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¿Son todavía los museos lugares para divulgar el conocimiento, la historia y las artes? Sí y los siguen conociendo millones de personas cada año. Aunque la pandemia limitó las visitas, hoy vuelven a recuperarse y a recobrar protagonismo. Te presentamos aquí cinco museos europeos de ciencia que podés conocer en algún momento.

Desde una carta de Albert Einstein hasta los fósiles de un Triceratops, pasando por el microscopio de Lynn Margulis, la emblemática estatua de Darwin o un telescopio fabricado por William Herschel. Todo esto se puede encontrar en estos centros de popularización por excelencia. En algunos de ellos, los objetos se pueden tocar. Y hay muchas actividades para niñas y niños.

Los orígenes del museo provienen de la Edad Antigua, específicamente en Alejandría, hacia el 280 antes de la Era Común. Pero recién adquirieron el sentido tradicional en la Edad Moderna, en Italia, cuando se empezaron a coleccionar pinturas y esculturas en la explosión del Renacimiento. Actualmente, algunos de los más grandes, sobre todo en Europa, están siendo interpelados por la colonización y el despojo que hicieron ciertos países en los siglos XIX y XX. 

En 2022, el total de visitantes fue de 141 millones en todos los museos, específicamente en los de arte. Y la cifra seguirá subiendo este 2023. Algunos son gratuitos y otros cobran por el ticket de entrada, y en muy contados casos, también pueden cobrar de forma adicional por alguna exposición temporal. La mayoría cuenta con tiendas de regalos, donde realmente generan un gran ingreso.

En Paraguay, los museos no tienen la importancia que merecen y varios de ellos, sobre todo los históricos, son víctimas constantes de robo, rapiña y olvido, que perjudican enormemente la memoria colectiva y el patrimonio cultural y científico de la nación. Y aunque la Secretaría Nacional de Cultura tenga una Dirección de Museos, es poco lo que todavía se hace. 

En el país, funcionan mejor los museos o colecciones privadas, que por su naturaleza, no pertenecen a toda la ciudadanía, pero que sin embargo, están disponibles para el público. En materia de ciencias, el de Historia Natural del Jardín Botánico está en pésimo estado, el Museo Nacional de Historia Natural, que se encuentra en San Lorenzo y depende del MADES, es uno de los más activos. Mientras que el Museo de la Tierra Guaraní es ya una parada obligatoria en Alto Paraná. 

Por su parte, el tatakuaLab representa un gran avance, de cara al futuro Museo de Ciencias (MuCi) que se proyecta en Asunción. Este último proyecto, que cuenta con financiación privada, pretende disrumpir con la museología local y tiene como objetivo ser un punto de referencia a nivel Latinoamericano. 

En los últimos dos meses, recorrimos 9 ciudades de cuatro países del viejo continente con el objetivo de conocer de manera cercana cómo hacen divulgación de la ciencia en un momento de auge de la inteligencia artificial y de reconfiguración social pos-COVID-19. Conocimos 40 museos de ciencia, tecnología, arte e historia, pero seleccionamos los cinco más emblemáticos que llamaron nuestra atención y que podrían saciar la curiosidad de los amantes de la ciencia y el conocimiento. 

España

1- Museo de la Ciencia de Barcelona – CosmoCaixa

Museo de la Ciencia de Barcelona CosmoCaixa. (Eduardo Quintana – Ciencia del Sur)

Quizás uno de los mejores museos de ciencia de Europa por la lógica que integra. Tiene gran nivel de interacción y está pensado para recorrerlo como si fuera una gran galería, ya que, si bien hay secciones y salas bien determinadas, no hay paredes, para tener la noción de continuidad con lo que se plantea.

Kósmos, Evolución y Fronteras son los nombres de las secciones que tiene la Sala Universo, donde se parte del Big Bang, experimentos de física, de química, pasando por la biología, con énfasis en la evolución, y hasta llegar a la medicina y las neurociencias. En el Bosque Inundado se  buscó representar la selva amazónica, así que encontramos desde una anaconda (Eunectes murinus) hasta un carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris), además de una gran variedad de peces y aves.

El otro espacio es la Base Antártica, que recrea los laboratorios y las condiciones de las investigaciones que se llevan adelante en el continente blanco. Con un despliegue de la fauna y de la historia misma de cómo se exploró esta parte del mundo. Se puede conocer el primer laboratorio de la Base Antártica Española Joan Carles 1, que fue cedido al museo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del país.

Aquí también se puede conocer el Muro geológico, para aprender sobre la formación de nuestro planeta. Tiene siete gigantescas piezas reales para enseñar los diferentes procesos geológicos. Se puede interactuar con algunos de ellos. La colección de fósiles integra principalmente el periodo Cretácico y sobresale el cráneo de un Triceratops, aunque también hay fósiles de otros periodos, incluyendo animales prehistóricos más recientes.

Pero eso no es todo, además de su planetario, varias salas de conferencias, una de ellas denominada Hipatia, el Museo de la Ciencia CosmoCaixa tiene un microscopio de la bióloga Lynn Margulis, que utilizaba en la Universidad de Boston y hasta un libro de plegarias desplegable, con escritura birmana. Siglo XIX.

Una de las secciones que más llama la atención es la representación del cerebro humano. Aquí se rinde homenaje al científico Santiago Ramón y Cajal, el investigador que descubrió que el sistema nervioso estaba formado por neuronas y que ganó el Premio Nobel de Medicina en 1906.

