Guaná, tomáraho, angaité, manjúi, sanapaná e ishir son las lenguas autóctonas en peligro de extinción, según los datos oficiales de la Secretaría Nacional de Políticas Lingüísticas de Paraguay (SPL). El país celebra también el Año Internacional de las Lenguas Indígenas en medio de carencias y reclamos antiguos de las diversas etnias.
Según el Dr. David Galeano Olivera, lingüista y guaraniólogo, los diferentes pueblos soportan desplazamientos, violencia y marginación por parte de la sociedad y del Gobierno, por lo que la celebración del 2019 se da en un marco de pobreza, resistencia y manipulaciones a las comunidades autóctonas.
El también director y presidente del Ateneo de Lengua y Cultura Guarani, aseguró a Ciencia del Sur que el guaraní es la “cara visible de las naciones invisibles” que tiene Paraguay. Alertó, además, sobre el pseudoindigenismo y la falta de políticas públicas claras para solucionar los problemas de las diferentes naciones y tribus que habitan actualmente el país.
Constitucionalmente, Paraguay tiene dos idiomas oficiales, el español y el guaraní, aunque las demás lenguas también gozan de protección. De acuerdo al autor que uno prefiera tomar, puede haber 19, 20 ó 21 lenguas indígenas, la mayoría de ellas con baja densidad poblacional. La población indígena del país no alcanza los 120.000 habitantes.
De las 6.700 lenguas que se hablan en el mundo, alrededor del 40% está en peligro de extinción, entre ellas, las seis nombradas de Paraguay. según datos de las Naciones Unidas. El Año Internacional de las Lenguas Indígenas, emprendida por la UNESCO, trata de dar relevancia y visibilidad a los diversos idiomas, que, en algunos casos, están desapareciendo.
«Los pueblos indígenas suelen estar aislados en los países donde viven, desde el punto de vista político y social, debido a la ubicación geográfica de sus comunidades y a sus diferentes historias, culturas, lenguas y tradiciones. Sin embargo, no solo son líderes en la protección del medio ambiente, sino que, además, sus idiomas representan sistemas complejos de conocimientos y comunicación y deben reconocerse como un recurso nacional estratégico para el desarrollo, la consolidación de la paz y la reconciliación», según la UNESCO.
El profesor Galeano, columnista y divulgador de nuestro portal, conversó sobre el tema.
– ¿Por qué es importante celebrar a las lenguas autóctonas de Paraguay?
En realidad, la iniciativa de la celebración del año 2019 como el año de las lenguas indígenas proviene de la Unesco y el Paraguay, a través del decreto 1075 del Poder Ejecutivo, del 28 de diciembre de 2018, se sumó a dicha iniciativa.
El marco de inicio de la celebración, sin embargo, no es el mejor pues numerosos hermanos indígenas se encuentran en Asunción para reclamar sobre las injusticias, los despojos y la miseria en la que sobreviven y solicitar soluciones a esos acuciantes problemas.
Lastimosamente, hasta hoy no lograron absolutamente nada, fueron y son engañados y ninguneados sistemáticamente. Por eso, insisto, el marco de la celebración del año del indígena en el Paraguay no es precisamente el más auspicioso.
Por otra parte, y siendo realistas, creo que este acontecimiento nacional e internacional servirá como es habitual para grandes tragadas. Aparecerán, por arte de magia, cientos de indigenistas y ONGs que presentarán “un proyecto mejor que el otro”. Aclaro que no soy pesimista pero mi experiencia de largos años solamente me demostró la abundancia de esas “prácticas”.
Muchos años atrás, un reconocido líder Aché, me decía “Chekane’ôma asêhague ta’ângápe, opívo ha ko’aĝaite peve noĝuahêi chéve pirapiremi» (Ya estoy harto de salir en fotografías, desnudo, y hasta ahora no me llegó un solo guaraní). Muchas aprovechadores se habían acercado a él prometiéndole dinero de poderosos organismos si aceptaba posar desnudo en las fotografías. Pero -como bien lo decía él- nunca jamás le llegó un centavo.
El dinero producto de sus fotografías quedó en manos de los intermediarios, de pseudoindigenistas.
– ¿Cuántas etnias tenemos realmente en el país?
La Dra. Branislava Susnik hablaba de 17 etnias o naciones o repúblicas indígenas, que ella plasmó en el Museo Andrés Barbero. Hoy algunos hablan de 19 y hasta de 21 etnias. En otras palabras, se atomizó a algunas de las grandes etnias chaqueñas, “creándose” otras pero que proceden de un mismo tronco.
