El II Festival Internacional de la Ciencia del Paraguay concluyó este domingo 2 de julio luego de 6 días intensos de talleres, conferencias, webinarios, observaciones astronómicas y de aves y otras actividades en 4 ciudades del país. Más de 1.000 personas participaron en total durante las más de 30 actividades que estaban en la agenda.
Investigadores y divulgadores paraguayos en las áreas de antropología, etnografía, astronomía, aeronáutica, informática, biología e ingenierías, además de un astrofísico argentino, compartieron sus conocimientos con niñas, niños, adolescentes y adultos en esta gran fiesta científica.
Luego de las actividades del primer y segundo día en Asunción, el evento se trasladó hasta el este del país, donde continuó en diferentes puntos de Presidente Franco, Ciudad del Este y Hernandarias.
Talleres sobre biología molecular, chatbots con inteligencia artificial, especies amenazadas, astrofísica multimensajera y debates sobre la educación universitaria en el país y qué es y qué no es ciencia fueron los espacios que inauguraron el primer día del Festival en Presidente Franco, el jueves 29 de junio.
El viernes 30, Pamela Bóveda, la primera ingeniera aeronáutica paraguaya, Fátima Ortiz, bióloga paraguaya, y el astrofísico argentino Leandro Abaroa compartieron con más de 330 estudiantes de entre 11 y 18 años de los colegios British School, Colegio Aldea de Niños y el Centro Regional de Educación (CRECE).
Al terminar sus exposiciones, se formó una larga fila de chicas y chicos frente al escenario para hacer las más diversas preguntas a los científicos. Con sus conocimientos y dudas, ellas y ellos demostraron el verdadero interés y las ganas de saber más sobre astronomía, aeronáutica y biología.
Star Party: tres días de campamento astronómico
A la tarde del viernes 30 de junio, inició uno de los eventos principales de todo el Festival, la Star Party, un campamento astronómico que duró 3 días y 2 noches en la playa Tacurú Pucú de la ciudad de Hernandarias. Jóvenes estudiantes y otros invitados pudieron conocer y hasta observar más sobre los confines de la galaxia y más allá.
Como primera actividad del campamento, el grupo viajó por unas horas hasta Brasil para observar el show de luces de la hidroeléctrica Itaipú Binacional, que se puede observar del lado brasilero de la represa.
Luego volvió a la playa en Hernandarias para aprender a observar Saturno y la Luna en el cielo con los telescopios y, de paso, también aprender a preparar un fogata donde terminarían la primera noche del campamento contando largas historias.
Además de Fátima Ortiz, Pamela Bóveda y Leandro Abaroa, también se sumaron a las charlas el investigador Diego Stalder y los divulgadores Félix Piriyú y Rodrigo Ríos, quienes compartieron sus conocimientos con las y los jóvenes.
Félix Piryú ofreció dos talleres: sobre la relación entre la Luna y la Tierra, y entre el Sol y la Tierra. De la Luna contó sobre las pruebas irrefutables que hay para confirmar que la humanidad ya logró visitarla.
Una de las principales relaciones que encuentra entre este satélite natural de nuestro planeta y nosotros es la fascinación que nos genera. Habló sobre la gratificación de ver el rostro de asombro de una persona que por primera vez observa la Luna a través de un telescopio. Durante las observaciones astronómicas del campamento, tanto jóvenes como adultos confirmaron esta sensación producida por la compañera celestial.
Rodrigo Ríos, astrofotógrafo y aficionado por la astronomía, dio un taller sobre cómo ubicar cuerpos celestes y qué observar en el cielo paraguayo, que luego los participantes tuvieron la oportunidad de poner en práctica en la segunda noche de observación astronómica.
Además, compartió su viaje de más de 10 años de vuelo en la astrofotografía. Con cada diapositiva mostraba la imagen que logró capturar de alguna nebulosa que quedaba a “solo” unos minutos luz de la Tierra para terminar el viaje con una de sus asombrosas fotografías que muestran qué hay a 11 millones de años luz de nosotros.
