Dr. Fogel: a pesar del Estado, la sociología trata de avanzar en Paraguay

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ramón fogel
El Dr. Ramón Fogel, presidente del CERI, es investigador y autor de varios libros con temática social. (ClacsoTv/YouTube)
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Es uno de los más reconocidos intelectuales que tiene Paraguay, además de ser uno de los investigadores más productivos del país. De hecho, figura en el Nivel III del Programa Nacional de Incentivo al Investigador (PRONII) y es miembro de la Comisión Científica Honoraria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Es el doctor Ramón Bruno Fogel (Asunción, 1942), que celebra 50 años de trabajo como sociólogo.

Por ello, este martes 27 está previsto el conversatorio “Lecciones aprendidas en 50 años de sociología”. El evento, que se hará a partir de las 19 horas en la Sociedad Científica del Paraguay (Avda. Artigas esq. Andrés Barbero), está organizado por el Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios (CERI). La entrada es gratuita.

El profesor Fogel tiene un doctorado en sociología por la Universidad de Kansas (Estados Unidos), una maestría en sociología política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), además de un doctorado en derecho y ciencias sociales por la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Fue miembro del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y profesor invitado en la Universidad de Texas (EE.UU.) Recibió una mención de honor en el Premio Nacional de Ciencias de 1996.

Docente de universidades públicas y privadas, escribió diversos artículos académicos y tiene varios libros en los que aborda la problemática de la tierra, la desigualdades sociales, la pobreza, el desarrollo sostenible, entre otros temas. Fue director de investigación y también de posgrado de la Universidad Nacional de Pilar (UNP), al sur de Paraguay.

Antes del homenaje, el profesor Fogel accedió a una entrevista con Ciencia del Sur para conversar de algunos tópicos de su larga trayectoria intelectual; especialmente la situación de la sociología, que, a su modo de ver, todavía tiene un proceso de institucionalización débil en el Paraguay, en el que el Estado tiene una alta cuota responsabilidad.

-¿Cambió mucho la sociología en medio siglo en Paraguay?

Hace 50 años la sociología en nuestro país estaba en pañales y en su recorrido alimentó el debate sobre aspectos críticos de nuestra sociedad.

-Son cinco décadas de intenso trabajo intelectual. ¿Cómo califica estos 50 años de labor como sociólogo investigador?

Primero debo aclarar que por los menos los primeros diez años desarrollé mis actividades como sociólogo empírico (sociólogo ñanandy). En ese tiempo las ciencias sociales estaban en un estadio incipiente en nuestro país. Gran parte del período transcurrió bajo la dictadura, marcada por represiones sangrientas y una ideología muy conservadora. No se trata de un fantasma condenado al pasado en una sociedad de la que se enamoró el infortunio, sino más bien siempre está al acecho.

En medio siglo algo avanzamos en el conocimiento de aspectos críticos de nuestra sociedad que queda mucho por investigar; en la última década irrumpen nuevos actores con nuevos proyectos.

Se reconfigura el territorio con un papel subalternizado del Estado que pasa a naturalizar la desigualdad a través de sus instituciones, a tal punto que siendo ya el país más desigual del continente la misma sigue creciendo.

-Paraguay es un país que no tiene tradición científica en distintos ámbitos, ¿cómo es el caso de la sociología?

La institucionalización de la sociología sigue siendo débil. A nivel de grado la enseñanza en universidades públicas se limita a la Escuela de Ciencias Sociales de la Facultad de Derecho de la UNA y estimo que la mayoría de sus docentes son abogados sin formación en sociología; justamente en derecho, la facultad con más rezago académico.

A pesar del Estado la sociología trata de avanzar. En la última convocatoria de ProCiencia del Conacyt no se incluyó a las ciencias sociales como si el desarrollo pudiera pensarse sin éstas.

-¿Cuáles son las principales publicaciones de sociología que tenemos en el país?

La más emblemática es la Revista Paraguaya de Sociología con más de 50 años de recorrido. Hay varios libros publicados por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), uno de ellos es “Desigualdad y clases sociales”, coordinado por Luis Ortiz.

-Si tuviera que elegir sus principales logros o aportes al conocimiento, ¿con cuáles se quedaría?

