Los yaguaretés (Panthera onca) se ven perjudicados por la acción humana y, por el contrario, se benefician cuando los bosques aumentan, según un estudio realizado por 60 autores de varios países, entre ellos Paraguay. La investigación, publicada en Current Biology, también platea algunas ideas para la conservación de esta especie.
El animal, que se encuentra en peligro de extinción por diferentes factores pero que es clave para la biodiversidad de varias regiones, percibe su ambiente de una manera igual, aunque esté en el Bosque Atlántico del Alto Paraná o en el Chaco seco. Todo esto, según las conclusiones del paper “Environmental and anthropogenic factors synergistically affect space use of jaguars”.
Ciencia del Sur conversó sobre este trabajo con el Dr. Jeffrey James Thompson, investigador principal. El Dr. Thompson es biólogo forestal y ambiental por la Universidad Estatal de Nueva York, Syracuse, tiene una maestría en biología por la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras y un doctorado en silvicultura y recursos naturales por la Universidad de Georgia.
Está afiliado a la organización Guyra Paraguay y es secretario ejecutivo del Instituto Saite. También está categorizado en el área de ciencias naturales del PRONII del CONACYT de Paraguay.
-El yaguareté es uno de los animales en peligro de extinción, ¿por qué es importante esta especie para la biodiversidad?
Predadores topes, como el yaguareté, pueden tener una influencia desproporcional determinando cómo funciona un ecosistema afectando el número y comportamiento de otros carnívoros y especies de presa. Y, consecuentemente, pueden determinar la calidad y diversidad del hábitat y los niveles de biodiversidad en un sistema.
También está mostrado que, como una especie “paragua”, protegiendo el yaguareté, se conserva más altos niveles de la biodiversidad.
-¿Cuáles son los factores ambientales y antropogénicos que afectan el desplazamiento de los yaguaretés?
Lo que encontramos es que el área de acción, el área que un individuo necesita sobre el curso de su vida, se disminuye con el aumento de la cobertura de bosque y con la producción primaria, que se relaciona a la cantidad de presa; ambos significan un aumento en la cantidad de hábitat de buena calidad.
Además, el área de acción aumenta cuando la densidad de caminos aumenta, lo que está relacionado a una disminución de la calidad de hábitat porque más caminos resultan en un aumento de la mortalidad por humanos del yaguareté y su presa. También encontramos que con más bosque (mejor calidad de hábitat) los yaguaretés se mueven más lentamente.
-¿Qué es lo más destacable de este trabajo?
Lo más destacable son las fuertes relaciones entre el uso de espacio y velocidad promedio diario y los factores del paisaje, y que esas relaciones son consistentes sobre la distribución del yaguareté. En otras palabras, por promedio, un yaguareté en el Chaco seco, el bosque atlántico, los llanos, el bosque inundado amazónico, u otro sistema, perciben su ambiente de una manera igual.
-¿Desde cuándo comenzó el seguimiento de los yaguaretés en las distintas regiones para la investigación?
El primer collar de telemetría estaba colgado en un yaguareté en 1978 en la Estancia Acurizal en el Pantanal brasileño. Era un collar que utilizaba una señal de radio VHF. En nuestro análisis utilizamos datos de collares de GPS empezando en 1999, que era la época cuando inició la utilización de GPS para la telemetría de yaguareté.
-La estrategia que utilizaron en este trabajo, ¿es innovadora o ya fue utilizada en otras regiones y estudios?
No fue innovadora, pero sí son técnicas nuevas desarrolladas para aprovechar la alta cantidad de información que está generado por la telemetría GPS. Lo innovador fue cómo aplicamos las técnicas y sus resultados.
La investigación de los carnívoros grandes está generalmente limitada por tamaños de muestras pequeñas porque carnívoros grandes son raros. Superamos esa limitación vía colaboración para armar el conjunto de datos de telemetría más grande para cualquier de los felinos grandes. Eso nos permitió hacer el análisis profundo que hicimos.
-¿Cómo hicieron para trabajar durante la pandemia y tener muchos coautores?
Ese proyecto empezó dos años antes de la pandemia, y dado que fue una colaboración con muchos colaboradores de varios países, casi todas las interacciones eran por email o video llamada, antes y durante la pandemia.
-El estudio también habla de la conservación de los yaguaretés, ¿qué propuestas o planteamientos ofrecieron?
Un conocimiento de las necesidades espaciales de una especie es clave para su conservación y para determina su abundancia. Nuestros resultados dan unos métricos para medir la calidad de hábitat para yaguareté en toda su distribución, lo que facilita la evaluación del estado y valor actual, y el valor futuro bajo cambios pronosticados, de áreas para la conservación del yaguareté.
-¿Por qué decidieron publicarlo en Current Biology?
Había varios razones. Current Biology es la revista con el impacto más alto que dedica únicamente a la biología, no cobran para publicar, y su proceso editorial es muy eficiente y rápido.
-¿Quién financió la investigación? ¿Cada país o región puso algo?
Las investigaciones que generaron los datos que utilizamos eran financiando por fondos públicos y privados, dependiente en el proyecto. Yo personalmente recibí apoyo en la forma del incentivo de PRONII de CONACYT.
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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.