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La esquizofrenia, la depresión, la demencia y otros trastornos mentales, neurológicos y relacionados con el uso de sustancias constituyen el 13% de la carga mundial de enfermedades, superando a las afecciones cardiovasculares y al cáncer.

En ese sentido, y en todo el mundo, los trastornos mentales están aumentando en prevalencia y en reconocimiento, identificándose a la par un vacío en los tratamientos disponibles. Los países de ingresos bajos y medios los que más a menudo sufren como resultado de ese vacío. Los trastornos mentales son las condiciones más complejas y más difíciles de tratar, pues requieren de varios tipos de intervenciones terapéuticas.

La ausencia de curas definitivas para algunos trastornos mentales y la escasez de intervenciones preventivas para algunos otros reflejan, en parte, una comprensión aún limitada del cerebro y sus mecanismos genéticos, moleculares y celulares. Si bien la mayoría de los pacientes podrá beneficiarse de un enfoque farmacológico y/o de un enfoque psicoterapéutico, muchos pacientes necesitarán más.

Es por lo anterior que médicos psiquiatras y otros profesionales de la salud mental están recurriendo al trabajo coordinado con kinesiólogos y fisioterapeutas, habida cuenta de la evidencia que sostiene que la fisioterapia es útil como tratamiento adyuvante para el manejo de diversos trastornos mentales.

Fisioterapia en salud mental

La fisioterapia en salud mental es una especialidad reconocida de la fisioterapia. Ofrece una rica variedad de herramientas de observación y evaluación, así como una serie de intervenciones basadas en la evidencia, enfocadas al mejoramiento de la salud física y mental de los pacientes. La fisioterapia en salud mental trabaja sobre el movimiento, la función, y el ejercicio físico en dispositivos terapéuticos individuales y grupales. Adicionalmente, conecta las necesidades físicas y mentales de los seres humanos (1).

Es conocido que la fisioterapia puede mejorar la calidad de vida de las personas con trastornos mentales (2, 3). Esto se logra a través de la optimización de la salud física del paciente y del alivio de su discapacidad psicosocial (4). Existe evidencia de que las mejoras en la función corporal (incluidos, por ejemplo, el balance muscular y la flexibilidad) están asociadas a un sentimiento de mayor seguridad y a un aumento de la autoestima en los pacientes. Además, un mejoramiento en la postura puede beneficiar la autoimagen corporal y elevar el estado de ánimo, así como también disminuir el dolor en distintos sitios corporales (por ejemplo, cuello y espalda). Finalmente, existe también sólida evidencia de que un régimen adecuado de ejercicios físicos mejora efectivamente el bienestar de personas con trastornos mentales, tales como depresión y ansiedad (5).

El fisioterapeuta especialista en salud mental es aquel profesional que ofrece un gran arsenal de abordajes físicos de tratamiento dirigidos a mejorar los síntomas y la calidad de vida, aportando un excelente apoyo en la evaluación y tratamiento de pacientes con trastornos mentales. Estos abordajes son ofrecidos en conjunto con el tratamiento farmacológico y psicoterapéutico del paciente, en el contexto de un equipo interdisciplinario (6).

La intervención fisioterapéutica puede ser muy variada, ya que se adapta a la sintomatología de cada paciente. Sin embargo, los abordajes más frecuentemente utilizados son (7):

  • Terapia de la conciencia corporal basal;
  • Fortalecimiento muscular;
  • Ejercicio aeróbico;
  • Yoga;
  • Relajación muscular progresiva; y,
  • Terapia manual.

Ejercicio físico y salud mental: ¿Cuál es la relación?

La evidencia de los beneficios psicológicos del ejercicio, ya de por sí importante para personas sin trastornos mentales, es aun más fuerte para aquellas con diagnósticos psiquiátricos. La relación existente entre diversos factores que hacen a la salud global de un individuo y el ejercicio físico queda evidenciada de la siguiente forma (7-10):

  • Estado de ánimo: el ejercicio físico mejora el estado de ánimo al incrementar la circulación sanguínea cerebral. Asimismo, ejerce influencia sobre el eje hipotálamo-hipofiso-adrenal y, a través de éste, sobre la respuesta fisiológica al estrés. Adicionalmente, el ejercicio físico puede contrarrestar el estado de ánimo negativo, al mejorar la autoestima y la función cognitiva.
  • Patrón de sueño: el ejercicio moderado se constituye en una alternativa no farmacológica para el tratamiento de trastornos del sueño.
  • Función cognitiva: uno de los posibles mecanismos a través del cual el ejercicio físico mejora la cognición en personas adultas mayores con riesgo de demencia es una regulación de la función vascular cerebral y la perfusión cerebral. Investigadores han observado que el ejercicio físico de resistencia en personas adultas mayores genera una mejoría tanto en la función cognitiva como en el estado de ánimo. Esto se debe a un aumento del flujo sanguíneo a áreas críticas del sistema nervioso central relacionadas con el aprendizaje y otras funciones mentales superiores.
  • Autoestima: el ejercicio físico alivia síntomas de baja autoestima y aislamiento social. Adicionalmente, mejora la autoestima física y la percepción de la condición física. Las personas que realizan ejercicio físico tienen menos síntomas de estrés y más bienestar psicológico que aquellas que no lo hacen.
  • Calidad de vida: el ejercicio físico tiene un efecto positivo sobre la calidad de vida y la calidad de vida relacionada a la salud en todas las personas.
  • Afrontamiento del estrés: el ejercicio físico contribuye a estilos de afrontamiento efectivos y positivos.
  • Aptitud cardiovascular: el ejercicio físico regular mejora la salud cardiovascular, importante punto en aquellos pacientes que están consumiendo psicofármacos (habida cuenta de sus efectos adversos metabólicos).
  • Aumento de la energía y de la alerta mental, así como de la resistencia corporal general.