En el libro “Cambio climático, alteraciones ambientales y pobreza en Paraguay” publicado por CLACSO, planteo una ruptura epistemológica insertando a la sociología en enfoques transdisciplinarios. El libro publicado por el CERI en el 2005 “Enclave sojero, merma de soberanía y pobreza” sigue siendo referenciado por investigadores.

-Un debate epistemológico de nunca acabar trata sobre la cientificidad de la sociología, ¿cuál es su postura al respecto?

La cientificidad está determinada por el rigor en el uso del método. El análisis sobre los actores sociales, sus intereses, sus relaciones y su intervención en el manejo del Estado no siempre es del agrado de todos, pero si otros investigadores pueden replicarlo siguiendo los mismos procedimientos sus resultados serán los mismos, y en esa medida cumplirá con objetividad y validez.

El Dr. Ramón Fogel pide a los jóvenes descubrir el atractivo de la investigación científica. (CERI)

-Usted figura como uno de los investigadores más productivos de Paraguay, según el Conacyt, ¿esto a qué se debe?

Los investigadores ya maduros valorábamos nuestro oficio, nos identificábamos con él. De hecho más de la mitad de nuestra producción no contaba con financiación, pero investigar nos resultaba gratificante.

-¿Cómo ve la situación de la educación superior en Paraguay a cien años de la Reforma de Córdoba?

La educación superior no pasa por buen momento, y algunas facultades parecen proponerse reproducir la mediocridad, pero la solución no es matarla con la privatización de la educación sino sanearla.

-¿Sirvió mucho el movimiento «UNA no te calles» o está decepcionando a la población universitaria?

«UNA no te calles» representa un hito, un movimiento de importancia nacional pero sus logros son insuficientes.

-¿Cuáles líneas de investigación tienen en CERI actualmente? 

Nos centrábamos en estudios agrarios, el conflicto en el campo, sus causas y sus consecuencias. En los últimos años se diversifica su producción y no estoy seguro que eso nos ayude, por aquello de “quien mucho abarca poco aprieta”.

-¿Cómo ve al Paraguay inmerso en una sociedad de la información y el conocimiento? ¿Mejoró a su modo de ver la ciencia paraguaya?

Paraguay 2030 que contiene el plan nacional de desarrollo nos dice que nos trasmutaremos en una sociedad del conocimiento pero no nos indica el camino, por ahora no podemos controlar epidemias ni pandemias, y el tratamiento de aguas negras no llega al 5 % de los hogares.

La percepción público social de la ciencia no es aún favorable; de hecho los políticos son responsables del hecho que el gasto público en investigación en el Paraguay esté entre los más bajos de la región. Con el Conacyt se nota una mejoría, pero queda mucho por hacer.

-¿Son las ciencias sociales y las humanidades las áreas del conocimiento más relegadas de nuestra academia?

Por lo menos en el nivel de grado, «UNA no te calles» no llegó a la Escuela de Ciencias Sociales de la Facultad de Derecho de la UNA.

-¿Qué puede recomendar a los jóvenes que quieran hacer investigación en Paraguay?

Los jóvenes necesitan retomar la posta que dejamos los más adultos valorando el oficio de investigar, que descubran su atractivo y cuán gratificante es, y que no tengan miedo al trabajo de campo.

«La institucionalización de la sociología sigue siendo débil. A nivel de grado la enseñanza en universidades públicas se limita a la Escuela de Ciencias Sociales de la Facultad de Derecho de la UNA y estimo que la mayoría de sus docentes son abogados sin formación en sociología; justamente en derecho, la facultad con más rezago académico»

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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.

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2 COMENTARIOS

  1. Emblemático investigador y buen docente.
    Siento mucho y me duele en los huesos del cerebro que no haya creado un grupo o una red de personas que sigan su trayecto y que deje en los espacios que hoy deja como ser el de docente. En su reemplazo por ejemplo en la UNA nos deja a un «no-docente», a un fanático del sistema productivo del monocultivo de la soja, estudia la realidad con enfoques del capitalismo. No es mediocre pero no es crítico, ni ayuda a desmitificar mostrar las grandes contradicciones del sistema.
    Una lástima.
    Cincuenta años sólo para él.

    Saludos
    David

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