Vacaciones estelares: niñas y niños descubren la nueva era espacial

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colonia de vacaciones de invierno ciencia del sur
El grupo de niños y niñas de la colonia de vacaciones de invierno Ciencia del Sur (Foto: Alejandra Sosa).
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Durante dos días, alrededor de 45 niñas, niños y adolescentes se asombraron con el pasado, presente y futuro del desarrollo tecnológico que envió a robots y seres humanos más allá de la atmósfera terrestre en la «AstroColonia de Vacaciones 2023: de Apolo a Artemis, la nueva gran era espacial», organizada por Ciencia del Sur el pasado jueves 20 y viernes 21 de julio.

Con cuatro emocionantes talleres, las niñas, niños y adolescentes dieron los primeros pasos para adentrarse a la carrera espacial que inició incluso antes de que el primer hombre pisara la Luna. Escuchar las historias no era suficiente; con las clases prácticas de la colonia pudieron aprender a montar un telescopio, construir su propio reloj solar y encontrar nuevas herramientas para mirar el cielo paraguayo y no perderse.

El primer día, las niñas y niños sorprendieron al profesor Pedro Acosta cuando comenzaron a contar ellos mismos la historia de cómo llegó el hombre a la Luna. Conocían el nombre de Neil Armstrong, el astronauta estadounidense; incluso habían escuchado sobre la Guerra Fría y qué país había ganado la carrera espacial en 1969. Los niños levantaban las manos una y otra vez para agregar algunos datos que el profesor no alcanzaba a contar.

Para el alunizaje, Armstrong estaba a contrarreloj buscando un buen lugar, entre grandes cráteres lunares, contó el profesor, y un niño acompañó el relato con un apurado tic-tac, tic-tac, que sumó a la tensión en el aula.

Pedro Acosta, además de ser un físico aficionado a la astronomía, es un gran contador de historias. Con la sala a oscuras y un proyector que mostraba imágenes de nuestra galaxia, no era difícil transportarse hasta el momento de esta gran hazaña mundial.

Acosta acompañó la gran curiosidad de las niñas y niños. Entre risas y asombro, los alumnos hicieron preguntas que quizás pocas personas se habían atrevido a formular. Uno de los temas más intrigantes fue cómo los astronautas resolvían sus necesidades fisiológicas en el espacio. Descubrieron que utilizaban una especie de pañal espacial.

Luego de conocer cómo fueron los primeros viajes al espacio, aprendieron a cómo y qué observar con un telescopio en el cielo del Paraguay con el profesor Rodrigo Ríos. La clase fue un adelanto de lo que les esperaba al día siguiente con la observación espacial. Varios niños y niñas contaron emocionados que esperaban ver a la Luna más de cerca.

En el segundo día, las y los pequeños astrónomos pudieron llegar hasta el presente de la exploración espacial y viajar en el futuro. ¿Qué podríamos saber para 2025? ¿Quiénes serán los próximos viajeros a la Luna y a Marte? Muchos de los proyectos en los que están trabajando países como Estados Unidos y China podrán ser vividos por los niños y adolescentes que ese día estaban escuchando con mucha emoción la clase.

Alhelí, una niña de 7 años, escuchó por primera vez sobre las exploraciones espaciales con robots. Aunque hoy todavía sea muy difícil y costoso enviar a personas a otros planetas, los robots ya están en Marte y otros lejanos lugares de la galaxia desde hace muchos años. Hoy vivimos en la era de oro de la exploración espacial robótica.

Entre tantas misiones espaciales hechas con robots, el profesor también habló sobre la necesidad de invertir en ciencias para desarrollar nuevas tecnologías como las que permitieron explorar el universo desde la Tierra. Lastimosamente, reconoció Acosta, Paraguay es uno de los países que menos invierte en ciencias.

Después de la clase teórica, llegó el momento más esperado por varios de los niños y niñas. Rodrigo Ríos les enseñó paso a paso cómo armar un telescopio, las partes que la componen y cómo encontrar los objetos del cielo.

Con ansiedad y entusiasmo, el grupo salió al costado de la universidad para observar la Luna. Mientras se preparaban dos telescopios, los niños saltaban en sus lugares, conteniendo la emoción.

Muchas veces, observar el cielo nocturno desde las ciudades puede traer dificultades, y esa noche la Luna creciente estaba muy baja y solo concedió unos pocos minutos de su luz antes de ocultarse entre los altos edificios. Rápidamente, los niños fueron observando uno a uno a través de los telescopios y las caras de total sorpresa diferenciaban a aquellos que la veían tan de cerca por primera vez.

Los padres y madres también siguieron muy de cerca la experiencia que vivían sus hijos. Algunos escucharon las clases y también aprendieron sobre el universo como quizá nunca lo habían conocido. Además, tuvieron la oportunidad de maravillarse con los cráteres de la Luna en el telescopio.

Una de las madres contó muy feliz que las charlas estuvieron geniales para que los niños empiecen a conocer este mundo.

La Astrocolonia de vacaciones de invierno tuvo el auspicio de la fundación Museo de Ciencias (MuCi) y el apoyo de Astronomía Paraguay (AstroPy) y de la Universidad Americana (UA), donde se desarrollaron las clases.

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Alejandra es reportera en Ciencia del Sur. Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Asunción, se ha desempeñado en distintas área de la comunicación para empresas y organizaciones de la sociedad civil. Fue una de las ganadoras del Premio Nacional de Periodismo Científico de Paraguay en 2019 y en 2022.

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