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Entre cursantes del I Seminario de Comunicación Científica Digital, profesores, científicos y divulgadores, se desarrolló este jueves 31 de agosto el III Ciclo de Ciencia Abierta, programa de la Agencia Sudamericana de Informaciones y Noticias Científicas y Tecnológicas (Asincyt) y el diario digital Ciencia del Sur, en la Universidad Iberoamericana.

El patólogo e investigador Antonio Cubilla brindó una conferencia magistral en la que destacó la necesidad de aumentar la productividad científica en Paraguay.

El director del Instituto de Patología e Investigación y Premio Nacional de Ciencias (2002) disertó sobre “Publicaciones científicas y sus estrategias. Experiencias como autor y editor científico”, la primera actividad de este curso ideado para brindar una introducción al periodismo y a la divulgación científica.

El director del diario Ciencia del Sur, Eduardo Quintana, dio apertura al evento destacando la importancia de una mejor comunicación de la ciencia y la responsabilidad tanto de investigadores como de periodistas.

Eduardo Quintana, director de Ciencia del Sur. (Ana Careaga)

Compartió con el público un mensaje del destacado filósofo de la ciencia Mario Bunge, quien desde Canadá felicitó a los investigadores, entre ellos Cubilla, que dedican parte de su tiempo a la divulgación, “porque comprendieron que todo el mundo se beneficia cuando se aprende algo de lo que hacen quienes se dedican a la investigación científica”.

El pensador argentino subrayó que la comunidad científica, tan despreciada y acosada por los oscurantistas, necesita de amigos en todos los grupos sociales si quiere que el Estado apoye la investigación.

Por su parte, el director académico del Seminario y editor de Ciencias Naturales de Ciencia del Sur, el bioquímico Ariel Insaurralde, hizo un llamado a que los científicos se involucren más: “Quien no publica, no divulga y no patenta, no existe en el mundo científico. Los productos de una investigación no son los proyectos, ni los miles de dólares que se reciben”.

Añadió que los productos son las soluciones a los problemas puntuales; el conocimiento intangible puede darnos confort, eficiencia y progreso. «Vivimos en la era de la creatividad, innovación y gestión del conocimiento, donde la información no es suficiente, donde la sabiduría es irrelevante, si no se comparte, no se vende o no se viraliza”.

Baja producción científica en Paraguay

Durante la conferencia magistral, el doctor Cubilla indicó que de acuerdo a las mediciones del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), la producción científica en Paraguay es muy baja en comparación con los demás países: “Se estima que existen 130 publicaciones anuales en revistas indexadas en nuestro país. Esto corresponde a la producción anual de un pequeño departamento académico con 10 profesores de una universidad media del primer mundo”.

Aseguró que el promedio de publicaciones de un científico activo es de entre 5 a 20 trabajos por año en publicaciones de alto impacto: “No solamente es poca la producción, sino hay un bajo nivel de calidad”.

Criticó que en el Programa Nacional de Incentivo a Investigadores (PRONII) solo se exija una publicación anual para recibir el incentivo económico del Estado.

La publicación es el primer paso de la validación del estudio

Explicó que en Paraguay hay más grupos realizando estudios diversos sin rigor y que muchos erróneamente creen que es ciencia lo que hacen. Pese a un aumento del número de presentaciones de trabajos en congresos nacionales e internacionales, la mayoría no termina en la publicación y deberían ser consideradas “actividades precientíficas”.

“En cuanto a la validación y calificación del investigador como un verdadero científico es necesario que la publicación, en revistas, sea evaluada por un jurado de pares científicos, como medida final. Quien no publique regularmente, aunque trabaje mucho, no debe considerarse un científico verdadero, sino uno aficionado”, sumó.

Explicó que existe un debate sobre dar mayor valor a la calidad o a la cantidad de publicaciones.

Sin embargo, en Paraguay se discute quién publica más, pero los trabajos siguen siendo calidad media a baja: “Los científicos más productivos son quienes publican también los mejores trabajos y los científicos laureados – Premios Nobel – publican considerablemente más trabajos que aquellos que no han obtenido esa distinción”.

Dificultades y estrategias para publicar

El Dr. Cubilla es uno de los investigadores paraguayos con más publicaciones, pero aclaró que se considera un profesional más que un científico, puesto que su principal actividad ahora es la medicina clínica. (Desirée Esquivel)

Aseveró que el factor que explica las escasa productividad científica en Paraguay es la dificultad de publicar en revistas de renombre. “Por eso es necesario para los investigadores conocer más sobre los mecanismos y estrategias que faciliten o acompañen los esfuerzos para publicar”, agregó.

Cubilla citó que es imprescindible el esmero en la presentación del trabajo, identificar un nicho de investigación, presentar trabajos en congresos científicos internacionales de relieve y seleccionar adecuadamente una revista que prioriza artículos originales.

Subrayó que para realizar publicaciones científicas en revistas de renombre es importante tener en cuenta la originalidad y elegancia, presentar una idea central o hipótesis científica, exponer técnicas actuales y estadísticas de punta. Además, señaló que es esencial la estructuración formal e impecable, sin errores ortográficos, gramaticales o de símbolos, que denoten claridad, secuencia lógica y fluidez narrativa e impacto universal.

