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El filósofo e investigador paraguayo José Manuel Silvero A. se encuentra en la Universidad de Turín, Italia, investigando sobre tecnologías disruptivas. El catedrático asegura que “las tecnopersonas” serán los nuevos habitantes del metaverso o metauniverso que se está creando en el mundo.

El investigador del PRONII del CONACYT conversó con Ciencia del Sur sobre su beca de posdoctorado que está usufructuando gracias al programa de Becas Carlos Antonio López (BECAL), sus ideas sobre el nuevo “imperialismo digital” que se está gestando en los últimos años y sobre el peligro que representa recortar fondos de investigación en el Paraguay.

Para el pensador, la calidad de conectividad a internet y la cobertura deben ser atendidas desde un enfoque de derechos humanos y no solamente desde lo que puede dictar el mercado.

Silvero es filósofo por la Universidad Nacional de Asunción y tiene una maestría y un doctorado en filosofía por la Universidad de Oviedo, España y realizó estudios posdocorales en Portugal. Es Docente Investigador de Dedicación Completa en la UNA y fue Director de Posgrado de la misma institución. Sus líneas de investigación tienen que ver con la filosofía cultural, bioética, antropología y tecnologías disruptivas.

El Dr. José Manuel Silvero A. es filósofo y profesor de la Universidad Nacional de Asunción. (Ciencia del Sur)

Como divulgador colaboró con algunas columnas en Ciencia del Sur y entre sus libros se encuentran: Nambrena, Historia del pensamiento paraguayo, Lecturas para una filosofía de la educación, Cecilio Báez y Suciedad, cuerpo y civilización.

-La pandemia frenó muchas actividades académicas. Pero algunas retornan, ¿de qué trata el posdoctorado que estás realizando en Europa? ¿Por cuánto tiempo? ¿Es del programa BECAL?

La estadía postdoctoral es en el marco de mis indagaciones en bioética y tecnologías exponenciales. En el Departamento de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Turín-Italia, hay un grupo muy activo de pensadores que vienen trabajando y discutiendo temas que me interesan en el ámbito de mis investigaciones.

En el 2018 había leído una ponencia en el Departamento y entonces surgió la posibilidad de hacer una estadía posdoctoral con los colegas italianos. Entonces apliqué a la ayuda postdoctoral de BECAL y fui adjudicado. La estadía inició el 17 de noviembre de 2021 y culminará el 14 de febrero de 2022.

Asimismo, también está previsto una estancia de una semana en Córdoba-España, allí estaré reuniéndome con colegas de la Universidad Loyola.

Con respecto a la dinámica de las actividades académicas, por lo menos en esta parte del año, varias están muy reducidas, además, la variante ómicron ha encendido todas las alarmas y la comunidad educativa también se ha visto afectada.

-¿En qué se centrará tu trabajo de posdoctorado en Italia? ¿Qué línea tomarás?

Mi interés se centra en identificar, ordenar y analizar los relatos y/o justificaciones que van emergiendo al amparo de las tecnologías disruptivas. Es bien sabido que las mismas definen nuestro modo de estar en el mundo y condicionan cada vez más nuestro quehacer cotidiano.

Entonces, por un lado, los tecnooptimistas auguran una gran revolución, sin precedentes, que dotará al ser humano de capacidades extraordinarias para hacer más llevadera la vida y la existencia. Maurizio Ferraris, uno de los pensadores más importantes de Turín, considera que esta revolución tecnológica está impactando (y seguirá) de manera muy positiva en el presente y en el futuro del trabajo y por ende en todo lo relacionado al bienestar, a la política, etc.

Por otro lado, los tecnocríticos como Eric Sadin, advirtien de las muchas consecuencias dañinas y costosas ligadas a este nuevo orden. Desde el manejo cada vez más eficiente de ingentes cantidades de datos organizados para vender y vender mejor, pasando por tecnologías cada vez más autónomas a la hora de tomar decisiones hasta la reconfiguración del mercado del trabajo bajo la presión de una uberización y hasta llegar a una youtuberización del conocimiento cada vez más clara y contundente.

-¿En qué estás trabajando actualmente? ¿Tus líneas incluyen TICs, tecnologías emergentes y su intersección con la sociedad?

La estancia en Turín me posibilita acrecentar y poner a punto mi próximo libro que versará sobre tecnologías disruptivas, mejoramiento humano y el futuro de las interacciones entre otros temas. Por eso, estar cerca de Maurizio Ferraris y de otros filósofos, es una oportunidad única para testar, revisar y/o cambiar mis planteamientos y sumar otras ideas.

Con el filósofo Maurizio Balistreri también vengo conversando sobre su último libro Sex Robot. El sexo y las máquinas. (Biblioteca Nueva, 2021), un estudio muy lúcido. Asimismo, el filósofo español Francisco Martín Cabrero me viene animando a considerar algunos conceptos y a revisar otros. Todos ellos tienen una larga trayectoria como investigadores, pero además, se han mostrado muy amables y atentos.

La beca de posgrado del profesor Manuel Silvero se realiza en Turín, Italia. (Gentileza)

-¿La pandemia acentuó o no la tecnodependencia, entre otras cosas?