Conviene señalar que las naciones Guarani hablantes son: Paî Tavyterâ, Mbya, Ache y Ava Guarani, en la Región Oriental; en tanto en la Región Occidental están los Guarayo y los Guasurango. En cambio, las naciones que hablan otros idiomas son, por ejemplo, los Guana, Angaite, Sanapana, Tova, Lengua, Maka, Nivakle, Manjúi, Ayoreo y Chamakoko (Yvytoso, Tomáraho, Ishir).
Varias etnias lastimosamente reproducen hoy las prácticas culturales de la sociedad envolvente, como, por ejemplo, la división entre ellos por causa de cuestiones religiosas (evangelización cristiana y de otras denominaciones) y políticas partidarias (afiliación a los partidos políticos Liberal, Colorado y otros).
– ¿Cuántas lenguas locales se cuentan actualmente?
La lengua indígena más expandida, jerarquizada y fortalecida es, sin duda, el guarani, hablada ancestralmente por los Mbya, los Paî, los Ava Guarani y por los conocidos como Guarani Occidentales y, mayoritariamente, por la población paraguaya; luego están, por ejemplo, el idioma de los Nivakle, el de los Ayoreo, de los Maka, de los Tova y Lengua, entre otros.
– ¿Tenemos los paraguayos prejuicios o preconceptos con respecto a las diferentes etnias? ¿Cuáles, por ejemplo?
Treinta o cuarenta y más años atrás los prejuicios eran tremendos, hoy se redujeron notablemente. Sin embargo, aún se escucha a cierta gente tratar de “indio” a alguien por alguna falta, desatención o en forma de burla.
Lastimosamente, desde la conquista los indígenas fueron y son despreciados, menospreciados y marginados. Siempre se les relacionó con la haraganería, la suciedad, la ignorancia y la miseria que son las actitudes provenientes de un fuerte colonialismo, que en el ámbito índigena sigue muy marcado pero que en el ámbito de la población paraguaya -no indígena- se redujo.
No podemos dejar de reconocer que una parte importante de la intelectualidad y de la juventud paraguaya hoy tiene una mirada diferente y positiva hacia nuestros hermanos indígenas, reiterando que treinta o cuarenta años atrás los prejuicios se sentían a flor de piel.
– ¿Por qué se impuso el guaraní a diferencia de otras lenguas locales durante los diferentes siglos?
Históricamente se han ensayado muchas respuestas para esa pregunta siendo una de las más aceptadas aquella que refiere a la condición nómada de los Guarani. Muchos son los que sostienen que las denominadas “grandes” culturas precolombinas como la maya, azteca o inca prácticamente fueron aniquiladas y con relativa facilidad porque eran de vida sedentaria y los conquistadores los pudieron eliminar en sus comunidades y a todos juntos.
En cambio, con los Guarani la cosa fue diferente porque nunca permanecían quietos en un lugar, en ciudades de piedra y sedentarios. Un día estaban aquí y al otro día en cualquier otra parte. Además, los Guarani fueron y son monteses, hecho que complicó más la labor de los conquistadores que prácticamente no tenían los conocimientos que -como ninguno- sí, tenían y tienen los Guarani.
Es más, la “terquedad” de los Guarani en aprender o ser catequizados en castellano, idioma del conquistador; forzó a los mismos a tener que adoptar como herramienta de conquista y catequización al guarani, la lengua general o más hablada de esta región.
– ¿En qué medida el guaraní fue protagonistas de las demás culturas?
En realidad, el Guarani sigue siendo protagonista de las demás culturas por ser la cara visible de las demás naciones invisibles. Cuando hablamos de las culturas indígenas o nativas del Paraguay, el primer nombre que surge en representación de las mismas, es el de los Guarani. De todas las naciones indígenas que siguen habitando el territorio paraguayo, las más conocida, promocionada y difundida es la nación Guarani.
Pocos hablan de los Nivaklé, los Ayoreo, Tova o Maká y muchos menos o casi nadie habla de los Manjúi, Sanapaná o Angaité. La conciencia colectiva solamente rescató el nombre Guarani a la hora de nombrar a las naciones indígenas de esta parte de América.
– ¿Qué necesidades tienen las diferentes etnias del país?
