colonia científica de vacaciones
Participantes de 7 años en adelante exploraron la microbiología y la astronomía (Foto: Alejandra Sosa).
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El pasado viernes 23 de diciembre culminó la Colonia Científica de Vacaciones “Del microscopio al telescopio” con una tarde en la que 40 niñas, niños y adolescentes pudieron explorar la microbiología y astronomía de primera mano. Entre mucha curiosidad y emoción, los participantes tuvieron la oportunidad de utilizar —muchos de ellos, por primera vez— un microscopio o un telescopio.

Esta última clase de la colonia, tras tres días de exposiciones predominantemente teóricas, se enfocó en experiencias prácticas para que las y los futuros científicos puedan disfrutar por horas la exploración de estas tecnologías de las ciencias.

Empezaron adentrándose en el micromundo gracias a la microbiología y el uso del microscopio. Los niños y niñas prepararon sus propias muestras utilizando un gotero, un portaobjeto y agua estancada para observar unos 6 tipos diferentes de algas —entre ellas la Scenedesmus sp— que fueron reconociendo gracias a unas imágenes que acompañaron el proceso de reconocimiento.

Cada participante tuvo la oportunidad de conocer el proceso, desde colocar el agua en el gotero y aplicarlo en el portaobjeto hasta ajustar la lámina en el microscopio.

Gracias a que una de las niñas trajo un pequeño bioma para observar en el microscopio, también disfrutaron de la observación de musgos que a simple vista era solo un punto verde. Al acercarse al microscopio, en cambio, pudieron observar una planta diminuta de tres hojas.

En el turno de las y los adolescentes, saltaron las preguntas para aprender el uso correcto del microscopio. ¿Cómo cambiar el aumento? ¿Cómo posicionar bien el portaobjeto? Así, los participantes tomaron con compromiso crítico su rol de científicos.

Grupo de adolescentes de la Colonia Científica de Vacaciones
Grupo de adolescentes de la Colonia Científica de Vacaciones (Foto: Alejandra Sosa).

Fátima Ortiz, bióloga y docente del taller, comentó que quedó encantada con que los niños y adolescentes hayan visto este mundo en una gota de agua.

Alejandra, una adolescente de 13 años que viajó desde Ciudad del Este, contó que lo que más le gustó del taller fue la parte práctica. “Te hace sentir como si fueras parte de un laboratorio, y espero que esta clase de experiencias nos puedan enseñar a utilizar estos artefactos para tener una base si queremos estudiar medicina, astronomía o biología”, expresó.

Ortiz explicó que la microbiología es una rama de biología que analiza y estudia el micromundo: las bacterias, hongos, protozoarios y todos aquellos organismos que no se pueden ver a simple vista, y que gracias a los microscopios se pueden observar con diferentes aumentos.

Las y los adolescentes también pudieron observar células vegetales, como algunas estructuras de una banana, y algunos hongos que se reprodujeron a través de la gemación y se encuentran en la levadura.

Marcos Ortigoza, biólogo y docente acompañante de esta clase, valoró la importancia de que estas clases prácticas hayan sido acompañadas previamente por clases teóricas. De esta forma, los participantes saben qué se hace, por qué y cómo suceden estos procesos científicos.

Luna, de 9 años, fue una de las niñas que con emoción recolectó su propia muestra en casa para ver en el microscopio. Lo que más disfrutó del taller fue que pudo experimentar lo que “se sienten las ciencias”.

Natalia, de 16 años, comentó a Ciencia del Sur lo fascinada que quedó con los cuatro días de talleres. “Vimos temas variados, entre la astronomía y la microbiología, cosas que son muy nuevas en este país y me gustaría que en algún momento se llegue a expandir y haya más científicos en este hermoso país que tenemos. Solo falta más apoyo”, expresó.

También contó que hay muchos jóvenes —incluida ella y sus amigos— interesados por las ciencias en general y la astronomía en particular, por lo que hacen falta más espacios de aprendizaje como esta colonia.

Una madre que acompañó a su hijo de 10 años y a su hija de 14 años mencionó que, luego de los cuatro encuentros, los ve motivados por las ciencias. Especialmente a la adolescente, quien el próximo año deberá decidir qué bachillerato tomar.

La jornada científica terminó con la entrega de certificados para los participantes y una observación astronómica en la entrada de la Universidad Americana. Las niñas, niños y adolescentes formaban fila una y otra vez para utilizar el MuCiTrón —como llaman al telescopio del Museo de Ciencias (MuCi)— y poder saludar al planeta Júpiter.

El evento fue organizado por Ciencia del Sur y tiene el patrocinio del MuCi. Contó con el apoyo de la Universidad Americana, Laboratorio Brunelli y Astronomía Paraguay.

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Alejandra es reportera en Ciencia del Sur. Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Asunción, se ha desempeñado en distintas área de la comunicación para empresas y organizaciones de la sociedad civil. Fue una de las ganadoras del Premio Nacional de Periodismo Científico de Paraguay en 2019 y en 2022.

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