En estos días se expuso el problema de los animales silvestres en cautiverio con el ataque mortal de un ciervo axis en la residencia presidencial de Paraguay, Mburuvicha Róga. El mascotismo, como se conoce al acto de mantener a especies silvestres como animales de compañía en un domicilio particular, ocasiona daños a todas las partes involucradas: puede afectar el bienestar del animal, poner en peligro vidas humanas y hasta ocasionar desequilibrios al ecosistema.
En primer lugar, es importante precisar que los animales silvestres, a diferencia de los domésticos, son todos aquellos que viven en libertad sin recibir ninguna ayuda humana para obtener sus necesidades como alimento, abrigo o pareja. Los animales exóticos son aquellos introducidos en un país que no es el propio de la especie, como explicó a Ciencia del Sur Margit Gehre, abogada especializada en derecho ambiental. El ciervo axis, por ejemplo, es originario de Asia y ha sido introducido en otros continentes para la caza.
Luis Recalde, ingeniero agrónomo y asesor en gestión ambiental, aclaró a nuestro medio que en lugar de hablar de animales silvestres domesticados, el término correcto es animales silvestres en cautiverio. Un animal silvestre nunca se convertiría voluntariamente en un animal doméstico, como lo son los gatos y perros, argumentó.
Una cuestión de bienestar animal
Si bien el cautiverio en sí de animales silvestres no implica directamente un daño al animal, Recalde explicó que “la mayoría de las personas, incluso quienes tienen buenas intenciones o muchos recursos, no cuentan con los conocimientos necesarios para que el animal esté en buenas condiciones”.
Para que un animal sea introducido a un hábitat extraño a su ecosistema natural es necesario realizar grandes esfuerzos con el objetivo de mantener su bienestar. Se debe contar con un espacio o habitáculo adecuado y preparado para las necesidades de cada especie, tener en cuenta sus comportamientos y necesidades fisiológicas y ecológicas, el tamaño del lugar, la temperatura y la alimentación.
Caso contrario, se podría generar mucho estrés al animal, desencadenar problemas de crecimiento, déficits alimentarios, accidentes y enfermedades transmitidas por humanos u otros animales. José Luis Cartes, magíster en Manejo de Vida Silvestre y director ejecutivo de Guyra Paraguay, comentó que, por estas razones, hoy en día se utilizan habitáculos abiertos para una vida orientada al semicautiverio.
Gehre sostuvo que cada vez está más penado a nivel internacional el mascotismo porque implica grandes riesgos para el animal y sus tenedores.
Peligros para los seres humanos
El manejo y el cuidado de animales silvestres siempre conllevan riesgos para los humanos, declaró el director ejecutivo de Guyra Paraguay: “Siempre deben ser manejados por profesionales y, en todo caso, por un personal que tenga entrenamiento sobre cómo tratar y manipular estos animales”.
Cada especie animal tiene un requisito de manejo, por lo cual un conocimiento específico por especie es necesario.
Por más que hayan nacido en cautiverio y rodeados de humanos, los animales silvestres pueden presentar conductas salvajes en algún momento. Otro riesgo para los humanos y también para los animales es la zoonosis, es decir, las enfermedades infecciosas que podrían transmitirse de animales a seres humanos o viceversa.
Daños al ecosistema
Cuando se capturan animales silvestres para tenerlos como mascotas en las casas, una de las posibles consecuencias es la extinción de algunas especies. Recalde recordó que es el caso de los guacamayos en Paraguay, los cuales están en peligro de desaparecer porque los capturan para venderlos o tenerlos en casas particulares.
Con respecto a los animales exóticos, liberarlos puede ocasionar graves desequilibrios al ecosistema nativo. Cuando un animal es introducido a un nuevo ecosistema y se reproduce exitosamente, se convierte en una especie invasora.
Esto “puede causar el colapso de ecosistemas naturales, ya que competirán con las especies nativas, desplazándolas de sus hábitats naturales, privándolas de espacios para conseguir alimentos y una reproducción exitosa”, comentó Juan José Díaz, biólogo con estudios de posgrado en el extranjero con enfoque hacia la investigación y conservación de la vida silvestre.
