibliográficas

  • Meredith, Anna y Redrobe, Sharon. Manual de animales exóticos. 4ª edición. British Small Animal Veterinary Asociation. 2006.
  • Jiménez, Jordi. Domingo Roger et al. Manual clínico de animales exóticos. Multimédica Ediciones Veterinarias. 2009.
  • Bonagura, John D. y Kirk, Robert W. Terapéutica veterinaria de pequeños animales. 1ª Ed. Mc Graw-Hill de México. 1997.

 

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Paraguaya, médica veterinaria con registro profesional N° 1.495. Egresada de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

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