Para el historiador Claudio Fuentes Armadans, egresado de la Universidad Católica de Asunción (UCA), la investigación en historia en mejoró considerablemente desde el inicio de la democracia en Paraguay.
A partir de 1989 ya no se pudo manipular la disciplina como lo hacían los gobiernos nacionalistas, especialmente la dictadura de Alfredo Stroessner que duró casi 35 años.
Fuentes, quien se dedica también a la divulgación histórica y a la docencia, será aceptado este jueves 1 de junio como «Académico correspondiente« de la Academia Paraguaya de la Historia tras brindar una conferencia sobre la Revolución de 1904 en Paraguay desde la visión de la revista argentina Caras y Caretas.
«Todo campo científico siempre puede mejorar —en Paraguay y en cualquier parte del mundo. Desde la apertura democrática de 1989 se han visto mejorías visibles en la investigación histórica que han ayudado a poner a disposición de la comunidad académica materiales que tienden a superar el tradicional discurso nacionalista de carácter autoritario, así como el vicio de ver al Paraguay como un lugar aislado del resto de la región y del mundo«, aseguró.
Señaló que nuevas instituciones, como el Comité Paraguayo de Ciencias Históricas, son sumamente importantes ya que se unen a la labor emprendida por miembros de la Academia Paraguaya de la Historia de construir un campo de conocimiento mucho más científico, donde surgen nuevas interrogantes que deben ser respondidas en áreas que van más allá de los tradicionales enfoques bélicos y políticos de la historia.
Al respecto, Fuentes puntualizó que ahora se abarcan otras áreas: historia de género, historia económica y social, historia de las identidades, sociología histórica, entre otras, que antes los historiadores ignoraban o le prestaban poca atención.
«Los vicios de la manipulación autoritaria de la historia que duró décadas aún perduran en la sociedad paraguaya y se manifiestan en una cultura que es hostil al pluralismo«, agregó.
Según las investigaciones del historiador uruguayo Tomas Sansón Corbo, la institucionalización y profesionalización de la historiografía paraguaya es tardía en relación a sus vecinos, principalmente Argentina y Brasil, por lo que la Academia Paraguaya de la Historia es un órgano valioso de debate, publicación y difusión del conocimiento histórico. Al respecto, Fuentes aseguró que la institución se creó incluso antes que la carrera de Historia en las universidades paraguayas.
«Es una institución que puede colaborar aún más con nuestro campo científico y humanístico», acotó el historiador.
Revolución de 1904
Para Fuentes Armadans, la Revolución de 1904 marcó a la historia paraguaya como un hecho divisor de la política nacional.
«Fue la primera alternancia de partidos políticos en el país y ocurrió de manera violenta. Terminó con la primera hegemonía colorada y comenzó la hegemonía liberal. El acontecimiento señala también el último periodo en que los políticos aún provenían de los contemporáreos de la Guerra contra la Triple Alianza. Así se cierra generacionalmente con el periodo de posguerra«, expresó.
El trabajo con el cual Fuentes ingresará hoy como académico correspondiente trata sobre la cobertura que le dio el semanario porteño Caras y Caretas a la revolución. Estudió las identidades expresadas en la publicación, el abordaje del problema político y los intereses argentinos defendidos en la revista. Por ello recurrió a la técnica de interpretación de los datos publicados, sobre todo imágenes fotográficas, las caricaturas (foto principal) y los discursos defendidos en el semanario.
«La idea es demostrar que existen otros recursos a ser utilizados en la construcción de investigaciones sobre historia política paraguaya«, agregó.
Anarquía, ¿mito o realidad?
Algunos historiadores sostienen que en los primeros años del siglo XX Paraguay vivió en un largo periodo anárquico, fruto de las diversas revoluciones y cambios de gobiernos, unas más sangrientas que otras.
Sobre el punto, el historiador dijo que en primer lugar hay que hacer una distinción entre la anarquía como sinónimo de desórdenes políticos y el anarquismo como corriente de pensamiento y acción.
«A comienzos del siglo XX se vivían ambos tipos de anarquía. La primera se inició en 1902, con el golpe de Estado del 9 de enero que derrocó a la facción egusquicista del poder y que fue una acción dirigida por el caballerismo; finaliza en mayo de 1912, con la muerte del coronel y expresidente Albino Jara, que puso fin a las disputas entre las facciones partidarias, sobre todo el radicalismo«, sentenció.
Fuentes sostuvo que también se puede hablar de «este tipo de anarquía» en el periodo de la guerra civil de 1922 a 1923 y durante la etapa posterior a la otra guerra civil de 1947.
Sin embargo, en cuanto al pensamiento anarquista —entendido como corriente que busca la emancipación humana sin el Estado—, éste florecía en Paraguay a principios del siglo pasado con el anarcosindicalismo.
«Con la Revolución de 1904 llegaría al país el escritor e intelectual Rafael Barret, quien sería uno de sus más lúcidos representantes, aunque no el primero ni tampoco el único«, concluyó el historiador.
Más información: La conferencia de ingreso del Lic. Claudio Fuentes Armadans se hará este jueves 1 de junio a partir de las 19 horas en el local de la Academia Paraguaya de la Historia, que pertenece a la Fundación la Piedad y comparte edificio con la Sociedad Científica del Paraguay (Artigas esq. Andrés Barbero). La entrada es libre y gratuita.
Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.
Muy interesante artículo.
De hecho, la tradición científica se instaló en el Paraguay con la fundación de la primera universidad, la UNA, en 1889 y los primeros egresados empezaron a producir investigaciones, incorporar conocimientos y hacer publicaciones a partir de 1900, son los «novecentistas».
Sin embargo, la universidad tardó muchísimo tiempo -a partir de 1996- en exigir a sus docentes, por ejemplo, la formación en la metodología de la investigación. En las facultades de la UNA -salvo excepciones- la presentación de tesinas y tesis también data, en promedio, del año 2000; pese a que entre sus tres finalidades más importantes está la investigación científica, junto a la formación académica y la extensión universitaria.
Obviamente, el «mero» hecho de hacer tesinas y tesis -sin o con nula preparación- tampoco es garantía de nada. Sin embargo, de alguna forma sirve como una gimnasia para ir mejorando.
Hoy, sin duda, existe una mayor número de investigadores y las universidades están empezando a despegar en materia de investigación e incorporación de nuevos conocimientos o en la transformación de los ya existentes.