La principal es la tierra. Sin sus territorios ellos no son nada. Allí están su origen, su historia, sus alegrías, sus tristezas, sus esperanzas y sus sufrimientos. Allí se encuentran su religión y todas sus costumbres y tradiciones; es decir, su cultura o teko.
También urge un modelo de educación para cada etnia, en su cultura y en su lengua. La falta de este modelo educativo coopera notablamente en la degradación y la lenta desaparición de su teko, sus historias, sus lenguas, sus costumbres, sus creencias, sus religiones, etc.
Además, requieren de algún fondo que financie el despegue en sus proyectos de desarrollo (artesanal o agrícola, por ejemplo). En general, no desean el asistencialismo solamente quieren una ayuda para iniciar sus proyectos comunitarios de desarrollo.
Por otra parte, como todo ser humano, requieren asistencia en materia sanitaria ya que padecen todo tipo de enfermedades y no cuentan con centros asistenciales. Muchos de ellos, sumidos en la miseria, mueren por no tener veinte o treinta mil guaraníes (cinco dólares) para trasladarse a algún centro asistencial departamental o capitalino, para los casos de urgencia.
Igualmente, requieren de una instancia directa -no excesivamente burocrática- para acceder con sus reclamos a las autoridades nacionales, departamentales o municipales y sobre todo que esas autoridades los atiendan y ayuden en lo posible, como a cualquier ciudadano.
El INDI nunca fue, no es ni será la instancia válida para este efecto. El INDI es una excusa y una falsa ilusión que poco o nada hace por nuestros hermanos indígenas. Finalmente, requieren que todos los ciudadanos de la sociedad envolvente o paraguaya les démos nuestra fraternidad y nuestra solidaridad y que de una vez por todas hagamos el gran esfuerzo por redimirlos y fortalecerlos en su diversidad.
Los paraguayos no podemos continuar por la vida desconociendo que una parte de nuestro origen está anclado en el mundo indígena. De ellí venimos. Lamentablemente, vivimos haciéndonos de los ñembotavy (desentendidos) y negamos, por causa de los malditos prejuicios, a uno de nuestros progenitores y eso no está bien, no es correcto. Por consiguiente, debemos cooperar entre todos en la dignificación de los pueblos indígenas que, dentro del más absoluto abandono y miseria, sobreviven en el Paraguay.
– ¿Las diferentes culturas de Paraguay se sienten paraguayos o no necesariamente?
Muchos de los hermanos indígenas se reconocen como paraguayos, sin embargo, son numerosos los que nada quieren saber de nosotros por todos los atropellos, degradaciones y marginaciones a los cuales los sometimos a lo largo de nuestra historia.
Siempre suelo recordar los casos de varios hermanos indígenas que reconocieron como su patria, su etnia o nación.
– ¿Qué pueden hacer los ciudadanos y los académicos para evitar que se extingan esas lenguas?
Fomentar programas de investigación vinculados a diversas naciones indígenas que sobreviven en el Paraguay. Creo que el Conacyt y las universidades e institutos de educación públicos y privados deberían, por lo menos, en este año internacional de las lenguas indígenas priorizar sus investigaciones y programas de extensión en favor de las naciones indígenas del Paraguay.
Incluso deberían de crearse premios especiales para los mejores trabajos de investigación o de extensión realizados en los pueblos indígenas.
15 obras recomendadas por el Dr. David Galeano para estudiar a los pueblos indígenas de Paraguay:
- Arqueología y Etnología Guarani, por Branislava Susnik.
- Arqueología: métodos y técnicas en superficies amplias, por L. Pallestrini y J.A. Gómez-Perasso.
- Ayvu rapyta, por León Cadogan.
- Crónicas de cacerías humanas, por José A. Gómez-Perasso.
- Cultura Guarani, por Dionisio González Torres.
- El derecho consuetudinario Indígena, por Miguel Chase Sardi.
- Introducción a la antropología social (ámbito americano), por Branislava Susnik.
- La civilización Guarani I, II, III, por Moisés Bertoni.
- La construcción Guarani de la realidad, por Alfredo Vara (h).
- Las culturas condenadas, por Augusto Roa Bastos.
- Los aborígenes del Paraguay, por Branislava Susnik.
- Los mitos de creación y de destrucción, por Kurt Unkel (Niemuendaju).
- Religiosidad Guarani, por Bartoméu Meliá.
- Yvyra ñe’êry, por León Cadogan.
- Los indígenas del Paraguay, por José Zanardini y Walter Biedermann.
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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.