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“Parece que el Gobierno, dejándose llevar por los apasionados informes que recibía acerca de la libertad con que manifestaban sus ideas y opiniones los becados a Europa, aún sobre las cosas del Paraguay, tomó la decisión de cortar sus estudios. Y prematuramente los hizo llamar sucesivamente uno después de otro, sin consultar los progresos que hacían, las esperanzas que prometían o la conveniencia de prolongarse el tiempo de su permanencia para poder nutrirse con mayores y más sólidos conocimientos […]”

Juan Crisóstomo Centurión
Capítulo III
Memorias o reminiscencias históricas sobre la Guerra del Paraguay

El educador y periodista paraguayo se pregunta, en otro pasaje de su obra, ¿de qué servía enviar jóvenes a las naciones cultas de Europa, si a su vuelta no podían hacer uso de sus conocimientos? ¿Para qué estudiaban los jóvenes libremente si a su regreso debían sujetarse a la «tiránica y caprichosa censura» del Gobierno?

El caso de Centurión es paradigmático, ya que tras sus estudios él sí tuvo que servir y retribuir al país como traductor y militar en la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870), y como periodista, historiador y profesor durante la reconstrucción de la República.

Francisco Solano López intervino para obligar el regreso de los intelectuales ya que temía que Paraguay se abriera al mundo y la gente pudiera pensar por sí misma, típica preocupación de un régimen totalitario.

En un momento en el que más criticamos el abandono a las ciencias humanas y sociales, ya que el conocimiento aislado y no multi o interdisciplinar no tiene cabida en nuestra era, sería absurdo pensar que el Gobierno de Horacio Cartes, aunque de corte autoritario, intente encaminarse hacia un totalitarismo para luego nombrarse rey en una república (como intentó hacerlo López).

Durante dos siglos, muy pocos fueron los gobiernos que se interesaron en la formación universitaria de la población paraguaya. Hoy la universidad todavía es un lujo; apenas el 3,28 % de la población paraguaya (unos 230 mil según datos del Conacyt, 2015) accede a la educación terciaria. Y solo una fracción de ésta concluye su carrera en una institución relativamente buena, para no calificarla directamente de pésima.

En 2014 se graduaron unos 14.520 universitarios, el 58,5% de ellos (8.500) en universidades privadas.

Sin dudas, el presidente Cartes dio un espaldarazo fundamental a la educación y ciencia de Paraguay con la creación y puesta en marcha de las Becas Carlos Antonio López (Becal). Nadie esperaba que un Gobierno con figuras pacatas e incultas pudieran proponer un programa de becas para permitir a los jóvenes el acceso a las mejores universidades del mundo.

El cuadro se completa con la vigencia del Programa Paraguayo para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (ProCiencia) liderado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y con la restructuración del MEC, redefinido como Ministerio de Educación y Ciencias.

Pero queda mucho por hacer en un país que institucionalmente ha utilizado a la educación como mercancía política y no como instrumento de liberación de los diversos grupos que tejen la red social de la nación.

¿Dónde trabajarán los becados cuando se gradúen y tengan la obligación de retornar al Paraguay? (Becas Carlos Antonio Lópezl)

Becal es un experimento y emprendimiento de gran envergadura que lamentablemente puede disociarse de la realidad de un país tercermundista como éste, sobre todo al no existir políticas públicas científicas que orienten o guíen a este programa altamente costoso.

Los primeros becados, sobre todo los que tomaron cursos cortos, ya están retornando al país y otra partida se prepara para ir a diversas universidades. Sin embargo, al día de hoy no existe un plan de reinserción de los recursos altamente capacitados que brindará Becal.

Al menos no accesible para la ciudadanía. No se sabe dónde trabajarán los graduados de Becal, muchos de lo cuales se están especializando en investigación. La Guía de Retorno y Retribución solo menciona que los becarios deberán permanecer 5 años tras su regreso y acreditar una vinculación laboral. Caso contrario, «el beneficiario deberá reembolsar la totalidad del beneficio recibido», que puede sumar varias decenas de miles de dólares.

