El futuro de Becal: modelos y experiencias

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futuro de Becal
Becarios de Paraguay en el norte de España, Asturias. (Becal)
7 min. de lectura

La política pública debe ser dinámica. Tener la capacidad de escuchar, aprender, modificarse, transformarse para avanzar en el tiempo. Sin esto, como todo, corre el riesgo de ser pasajero y quedar en la memoria como un buen deseo que quiso ser política de Estado.

En el caso de las Becas Carlos Antonio López (BECAL), sería además dramático cortar el salto que estamos dando, no solo en generar capital humano avanzado para los próximos años del Paraguay, sino además en el estímulo, las expectativas, el horizonte, y el mensaje a nuestros profesionales.

Hay un mundo académico, de investigación, de innovación, de ciencia y tecnología, que necesitamos conocer y que nos espera.

Por supuesto, hoy el escenario de BECAL es muy alentador porque efectivamente cuenta con recursos (US$60 millones) para avanzar con convocatorias hasta 2023. Y lo decimos con la seguridad de que el Fondo Para la Excelencia en la Educación y la Investigación (FEEI) está por ley blindado y reservado, y se han mantenido desde su creación en 2012, administración tras administración, bajo esa lógica. Por ende, cuando hablamos del futuro de BECAL, nos referimos a las medidas que debemos adoptar para acompañar a estos recursos y consolidar una apuesta consistente, trazable, sostenible.

Así, esta reflexión, antes que referir a los nuevos productos del programa, sean intercambios de grado en el exterior, formación de idioma, o el plan de retorno y reinserción con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONAYCT), está centrada en los mecanismos de financiamiento en el tiempo.

Valorar el punto de partida

BECAL ha nacido como un programa de becas convencional que brinda el financiamiento para estudios en el exterior, con el compromiso del retorno del becario como contraprestación. En caso no de retornar, el becario realiza la devolución de la totalidad de la inversión.

Este modelo, exitoso en tanto nos ha permitido entrar en la carrera de llegada a las mejores universidades a nivel mundial, implica una dependencia de recursos genuinos para su continuidad. El programa BECAL requiere, para mantener un promedio de 250 a 300 becarios por año, un presupuesto anual de unos US$15 millones, con una seguridad en el compromiso, sabiendo que los desembolsos se realizan en el tiempo a medida que avanzan los estudios, en plazos de entre 1 a 4 años.

Esta situación plantea el desafío de la sostenibilidad por varios motivos:

En el caso de recursos públicos, el FEEI ha otorgado a BECAL el máximo posible en la relación de proyectos establecidos en la ley. Una nueva asignación implicaría necesariamente restar recursos a otros proyectos vinculados al Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) y al CONACYT, también importantes y necesarios para un sistema de fomento a la educación y a la investigación. Por supuesto, está latente la expectativa de la renegociación de la binacional Itaipú y con ello la esperanza de un FEEI 2.0. No obstante, a la fecha no es más que un deseo cargado de incertidumbre.

Un segundo escenario podría ser la asignación de recursos desde el Tesoro Público, o de las binacionales. En ambos casos, están marcados por el riesgo de la anualidad y por ende la dependencia a condiciones externas sociopolíticas y económicas. Son conocidas las experiencias de Ecuador y Brasil, donde los respectivos programas de becas fueron cortados de un día para otro.

Un tercer camino vincularía por ley un porcentaje de algún impuesto o utilidades, como en Costa Rica, donde la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (CONAPE) se financia con el 5 % de las utilidades netas que generan los bancos comerciales. A la fecha, está en el Senado un proyecto de ley para la creación de una Dirección Nacional de Administración de Becas, que podría, entre otros puntos, generar esa vinculación presupuestaria.

En el caso del sector privado, hay experiencias muy exitosas como Colfuturo en Colombia, donde han creado un fondo para una figura de crédito y beca. En BECAL estamos preparando el escenario para habilitar esta opción.

II.

A la par, el programa ha ido realizando ajustes en los topes de financiamiento por tipos de beca, tanto de maestría como de doctorado, producto de la certificación de los promedios de inversión de las becas ya otorgadas, pero también en conocimiento de los estándares de programas pares como Colfuturo en Colombia o CONACYT en México, incluso Fullbright de Estados Unidos o Chevening del Reno Unido.