Admitió que es difícil lograr total originalidad para conseguir una publicación, ya que los dominios están muy estudiados y por ende se deben buscar temas especiales, que permitan ser competitivos, con áreas de estudio o materiales únicos en el país para identificar nichos de investigación. “Lo hicimos con el carcinoma peneal, raro en el primer mundo”, acotó.

“Hay que presentar trabajos semiterminados, por lo menos, en reuniones científicas competitivas. Existe un índice de rechazo de por lo menos 50%, pero siempre sirven como filtro para medir el valor del estudio, recibir críticas y corregir el trabajo, que logre facilitar el escrito posterior para publicación”, enfatizó.

Algunas estrategias para elegir en qué revista publicar

Dijo que una revista médica científica tiene normalmente 20 a 40 editores en el consejo editorial y un editor principal: “Es importante conocer y ser conocido por el editor principal. En caso de empate, entre dos jurados, es el editor quien puede desempatar a su favor si lo conoce bien. También hay que buscar especialistas en la disciplina del trabajo que sean también conocidos del autor”.

Es importante, acotó Cubilla, recurrir a los exalumnos de la universidad que conozcan su trabajo anterior o trayectoria. En el caso de un joven que se inicia, quien tiene más dificultades de publicar, debe aliarse y atraer a un autor senior de alto nivel de excelencia y fama internacional hasta que se haga de nombre propio y pueda sostenerse por sí mismo.

Añadió que es necesario pertenecer a la comunidad mundial de científicos: “Dentro de la disciplina, el área o dominio de investigación se debe ser miembro regular de las sociedades científicas internacionales relacionadas, conocer a los pares que trabajan en lo mismo y viajar anualmente a los congresos científicos, a pesar de que cuesta dinero y las instituciones en Paraguay no quieren pagar. Hay que ingeniarse”.

Clasificación de revistas de Patología

Cubilla jerarquizó en su área las revistas de primera línea según su nivel de exigencia y prestigio.

Primera línea: The American Journal of Surgical Pathology, Modern Pathology, The American Journal of Pathology (norteamericanas);

Segunda línea: The American Journal of Clinical Pathology, Human Pathology, International Journal Surgical Pathology (norteamericanas) Histopathology (Inglaterra), Virchows Archiv (Alemania)

Tercera línea: Open acces journals, Patología (México), Patología (España), International Brazilian Journal of Urology (Brasil).

“Existen 76 revistas indexadas en Medline, en que su factor de impacto varía de 500 a 5.000. Lo ideal es publicar en las primeras 10 revistas más prestigiosas (impacto de más de 4.000). Publicamos habitualmente en revistas de 4.500 a 4.600. Solo pudimos publicar dos trabajos en la mejor revista de ciencias básicas. Hay un sesgo injusto para los trabajos clínicos”, sumó.

Ciencias básicas versus ciencias aplicadas

El Seminario cuenta con más de 70 inscriptos de diversas disciplinas. (Ana Careaga)

Comentó que en organismos de Latinoamérica, así como en Paraguay, se cree que lo mejor para nuestros países es la ciencia aplicada, pero la mejor revista de Patología prefiere trabajos de ciencias básicas, lo cual indica el valor mundial de este nivel jerárquico de investigación y que para las ciencias clínicas o aplicadas se debe bajar a revistas de menor impacto: “Tiene que ver con el potencial de la idea original”.

Identificó que hay científicos que están formados para cumplir este rol y realizan doctorados: PhD. También existen científicos híbridos que están formados en la profesión y también en la ciencia, estos son los MDs-PhD. Asimismo, hay profesionales (médicos) que realizan en paralelo investigaciones científicas. Los primeros se inclinan por las ciencias básicas y los terceros por las aplicadas, quienes tienen más dificultad para acceder a las mejores revistas. Sin embargo, existen publicaciones de buen impacto adecuado para los trabajos clínicos.

Habló de editores y composición de los consejos editoriales de las revistas. También radiografió a los jurados de las mismas y que una de las estrategias, si hay un rechazo, es anotar las críticas, mejorar la publicación y enviarla a una revista de segunda o tercera línea, de acuerdo al trabajo en cuestión: “Se requiere de autocrítica y saber reconocer cuando el trabajo no es tan bueno”.

Esta actividad, desarrollada en la Universidad Iberoamericana (Unibe), contó con la colaboración de 11 instituciones de investigación y divulgación, coincidió con el III Ciclo Ciencia Abierta, programa de Asincyt y Ciencia del Sur para que los científicos se acerquen más al público general.

Varios participantes expresaron sus expectativas para el resto del curso, celebrando que se realice este tipo de actividades de conferencias y talleres para entender mejor la ciencia.

 

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Periodista, fotógrafa y cofundadora de Ciencia del Sur. Es estudiante de comunicación en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción. Es embajadora de SembraMedia en Paraguay, una ONG que nació para incrementar la diversidad de voces y calidad del contenido en español. Publicó tres relatos y un ensayo literario en la antología "Como el Big Bang-Cuentos y algo más", en 2017, con estudiantes de la Escuela de Escritores de El Lector.

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2 COMENTARIOS

  1. Felicitaciones Dr. Antonio Cubilla. Su conferencia es excelente y sobre un tema que hay que insistir e insistir porque las publicaciones son el meollo de la investigación.

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