La puesta en marcha de una agenda educativa y científica aislada puede ser el éxito de un Gobierno, pero también puede evidenciar el fracaso de todo un sistema político.

Becal sigue albergando vicios de burocracia o amiguismo típico de la política paraguaya, pero está permitiendo educación superior de excelencia a decenas de jóvenes que no podrían acceder a ella de otra manera. También es cierto que Becal subsidia a personas que sí pueden costearse sus estudios o que no tiene méritos intelectuales o científicos para acceder a una plaza del programa, pero que por contactos así lo hace. Hace pocas semanas, el Gobierno colorado erró al tratar de vincular a los becarios con el precandidato a la presidencia de su preferencia.

Si algo debe hacer urgente la administración de Cartes es blindar las Becas Carlos Antonio López de cualquier contaminación partidaria. La educación ya no puede seguir en manos de los políticos. Garantizar una verdadera autonomía de la educación superior es tarea pendiente en todo Paraguay.

Fracaso del sistema educativo

Sin embargo, los problemas traspasan al ámbito político. La realidad es que hoy la educación pública ha perdido su protagonismo y la su calidad está en duda.

Los bachilleres se gradúan sin poder insertarse en el mercado laboral o lo hacen de manera deficiente y precaria, lo que permite, en ámbitos públicos y privados la explotación. Los empresarios e industriales también se quejan de la falta de preparación de los estudiantes y confirman la desconexión entre academia y economía o sector productivo. Según un estudio del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya, solo el 29% de los graduados consigue empleo relacionado con su área en los primeros años.

La reforma educativa es obsoleta y hay evidencia suficiente para afirmar que fracasó rotundamente en su intención de formar ciudadanos íntegros. En cuanto a educación superior, la reforma no ha llegado a las universidades, que paradójicamente se resisten a transformarse en un momento en que la sociedad mundial, la civilización humana, se vuelca al conocimiento.

Debemos aplaudir al Gobierno por la creación de Becal, pero también exigir explicaciones sobre sus alcances, desafíos, problemas y proyecciones. No debemos olvidar que, quiérase o no, el dinero de los becados es de todos los paraguayos.

La transparencia y el acceso a toda la información de Becal debe ser una prioridad, pero también lo es tratar de encausar las pocas o nulas políticas científicas. Se debe hacer un trabajo en conjunto entre Becal, MEC, Secretaría de Cultura, Conacyt, universidades públicas y privadas, colegios, institutos de formación docente, laboratorios, instituciones de investigación y centros tecnológicos e innovadores. Ya no se pueden crear programas o elaborar políticas fuera de la realidad ni soberbiamente desconociendo a sus actores principales.

¿Dónde trabajarán los becados cuando se gradúen y tengan la obligación de retornar al Paraguay? ¿En las universidades públicas con bajo presupuesto? ¿En las universidades privadas que invierten poco en investigación? ¿En las instituciones estatales que no reconocen el mérito intelectual? ¿O terminarán en escuelas y colegios donde nunca tendrán una carrera de ascenso?

Otros interrogantes que deben ser contestados son: ¿se sostendrá Becal más allá del Gobierno de Horacio Cartes? ¿Tomará como prioridad la educación superior la próxima administración del país, provenga del partido político que sea?

Estamos de acuerdo con el Gobierno en que se debe priorizar la educación, con cambios y transformaciones revolucionarias, como el caso de Becal, pero también encaminados para que no terminen como elefantes blancos o proyectos faraónicos sin incidencia ni influencia en el desarrollo de los ciudadanos.

Los paraguayos deberían acompañar las políticas viables aunque tomemos posturas radicalmente opuestas en el ámbito filosófico o político, sin perder de vista la eterna vigilancia al poder estatal, que no termine ocurriendo que un historiador tenga que ser desterrado por criticar a un dictador del pasado 1.

