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Las altas temperaturas en enero rompieron récords en Paraguay. Tanto la capital del país como todo el territorio nacional se enfrentan a grandes problemas a causa del fenómeno La Niña y el cambio climático: sequía, incendios incontrolables, alteración de los ecosistemas y pérdida de la biodiversidad urbana y periurbana.

Distintas instituciones con sus propias metodologías monitorean los focos de calor, que son puntos de temperatura elevada detectados por satélites que orbitan la Tierra. El satélite de referencia del Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE), que monitorea varios países de Sudamérica, detectó 3.901 focos de calor en todo Paraguay en enero de 2022. Desde que empezó la medición en 1999, no se había registrado una cantidad tan elevada de estos focos en el primer mes del año.

El monitoreo de focos de calor del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) registró 7.801 focos el mes pasado en los horarios de 00:00 a 08:00 en todo el país. Más de 100 de estos focos se concentraron en Asunción y Central. Estos datos provienen del portal del INPE y del registro con el satélite SUOMI NPP VIIRS 375m.

Larissa Rejalaga y Lourdes González Soria, docentes investigadoras de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA), explicaron que los incendios ponen en peligro la infraestructura, la salud, contaminan el ambiente e, incluso, pueden ocasionar pérdida de vidas.

En el mes de enero, el Laboratorio de SIG y Teledetección de la FCA, mediante el monitoreo del satélite NPP VIIRS 375m, registró en Asunción y el departamento Central 643 focos de calor, el 1,7% del total a nivel nacional (37.247 focos activos de calor). La diferencia con el monitoreo del MADES es que el laboratorio contabilizó en dos horarios, por la mañana y por la tarde.

Si bien no todos los focos de calor son incendios, tienen una relación directa, explicó a Ciencia del Sur el director de Cambio Climático y Políticas de la organización WWF Paraguay, Óscar Rodas. “A mayor cantidad de focos de calor detectados por las plataformas satélites, también es mayor la cantidad de focos de incendios”.

¿A qué se debe la sequía y los incendios en Asunción?

Asunción
El humo se podía observar de color naranja en la costanera de Asunción (Foto: gentileza de Rodrigo Paredes).

Rodas comentó que los últimos incendios se están concentrando en la zona de la cuenca media del río Paraguay, donde se ubica Asunción. La regulación hídrica de toda la cuenca está controlada por las lluvias a muchos kilómetros al norte en el Pantanal, donde se registraron lluvias escasas y grandes incendios durante 2021. No está llegando cantidad suficiente de agua, y  esto genera una condición propicia para los incendios cerca de la capital.

“Estos incendios que vivimos en enero también tienen su origen en el desequilibrio hídrico que se ha visto en el Pantanal en los últimos años en coincidencia con los años de mayor temperatura y con mayor incidencia de sequía”, explicó Rodas.

Un indicador claro de la concentración de quemazones en la zona es el color naranja pálido que se pudo observar en los últimos días del mes de enero e inicios de febrero en el cielo de la tarde de Asunción. “Ese color naranja vespertino, que prácticamente debilita los rayos solares, corresponde con la frecuencia de ondas electromagnéticas del monóxido de carbono (presente en el humo)”.

Los últimos focos de incendio en la ciudad fueron causados por el reciclaje de ciertos elementos como cubiertas o cables, además de la quema irregular de basura en las zonas de la reserva ecológica, contó Alejandro Buzó, director de Prevención de Incendios de la Municipalidad de Asunción.

Aún no cuentan con un reporte oficial de la zona afectada, pero con el trabajo en terreno que llevan adelante, se calcula alrededor de 80 hectáreas del Banco San Miguel dañadas en incendios durante enero 2022.

“Si vemos un comparativo entre los incendios de 2020 y 2021, este mes hubo una extensión menor de daños. Entonces creemos que afectó positivamente el trabajo realizado, especialmente las líneas cortafuegos”, manifestó. También reconoció que aún queda mucho trabajo por hacer.

El daño a largo plazo de los incendios

bahía de Asunción
La bahía de Asunción alberga importantes humedales (Foto: Guyra Paraguay).

En Asunción se encuentran humedales de gran importancia como la Bahía de Asunción, con el Banco San Miguel, que tienen más de 300 hectáreas declaradas como reserva ecológica nacional.

En los incendios de enero en esa zona, el daño ocasionado a la biodiversidad no fue tan grave, declaró José Luis Cartes, director de Guyra Paraguay. Gran parte corresponde a zonas que no poseen una fauna y flora importante en términos de especies raras, amenazadas o migratorias. Si bien los incendios, esta vez, no causaron graves consecuencias en la biodiversidad, Rodas recalcó que, si se siguen intensificando año a año, afectarán profundamente el hábitat y la vegetación nativa de la zona porque no hay barreras físicas que lo prevengan.

Además, los grandes incendios causan una erosión que llena de sedimentos los humedales, generando el aumento de la temperatura del agua y alterando su composición. Cuando se presenta una gran cantidad de erosión y sedimentos, la autodepuración del agua es mucho más difícil, por lo que daña la biodiversidad de los humedales y también impide que pueda ser utilizado para el esparcimiento de la población.

