Según un estudio publicado en Nature, la pérdida de hábitats, las enfermedades y el cambio climático son las principales amenazas que enfrentan los anfibios a nivel global. Casi la mitad de los anfibios del mundo están en Sudamérica y Centroamérica; en Paraguay están registradas 91 especies.
En octubre de 2023, la revista Nature publicó el artículo “Ongoing declines for the world’s amphibians in the face of emerging threats” (Disminuciones actuales de los anfibios del mundo ante las amenazas emergentes), un trabajo que analiza las tendencias del riesgo de extinción de grupos de especies según los resultados obtenidos en las evaluaciones del estado de conservación de los anfibios a nivel global realizadas hasta ahora, GAA (por la sigla de Global Amphibian Assessment) concluida en 2004 y GAA2 concluida en 2022.
Esta investigación, liderada por integrantes del grupo de especialistas en anfibios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), muestra que la situación de los anfibios está empeorando, con un crecimiento sostenido en el número de especies en alguna categoría de amenaza (es decir, dentro de las categorías vulnerable, en peligro y en peligro crítico de la UICN) desde 1980, cuando el 37,9% de las especies de anfibios estaba amenazada, subiendo al 39,4% (2.788 especies) en 2004, y actualmente con 40,7% (más de 2.800 especies).
Las enfermedades y la pérdida de hábitat provocaron el 91% del deterioro en el estado de conservación de estas especies (es decir, pasar a una categoría de mayor riesgo de extinción) entre 1980 y 2004 y, ahora se suman los efectos actuales y proyectados del cambio climático que son ahora cada vez más preocupantes, provocando el 39% de los deterioros del estado desde 2004, seguidos por la pérdida de hábitat (con unos 37%).
El grupo con mayor porcentaje de especies que pasaron a categorías de mayor riesgo de extinción son las salamandras, y que al comparar por regiones, el Neotrópico es la región con más especies de anfibios que pasaron a categorías de mayor riesgo de extinción.
Por nuestro país, uno de los biólogos que participó de la GAA2 y posteriormente de la publicación científica fue el Dr. Francisco Brusquetti, director ejecutivo del Instituto de Investigación Biológica del Paraguay (IIBP) e investigador del PRONII-CONACYT.
“La Evaluación Global de Anfibios es una iniciativa del grupo de especialistas en anfibios de la UICN para evaluar el estado de conservación de todas las especies de anfibios del mundo y generar así la lista roja de especies amenazadas de la IUCN”, dijo Brusquetti a Ciencia del Sur.
Estas evaluaciones, según el especialista, sirven de guía para direccionar esfuerzos a acciones concretas para conservar especies y sus hábitats. Comentó que la primera evaluación (GAA) se realizó entre 2001 y 2004, donde se evaluaron más de 5.700 especies, que eran las conocidas en el momento.
“Para la GAA2, entre 2011 y 2014 se empiezan con las reevaluaciones y la incorporación de evaluaciones de especies que no fueron incluidas en la primera evaluación. Este trabajo, que incluyó la colaboración de más 1.000 especialistas, fue culminando entre 2015 y 2022 (ya que fue abordado por países o regiones; a Paraguay le tocó en 2020), y en total se evaluaron más de 8.000 especies (reevaluación de todas las especies de GAA y evaluaciones para más de 2.200 especies descritas posteriormente). Según el grupo de especialistas de anfibios de la IUCN se espera trabajar en GAA3 desde 2023 y terminar en 2028”, indicó.
Las conclusiones más importantes, tanto del GAA2 como del artículo científico, según Brusquetti, son:
- Los anfibios siguen siendo, entre los vertebrados, el grupo con mayor porcentaje de especies en alguna categoría de amenaza (vulnerable, en peligro, en peligro crítico), con casi el 41 % (como ejemplo, los reptiles tienen 21 % de sus especies en alguna categoría de amenaza y los mamíferos 27 %);
- Las principales causas son la pérdida de hábitat, las enfermedades y actualmente el cambio climático;
- Cuatro especies más a incluir en la lista de especies extintas, llegando así a 37 especies extintas, más dos extintas en la naturaleza (solo sobreviven en cautiverio). Si se incluyen las “posiblemente extintas” (especies que no se encuentran hace bastante tiempo pero todavía no se declaran extintas oficialmente) se llegaría a 222 especies.