 

[1] En la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), la historia no podía sino ser oficial, al punto que el Gobierno totalitario no permitía la más mínima crítica a figuras históricas como la del dictador Francisco Solano López. Fue así que, según relata Rodríguez Alcalá en su libro “Ideología autoritaria” (1987, Servilibro 2007), en 1957, el régimen desterró al historiador Benjamín Velilla por reprochar una estrategia militar durante la Guerra contra la Triple Alianza.

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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.

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10 COMENTARIOS

  1. Algunos puntos interesantes y acertados tiene el artículo, pero me parece que tramite un poco de información desacertada.
    1. Habla de que no existen políticas científicas que guíen al programa cuando en realidad, el mismo se ve guiado y refleja el libro blanco de políticas cientificas del CONACYT, el cual se puede encontrar en esta página: http://www.conacyt.gov.py/libro-blanco
    Aún más, como parte de a selección de becados uno de los requisitos es explicar cómo el programa a ser estudiado se «alinea» con las necesidades expuestas en el libro del CONACYT y el desarrollo del país.
    2. Menciona el hecho que si no acreditamos nuestra actividad laboral, deberemos retornar el monto invertido, como si fuera algo malo, mencionando los que son «decenas de miles de dolares. Cualquier programa de beca exige que si no se cumplen con los requisitos, el monto sea devuelto, es lo lógico, más allá de si sea o no mucho dinero. Finalmente no es dinero regalado y los becados tienen que seguir las reglas luego de los beneficios.
    3. Me parece poco prudente decir que el programa costea a becados que no tienen méritos academicos o científicos. Osea, bajo que concepto dice eso? Me parece también que si va a acusar que el programa sigue vicios como el «amiguismo» debería tener algo más solido que mencionarlo como un hecho que todos sabemos.
    4. Preguntas como: ¿Dónde trabajarán los becados cuando se gradúen y tengan la obligación de retornar al Paraguay? ¿En las universidades públicas con bajo presupuesto? ¿En las universidades privadas que invierten poco en investigación? Si bien son ciertas, me parece que hasta cierto punto son los becarios los que serán los agentes de cambio, creando y abriendo nuevos espacios de desarrollo.
    5. Me parece también muy exagerado sugerir que becal puede que no genere cambio en el desarrollo de los ciudadanos.

    Igual todo lo que menciono no le quita el mérito en que si hay muchas prácticas (como la de hacer una reunión con becados y santiago) que tienen que dejarse de lado y que si tiene que existir más transparencia en la información referente al programa.

    • Buenos días, Mauricio. Muchas gracias por comentar. Te contesto algunos de los puntos. Muy amable. Saludos.
      1. El libro Blanco del Conacyt no es LA política de ciencia y tecnología del Paraguay. Es apenas un esbozo de lo que podría ser. No existe una ley de ciencias en el país, por ejemplo. Una política se construye de otra forma. El Dr. Luis Dávalos, exministro del Conacyt, está incentivando un interesante debate sobre el tema en nuestro diario. Te invito a leer al respecto
      Ciencia, política y gobernanza en el Paraguay: https://cienciasdelsur.com/2017/06/06/ciencia-politica-y-gobernanza-en-el-paraguay/
      La política científica de Paraguay no fue realizada entre cuatro paredes https://cienciasdelsur.com/2017/06/08/la-politica-cientifica-no-fue-realizada-cuatro-paredes/
      Sin inversión en investigación no vamos a tener sociedad del conocimiento https://cienciasdelsur.com/2017/06/16/conacty-inversion-sociedad-del-conocimiento/

      2. No vemos algo de malo en la devolución. Es más, debería ser normal devolver el monto si los paraguayos becados no regresan al país, como se hace en algunas universidades.

