Uno de los motivos más frecuentes de la visita al veterinario es el vómito de los perros, tanto cachorros como adultos. Las causas del mismo son muy diversas, desde lo más leve hasta enfermedades más graves.
Es importante saber que el vómito no es una enfermedad, sino un signo clínico inespecífico que nos alerta sobre alguna alteración que puede ser gastrointestinal o no.
En primer lugar se debe diferenciar entre el vómito y la regurgitación. El primero es la expulsión forzada y violenta del contenido estomacal (a veces inclusive de la primera porción del intestino delgado duodeno) por la boca. El segundo implica un reflujo o expulsión pasiva del alimento sin digerir proveniente del esófago.
Una vez en la consulta, es muy importante consignar los datos del paciente, como la edad, las vacunas recibidas, frecuencia de los antiparasitarios, comida habitual, actividad y estilo de vida del perro (por ejemplo, si vive en departamento, o tiene acceso al jardín, o a la calle, etc.).
Los siguientes datos a considerar son: tiempo de presentación del signo, ¿hace cuánto vomita? ¿Cada cuánto vomita? ¿Cuál es el color del vómito?
También: ¿Se comprobó la presencia de parásitos, sangre, moco o algún material extraño? ¿Su apetito disminuyó o aumentó? ¿Hay otros animales enfermos en la casa o zona? ¿Tiene tos o dificultad para respirar? ¿Está siendo medicado? ¿Quién lo medica?
Además del vómito, ¿presenta algún otro síntoma como diarrea, pérdida de peso, sed excesiva?
En este punto se debe enfatizar que es fundamental que el propietario proporcione los datos lo más exactamente posible.
A continuación, se pasa al examen físico del paciente; se evalúa la postura a la estación (de pie en las cuatro patas). Por ejemplo, si se encorva podría indicar dolor abdominal. Se examina la cavidad oral para detectar algún posible cuerpo extraño (huesos, hilos, plásticos, dientes rotos, etc.).
La palpación del tracto gastrointestinal debe ser hecho lo más minuciosamente posible para determinar dolor, cuerpos extraños, masas, engrosamientos, entre otros. También se evalúan las complicaciones como deshidratación y adelgazamiento.
El vómito se considera agudo cuando su duración lleva menos de una semana y se vuelve crónico cuando sobrepasa 1 o 2 semanas.
Las causas más frecuentes del vómito gastrointestinal agudo son: ingestión de cuerpos extraños como piedras, maderas, plásticos, huesos, pelos y juguetes. Sin embargo, también se da cuando hay cambios bruscos en la alimentación, como al pasar de un tipo de comida a otro sin haberlo hecho por etapas, lo que conduce a una intolerancia.
Otros motivos son: parasitosis, ingestión de toxinas o venenos, gastritis agudas, enfermedades virales como parvovirus o moquillo, intususcepción intestinal, etc.
Las causas habituales del vómito agudo no gastrointestinal son: piómetra (infección uterina), insuficiencia renal aguda, prostatitis, pancreatitis aguda, insuficiencia hepática aguda, alteraciones del sistema nervioso central, peritonitis, enfermedad vestibular, etc.
El vómito crónico, cuya duración es más prolongada y puede presentarse en forma alternada, también puede ser de origen gastrointestinal y no gastrointestinal. Entre las causas del primero tenemos: alergia alimentaria, gastritis crónica, cuerpos extraños, parásitos, úlcera gastrointestinal, tumores gástricos, estenosis pilórica, alteración de la motilidad gástrica y estreñimiento.
Posibles causas del vómito crónico no gastrointestinal: nefropatías, hepatopatías e intoxicación por plomo.
La importancia de las pruebas laboratoriales
El veterinario deberá considerar y evaluar detalladamente los datos obtenidos de la anamnesis y proponer la realización de pruebas laboratoriales en caso de ser necesarias, incluso exámenes radiológicos. Los análisis clínicos podrán incluir hematología, bioquímica sanguínea, análisis de orina y materia fecal.
La placa radiológica permitirá observar la presencia de cuerpos extraños y su localización en el organismo, masas abdominales, etc. Las radiografías de contraste sirven para visualizar cuerpos extraños radiolúcidos, irregularidades de la pared gástrica e intestinal. Otros métodos complementarios son la ecografía abdominal y la laparotomía exploratoria.
Finalmente, una vez que se han obtenido todos los datos o la mayor cantidad posible de información, se podrá establecer un tratamiento acorde a la causa del vómito, teniendo en cuenta los hallazgos clínicos, los resultados laboratoriales y radiológicos. Es importante suministrar al paciente fluidoterapia, debido a la deshidratación y la pérdida de electrolitos con las que algunos acuden a la consulta.
Muchos perros llegan a la consulta luego de haber pasado por tratamientos “caseros” que no han hecho más que empeorar la situación del paciente.
Es importante mencionar que el único que puede realizar un tratamiento adecuado es el médico veterinario. Los propietarios no deben automedicar a sus animales porque podrían agravar la situación e inclusive poner en peligro la vida de la mascota. Esto no solo complica el estado del perro, sino que el tratamiento se vuelve más oneroso para el dueño.
Referencias
-Birchard, Stephen J. y Sherding Robert G. “Manual de Procedimientos en Pequeñas especies” 2da. Ed. Mc Graw-Hill. Interamericana. 2002.
-Ramsey, Ian K y Tennant, Bryn J. “Manual de Enfermedades Infecciosas en Pequeños Animales” Edición 2012. BSAVA.
–Gobello, Cristina “Signos Clinicos en el Perro: aproximación diagnóstica”. Cristina Gobello y Nestor Oscar Stanchi.- 2da. Ed. – La Plata: el autor, 2004. 188 p.
–Análisis de biopsias endoscópicas en caninos, Universidad de Antioquia, Colombia.
–Consulta externa en clínicas veterinarias de Manizales. Análisis epidemiológico en Caninos. Universidad Cooperativa de Colombia.
Paraguaya, médica veterinaria con registro profesional N° 1.495. Egresada de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
Excelente artículo!