Paraguay es uno de los países que menos invierte en ciencia en el mundo. (Ciencia del Sur)
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Nadie puede negar los logros de la cobertura que tuvo la educación paraguaya en la democracia. Lo mismo pasó, aunque en menor proporción, con la ciencia. Tres ejemplos de estas conquistas sociales son el Programa Paraguayo para el Desarrollo de la Ciencia y Tecnología (PROCIENCIA), el Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII) y el programa Becas Nacional de Posgrado Carlos Antonio López (BECAL). Pero también sabemos que estas políticas públicas son limitadas e insuficientes.

Un país que desea llegar a la economía y sociedad del conocimiento para el 2030, como pretende Paraguay, no podrá cumplir sus objetivos si mantiene su sistema intocable y peor, si está retrocediendo. Como está pasando ahora mismo con la propuesta del Congreso de recortar los fondos de educación e investigación, en una medida ilógica, innecesaria y altamente perjudicial.

No debe sorprendernos. Paraguay es un país que conserva, promociona y hasta premia el pensamiento mágico. La fe en lo sobrenatural e irracional sigue siendo un valor muy apreciado en esta sociedad. Así es muy difícil que el pensamiento crítico y la investigación científica puedan desarrollarse de manera plena.

El CAFFEI nos alertó sobre los problemas que implican recortar millones de dólares a fondos que, en teoría, deberían estar blindados justamente de la clase política, que todavía cree que el dinero público le pertenece. Niños de la educación inicial quedarán sin financiamiento, profesores y profesionales no accederán a becas en el exterior y unas 1071 escuelas y colegios no tendrán 20.000 computadoras conectadas a internet. A esto debemos sumar que unos 4.000 docentes no podrán especializarse y alrededor de 130 investigaciones científicas quedarán en la nada.

Para defender la educación y la ciencia debemos ser intelectualmente honestos y políticamente claros. Paraguay hoy tiene un sistema educativo fracasado, con planes de estudios obsoletos e inservibles para el mundo real e incluso para ingresar a la educación superior. Mientras que nuestras universidades, que no logran despegar ni proyectarse, todavía tienen problemas básicos como acosos sexuales, endogamia, poca o nula investigación, bajísima calidad educativa y poca o nula internacionalización.

En el primer cuatrimestre del 2021 fuimos testigos del aplazo masivo de estudiantes que querían acceder a una beca de Itaipú-BECAL. En ese momento, el MEC, pero quizás todo el Estado, tenía que poner en alerta al sistema y atacar las causas de nuestro subdesarrollo en educación. Pero no, por el contrario, el Ministerio de Educación intentó prohibir incluso, la difusión de los exámenes. El MEC, con grandes fallas y falencias tradicionales, todavía tiene la soberbia de creer que está haciendo bien las cosas. Cuando en realidad están empeorando.

Si el Congreso Nacional ratifica los recortes millonarios, Paraguay confirmará que está gobernado por gente que ama la ignorancia institucionalizada e incentiva tener una sociedad poco educada, pero que le reditúa en votos en las elecciones municipales y generales. La clase política, y quizás una parte del sector empresarial, es la principal beneficiada cuando los ciudadanos no están conscientes de sus derechos y pueden ser manipulados y violentados de manera impune.

Las políticas públicas ya no pueden seguir en manos de personas poco formadas o que tengan intereses bien marcados que van en contra, incluso, del progreso y desarrollo de esta república. La Comisión Bicameral debió haber recortado fondos a instituciones corruptas o que no aportan al progreso nacional. Pudo haber recortado al Poder Legislativo, una de las instituciones más corrompidas y que menos aporta al país, o al Poder Ejecutivo. Pero no a educación y ciencias.

Ciencia del Sur se opone radicalmente a esta propuesta oscura y peligrosa que imposibilita combatir la pobreza, la miseria y el analfabetismo. Estamos cansados de las autoridades corruptas e ignorantes que continúan postergando el avance nacional. Alentamos a la comunidad educativa nacional y a la comunidad científica local a rechazar este atentado contra la población. E instamos a los gobernantes a asesorarse mejor para evitar esta vergüenza internacional que nos costará muy caro.

Paraguay ya está acostumbrado al totalitarismo y al atraso, lo que nos queda es ir hacia delante para combatir estos males. Con este sistema actual continuaremos siendo un remedo de país serio y del siglo XXI.

Falta aumentar el número de investigaciones científicas, corresponde aumentar drásticamente el número de investigadores categorizados y financiados y, obviamente, velar por la calidad de los trabajos científicos, que todavía es un reto gigante. Además, falta borrar los contenidos que actualmente se ofrecen en la educación paraguaya y crear uno que forme efectivamente alumnos que puedan entrar a la universidad con saberes básicos y así colaborar con su comunidad.

Lo que tenemos hoy no alcanza ni ayudará a proyectarnos. Los políticos paraguayos están condenando a la muerte intelectual y científica a la población cuando recortan fondos de educación e investigación. Hay que evitar que los brutos y necios diputados y senadores cometan el error de condenarnos al atraso, una vez más.

El primer paso es archivar la propuesta absurda de recortes y así evitar el colapso de algunos programas que están funcionando.

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Equipo periodístico y científico de Ciencia del Sur

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2 COMENTARIOS

  1. Muy cierto. Somos un país en donde la innovación y la ciencia no son y están lejos de ser una prioridad. Aún así, la plata que debería estar destinada al FEEI, BECAL y primera infancia está cerca de ser usada para crear cargos en el Poder Judicial, cargos innecesarios para un brazo absolutamente corrupto e inoperante del Estado. Paraguay falló en garantizar uno de los derechos más básicos del ser humano. Falló en proveer oportunidades para gente brillante que podría traer progreso. Somos un Estado fallido. Un intento de democracia.

  2. Encontré esta página de casualidad y desde entonces, no dejo de leer. Además, los artículos publicados son muy interesantes es más, las críticas se fundamentan. Pienso que nosotros los paraguayos tenemos muchos talentos sin embargo, nos falta oportunidades. Mi gran objetivo,es volver al país y trabajar con nuestra gente. Estoy haciendo mi último año de máster en Francia.

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