      3. Aquí sí entramos en un aspecto puntilloso. Es verdad que se puede tomar como que se sabe. No es así. Las denuncias no son públicas. Los denunciantes no quieren hacerlo público porque tienen miedos a represalias del Gobierno. No vamos a poder presionarles a los involucrados. Te recuerdo que Ciencia del Sur es un diario independiente que se hace eco de los desafíos, pero también de los problemas del sistema de ciencia y tecnología de Paraguay.
      Las instituciones públicas deben manejarse mejor y Becal no escapa de ello. Lo que sí puedo prometer es preguntar a estas personas si en algún momento harán público lo que nos denuncian a nosotros.
      La Constitución Nacional protege a las fuentes periodísticas.

      4. Claro. Sería genial que los becarios tomaran la iniciativa y sean emprendedores. Pero es difícil abrir un centro de investigación en Paraguay, que sea sostenible y mínimamente rentable.

      5. Es un punto de vista del columnista. Desconfiar del Estado debe ser un ejercicio del pensamiento crítico para cualquier ciudadano.

      Ojalá se consiga una mejor y mayor transparencia en la gestión y mayor acceso a la información.
      Muchas gracias por comentar.

  2. ¿Que es este portal? ¿uno dedicado a la divulgación de la ciencia o un capricho personal para que su director satisfaga sus ansias de despotricar contra todo lo que haya?

  3. La mejor respuesta a un mal argumento es un argumento mejor, no las descalificaciones o vasos medio llenos o lo que sea. Si estás a la altura de entender el tema, se debate y se llega a consenso si se puede. Argumentos ad hominen no se admiten en medios serios.

  4. Creo que mas alla de las criticas que se puedan hacer al articulo periodistico, el mismo plantea una realidad preocupante para l@s mism@s becarios, sus familias y sus amig@s (donde se insertaran l@s profesionales que han accedido a una mejor preparacion profesional?). Por lo que conozco, la exigencia de volver al pais -y quedarse por cinco anhos, que considero tiempo exagerado- esta planteada como condicion para el otorgamiento de las BECAL. Sin embargo, no solo la falta de politicas especificas sino incluso la ausencia ABSOLUTA de planes de acompanhamiento al reingreso al pais, es un agujero negro en el Programa BECAL. Se espera que l@s becari@s que retornen contribuyan al cambio y al Desarrollo de nuestro pais y de nuestra sociedad…Sin embargo, pareciera que NO se toma conciencia que, una persona profesional, que ha pasado anhos mejorando su preparacion, naturalmente aspira a mejores condiciones de trabajo y de vida y en general, no estara dispuesta a ocupar cualquier espacio posible sino uno mejor del que tenia cuando salio del pais. En mi opinion, se esta olvidando el mismo proceso de cambio que sufre una persona -y mas si es joven- que vive otra realidad en otro espacio por algun tiempo. Lo que quiero decir es que, l@s profesionales que han partido volveran -es mi esperanza y mi creencia- como ciudadan@s mucho mas criticos de nuestra realidad. Es muy romantico decir que ell@s deberan forjar sus propios espacios de trabajo futuro. NO es realista, bajo las condiones politicas y economicas de nuestro pais. Sugeriria al Programa BECAL que comience a desarrollar algunas estrategias para la reinsercion de l@s becari@s pues si no lo hace…solo quedaran en Paraguay los conformistas y resignad@s a ser l@s mism@s de siempre. O sea, como decia mi padre «habran viajado como valijas, simplemente»…Una sugerencia especifica seria hacer una Breve Encuesta entre l@s propi@s becarios HOY Dia, y solicitarles, amablamente, la mayor sinceridad al respecto de sus preocupaciones y de planes tentativos a realizar a su regreso al pais.

  5. Lamentablemente con o sin Becal l drama para los profesionales que se especializan y tienen altos estudios es su inserción laboral. Nuestro país de escaso desarrollo autónomo, industrial, tecnológico., científico no necesita recursos humanos tan calificados. Con técnicos mandos medios alcanza. No estamos en un país con un proyecto de desarrollo que requiera tanta calificación. Ahí residencia el principal problema. Estamos generando expectativas por sobre lo que pueda realizarse e implementarse

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