La Cámara de Senadores aprobó el pasado 21 de julio un proyecto de ley que reforma el sistema de salud mental en Paraguay, aunque quedan aún el recorrido por la Cámara de Diputados y diferencias gremiales sobre el cierre del Hospital Psiquiátrico de Asunción.
Paraguay no cuenta con leyes sobre salud mental, y la inversión en esta área es menos del 2 % del presupuesto del Ministerio de Salud. Uno de los principales puntos de la reforma es el cambio de paradigma de atención llamado desmanicomialización, hoy desinstitucionalización.
“Paraguay está con 32 años de atraso en la región para esta reforma de salud mental, y la aprobación de esta ley va a ser el puntapié para la reforma”, dijo Aldo Castiglioni, presidente de la Asociación Paraguaya de Psiquiatras (APP), a Ciencia del Sur.
Un largo recorrido
El esfuerzo legislativo viene de 2018, cuando la senadora Lilian Samaniego y la entonces senadora Mirta Gusinky presentaron un proyecto de ley de salud mental.
A partir de esta propuesta, la Comisión Técnica de Reforma, Seguimiento y Asesoramiento de la Atención a la Salud Mental en Paraguay realizó modificaciones en los siguientes años de acuerdo a la realidad paraguaya, ya que en un primer momento fue una copia de la ley de salud mental de Argentina, explicó Bettina Cuevas, presidenta de la Sociedad Paraguaya de Psicología (SPPs).
Esta comisión la integran diferentes grupos y sociedades de salud mental, instituciones públicas como el Ministerio de Salud y también representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La Comisión Técnica buscó presentar un proyecto que contemple la creación y fortalecimiento de redes comunitarias de salud mental.
Quieren que la prevención, tratamiento y promoción de la salud mental ya no sea un tema aislado y que se realice un trabajo interdisciplinario con los profesionales de salud y toda la comunidad. Así también, buscan descentralizar los centros de atención de salud mental para mejorar el acceso a estos servicios.
El proyecto de ley aprobado fue construído por la Comisión Técnica, y en julio de este año se realizaron reuniones con organizaciones de la sociedad civil para incluir sus aportes, donde dos artículos no fueron consensuados y se presentaron dos versiones.
Los artículos no consensuados se trataban del cierre del Hospital Psiquiátrico, el cual finalmente no tendrá una fecha concreta en la versión aprobada por los senadores.
Para Cuevas, los principales logros del proyecto con media sanción son:
- Que la Ley de Salud Mental será una versión interdisciplinaria e interinstitucional.
- El Hospital Psiquiátrico se convertirá en un Centro de Atención de Urgencias en Psiquiatría.
- El Ministerio de Salud deberá generar condiciones para la habilitación de los Mecanismos Alternativos para la Atención a la Salud Mental.
- La creación de la Dirección Nacional de Salud Mental, la cual contará con un presupuesto más del doble del Hospital Psiquiátrico que vendría de impuestos a los juegos de azar y de la Agencia Financiera de Desarrollo.
“La desinstitucionalización dignifica a los pacientes”
La presidenta de la SPPs comentó que hoy en día se utiliza el término “desinstitucionalización” en lugar de “desmanicomialización”. Este paradigma implica un cambio de modalidad de atención: acercar la atención biopsicosocial a los usuarios dentro de sus comunidades.
El sistema manicomial es cuando un paciente acude al hospital psiquiátrico con síntomas, ingresa al instituto, se lo medicaliza y una vez que se reducen los síntomas sale nuevamente a la comunidad sin incorporar los aspectos de una prevención primaria y de recaída, y el rol comunitario y social de cada persona, explicó Castiglioni.
La desinstitucionalización es parte de una transformación cultural. Como parte de esta transformación se plantea la creación de una red de salud mental descentralizada, dispositivos intermedios y comunitarios cercanos a la población y el cambio de atención dentro del Hospital Psiquiátrico de Asunción a un centro de urgencias psiquiátricas.
El proyecto de ley propone la creación de una Dirección Nacional de Salud Mental como órgano encargado de la rectoría, coordinación de la red de atención de servicios, la prevención y la promoción de la salud mental.
“El eje principal son los pacientes, sus familias, sus necesidades sentidas y reales”, expresó Cuevas.
Un único hospital
Paraguay cuenta con un solo hospital psiquiátrico en todo el sistema de salud pública. Este se encuentra ubicado en la capital del país y unas 270 personas están internadas allí, según comentó Castigioni, quien también es el director general del Hospital Psiquiátrico de Asunción.
Ya en 2017 el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) mencionaba, en un estudio realizado sobre el Hospital Psiquiatrico de Asunción, que el enfoque de atención médica de la institución se centra en la patología y la terapia psicofarmacológica.
“La ausencia de una política nacional de salud mental, acorde a las necesidades de las personas con discapacidad psicosocial, es la mayor barrera para la correcta atención de este sector”, concluía el estudio.
Este enfoque de segregación y estigmatización para las personas con trastornos mentales —el cual no contempla acciones de prevención y un tratamiento integral donde también se contemple la promoción y desarrollo de las dimensiones social, psicológica, económica y política de las personas— es lo que se busca cambiar.
“En cuanto al Hospital Psiquiátrico de Asunción, lo que queremos es una reconversión en un centro de urgencia psiquiátrica, con una modalidad de atención integral, basada en evidencia científica y que incluya la prevención, la intervención en crisis, la internación breve en caso de necesidad y que este tratamiento sea integral”, comentó Castiglioni.
