«Universidades deben instalar cultura de la propiedad intelectual»

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propiedad intelectual en la universidad
Luis Nilo (centro) con funcionarios de la Universidad Nacional de Asunción y estudiantes. (Gentileza)
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La transferencia de conocimientos de la universidad a la sociedad en general es uno de los pilares del sistema académico moderno. Al respecto, Ciencia del Sur conversó con el Mg. Luis Nilo Ugarte, director de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL) de la Universidad Adolfo Ibáñez, en Chile.

En septiembre, el mencionado experto realizó ponencias y participó de reuniones en la Universidad Nacional de Asunción, donde se lleva a cabo un proyecto para crear la primera OTL de Paraguay. Nilo habló sobre la protección de la propiedad intelectual y la transferencia de conocimiento generado en la universidad hacia la sociedad y las empresas.

 

¿Cuál es la importancia de la gestión de la propiedad intelectual y la transferencia de conocimientos en una universidad?

Uno de los aspectos importantes de proteger y gestionar los activos de propiedad intelectual que generan las universidades es la posibilidad de que los desarrollos tecnológicos sean licenciados a las empresas, sector productivo y a la sociedad, de forma tal que efectivamente la universidad genere la tercera misión que es la vinculación con la sociedad.

¿Cómo se instalan estos conceptos (propiedad intelectual, transferencia) como parte de la cultura de la comunidad universitaria?

Es un proceso lento que tiene que ver con la cultura que se debe formar en la institución. Uno de los aspectos importantes para conseguir esto es que las autoridades de la universidad conozcan la importancia de las Oficinas de Transferencia y Licenciamiento y que vean el valor agregado que estas oficinas realizan en la gestión de la investigación de los profesores e investigadores.

Los conceptos se van instalando en base a muchas conversaciones discusiones, foros y actividades que vayan permeando poco a poco estos conceptos en la comunidad universitaria.

Desde su óptica y experiencia en las OTL, ¿cuáles son los puntos fundamentales a tener en cuenta al instalar una?

El apoyo institucional es esencial. Una OTL no es una oficina que en poco tiempo tenga ingresos que permitan destacarla, sin embargo el trabajo constante de los equipos con los investigadores para responder dudas, apoyarlos en negociaciones con empresas y proteger los desarrollos se valora dentro de la institución.

La institucionalidad de una oficina es esencial para avanzar en un trabajo real y de calidad, y la formación de capital humano avanzado es otro aspecto que es fundamental en el desarrollo e instalación de la oficina.

¿Qué incentivos se pueden generar para estimular a inventores e investigadores en este ámbito?

Incentivos económicos y no económicos ambos son bien valorados por académicos e investigadores en los temas de propiedad intelectual. Los incentivos económicos deben estar bien regulados cuando los académicos e investigadores los reciben por la licencia de una tecnología. Además, los incentivos que las facultades reciben por favorecer los desarrollos económicos por comercialización de tecnologías permite que las mismas puedan mejorar su infraestructura.

Los incentivos no económicos sin embargo a veces son más considerados por los académicos, porque reflejan el compromiso que la institución tiene con ellos en el largo plazo, y que son más gratificantes en la carrera académica.

¿Cuál es la diferencia entre start-up y spin-off y cómo pueden ayudar a estimular el sistema emprendedor en la universidad?

Las start-ups son aquellas empresas que, formadas por alumnos, no explotan un activo de propiedad intelectual de la universidad, pero que sí han recibido apoyo en su formación. En cambio, un spin-off sí explota un activo de propiedad intelectual de la universidad.

Normalmente las OTL apoyan de forma más fuerte a los spin-offs porque es conocido que los académicos probablemente no quieran ser emprendedores, pero sí los estudiantes, y muchas veces a las tecnologías de la universidades les falta cierto grado de desarrollo o madurez para ser comercializadas. La promoción y apoyo de los spin-offs es una buena alternativa para avanzar en la comercialización de tecnologías.

Desde su experiencia, ¿qué recomendaciones podría dar a la hora de la instalación de una OTL en la universidad o centro tecnológico?

La definición de objetivos a corto plazo y luego los objetivos a largo plazo son esenciales. La definición de las funciones es muy importante. Reconocer qué hace una OTL y qué no hace es esencial para que el trabajo se vea enfocado con una visión clara y una consecución de metas claras. El establecimiento de indicadores es también importante para realizar la correcta evaluación y gestión de la oficina.

¿Cómo ve a su país y a la región en cuanto a las políticas de ciencia, tecnología e innovación?

Chile ha avanzado lentamente en estos temas; no nos hemos salvado de fracasos. Sin embargo, estas experiencias han permitido que en los últimos 10 años el ecosistema nacional se fortalezca. Las OTL son reconocidas en la gestión universitaria como el nexo vinculante entre las universidades y el sector productivo.

El número de tecnologías originadas en las universidades y que han tenido salidas comerciales ha aumentado fuertemente a nivel nacional, lo que ha permitido que la gestión realizada tenga reconocimientos nacionales e internacionales.

¿Cómo impacta esto a nivel social?

Cuando una tecnología proveniente de una universidad es efectivamente transferida a la sociedad no solo genera incentivos para la universidad. El impacto social es también importante. Por ejemplo, mejora en la calidad de vida de las personas, generación de puestos de trabajos, diversificación de la matriz productiva del país. Son externalidades positivas que la transferencia tecnológica genera y que permite el desarrollo del país, acercándose cada vez más a estándares de países desarrollados.

 

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Columnista de Ciencia del Sur. Bioquímico por la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Asunción, UNA. Del 2004 hasta la fecha trabaja en el desarrollo y gestión de la investigación, innovación y transferencia tecnológica en la Universidad Nacional de Asunción. Recibió una mención de honor como divulgador por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología en 2017. Es el vicedirector de Ciencia del Sur.

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