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En una crisis sin precedentes en la incipiente ciencia de Paraguay, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) se reafirmó en su plan de cortar financiación y establecer un filtro político para futuros proyectos de investigación. Mientras, la mayor parte de la comunidad científica pide no ceder ante las presiones y exige un cambio de timón para contar con un consejo representado por investigadores.

Lo que aparentaba una decisión sin trascendencia en el pleno del Consejo se volvió una controversia mediática.

El martes 16 de abril, luego de las publicaciones de Ciencia del Sur y otros medios, el Conacyt emitió un comunicado por el cual informaba que no había suspendido la ejecución de ningún proyecto adjudicado en las convocatorias 2013 y 2015. Sin embargo, aclaró que como órgano público debe velar por el dinero estatal y que por ello revisaría los casos “expuestos en las redes sociales”.

Aún así, tampoco dio a conocer cuáles eran los trabajos denunciados por supuestas irregularidades ni tampoco respondió a los pedidos de Ciencia del Sur. El organismo señaló en el comunicado, publicado en redes sociales, que los proyectos de la convocatoria de 2018 están siendo evaluados por pares extranjeros y será revisada por el Consejo para su adjudicación. En la nota, el Conacyt aclaró también se priorizarán los trabajos que estén en línea con las políticas nacionales de CTI.

En 21 años de existencia, el Conacyt adquirió una reputación como una de las instituciones públicas menos contaminadas por la presión política, gremial o empresarial y que velaban por la transparencia. Así se podían ver experiencias donde estudiantes o investigadores perdían sus becas, proyectos o programas o renunciaban a ellas. Actas y resoluciones del Conacyt están disponibles en su página web.

Plagio UNI

Un caso emblemático y que aún no está cerrado es la denuncia de plagio de una tesis de la Universidad Nacional de Itapúa (UNI). En 2018 Ciencia del Sur publicó que una investigadora de la UNI había cometido plagio en su tesis de maestría en Gestión Ambiental, financiada con fondos del Conacyt. Un comité de investigadores había estudiado los trabajos y dictaminado que efectivamente existió el fraude académico. Además, pidió que la UNI se expida.

Finalmente, el Conacyt decidió cortar la financiación a la investigadora. El caso se torna grave por la simpleza del abordaje de la UNI, que prometió que otro comité de la propia institución estudiaría el caso para evaluar posibles sanciones. Incluso, las implicadas podían perder sus títulos académicos y ser obligadas legalmente a devolver los fondos estatales.

La UNI no comunicó de la sanción tras vencerse el plazo establecido. Ante las insistencias de Ciencia del Sur, comunicaron que transparentarían toda la denuncia. Tampoco lo hicieron. Hablamos con el Departamento de Investigación, con el Departamento de Comunicación y hasta con el rector Hildegardo González Irala, quien es también presidente del Consejo Nacional de Educación Superior (Cones). Sin embargo, todos nos negaron informaciones.

Finalmente, recurrimos al Portal de Acceso a la Información Pública, pidiendo a la UNI brindar dichas informaciones. Increíblemente, por aquí tampoco tuvimos respuestas.

Pedido realizado a través del Portal de Acceso a la Información Pública.

“Sr. Eduardo Quintana/ Ciencia del Sur:


Antes que nada, le ruego me disculpe al no contestarle en tiempo y forma su atenta solicitud.  Este contratiempo se debió a inconvenientes técnicos en mi sección. No obstante, haré saber a las autoridades pertinentes de su petición.
Una vez acceda a las respuestas, tenga la seguridad  que haré llegarlas a su cuenta de correo.
Le reitero nuevamente mi disculpa por este impase.
Que tenga una buena jornada”.

          Cristian Balcázar Bogado, jefe del Dpto. de Comunicaciones del Rectorado de la Universidad Nacional de Itapúa.

Esa respuesta —la última— la obtuvimos el 21 de marzo de 2019.

Este caso es apenas una muestra del trabajo periodístico, que toma tiempo, paciencia y meticulosidad. Las denuncias a través de las redes sociales pueden ser un primer paso, pero deben ser corroboradas y respaldadas con criterios apropiados. El Conacyt, en lugar de llevar a cabo un procedimiento similar, conformando un comité para estudiar denuncias concretas, apresuradamente sucumbió ante presiones fuera del ámbito científico.

Rechazo unánime

La comunidad científica paraguaya unánimemente rechazó los cambios previstos por el Conacyt, ya que se dejaría al arbitrio de un grupo de no expertos temas de ciencia. La primera que elevó su voz de preocupación fue la Sociedad Científica del Paraguay (SCP), a la que se sumaron varias otras.