De esta forma, esta actualización fija un monto máximo de hasta US$50 mil para maestrías y de US$90 mil para doctorados, permitiendo aumentar el número de beneficiarios.

Es cierto que en ocasiones podrían darse casos en los que el becario requiera recursos adicionales, especialmente a nivel de maestría en universidades top 10 a nivel mundial, donde el costo de matrícula ronda entre los US$50 mil y US$100 mil. Aun así, en los casos que hemos tenido, se ha acompañado de otras becas o incluso en descuentos por excelencia de la misma universidad.

También, desde 2017 hemos generado en conjunto con el Banco Nacional de Fomento la Línea de Crédito para Estudios Superiores en el Exterior, que ha permitido en el primer año de implementación que poco más de 40 profesionales puedan complementar los recursos necesarios, o incluso cubrir la totalidad a aquellos profesionales de excelente perfil pero que habían quedado fuera de la selección de beca debido al alto nivel de competencia que el sistema fue forjando.

Asimismo, como alternativa, la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) creó PROEDUC, una línea de crédito educativo a través de los intermediarios financieros habilitados. En ambos casos, plantean condiciones favorables, la devolución de los recursos en un plazo de hasta 10 años, con 2,5 años de gracia, a una tasa del 10 %. Estas herramientas, que pueden ser mejoradas en acceso y tasas a través de un Fondo de Garantía para Estudios Superiores en el Exterior (viable en el marco de la Ley No. 5.628/2016 “Que crea el Fondo de Garantía para las MiPYMES”), son aliados estratégicos que han permitido alivianar esa demanda acumulada e insatisfecha.

La valoración del punto de partida es positiva. Tenemos: 1. Recursos para becas; 2. Líneas de crédito; 3. Ley para un fondo de garantía, 4. El escenario para invitar al sector privado productivo como aportante. El desafío es armar el rompecabezas.

Analizar experiencias similares

A finales de julio pasado, BECAL, con la asistencia del BID y el FEEI, realizó el Taller Regional Modelos alternativos de inversión en Capital Humano Altamente Calificado (CHA), con el objetivo de intercambiar experiencias sobre políticas públicas de apoyo a la formación de capital humano altamente calificado, basadas en el usufructo de becas, créditos y nuevos modelos de inversión. Recibimos a colegas pares de México, Colombia, Costa Rica, Brasil, Argentina, Uruguay y Chile.

Hemos confirmado que en la región existen tres modelos predominantes. Por un lado, los programas de becas convencionales como BECAL, donde se otorga el beneficio y la exigencia es el retorno al país o la devolución de la inversión realizada. Nosotros en su momento nos habíamos fijado en Becas Chile para nuestro diseño.

En un punto intermedio, programas como Colfuturo de Colombia, que desde 1991 posee un fondo público-privado alimentado por recursos públicos (44 %) y donaciones de las empresas más importantes del país (56 %). A la fecha, con unos 13 mil becarios, tiene por objetivo llegar a 2025 con 2 mil beneficiarios al año. Se rigen por un sistema de crédito-beca, donde:

Crédito Beca
  • Solicitud hasta US$25 mil por año, máximo por 2 años. Tope de US$ 50 mil.
  • Requiere dos codeudores.

  • Tasas de interés:

    • 7 % durante estudios.

    • 9 % durante amortización.

    • 15 % para amortización acelerado.

  • Un año de gracia en el exterior al finalizar los estudios.

 OBS: Desde su fundación solo ha castigado 4 casos.

  • Si el estudiante regresa a Colombia y permanece en el país 3 años, podrá obtener el siguiente porcentaje de condonación:
  • 20 % si realizan estudios de MBA, maestría en Administración y Derecho.
  • 40 % para el resto de las áreas de estudio.
  • 20 % adicional si se vincula como funcionario público o docente o investigador en una entidad educativa.
  • 20% adicional por trabajar fuera de Bogotá y área metropolitana.
    • Los bonos adicionales son acumulables.