Explorando la fisioterapia en salud mental: la Universidad Nacional de Asunción a la vanguardia

A pesar de la fuerte conexión entre el bienestar físico y la salud mental, todavía existe una falta general de reconocimiento y comprensión, entre profesionales de la salud, del valor de la fisioterapia en el abordaje y manejo adyuvante de personas con trastornos mentales. Ese reconocimiento solo se logrará a través de una correcta formación de los profesionales que asisten a estas personas, tanto médicos psiquiatras como fisioterapeutas.

Con ese afán, médicos psiquiatras y fisioterapeutas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción publicaron la primera guía introductoria sobre fisioterapia en salud mental.

Sus autores afirman que el objetivo primordial de la guía es fortalecer el proceso formativo de los profesionales de la medicina y la fisioterapia y lograr que médicos psiquiatras, psicólogos y fisioterapeutas trabajen más frecuentemente juntos, evaluando pacientes y debatiendo, a fin de diseñar y prescribir tratamientos que no solo incluyan psicofármacos o psicoterapia, sino también intervenciones fisioterapéuticas, desarrolladas específicamente para cada paciente en particular y basadas en la evidencia.

El libro Fisioterapia en salud mental: una breve guía introductoria (7) está disponible, de manera gratuita, en la carrera de Kinesiología y Fisioterapia de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (Campus de la UNA, San Lorenzo).

Sus autores, Lic. Ruth Ortiz, Lic. Victoria Ibarra, Lic. Marcos Almirón, Dr. Israel González, Prof. Dra. Nora Gómez y Prof. Dr. Julio Torales, han afirmado que a través de esta obra se podrán conocer los aspectos esenciales del rol de la fisioterapia como tratamiento adyuvante de los trastornos mentales más frecuentes, su ámbito de aplicación, y algunas guías específicas de intervención. Todo lo anterior se realiza tomando en consideración que existe sólida evidencia acerca de la utilidad de los enfoques fisioterapéuticos en el manejo de muchos trastornos mentales.

Referencias bibliográficas

  1. Probst M. Physiotherapy and Mental Health. En: Suzuki T, ed. Clinical Physical Therapy. 1ª ed. Londres: InTech; 2017. p. 179-204.
  2. Torales J, Barrios I, Almirón M, De la Cueva R. Physiotherapy in the treatment of anxiety disorders. International Journal of Culture and Mental Health 2017;10(3): 298-299.
  3. Richardson CR, Faulkner G, McDevitt J, Skrinar GS, Hutchinson DS, Piette JD. Integrating physical activity into mental health services for persons with serious mental illness. Psychiatric Services 2005;56:324-331.
  4. Pope C. Recovering mind and body: A framework for the role of physiotherapy in mental health and wellbeing. Journal of Public Mental Health 2009;8:36-39.
  5. Guszkowska M. Effects of exercise on anxiety, depression and mood. Psychiatria Polska 2004;38:611-620.
  6. Organización Mundial de la Salud [Internet]. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; c2013 [citado 10 may 2018]. Salud mental: un estado de bienestar [aprox. 1 pantalla]. Disponible en: http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/
  7. Ortiz R, Ibarra V, Almirón M, González I, Gómez N, Torales J. (Eds). Fisioterapia en Salud Mental: una breve guía introductoria. 1ª ed. Asunción: EFACIM; 2018.

  8. Kaur J, Vashisht A. Exercise and Mental Health. Delhi Psychiatry Journal 2010;13(2):236-239.

  9. Kaur J, Garnawat D. The mental health benefits of physiotherapy. Fysioterapeuten 2016;7:33-36.

  10. Sharma A, Madan V, Exercise for mental health. Letter to the editor. Prim Care Companion J Clin Psychiatry 2006;8(2);106.

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Columnista de Ciencia del Sur. Doctor en medicina y cirugía, especialista en psiquiatría clínica y magíster en docencia médica superior (Universidad Nacional de Asunción, Paraguay), diplomado en psicodermatología (Academia Argentina de Dermatología y Psiquiatría y Universidad Maimónides, Argentina) y magíster en psicofarmacología (Universidad de Valencia, España). Se desempeña como profesor de psiquiatría, psicología médica, socioantropología y metodología de la investigación, como asesor de la Dirección de Investigaciones y como Director de la Filial Santa Rosa en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA. Es Investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología - Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII). Es fellow de la American Psychiatric Association y miembro honorario de la World Psychiatric Association. Es presidente de la Academia de Dermatología y Psiquiatría del Paraguay (ADEPSI Paraguay) y presidente electo de la Asociación Paraguaya de Psiquiatría de la Infancia, Adolescencia y Profesiones afines (APPSIA). Sus líneas de investigación son epidemiología y psicopatología de los trastornos mentales; psicodermatología y fisioterapia en salud mental. Ha publicado 19 libros y más de 160 artículos científicos.

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