Instituto argentino de radioastronomía
El Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR) se encuentra en el Parque Pereyra Iraola, en la provincia de Buenos Aires. (IAR)
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El Dr. Gustavo Esteban Romero, astrofísico e Investigador Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), asumió esta semana como nuevo director del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR), dependiente del CONICET. El científico deberá, entre otras cosas, mejorar las condiciones laborales de los investigadores, recuperar la capacidad operativa de los radiotelescopios y ayudar, de esta forma, a elevar el protagonismo de la Argentina en astronomía, una ciencia en la que hasta hace unas décadas era líder en la región.

El IAR es una institución emblemática en América Latina. Fue pionera en Sudamérica en estudios de astrofísica de rayos gamma y lentes gravitacionales. Como si esto fuera poco, con la misión de transferencia tecnológica, el instituto colaboró en el desarrollo aeroespacial a través de tecnología para diferentes satélites. El grupo de trabajadores del instituto lo conforman 61 personas, entre científicos, becarios doctorales, ingenieros y técnicos.

Romero es profesor titular de astrofísica relativista en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), el año pasado recibió The Helmholtz International Fellow Award, que le permitió investigar en el Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT) de Alemania. Recibió dos veces el Premio Houssay de ciencias, premio de la Academia Nacional de Ciencias, Premio a la Productividad de la UNLP y Premio José Luis Sérsic al investigador consolidado.

El científico, que ya llevaba algunos años liderando el grupo GARRA de investigación en el IAR, es uno de los más productivos en Argentina y también uno de los más citados. Además, es filósofo científico y comunicador de la ciencia. Actualmente es columnista y miembro del directorio de Ciencia del Sur. Enseña y ofrece cursos y conferencias en varios países del mundo.

El Dr. Gustavo Romero es profesor de astrofísica relativista de la Universidad Nacional de La Plata. (Ana Careaga / Ciencia del Sur)

Desde rayos gamma hasta satélites

El IAR es un instituto líder en ciencia y tecnología, que investiga y hace desarrollo tecnológico. “Desde allí se han hecho muchos descubrimientos importantes, y se han abierto ramas enteras de la astronomía antes no investigadas en nuestros países, como la astrofísica de rayos gamma y X, los lentes gravitacionales, y muchas otras cosas. También se han hecho aportes importantes al programa espacial argentino, desarrollando tecnología para los satélites SAC D, SabiaMar, y SAOCOM”, según Romero.

El investigador señaló que las visitas y el intercambio de investigadores y técnicos con otros centros permite que estos conocimientos se transmitan por todos los países de la región.

Del liderazgo a la recuperación

Dentro de la historia de la ciencia sudamericana, la astronomía argentina fue la primera en desarrollarse en América del Sur con la fundación del Observatorio de Córdoba por el presidente Sarmiento en 1871.

“Ese observatorio fue de vanguardia para la época. Durante la dirección del Dr. Charles Perrine (1909-1936) se iniciaron allí los trabajos relacionados con la astrofísica. Perrine organizó expediciones para contrastar las teorías de Albert Einstein por medio de observaciones de eclipses. Realizó expediciones en 1912, 1914 y 1916. Todas fracasaron por el mal tiempo, pero marcaron un hito para la astronomía argentina. Entre otros directores ilustres, el Observatorio de Córdoba contó a Benjamin Gould, Enrique Gaviola y José Luis Sérsic”, recordó el profesor Romero.

El también editorialista de Ciencia del Sur destacó que el Observatorio de La Plata, fundado en 1881, sería un centro de primera magnitud en América Latina. En los años 1960 Jorge Sahade celebró allí reuniones internacionales a las que asistieron ilustres astrofísicos como Fred Hoyle, Chandrasekhar y Martin Schmidt. Sahade luego sería el primer latinoamericano en presidir la Unión Astronómica Internacional.

El IAR también colaboró con el programa aeroespacial argentino, desarrollando tecnología para los satélites SAC-D. (Wikicommons)

“En 1962 se funda el Instituto Argentino de Radioastronomía, que sería el primer radioobservatorio de América del Sur. Los hitos continuaron con la fundación del Instituto de Astronomía y Física del Espacio en 1970, el Complejo Astronómico El Leoncito (CASLEO) en 1986, y el Observatorio Pierre Auger de Rayos Cósmicos (completado oficialmente en 2008). Todo esto muestra que la Argentina fue líder en astronomía y astrofísica en Sudamérica”, apuntó el científico.

Para el astrofísico, con los golpes de Estado de 1966 y 1976, una gran cantidad de científicos en general y astrónomos en particular emigraron, lo cual dañó significativamente la actividad en ciencia en el país. Esto influenció la formación e investigación de la época, porque con la llegada de la democracia, en 1983, muchas de las posiciones vacantes fueron ocupadas por astrónomos con escasa preparación internacional, que se habían quedado en el país, mientras que los países vecinos se beneficiaron de la emigración, en particular Brasil y Chile.

“El resultado fue un período de estancamiento, del cual el país aún está recuperándose. Las perspectivas, sin embargo, son buenas: hay nuevas generaciones que tienen una actividad pujante y nuevos proyectos se radican o desarrollan en el país, como los radiotelescopios LLAMA y CART, y el observatorio de radiación de fondo cósmica QUBIC”, dijo Romero.

Actividades y desafíos

El IAR continuará haciendo observaciones y transferencia tecnológica, además de innovar el trabajo e incentivar la investigación teórica.

“Vamos a mantener y repotenciar las actividades de observación radioastronómica y de transferencia de tecnología. Vamos a continuar fomentando, por otro lado, la investigación teórica, incorporando nuevas facilidades computacionales. En la ciencia bien hecha, teoría y observación se complementan en un circulo virtuoso. Difícilmente alguien que ignore la teoría por completo pueda ser un buen observador que obtenga resultados interesantes. En forma similar, el teórico que desprecia la observación suele terminar especulando sobre pseudoproblemas”, según el nuevo director.

Los desafíos que tendrá Romero van desde recuperar la capacidad de los radiotelescopios del IAR, pasando por mejorar las condiciones laborales hasta formar nuevos científicos.

“En primer lugar, el desafío es recuperar la capacidad operativa plena de los radiotelescopios y dedicarlos a actividades de valor científico, como ser la detección de ondas gravitacionales por variación en los pulsos de estrellas de neutrones. Luego, implementar mejoras de las condiciones de trabajo, los laboratorios, y el equipamiento en general”, expresó.

Otro desafío del IAR es integrarse mejor en el sistema científico argentino e internacional colaborando con los telescopios LLAMA, CART, DSA-3, y QUBIC, entre otros. También debemos recuperar y diversificar la actividad de transferencia de tecnología a la sociedad. Finalmente, vamos a promover la formación de nuevos radioastrónomos, científicos y técnicos para que trabajen en el instituto”, concluyó el investigador.

El Intituto Argentino de Radioastronomía continuará haciendo observaciones y transferencia tecnológica, además de innovar el trabajo e incentivar la investigación teórica. (IAR)

 

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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.

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