Laguna sobre tenencia de animales exóticos en Paraguay
Si bien existen normativas dentro del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) para regular la tenencia de especies silvestres autóctonas en cautiverio, no hay una que regule la de especies exóticas, dijo Frederick Bauer, director de Vida Silvestre del ministerio, a Ciencia del Sur.
Esto a pesar de que Paraguay cuenta con legislaciones que amparan a especies exóticas. Una de ellas es la Ley 4.840/2013 “De protección y bienestar animal”, donde se menciona la protección de animales exóticos en cautiverio y crea la Dirección Nacional de Defensa, Salud y Bienestar Animal, dependiente del Poder Ejecutivo.
Otra legislación vigente es la Ley 253/1993 «Que aprueba el Convenio sobre Diversidad Biológica, adoptado durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo —la Cumbre para la Tierra—, celebrado en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil». En su artículo 8, inciso h, menciona que cada parte contratante “impedirá que se introduzcan, controlará o erradicará las especies exóticas que amenacen a ecosistemas, hábitats o especies”.
La Municipalidad de Asunción también cuenta con la ordenanza municipal 27/2016 “De protección y bienestar animal para la ciudad de Asunción”, donde se incluye a las especies originarias de otros países que se encuentran en la capital. Además, la ordenanza municipal 125/2017 tiene como objetivo prevenir enfermedades transmisibles de animales a humanos y viceversa, en el marco de la protección y bienestar de los animales.
No obstante, existe una laguna normativa para la tenencia de animales exóticos. Aunque la introducción al Paraguay sin autorización de especies exóticas y su comercialización está prohibida por la Ley 96/1992, muchas son encontradas o «rescatadas» una vez ingresadas irregularmente al país.
Por otra parte, las autoridades de aplicación en diversos niveles gubernamentales no realizan los controles o cuentan con recursos para ello. La concejala de la capital, Jazmín Galeano, comentó a Ciencia del Sur que presentará la próxima semana una minuta a la Junta Municipal para conformar una mesa de trabajo interinstitucional con el fin de estudiar, elaborar y actualizar las reglamentaciones de la tenencia de animales silvestres a nivel ciudad, teniendo en cuenta que, como en otros casos, el ciervo axis ha sido destinado al Jardín Botánico y Zoológico de Asunción.
Por su parte, el MADES está trabajando en una resolución que cubra el vacío legal referente a los animales exóticos debido al aumento de su cautiverio en domicilios, comentó Bauer.
“La proliferación de estas especies en régimen de tenencia doméstica podría suponer una amenaza para los hábitats, ecosistemas o especies nativas”, argumentó. La normativa al respecto, actualmente en etapa de borrador, contemplaría la aplicación de las mismas constancias o permisos que para los animales nativos: guías de traslado, habilitaciones y otros permisos varios como la tenencia doméstica de las especies exóticas.
Gehre, a su vez, opinó que para las próximas regulaciones sobre la tenencia de animales exóticos se debería considerar no solo la cuestión de la conservación sino también la importancia económica que estas especies puedan tener, ya que su impacto en el ecosistema es un potencial daño. Para que esto no ocurra es necesario contar con planes de contingencia que reparen un posible daño ecológico.
Luis Recalde afirmó que, aparte de la legislación actual, la principal medida para frenar el cautiverio de animales silvestres es la concientización, “que la gente entienda que el lugar de un animal silvestre no es una casa, sino el estado silvestre. O, en el caso de que esté en cautiverio por algún motivo de fuerza mayor, que sea una institución adecuada, con los recursos para tenerlo como corresponde, quien se encargue de estos animales”.
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Alejandra es reportera en Ciencia del Sur. Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Asunción, se ha desempeñado en distintas área de la comunicación para empresas y organizaciones de la sociedad civil. Fue una de las ganadoras del Premio Nacional de Periodismo Científico de Paraguay en 2019 y en 2022. Forma parte de la Red LATAM de jóvenes periodistas, iniciativa de Factual y Distintas Latitudes.