Cuadro resumido de: https://www.colfuturo.org/financiacion-para-posgrados-en-el-exterior

Esto implica que el beneficiario recibe los recursos como un crédito, y una vez que retorna al país se convierte en beca conforme a los descuentos señalados. Las condonaciones son acumulables, pero en ningún caso ascienden al 100 % de lo recibido.

Esta figura es interesante porque incluye: i. incentivo al profesional a retornar al país (estudiantes cuentan con el Programa Retorno que los guía en el mercado laboral); ii. la opción de no retorno bajo términos de devolución; iii. la solidaridad y contribución a la sostenibilidad del sistema donde los actuales beneficiarios contribuyen al financiamiento de los futuros.

Por último, la experiencia en Costa Rica a través de la CONAPE. Se trata de una organización publica creada hace más de 40 años cuyo objetivo es conceder préstamos para estudios de educación superior a personas de estratos de bajos recursos.

Posee un presupuesto de US$60 millones anuales, provenientes por ley del 5 % de las utilidades netas que generan los bancos comerciales. Recientemente aprobó la creación de un Fondo de Garantías. Otorga hasta unos US$110 mil, sea para maestría o doctorado, a una tasa de interés del 4,5 %, donde el máximo periodo de devolución es de 14 años, dependiendo del monto del préstamo.

Este tercer modelo es la de crédito educativo, donde el beneficiario debe retornar en su totalidad la inversión recibida, si bien en un plazo importante y a una tasa de interés muy baja.

Al respecto, nos decía el presidente de la Asociación Panamericana de Instituciones de Crédito Educativo (APICE), que se trata de un un mecanismo financiero para generar capital humano avanzado, con efectos económicos y sociales, de carácter rotatorio y solidario, intergeneracional. La palabra crédito proviene del latín creditum, que significa creer”. Refirió a los principios del crédito educativo basado en el reconocimiento de la rentabilidad personal y social de la inversión en educación; basado en el esfuerzo y méritos personales, en la búsqueda de equidad social (acceso a un mejor perfil profesional), igualdad de oportunidades (acceso al crédito, asegurado por un fondo de garantía), y solidaridad intergeneracional (los beneficiarios de hoy reembolsan para los beneficiarios del mañana).

Algunas experiencias incluyen al ICETEX de Colombia, CONAPE de Costa Rica, Guatefuturo de Guatemala, Hondufuturo de Honduras, entre otros.

Delinear escenarios realizables

¿Cuál es el modelo más adecuado, pertinente, oportuno, para que BECAL tome un camino de sostenibilidad en el tiempo?

Hay varias opciones, probadas y con éxito en diferentes países con condiciones socioeconómicas similares a Paraguay. Independiente a la propuesta que pueda realizar, lo relevante es generar el debate para asegurar que BECAL sea también para aquellos niños y jóvenes que hoy están en el colegio o en los primeros años de universidad, y que desean la oportunidad de un posgrado en las grandes universidades del exterior, para retornar con conocimiento al país.

Planteo el siguiente delineamiento como punto de partida. Transitar a un modelo de figuras con niveles de financiamiento, incluyendo opciones de:

  1. Beca completa convencional, tal vez para doctorados/PhD y educación (como las que hoy estamos otorgando);
  2. Beca parcial (un 50 % o hasta un máximo de financiamiento) + crédito educativo, tal vez para maestrías en áreas estratégicas (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Como en el caso de Colombia, donde el porcentaje de crédito pueda ser condonable según criterios de priorización, servicio al Estado, entre otros; y
  3. Línea de crédito (acompañado de un fondo de garantía), para maestrías en áreas que BECAL no financia (marketing, finanzas, entre otros).

Es un escenario compatible con una combinación de recursos públicos y mecanismos e incentivos para el cofinanciamiento y el apalancamiento de recursos provenientes del sector privado.

¿Qué otras opciones podrían ser consideradas?

 

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Licenciado en sociología, y en ciencias políticas y de la administración pública por la Universidad de Salamanca, España. Magíster en administración pública por la London School of Economics, Reino Unido. Es el actual director del programa de Becas Carlos Antonio López (BECAL), del Gobierno de Paraguay.

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