Los incendios continuos y voraces producen un fenómeno denominado sabanización. La vegetación dominante se vuelve herbácea y se reduce la cantidad de arbustos y árboles que tienen un papel fundamental para la disminución de focos de calor e incendios.

“Es una especie de círculo vicioso natural causado por el cambio climático y los fenómenos extremos como son los incendios”, mencionó Rodas.

Las emisiones de los incendios, que principalmente se ven como humo, contienen partículas, moléculas y compuestos químicos llamados aerosoles. Muchas de estas emisiones son negativas y afectan la formación de nubes, lo cual dificulta las condiciones necesarias para las lluvias, cumpliendo nuevamente el círculo vicioso entre incendios y sequías.

Otra situación que se suma a los efectos de estos fenómenos es la alteración de los humedales por obras de infraestructura como avenidas y defensas costeras. El especialista recomendó que se debe evaluar con mucha atención cómo esto afectará a los humedales a mediano y largo plazo.

La salud y la economía también están en juego

río Paraguay bajo en la bahía de Asunción
La falta de lluvias reveló piedras no vistas en años en la bahía de Asunción (Foto: Óscar Rodas).

Erika Zuchini, capitana de la Brigada Forestal de la Reserva Ecológica Banco San Miguel y pobladora del barrio, contó que, durante las primeras semanas del año, el humo estuvo rondando por el barrio durante varios días y fue uno de los mayores problemas.

Inhalar monóxido y dióxido de carbono, entre otras emisiones del humo, producen problemas en el sistema respiratorio y cardiovascular; sobre todo en personas que sufren enfermedades de base como cardiopatía, presión alta, problemas pulmonares y la población más susceptible son los niños y ancianos, mencionó Sandra Irala, directora interina de la Dirección General de Vigilancia de la Salud (DGVS).

La doctora Irala recomendó prestar atención a síntomas como picazón intensa en los ojos, congestión nasal, chillido de pecho y descompensación. En caso de que se presenten, se debe acudir a un médico. Además, sugirió evitar la exposición en lo posible: no salir de las casas, prender el aire acondicionado y no hacer ejercicios al aire libre cuando se presenta una notoria contaminación del aire.

Este año, la DGVS no contó con reportes sobre consultas de afecciones respiratorias atribuibles a los incendios en todo el país. Sí se reportó una muerte a causa de quemaduras por incendios. La dirección cuenta con un sistema de vigilancia intensificada en estas situaciones; realizan monitoreos de prensa y contactan con los referentes de cada región para mantener un registro de las afectaciones.

Además de las consecuencias en la salud, los incendios afectan también a la economía de la población que depende de los servicios ecosistémicos de los humedales de Asunción: acceso al agua, transporte fluvial, pesca y actividades de turismo.

Por la erosión y sedimentación en los humedales, se observó en Asunción la aparición de una roca de origen volcánico nunca antes vista en esa magnitud. Estos sedimentos reducen la navegabilidad en la zona de la capital donde las barcazas que transportan materiales por el río tuvieron que reducir de 16 barcazas a una sola por vez, informó Rodas. Esta reducción aumentó el precio del flete fluvial, los precios de productos importados y redujo el margen de ganancia de la exportación.

El trabajo de hormigas en la comunidad de San Miguel Guerrero

Banco San Miguel
La bahía de Asunción y el Banco San Miguel involucra a varias comunidades (Imagen: Guyra Paraguay).

La comunidad del barrio San Miguel cumple un rol importante en la protección de la reserva ecológica ubicada en el lugar. Los jóvenes de la comunidad crearon una brigada forestal que participó activamente en la defensa de la zona contra los incendios.

Erika Zuchini mencionó que no se realizaron desplazamientos durante los últimos incendios. Gracias al trabajo realizado, se logró combatir el fuego antes de que llegara a las casas.

Desde la comunidad han creado estrategias propias para hacer frente a peligros como los incendios. “Nosotros nos organizamos a través de los grupos de Whatsapp y es ahí donde damos el aviso, nos movemos, vemos qué hacer, dónde está el fuego, a quién podemos llamar. Es una coordinación entre parte de la comunidad por cualquier situación, no solamente por un incendio forestal”, relató Zuchini.

De igual manera, han trabajado en concientizar a sus vecinos sobre la importancia de la reserva ecológica. Sexta Bobadilla, líder de la comunidad, lo describió como un trabajo de hormiga. “Vos te acercás a las familias, les explicás qué es un área de reserva y cómo podemos cuidarla”, explicó. También concientizan sobre la contaminación y el peligro que representa el reciclaje en caso de incendios, para así disminuir la cantidad de recicladores en la zona.

Si bien desde la comunidad se han llevado adelante estas acciones de prevención y protección, reconocen que falta más presencia del Estado. Zuchini mencionó la necesidad de una línea directa con los bomberos voluntarios, un control permanente, uniforme y equipamiento para los brigadistas forestales y medios de transporte para realizar los monitoreos. Bobadilla agregó que es urgente que la comunidad disponga de agua potable.