“Los miembros del Consejo Directivo del Conacyt representan a varios sectores de la sociedad paraguaya. Algunos de ellos tienen intereses que se contraponen a las conclusiones de los estudios, especialmente aquellos realizados desde la perspectiva del pensamiento crítico”, dijeron los centros académicos paraguayos miembros del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

“La evaluación de las propuestas a cargo de destacados especialistas del extranjero, sin ningún tipo de interferencias, aseguró durante todo este tiempo a los investigadores paraguayos la libertad de estudiar diversos aspectos de la realidad nacional sin más restricciones que la rigurosidad metodológica y la calidad de los resultados”, puntualizó.

Instó al Conacyt, a las instituciones académicas y de investigación del país y a toda la ciudadanía democrática, a defender la libertad de pensamiento, “base del conocimiento y la producción científica, garantía del diseño de políticas públicas y la toma de decisiones más justas”.

Por su parte, la organización Guyra Paraguay, una de las instituciones científicas que más produce desde el país, rechazó también las nuevas normas y alertó sobre que falta más ciencia en Paraguay. Indicó que es necesario respetar los procesos de evaluación establecidos sin afectar las posibilidades de investigaciones a ningún sector de la ciencia.

Otro grupo de organizaciones reivindicó el apoyo a la ciencia sin retaceos o cercenamientos de sectores con intereses particulares. Esta nucleación pidió impulsar la investigación y mayor participación de la academia, a la vez de instar a defender la producción científica garantizando políticas públicas que estén en consonancia con el conocimiento actual.

Este grupo lo integran, entre otros: Fundación Moisés Bertoni, Guyra Paraguay, Vencer, CIRD, CADEP, CEAMSO, DENIDE, Alter Vida, Global Infancia y Semillas por la Democracia.

Para el Dr. Antonio Cubilla, director del Instituto de Patología e Investigación (IPI) y Premio Nacional de Ciencia (2002), este es el momento en que el Conacyt puede restructurarse para dar paso a una institución más pertinente para las ciencias. El también representante de la SCP ante el Conacyt argumentó en una columna de opinión que el Consejo, ahora integrado mayoritariamente por sectores que poco tienen que ver con ciencia, debe ser exclusivo de investigadores.

Transparencia

Actualmente, en Paraguay se realizan investigaciones en diversos campos y no es exclusividad de la academia. Desde antes de la aparición del Conacyt, institutos privados y organizaciones sociales cumplieron el rol de hacer ciencia, en un país sin tradición en investigación. Varios de ellos tienen una producción investigativa superior a las universidades.

Gracias al proceso de institucionalización de la ciencia, varias universidades y centros pudieron crear líneas de investigación y grupos de trabajo en los últimos años. Esto está reglamentado para todas las áreas de la ciencia.

Paraguay tiene, por ejemplo, ya líneas de trabajo en cáncer de pene, genómica, biotecnología, física de altas energías, historiografía, química, ciencias de la salud y enfermedades infecciosas, entre muchas otras.

Esta breve crisis despertó a raíz de denuncias en redes sociales de personas ligadas a partidos conservadores como el Partido Colorado y el Partido Patria Querida. Primero comenzaron a cuestionar la metodología de algunos trabajos ligados al aborto y a los agroquímicos, para luego criticar la compra de comida, muebles e instrumentos para investigaciones.

Según este sector, representado en el Consejo del Conacyt por líderes industriales y empresariales, es dar prioridad a líneas de investigación que tengan que ver con Paraguay y así transparentar el proceso de adjudicación de proyectos de ciencia. Sin embargo, apuntan principalmente a supuestos referentes u organizaciones de izquierda.

Hasta el cierre de edición de este artículo, Conacyt no informó a Ciencia del Sur sobre alguna denuncia formal o crítica hacia un trabajo en específico. Como lo admitió al diario ABC Color el propio presidente del Conacyt, el Ing. Luis Lima, son casos tomados de las redes sociales, no analizados dentro de un comité de expertos del Conacyt, como en el caso de plagio comprobado en la UNI.

No obstante, el 2 de abril, misma fecha en el que el Consejo del Conacyt decidió alterar el sistema de evaluación de proyectos, llamativamente el diputado Edwin Reimer Buhler (ANR-Boquerón) presentó un pedido de informe al Conacyt sobre los siguientes proyectos:

