Según el ingeniero Miguel A. Volpe, catedrático de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y presidente del Club de Astrofísica del Paraguay, los investigadores paraguayos deben poner también su mirada en el hambre y la pobreza, ya que son los más calificados para entender la problemática y proponer soluciones factibles.
Puntualizó que el crecimiento de la ciencia en nuestro país es irreversible, pero que se deben hacer más visibles los resultados de los trabajos científicos.
Volpe, directivo de la Agencia Espacial del Paraguay (AEP) que tiene en su honor un asteroide, fue hasta el año pasado miembro de la dirección del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), cargo en el cual estuvo por más de una década. Sigue enseñando física en la UNA.
Ciencia del Sur conversó brevemente con él tras la realización del II Encuentro de Investigadores, realizado a finales de agosto por la Sociedad Científica del Paraguay, institución de la cual forma parte y asegura que está comprometida al 100% con la divulgación.
“En Paraguay tenemos gente que no come, que está desnutrida o malnutrida. Los científicos deben ocuparse también de estos problemas… No sabemos aprovechar lo que tenemos en Paraguay. Nos cuesta mucho. El ejemplo es la problemática campesina, las autoridades nacionales no tienen experiencia ni tacto con la gente”, indicó el catedrático.
El profesor Volpe, quien tiene varias décadas de trabajo como divulgador científico, aseguró que la consolidación de la ciencia en Paraguay es irreversible, pero que los logros de las investigaciones dependerán de la disponibilidad de medios, por lo que el Conacyt es muy importante en este aspecto.
“Tenemos que mostrar para qué sirve la ciencia, debemos aumentar el número de patentes por año, que los investigadores y tecnólogos desarrollen artefactos producidos en Paraguay, que den valor agregado a la materia prima local. Debemos mostrar resultados”, destacó.
Volpe no tiene dudas: la investigación debe apuntar a crear divisas o generar rentabilidad, pero sin obligar a los investigadores a interesarse en ciertos temas. “El investigador si no está interesado no investigará. Además, a la investigación hay que tomarla con pasión, alto grado de compromiso y fijar fechas bien delimitadas para alcanzar mejor las metas trazadas”, afirmó el profesor.
Para el docente, todo lo que se está logrando en el sistema nacional de ciencia y tecnología no es azaroso ni se logra de manera aislada, sino en colaboración con diversas instituciones y redes. Agregó que si todavía hay gente escéptica o con críticas a la inversión en investigación y desarrollo, más temprano que tarde van a entender que la ciencia es necesaria y cambiarán a una postura más favorable.
El homenajeado con un asteroide por la Unión Astronómica Internacional insistió en la necesidad de procesar masivamente la materia prima para generar más recursos para el país a través de la economía del conocimiento.
¿Ciencia en los discursos políticos?
Por otro lado, Volpe recordó que la primera vez que se logró que los políticos hablen de ciencia en Paraguay fue durante el Gobierno de Fernando Lugo (2008-2012). Según el ingeniero, en 2009 el Ejecutivo comenzó, por primera vez, a hablar más sistemáticamente de ciencia y dichos temas ya no faltaban en los discursos oficiales.
También añadió que las políticas científicas permitieron al propio Conacyt evolucionar. Rememoró que las primeras reuniones o encuentros del Consejo se realizaban en los galpones del Instituto Nacional de Tecnología y Normalización (INTN), donde funcionaba la oficina, mientras que ahora cuenta actualmente con dos edificios en Asunción y varios programas de apoyo a la ciencia, tecnología y a los investigadores.
“La ciencia paraguaya mejoró ampliamente, pero también el Conacyt. Las personas que forman parte actualmente del Consejo son profesionales que tienen una visión más amplia de la que se tenía hace unos 20 años. En esa época había mucha duda sobre el sistema de ciencia en Paraguay. Hoy ya no. Hoy se sabe que se puede hacer investigación. Habrá mucho errores y hasta un camino incierto, pero hay que tener en cuenta que la investigación científica es así”, señaló Volpe.
Agregó que la Sociedad Científica está comprometida totalmente con la divulgación científica y que la investigación llegue mucho más a la ciudadanía, pero especialmente a los jóvenes, para que tengan opciones diferentes a las que ofrece regularmente la sociedad paraguaya.
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Equipo periodístico y científico de Ciencia del Sur
Totalmente de acuerdo con el Ing. Volpe, los investigadores debemos ocuparnos de los problemas que afligen a nuestros habitantes. Hay que crear nichos de investigación, como ya ha indicado en varias oportunidades el Dr. Cubilla, para hacer crecer la ciencia en el país en sus diferentes áreas.
Totalmente de acuerdo Prof. Volpe.
Me parece inadecuado e inoportuno.
Inadecuado porque son los empresarios y los políticos los que gravitan en las decisiones y tienen los medios para incidir en los aspectos socioeconómicos del país. El científico y el tecnólogo tienen otra tarea, menos directa hacia la economía y la justicia social. En nuestro pais no existe la profesión de científico, es justamente lo que se quiere conseguir. La función del científico es la búsqueda objetiva de la verdad, el descubrimiento de nuevas fuentes de energía y de nuevos materiales para que los empresarios de industriales propicien nuevas fuentes de trabajo, con procesos más eficientes. Así, el científico es un eslabón hacia la producción de nuevas fuentes de beneficio económico.
Es inoportuno el mensaje. Porque fustiga y pone en duda la exigua labor del científico, que ni siquiera dispone de un salario como tal.
El CONACYT tiene la función de generar las políticas de ciencia y tecnología. Desde ya, por sus reglamentaciones, apoya aquellos proyectos de ciencia aplicada de provecho potencial para nuestro país.
Exelente respuesta. Pasa que mucha gente no entiende minimamente de economía, ni de como funciona el estado y desde su desconocimiento aporta ideas que pueden llegar a ser perjudiciales. No desmerito el esfuerzo y trabajo de los investigadores pero hay que decir las cosas como son.