Este tratamiento integral plantea la medicación, la psicoterapia basada en evidencia, la intervención familiar con psicoeducación individual y familiar, la reintegración social y la prevención de recaída.
Cierre del Hospital Psiquiátrico de Asunción, punto conflictivo
El 29 de junio diferentes agrupaciones de la Comisión Técnica publicaron un comunicado en redes sociales denunciando una campaña de desinformación sobre el proyecto de ley. Las informaciones falsas que reclamaron son la acusación de un trabajo no inclusivo para la construcción del proyecto de ley y que este seguía con características del sistema manicomial.
En la última semana de junio y la primera de julio se realizaron nuevamente reuniones para consensuar el proyecto de ley final y llegar a un acuerdo en algunos artículos conflictivos.
La Cámara de Senadores tomó una decisión sobre los artículos 28 y 29 —que hablan del cierre del Hospital Psiquiátrico— y se aprobó la versión presentada por la Comisión Técnica, en la cual no se definió un plazo concreto para el cierre de la institución.
Martha Perrota, miembro de la Asociación Latinoamericana de Medicina Social y Salud Colectiva (ALAMES), comentó a Ciencia del Sur que la propuesta de ley es interesante. Sin embargo, la asociación no estuvo de acuerdo en los artículos relacionados con el Hospital Psiquiátrico de Asunción.
ALAMES y otras organizaciones de la sociedad civil reclamaron que no se colocara un tiempo determinado para el cierre total del Hospital Psiquiátrico.
“Pareciera ser que decir cierre asusta mucho y que este va a ser radical e inmediato. En cambio, nosotros planteamos darle fecha, por ejemplo 3 años, trasladar a las personas que están viviendo ahí desde hace muchos años en hogares de estadía diurna y establecer fundamentalmente una apertura, convertir la institución en un centro de rehabilitación y de desarrollo de actividades alternativas que comuniquen a las personas que están internadas ahí con la comunidad”, explicó Perrota.
Comentó que desde los movimientos con esta postura no proponen que el cierre total del Hospital Psiquiátrico sea inmediato sino progresivo. Ellos ven como una necesidad establecer una fecha para que realmente se tomen acciones concretas hacia el cierre definitivo.
Por su parte, la Comisión Técnica argumenta que establecer un plazo para el cierre en la ley difícilmente se cumplirá y que representará una “muerte presupuestaria” para llegar a la transformación de la institución.
“No vamos a poder hacer proyectos para la reforma y reconversión sin financiamiento. ¿Cómo voy a pedir financiamiento al Estado y a organismos internacionales que deseen participar de este proceso si nuestra ley dice que este hospital tiene un tiempo de caducidad? Al contrario de lo que se piensa, eso va a hacer que se vulneren mucho más los derechos de los usuarios”, argumentó Castiglioni.
El Colectivo de Estudiantes por una Psicología Científica también se sumó a las últimas reuniones de consenso. Yanin Barreto, una de las coordinadoras de este colectivo, comentó que apoyan la postura de las organizaciones sociales en relación a la importancia de la evidencia científica y de cambiar la perspectiva de patologización de las personas.
También reivindican el enfoque de derechos humanos y de humanizar el vínculo que hay entre pacientes y los profesionales de la salud mental.
“Conseguir que se promulgue esta ley igual sería una conquista por la desmanicomialización acá en Paraguay. Esto va a sentar un precedente y a partir de esto las organizaciones y el sector de las ciencias van tener elementos para exigir mejores condiciones para los pacientes y también condiciones dignas de trabajo para los profesionales”, opinó Barreto.
El movimiento por la desinstitucionalización psiquiátrica
En el siglo XIX, los manicomios se legitimaron como instituciones para la atención y tratamiento de las personas con enfermedades mentales pero su eficacia era escasa, explica la OPS en su documento técnico “Desinstitucionalización de la atención psiquiátrica en América Latina y el Caribe” presentado en 2020.
Las características del manicomio, explica, son la ausencia de tratamientos eficaces, la segregación, las pésimas condiciones de vida, la falta de recursos, la masificación, la marginación y el estigma. Estas condiciones tienen como consecuencia el deterioro clínico y social de los pacientes.
El cambio de un sistema manicomial por otro de atención psiquiátrica descentralizada, participativa, integral, comunitaria, continua y preventiva tuvo sus inicios en la década de 1980 y se marcó un hito en la siguiente década con la Declaración de Caracas, resultado de la Conferencia sobre la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica en América Latina, convocada por la OMS y la OPS. Esta declaración menciona la necesidad de acabar con el rol hegemónico de los hospitales psiquiátricos y promover otro modelo de atención.
En otras zonas del mundo, se reconocen experiencias de reforma psiquiátrica desde la década de 1960 que tuvieron influencia en América del Sur. Una de las más conocidas es la experiencia de Italia con la Ley Basaglia o Ley 180 de 1978, la cual dispuso el cierre de los hospitales psiquiátricos y su progresiva sustitución por servicios comunitarios.
La OPS reconoce a los servicios de salud mental basados en redes comunitarias como la mejor opción para la atención de personas con enfermedades mentales.
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Alejandra es reportera en Ciencia del Sur. Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Asunción, se ha desempeñado en distintas área de la comunicación para empresas y organizaciones de la sociedad civil. Fue una de las ganadoras del Premio Nacional de Periodismo Científico de Paraguay en 2019 y en 2022. Forma parte de la Red LATAM de jóvenes periodistas, iniciativa de Factual y Distintas Latitudes.