Un pronóstico para los próximos meses

Hay un alto porcentaje de probabilidad de que el fenómeno La Niña —que implica sequía para el país— continúe hasta mayo de este año con efectos de altas temperaturas e incendios. “Por lo general, uno esperaría que las temperaturas sean más templadas a principios de febrero. Sin embargo, en los primeros días estuvimos prácticamente en los 39 °C”, reflexionó Rodas.

Los efectos de La Niña incrementan las posibilidades de incendios forestales y también afectan a la economía del país. Se estima que la producción de soja ha bajado en un 30 % y se calculó una pérdida de US$ 2.500 millones a consecuencia de la sequía, los incendios y las altas temperaturas que afectan directamente a la producción primaria de nuestro país.

En los próximos años, los incendios forestales podrían afectar profundamente la estructura de la vegetación.

“Eso nosotros ya lo tenemos comprobado en estudios que realizamos en otras zonas, como la región de Chovoreca, donde hemos revisado parcelas de monitoreo y se nota que cuando los incendios son muy intensos, a causa del cambio climático, no solamente se elimina el tronco y las ramas superiores, sino que también afecta en gran profundidad el suelo. El calor es tan alto que elimina las raíces de la vegetación, y la microfauna del suelo también es afectada”.

Se debe accionar de manera urgente para frenar el daño

bahía de Asunción
La bahía de Asunción es una zona muy dinámica que requiere de un manejo activo (Foto: MADES).

El área de prevención de incendios de la Municipalidad de Asunción ha impulsado una mesa de trabajo operativa con el cuerpo de bomberos y la Policía Nacional para mejorar la capacidad de respuesta a casos de incendios en la capital. También, se realizaron más de 6 kilómetros de líneas cortafuegos para evitar la propagación de los siniestros. Además, llevaron a cabo monitoreos con drones para identificar y disuadir a quienes están iniciando las quemas.

Buzó considera que el uso dado a la zona no es adecuado. «Un área protegida no puede ser una zona de ingreso de basura de residuos, por más que sea en carácter de reciclaje. Esta debería ser una actividad destinada a otro lugar de la ciudad o del país”, argumentó.

Por otro lado, comentó que necesitan el apoyo de otras instituciones públicas para la cobertura de seguridad de la zona. “Hemos evidenciado que, mayormente, estos episodios tienen relación directa con la provocación de incendios, lo cual es un delito y supera la capacidad administrativa de los municipios”.

Para las ingenieras Rejalaga y González, se debe contar con un plan de ordenamiento territorial donde se establezcan las normas que regulen las construcciones y las actividades que allí se desarrollan.

El director de Guyra Paraguay mencionó que se está trabajando con el municipio desde el 2018 para restaurar el hábitat de las aves migratorias en la zona de la reserva ecológica Banco San Miguel, pero que finalmente la municipalidad no estuvo de acuerdo en ejecutar.

“Esperamos que este año podamos avanzar más en ese trabajo y así también evitamos futuros incendios en esas áreas. Esta reserva es un área muy dinámica, debido al comportamiento del río Paraguay, y necesita de un manejo activo y continuo”, explicó.

Por su parte, Rodas sugirió que, para proteger a la capital, se necesita que los humedales y bañados de Asunción se declaren de interés municipal y que esto permita a todo el Estado paraguayo contribuir al mantenimiento y recuperación de los humedales que aún quedan en la ciudad a mediano y largo plazo, ya que la alteración fue bastante importante.

“Guyra Paraguay tiene una experiencia con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones donde, hace unos años, rescataron una parte del hábitat de las aves migratorias, recuperando la dinámica hídrica de una parte del Banco San Miguel. Hay experiencias pilotos las cuales demuestran que, con una intervención apropiada, se pueden recuperar estos humedales”.

 

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Alejandra es reportera en Ciencia del Sur. Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Asunción, se ha desempeñado en distintas área de la comunicación para empresas y organizaciones de la sociedad civil. Fue una de las ganadoras del Premio Nacional de Periodismo Científico de Paraguay en 2019 y en 2022. Forma parte de la Red LATAM de jóvenes periodistas, iniciativa de Factual y Distintas Latitudes.

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1 COMENTARIO

  1. “Ese color naranja vespertino, que prácticamente debilita los rayos solares, corresponde con la frecuencia de ondas electromagnéticas del monóxido de carbono (presente en el humo)”. Esta explicacion no es correcta

    Si la atmósfera contiene solamente moléculas (aire puro)el color que observaríamos en el ocaso sería amarillo con muy poco de naranja. Los tonos más rojizos de algunos atardeceres se deben a la presencia en el aire, de pequeñas partículas, llamadas aerosoles, causadas por la
    contaminación, incendios, tormentas de viento, etc. Si el tipo de dispersión que producen es el de Rayleigh, éstas terminan por eliminar el verde y el amarillo de la luz del sol y observamos un ocaso de color anaranjado-rojizo y en algunos casos muy rojizo .
    Ver: «La explicación del azul del cielo» de R. Welti, buscarlo en la web, se puede bajar libremente. Libro de 120 páginas aproximadamente.

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