Efectivamente. Con la pandemia se han consolidado ciertos procesos que lo veníamos advirtiendo. Muchos especialistas consideran que la COVID-19 apuró una década la familiarización y el uso de las tecnologías. En la digitalización de actividades como el quehacer educativo, los docentes tuvimos que aprender (y lo seguimos haciendo) todo lo necesario para llevar adelante nuestras actividades.

En las sesiones del congreso nuestros representantes también han hecho un gran esfuerzo, algunas veces, incluso, con algún que otro micrófono abierto. Los trámites y gestiones en las instituciones y reparticiones del Estado ya están ligados a la lógica digital. Entonces, estar conectado permanentemente a una computadora o a un teléfono celular es una nueva forma de estar en el mundo.

La gran crisis generada por la pandemia ha mostrado el valor estratégico de las nuevas tecnologías para que nuestras instituciones escolares, nuestra economía, y la sociedad toda, funcionen bien. Por eso es indispensable el proyecto de transformación digital que el MITIC lidera.

Entonces, los aspectos positivos son muchos, pero debemos decir que también hay aspectos relacionados al uso desmedido de estas herramientas. La adicción a las nuevas tecnologías es una verdad indiscutible y reporta problemas relacionales importantes, especialmente en niños y jóvenes.

-¿Hay datos que validan el uso mayor e intensivo de las TIC, por ejemplo?

Comparto el siguiente texto que me parece muy iluminador:

“Según datos de la tecnológica Cisco, durante la pandemia, el tráfico de las redes aumentó entre un 25 % y un 45 %: cien países adoptaron planes de confinamiento, 1.200 millones de estudiantes pasaron a la teleenseñanza y el 60 % de las empresas tuvieron a más de la mitad de la plantilla teletrabajando.

No obstante, como muestran los datos de esta compañía, el 40 % de la población mundial (más de 3.000 millones de personas) siguen desconectadas. De hecho, solo el 35 % de los países en vías de desarrollo tienen un acceso a Internet generalizado, frente al 80 % de los desarrollados. Y únicamente 29 de los 195 países del mundo disfrutan de una conexión asequible.

Según las expectativas del informe Cisco Annual Internet Report, en 2023 habrá 5.300 millones de internautas (el 66 % de la población mundial) y 29.300 millones de dispositivos conectados”.

Estos datos deben servirnos para insistir en la necesidad de contar con una infraestructura pertinente para hacer frente a una realidad que no tiene vuelta atrás. En ese orden de cosas, la calidad de conectividad y la cobertura deben ser atendidas desde un enfoque de derechos humanos y no solamente desde una lógica de mercado.

Hay lugares del Paraguay donde la señal de internet es muy escasa y sin embargo, los niños y jóvenes esperan seguir sus estudios por ese medio.

-¿Qué visión tenés de la nueva propuesta de metaverso o metauniverso? ¿Será realidad en poco tiempo?

Hay un libro titulado The Game de Alessandro Baricco. En este ensayo, el pensador turinés recurre a la lógica del videojuego para así mostrar con detalles y una asombrosa claridad los grandes cambios que están aconteciendo- y que seguirán- de la mano de las tecnologías y la cultura digital.

Creo que el metaverso es un emprendimiento capital que tiene por finalidad no solamente ofrecer un novedoso y dinámico entorno virtual donde el ocio, las transacciones comerciales, la educación y la interacción en general no tendrían fronteras, sino más bien, el trazado de un enorme imperio digital cuya expansión ya no dependerá de conquistas físicas y/o territoriales.

Las tecnopersonas, los avatares o los nicknames, serán los habitantes de este mundo -ancho y ajeno- donde la atención y la base de la riqueza estarán controladas y espoleadas por algoritmos cada vez más eficientes.

-¿Considerás que Paraguay está preparado para lo que se viene en materia tecnológica con el metaverso, por ejemplo?

Por supuesto. La lógica del imperialismo digital (Facebook, Apple, Google y Amazon) en términos de penetración es hegemónica y global. No hay país que pueda resistir al poder y al encanto de estas innovaciones. El presente ya es digital y el futuro lo será más. Y nuestro país no será la excepción.

-En un webinario de este año nos habías dicho que este es el momento de defender al CONACYT. La Comisión Bicameral del Congreso casi recortó fondos al  FEEI que iban a educación y ciencias. Más allá del resultado, ¿por qué un país como Paraguay no prioriza todavía la educación y la investigación?

El intento de recortar los fondos a FEEI es una muestra clara de que aún nos falta transitar un largo camino para garantizar incluso lo que está blindado por ley. Sin embargo, creo que no hay posibilidad de ir para atrás.

No tenemos otra opción que mejorar nuestras capacidades en ciencia, tecnología, innovación y desarrollo. Comparativamente, a nivel regional, no estamos muy bien posicionados, por ello, justamente por ello, debemos seguir invirtiendo en investigación, seguir invirtiendo en la formación de estudiantes y docentes.

Y por supuesto, en seguir apoyando programas como los de BECAL, PROCIENCIA, entre otros. Lo contrario, sería una regresión con unas consecuencias desastrosas.

El Dr. José Manuel Silvero, junto a su familia, en Italia. (Gentileza)

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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.

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