  • 14-INV-434: La otra cara del ‘crecimiento’. Las consecuencias del sistema de producción de soja en la exclusión social de comunidades rurales desfavorecidas de Caaguazu (Instituto de Ciencias Sociales de Paraguay).
  • 14-INV-157: Tendencia de la inequidad socioeconómica en la utilización de servicios
    de salud en el Paraguay (Instituto de Ciencias Sociales de Paraguay).
  • 14-INV-460: Análisis sociológico y epidemiológico sobre las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en la población masculina joven del Paraguay (Asociación Civil SOMOSGAY)
  • 14-INV-442: Diseño de un sistema productivo de manejo agrícola orgánico, para pequeños productores, orientado a la mejora socio-económica y cultural en el sector rural del municipio de Encarnación. (Municipalidad de Encarnación)
  • 14-INV-196: Monitoreo y evaluación del grado de contaminación por material particulado atmosférico MP2,5 en la ciudad de Asunción. (Universidad Católica de Asunción)
  • 14-INV-321: Análisis de la influencia del programa consultorio de crecimiento y desarrollo, en salud de los niños menores de 2 años del Hospital Regional de Encarnación (Universidad Nacional de Itapúa)
  • 14-INV-339: Caracterización de la sequía del Paraguay utilizando el SPI (Standard Precipitation Index) (Investigación para el Desarrollo).
  • 14-INV-338: Atlas de sequías en Paraguay basado en el Análisis Regional de L-momentos (Investigación para el Desarrollo).
  • 14-INV-340: Caracterización de heladas agrometeorológicas en Paraguay (Investigación para el Desarrollo).
  • PINV-15-319: Retraso en el diagnóstico como factor pronóstico de discapacidad en pacientes con lepra. Estudio de casos y controles. (Investigación para el Desarrollo).
  • 14-INV-173: Estudio de marcadores moleculares como factores pronósticos
    en leucemias infantiles (Fundacion Renaci).
  • 14-INV-037: Detección precoz de insectos vectores de la enfermedad de Chagas mediante trampas cebadas con sistemas automatizados y de lenta liberación (CEDIC).

La Cámara de Diputados aprobó dicho pedido sobre tablas en la sesión del 10 de abril pasado. El Conacy tiene 15 días para «remitir documentos respaldatorios sobre todo lo relacionado» a dichos proyectos, además de «títulos de proyectos de investigación rechazados para su financiación a través de ProCiencia, la Organización proyectistas (sic) o investigadora o proponente, citando las razones de su exclusión».

Postura de Ciencia del Sur: mejorar Conacyt

No es un secreto que la comunidad científica, a través de la Sociedad Científica del Paraguay, ha pedido al Conacyt mejorar los procesos de adjudicación de proyectos. Especialmente hace hincapié en las evaluaciones del programa Prociencia, como puede constatarse en la evaluación disponible en su página web.

El sistema paraguayo de ciencia y tecnología tiene grietas por donde permean trabajos sin la debida rigurosidad, pero con los ajustes necesarios se irían cerrando. Sin embargo, alterar todo el sistema de evaluación para que primen criterios políticos o sectoriales antes que científicos no soluciona este problema y lo puede empeorar.

Por su lado, Ciencia del Sur ha pedido desde diciembre al Conacyt datos sobre los montos de Prociencia y de los proyectos adjudicados. También aquí contactamos con Comunicación, Presidencia y finalmente con el portal de Acceso a la Infomación.

Nuestro medio, defendiendo los principios de independencia y libertad intelectual, está 100 % a favor de la transparencia de los gastos públicos. Es uno de los pilares de nuestro trabajo. Todo lo que se hace con dinero público debe estar respaldado y debe ser dado a conocer a la ciudadanía, aunque estos fondos provengan del Fondo para la Excelencia en la Educación e Investigación (FEEI) o de los impuestos. Si existen indicios de corrupción o malversación a partir de denuncias serias, estos deben ser investigados.

Sin embargo, vemos con suma preocupación esta persecución a investigadores o instituciones con la excusa de la transparencia. Todas las áreas de la ciencia deben ser respaldadas en igualdad de juego. Entendemos que el proceso científico no acaba al concluir una investigación, sino que sigue con la evaluación de pares, la publicación y posterior discusión, un ciclo complejo cuyos resultados no pueden predecirse a priori. Consideramos que sí hacen falta cambios y ajustes en el Conacyt, pero nos sorprende que las propuestas de solución no estén a cargo de profesionales competentes para las tareas (investigadores).

Creemos que es hora de que las normas que rigen el funcionamiento del Conacyt sean modificadas para que esta entidad pueda estar manejada por científicos de reconocida integridad y trayectoria. Abogamos por el respeto a la libertad de pensamiento, libertad académica y científica.

 

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1 COMENTARIO

  1. Vaya vaya vaya!!! Se acabó el trato CONACYT – CIENCIA DEL SUR?. sin embargo ven con suma preocupación esta persecución a investigadores (sic)…… Algunos datos deberían de corroborar…Me parece demasiado evidente que Ciencia del Sur tiene sus propio$ interese$ trastocados..y por ende no se presta ni para debatir el articulo. Es mi humilde opinión.

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