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Por Gabriela Núñez **

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Es diabético y tiene 60 años. Han pasado 7 días y sigue internado en el hospital. Su infección se había complicado, la primera línea de antibióticos que le habían recetado ya no fue suficiente para combatir al batallón de bacterias, ahora acaban de iniciar el tratamiento con otro antibiótico, quedamos en la espera de su mejora.

Como antecedente había consumido antibióticos en varias ocasiones anteriores, pero también afirmó que no siempre cumplió con el tiempo de tratamiento indicado. Además, trabajó por varios años en el sector que se encarga del faenado bovino.

Los antibióticos o agentes antimicrobianos son fármacos que se utilizan para afrontar infecciones, específicamente bacterianas, tanto de humanos como de animales. La resistencia antimicrobiana (RAM) es un fenómeno que se caracteriza por la capacidad que presentan las bacterias de no doblegarse a la acción del antibiótico suministrado.

Charles Darwin ya nos había hablado de la selección natural de las especies. Las bacterias no se quedan atrás, desde tiempos inmemoriales las bacterias han sido capaces de adaptarse al medio caótico en el que se encontraban.

Con el advenimiento del uso masivo y descontrolado de los antibióticos, las bacterias han desarrollado estrategias para enfrentar este tipo de ataques por medio de mecanismos que involucran mutaciones genéticas o transferencias de material genético entre ellas.

La mayor preocupación por la aparición de la RAM es la limitación de las alternativas terapéuticas que genera. A medida que la RAM evoluciona, cesarán de realizarse otro tipo de tratamientos en pacientes cuyo sistema inmunitario se vea comprometido, es decir, que sus defensas frente a agentes extraños estén amenazadas.

Ejemplos serían pacientes con cáncer que requieran fármacos o radioterapia como tratamiento, pacientes a ser trasplantados, sometidos a cirugías mayores, etc. Básicamente aumentan la morbilidad y la mortalidad.

Algunos de factores que contribuyen a la generación de RAM son el incumplimiento con el tiempo del tratamiento, muchos lo abandonan al momento del cese de los síntomas, pero datos recientes mencionan dudas sobre ello; la automedicación por falta de normas o leyes que restringen su venta directa, es decir, sin receta médica.

La pobre higiene y saneamiento en comunidades y los hospitales.

Dentro de las prácticas médicas se citan la administración empírica de antibióticos, el diagnóstico y la prescripción de manera errada. En el sector ganadero el fin del uso de los antibióticos, además de curar las infecciones, básicamente está centrado en mejorar y acelerar el crecimiento de los animales destinados al consumo humano.

La Food and Drug Administration (FDA) estima que el uso en el sector ganadero representa el 80% de todos los antibióticos consumidos, y de ellos, el 74% no se administra para tratar o prevenir una infección.

Cabe mencionar que los ríos y lagos también juegan un papel importante en la proliferación de las bacterias con resistencia a ciertos antibióticos. Aunque las investigaciones en este ámbito estén aun en su génesis. Y por último la mala calidad de la fabricación de los antibióticos por ciertas farmacéuticas.

Sumado a eso, desde finales del siglo pasado las industrias farmacéuticas han dejado de invertir en el desarrollo de nuevos antibióticos, ya que ha dejado de ser rentable para ellas, y más bien propugnan la inversión en fármacos dirigidos a enfermedades crónicas.

La RAM es un problema mundial, los microorganismos no respetan fronteras geográficas o ecológicas ni estratos sociales. La diseminación ocurre a través de alimentos, agua, animales y/o personas por medio de los viajes y comercio internacional con un alto volumen de tráfico aéreo. Por tanto, el comportamiento de un país en cuanto a las medidas preventivas pueden poner en peligro la eficacia y la disponibilidad de los antibióticos en todo el mundo.

Economía y educación

Con todo esto, no podemos olvidarnos del impacto que genera en la economía. Según informes del Banco Mundial publicados en 2016 y 2017 se calcula que la RAM será responsable de una caída del PIB mundial de al menos un 1,1%, lo que equivaldría a un billón de dólares al año hasta 2030.

Dentro del marco de la 72ª Asamblea de Naciones Unidas, se ha advertido que si no se toman medidas contundentes para detenerla, la RAM puede convertirse en 2050 en la primera causa de muerte, y se cobrará previsiblemente más de 10 millones de vidas, superando las muertes por cáncer.

Para combatir esta amenaza global y no retroceder a la era preantibiótica, se han planteado estrategias interrelacionadas fundamentalmente entre la salud humana, animal y ambiental, fundándose el concepto de “Un mundo, una salud”.

El desarrollo de este proyecto no debe quedarse como una medida utópica, por tanto es clave la participación activa de los gobiernos nacionales. Una mayor inversión en la educación para concientizar tanto a la población general como del sector profesional sobre el uso correcto de los antibióticos es necesaria.

La investigación debe dejar de ser un anexo y pasar a ser prioridad. Y para que el trabajo integral sea eficaz, resulta fundamental la actualización de los datos sobre la situación actual del país, eso incluye datos sobre la RAM en ámbitos hospitalarios, ambulatorios, estudios de aguas residuales y libres y uso de antibióticos en animales. (1–3).

Hemos hastiado la naturaleza con nuestra osadía e irresponsabilidad, ella que nos da acceso a todas sus reliquias ahora se mofa de nosotros por nuestra perfidia, lo que nos queda es suplicar su indulgencia e iniciar la adopción de medidas preventivas antes que curativas.

Referencias

(1). Quiñones Pérez, D. Resistencia antimicrobiana: evolución y perspectivas actualesante el enfoque «Una salud». Revista Cubana de Medicina Tropical. diciembre de 2017;69 (3):1-17.

(2). Avendaño, C. La resistencia antimicrobiana. Algunos aspectos de un grave problema. En 2018.

(3). Rovere, M. La Resistencia Antimicrobiana: Una Perspectiva Internacional e Intersectorial. Inmanencia Revista del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) Eva Perón. 2018;6(1).

*Artículo que obtuvo el tercer lugar de los trabajos presentados en el II Seminario de Comunicación Científica Digital de Ciencia del Sur.

** Gabriela María Núñez Mössner es estudiante de medicina y cirugía de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Previamente, estudió ingeniería en electricidad, carrera que abandonó. Además se desempeña como editora científica en la revista Discover Medicina, órgano de difusión oficial de la Sociedad Científica de Estudiantes de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción (SOCIEM-UNA).

 

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