¿De qué manera pueden relacionarse una terapia de bacterias contra algunos tipos de cáncer, filtros de aire hechos con nanofibras y la educación en astronomía en zonas de conflicto? En Berlín es posible, al menos en un ambiente inter y transdisciplinario que reúne anualmente a más de 700 expertos de todo el mundo por algunos días y que acaba de terminar.
No es difícil definir a Falling Walls como una conferencia de alto nivel, donde van los más destacados investigadores e innovadores del mundo a compartir sus conocimientos y visiones con científicos, emprendedores y periodistas de todo el planeta. Pero la definición se queda corta. Más que una conferencia, es un programa pensado para que las ideas fluyan y los mitos se derriben, para que los proyectos obtengan atención y se logren mentorazgos de clase mundial.
Paraguay participó por primera vez del evento este 2018 mediante una beca para periodistas científicos otorgada a Ciencia del Sur.
¿Imaginan tener apenas 2 minutos y medio para contarle a colegas y expertos un proyecto científico? Bueno, así es Falling Walls Lab, la competencia internacional de jóvenes científicos que reúne en Berlín anualmente a destacadas promesas de la ciencia y tecnología. En apenas 150 segundos el o la participante debe hablar de su innovación, metodología e impacto que viene desarrollando para “echar algún muro” en alguna área específica.
Y apenas 30 segundos (o menos) para responder preguntas del jurado o la audiencia. El ganador queda como Young Innovator of the Year.
Para esta edición se presentaron 100 propuestas, de alrededor de 60 países, incluidos 8 proyectos de seis naciones latinoamericanas (Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala y México). El jurado estuvo presidido por la Dra. Claudie Haigneré, astronauta y asesora especial del Director General de la Agencia Espacial Europea. Junto a sus colegas, Claudie eligió a Ahmed Ghazi (Egipto y Estados Unidos), Adam Fulop (Hungría) y Ankita Poudyal (Nepal y Nueva Zelanda) como los ganadores.
Ghazi intenta reducir los errores quirúrgicos utilizando simuladores de la industria aeronáutica; Fulop trata de mejorar el acceso a la alfabetización por sistema braille a través de una aplicación, mientras que Poudyal intenta luchar contra la polución recurriendo al uso de nanofibras más resistententes en los filtros de aire.
Así como ellos, decenas de otros jóvenes en todo el mundo está tratando de solucionar diferentes problemas recurriendo a la ciencia y tecnología. Además de esta competencia, también se puede participar por el Science Start-Up of the Year, que premia a los mejores emprendimientos en el Falling Walls Ventures. En la edición de este año se presentaron 23 empresas con potencial, provenientes de varios continentes, pero el grupo ganador fue de Suiza.
El equipo de T3 Pharmaceuticals ganó por su innovadora terapia para el tratamiento del cáncer que involucra el uso de bacterias vivas. “Tiene la capacidad de crecer específicamente en tumores sólidos, lo que ayuda a tratar a los pacientes con cáncer de manera más eficiente. Este nuevo sistema de distribución de bacterias para tratar a los pacientes con cáncer realmente nos impresionó», señaló el jurado. Para este concurso, la empresa joven tuvo que haber sido nominada por una institutición de prestigio.
Pero las competencias no terminan allí, también se encuentra entre ellos Science Engagement of The Year. En total compitieron 60 proyectos de popularización de la ciencia y tecnología, de los cuales solo quedaron 20 seleccionados para ir a la capital alemana. Quedó como uno de los ganadores el proyecto “Columba-Hypatia: Astronomy or Peace”, del GalileoMobile and AHDR, de Chipre. Específicamente en Nicosia, la última capital europea dividida en dos.
También está el Falling Walls Circle, una plataforma exclusiva que trata de conectar a los tomadores de decisiones con los visionarios de ciencia, el pensamiento y la tecnología. Es una espacio para que los políticos interactúen con los investigadores e innovadores y se promuevan políticas basadas en evidencia en toda la Tierra.
Finalmente, el plato principal: las conferencias. Cada profesor o profesora tiene apenas 15 minutos para contarle al mundo cómo derribar un muro en su área. Ética en la investigación con CRISPR, interacción robot-humano, sustentabilidad y neurociencias. Diversas áreas confluyeron armónicamente por varias horas en el Radialsystem de Berlín para mostrarnos el mundo que ya se está creando.
¿Cómo estudiar el cerebro a partir de células madre? ¿Cómo separar la ciencia de la ciencia ficción cuando queremos hablar de robótica? ¿Por qué algunas universidades pierden varias oportunidades al no interactuar con la industria? O, ¿por qué es importante comenzar a estudiar a otras estrellas de nuestra galaxia para el futuro de la humanidad? Varias de estas preguntas fueron respondidas por los principales speakers durante el evento. Sin embargo, vamos a ahondar más, ya que Ciencia del Sur logró entrevistar a algunos de los protagonistas de Falling Walls 2018.
En noviembre de 1989, los alemanes decidieron cambiar su historia y destruir un muro que dividía a la sociedad, para lograr la reunificación. Alemania ya dejó a atrás el nazismo y el comunismo, que perjudicaron enormemente a este país europeo, que hoy es una superpotencia. En honor a ese ideal de libertad y de unión, fue que en 2009 nació Falling Walls Conference y hoy aglutina a líderes de ciencia y tecnología de la mayor parte del planeta.
Es verdad que muchos muros deben derrumbarse aún. No solo las murallas que ponen los diferentes estados nacionales para frenar la inmigración o supuestos hechos delictivos, sino los muros que están en las diversas sociedades y que a veces son imperceptibles. Muros de la discriminación, la ignorancia, el atraso y la corrupción son algunos de ellos.
En un planeta cada vez más interconectado e interdependiente, con una era digital en construcción y el conocimiento cada vez más avasallante, es difícil mantener las trabas, construir muros, aguantar obstáculos y permitir el statu quo, Falling Walls nos ayuda a ver que los muros deben caerse. La ciencia es un gran puente que conecta a las personas. Este evento es una prueba de ello.
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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.