También se encontraron buenas noticias entre los hallazgos, según el biólogo paraguayo:
- La proporción de especies con datos insuficientes (especies que por falta de conocimiento no pudieron ser evaluadas) disminuyó del 22,5 % al 11,3 %, como resultado de nueva información disponible proveniente de investigación científica orientada con base en el GAA anterior;
- Gracias a esfuerzos de conservación, el riesgo de extinción de al menos 63 especies de anfibios ha disminuido desde 1980, principalmente debido a una mejor protección y gestión de sus hábitats.
El aporte de Paraguay
Para las evaluaciones del estado de conservación de las especies se incluyen datos sobre su distribución geográfica, hábitats que utiliza, estado poblacional, amenazas, entre otros. En Paraguay tenemos actualmente registradas 91 especies de anfibios, y se continúa generando conocimiento sobre diversos aspectos de estas especies.
“Nuestro aporte desde Paraguay para la evaluación fue la actualización del conocimiento sobre las especies que se encuentran en el país, en relación al conocimiento disponible en la primera evaluación. Entre estos aspectos se encuentran desde lo más básico, como cuáles son las especies que tenemos en el país y dónde sabemos que están (inclusive, dónde sabemos que ya no están), hasta información sobre el uso de hábitats y qué actividades humanas serían las principales amenazas a la preservación de sus poblaciones”, señaló el Dr. Brusquetti.
“Mi trabajo para la evaluación fue primeramente coordinar y proponer el equipo de expertos que trabajaría en la actualización de los datos sobre las especies de Paraguay. Luego de las primeras reuniones se conformó el equipo teniendo en cuenta el área geográfica en que cada uno estaba trabajando de modo a cubrir la fauna de todo el país”, resaltó.
Así fue como se unieron la bióloga e investigadora Karina Núñez, con proyectos de investigación en el centro y sur del país, y la bióloga e investigadora Flavia Netto, con proyectos en el este del país. De las especies de la Región Occidental o Chaco se encargó el propio Brusquetti.
Además de actualizar datos sobre todas las especies de Paraguay, en la GAA2 se incluyeron varias especies que no fueron evaluadas en la primera evaluación (GAA) por diversos motivos. Algunas especies no fueron incluidas debido a que todavía no eran conocidas para la ciencia. Estas son Leptodactylus apepyta, Melanophryniscus paraguayensis, Pseudopaludicola motorzinho y Elachistocleis haroi, todas descritas después del 2007.
Otro grupo de especies no fue incluido porque en ese momento no eran especies válidas, como Pseudopaludicola ameghini (en el momento sinónimo de Pseudopaludicola mystacalis) o eran consideradas subespecies, como Rhinella azarai y Rhinella major. Un último grupo de especies que si bien fueron incluidas, en el momento de la evaluación no se sabía que también estaban en Paraguay; es decir, no se consideraron los datos de Paraguay. Estas son Physalaemus santafecinus y Pleurodema bibronii.
Cabe destacar que en la última evaluación (GAA2) algunas especies de Paraguay han sido incluidas en categorías de amenaza. La especie endémica del Gran Chaco Americano, Leptodactylus laticeps, conocida como rana coralina o kururu pytã, se encuentra como casi amenazada debido a la sobreexplotación para el mercado de mascotas y sin dudas también afectada, como otras especies chaqueñas, por el alto índice de pérdida de bosques del Chaco.
El caso de la única especie de anfibio endémica del Paraguay, Melanophryniscus paraguayensis, conocida como toky to syry, es aún peor, ya que se encuentra en la categoría vulnerable, debido a la relativa pequeña superficie de distribución geográfica y a que gran parte de ella no está protegida. El último caso es el de Nyctimantis siemersi, que si bien pasó de estar en la categoría en peligro a la categoría preocupación menor debido a su extensa superficie de distribución, se la considera como posiblemente extinta en partes de Argentina, en Uruguay y en Paraguay, de donde solo era conocida de una localidad cerca de Villarrica, Departamento de Guairá.
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Equipo periodístico y científico de Ciencia del Sur