En una de sus charlas, Leandro comentó cómo la desinformación o el sensacionalismo que crean los medios de comunicación sobre astronomía tienen un efecto negativo en el área. Por su parte, Rodrigo Ríos comentó que en Paraguay pasa algo muy interesante. Mucha gente llega al grupo de divulgación AstroPy luego de leer una noticia amarillista que despertó su curiosidad. Y AstroPy no pierde la oportunidad para dar información precisa y avivar esa luz de interés.
Las niñas y niños tienen las preguntas más diversas, difíciles y profundas
Leandro Abaroa llegó por primera vez al Paraguay para este Festival y regresó a su país emocionado por toda la experiencia. En cada taller o espacio donde se encontraba con niñas y niños, escuchó las preguntas más diversas, difíciles y profundas que pudo imaginar. En la última noche de la Star Party, un gran grupo de chicas y chicos lo rodeó para hacerle preguntas como: ¿Se puede viajar de una galaxia a otra? ¿Qué comen los agujeros negros? ¿A qué velocidad viajan? ¿Qué pasaría si Júpiter explotara? ¿Y si la Luna fuera Mercurio? ¿Y si dos galaxias explotaran?
De a poco, Abaroa respondía una a una todas las preguntas, pero las manos levantadas y la curiosidad no paraban.
“Me encontré con una sorpresa muy grata por el nivel y la variedad de preguntas que me hicieron los niños. Es algo que entusiasma muchísimo, porque se nota que la astronomía sigue generando mucha emoción en los niños, que quieren entender qué es el universo, y eso es algo que realmente nos emociona”, comentó Leandro al escapar un rato de tantas preguntas.
Durante todo el Festival, salió varias veces la falta de apoyo de las familias para incentivar esta semilla que claramente está en las niñas y niños. Durante los espacios de este evento, por un momento se sintió que la norma era lo contrario. Chicas y chicos tuvieron la oportunidad de dejar libre su curiosidad y adentrarse a una de las ciencias más aglutinadoras pero relegadas del país.
Una participante, madre de uno de los investigadores, intervino en una de las charlas para compartir la esperanza que le renació con el evento. “Todavía podemos soñar un mundo mejor”, reconoció.
Sara, una estudiante universitaria que participó durante toda la Star Party, contó que fue una experiencia inolvidable para ella por todo lo aprendido con los investigadores. “Vine para aprender, conocer y sentir toda la experiencia y terminé con las ganas de divulgar sobre las ciencias en Paraguay, contar a todos sobre lo que aprendí”, comentó.
El domingo bien temprano se hizo un recorrido por la playa y una reserva adyacente de la mano de la bióloga Fátima Ortiz, quien ofreció una introducción a la observación de aves. Los presentes pudieron presenciar especies como churrinches, tero-tero, garzas, anós y caracoleros, además de encontrar huellas de posibles carpinchos y venados.
Al mediodía se levantaron las carpas y se empezó a pensar dónde podría ser la siguiente edición del Festival.
El II Festival Internacional de la Ciencia del Paraguay fue organizado por Ciencia del Sur y auspiciado por el Museo de Ciencias (MuCi), el Instituto de Patología e Investigación, la Universidad Iberoamericana, la Universidad Comunera y la Universidad Privada del Este. Y contó con el apoyo del Instituto Argentino de Radioastronomía, Itaipú Binacional, Astronomía Paraguay, TransferTeQ, AstroMinga, de la ciudad de Minga Guazú y el Club AstroCiencias y Tecnología de Ciudad del Este.
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Alejandra es reportera en Ciencia del Sur. Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Asunción, se ha desempeñado en distintas área de la comunicación para empresas y organizaciones de la sociedad civil. Fue una de las ganadoras del Premio Nacional de Periodismo Científico de Paraguay en 2019 y en 2022. Forma parte de la Red LATAM de jóvenes periodistas, iniciativa de Factual y Distintas Latitudes.
Muy buena esta nota!!!!