Para darle mayor universalidad, se puede encontrar hasta el idioma que se habla en el Paraguay, el guaraní y que tiene rango constitucional. 

Reino Unido

2- Museo de Historia Natural de Londres

Esqueleto de la ballena azul. (Eduardo Quintana – Ciencia del Sur)

Este museo, de 1881, es uno de los más visitados a nivel mundial y todavía es una referencia científica internacional en materia taxonómica y de conservación de especies de animales y plantas. 

Tiene una impresionante colección que va desde fósiles de animales y plantas prehistóricas, muestras que Charles Darwin recogió en sus viajes y expediciones, además de la propia estatua del naturalista. Esta se encuentra en el mismo salón del esqueleto de una ballena azul de 1891. 

En la sección de volcanes y terremotos se puede aprender cómo se forman los temblores y de qué manera se estudia la vulcanología, desde los artefactos disponibles para colectar magma hasta el uniforme que deben usar los técnicos y científicos. Aquí se puede ingresar a una réplica de un supermercado japonés y sentir el temblor por unos segundos; una representación del Terremoto de Kobe de 1995, que dejó alrededor de 6.500 personas fallecidas. 

La colección de mineralogía es muy amplia y abarca piedras de diferentes períodos y lugares del planeta. Lo mismo la de animales terrestres y marinos. También posee una gran exposición de invertebrados. 

Sobre la apropiación durante la era imperial de Gran Bretaña, el Museo Historia Natural de Londres asegura que está en un proceso de revisión luego de las críticas de décadas sobre el colonialismo y robo sistemáticos de arte, patrimonio y objetos de varios países de África, Asia, América y Oceanía.

3- Museo Whipple de Historia de la Ciencia de Cambridge

El Museo de Historia de la Ciencia está en la Universidad de Cambridge. (Eduardo Quintana – Ciencia del Sur)

La ciencia no es una herramienta aislada o robótica, la practican los humanos y se trabaja en ella en un contexto y bajo ideas filosóficas. Así lo entendió Robert Whipple, fundador de este museo, de la Universidad de Cambridge, que posee telescopios, calculadoras, microscopios, mapamundis, instrumentos ópticos y mecánicos y hasta juegos victorianos.

Forma parte del Departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia de la universidad inglesa, así que también se practica la enseñanza y la investigación aquí.

Forman parte de su colección una variedad de mapamundis de siglos pasados, incluyendo uno de “los canales de Marte”, uno de los telescopios fabricado por el astrónomo William Herschel hacia 1790 (el descubridor del planeta Urano), un astrolabio persa del Siglo XVIII y una parte de la máquina diferencial de Charles Babbage y hasta un microscopio utilizado por Charles Darwin.

Todo esto, sin olvidar que el edificio principal conserva su arquitectyra de 1618, recordemos que la universidad fue fundada en 1209.

Alemania

4- Museo de Historia Natural de Berlín 

El Museo de Historia Natural de Berlín fue bombardeado en 1944. (Eduardo Quintana – Ciencia del Sur)

Uno de los más completos en su género en Europa. Surgido en 1810, junto a la Universidad de Berlín, tiene una colección diversificada, pero con acento especial en dinosaurios este año. Están en exposición un nido con huevos de dinosaurios, el cráneo de un T-Rex joven, el fósil del Archaeopteryx, un ave primitiva y el esqueleto de dinosaurio completo de un Giraffatitan brancai. También hay un cráneo de Triceratops.

Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la capital alemana fue bombardeada en 1944, una gran parte de la colección fue destruida y perdida para siempre. Aun así, fue el primer museo que reabrió Berlín en septiembre de 1945, una vez finalizado el conflicto bélico.

Tiene alrededor de 10 millones de animales invertebrados y casi 600.000 vertebrados. Los huesos de dinosaurios encontrados en Tendaguru, Tanzania, son las joyas de este centro. Los hallazgos de Alexander von Humboldt acaparan gran parte de la sección de mineralogía.

Es una institución independiente hoy en día y su nombre completo es Museo de Historia Natural – Instituto Leibniz para la Investigación de la Evolución y la Biodiversidad. Algo interesante, que pocos museos lo hacen, es que se puede ver de qué manera trabajan los especialistas catalogando muestras o especímenes que llegan al lugar, eso sí, de manera silenciosa, para no molestar.

Suecia

5- Museo del Premio Nobel

El Museo Nobel se encuentra en el casco antiguo de Estocolmo. (Eduardo Quintana – Ciencia del Sur)

Ciencia del Sur siempre dio importancia a los Premios Nobel, que reconocen el esfuerzo intelectual y científico de algunos investigadores y científicos de varios países. Así que en Estocolmo, visitamos el Museo Nobel, ubicado en el casco antiguo de la capital sueca.

Aquí pueden verse objetos de los ganadores y ganadoras de las seis categorías, la lista completa que recorre el museo casi como un tren aéreo, una explicación digital por década, con su respectivo contexto y objetos personales de Alfred Nobel, el científico y filántropo que legó este galardón.

Se pueden ver la carta que el físico Albert Einstein escribió a sus hijos, comentando qué haría con el dinero del premio (estaba muy seguro que alguna vez lo iba a ganar), un hipopótamo del escritor Mario Vargas Llosa, la cámara de ionización, electrómetro con cuarzo piezoeléctrico que utilizó Marie Curie (ganadora del Nobel de Física y de Química) para estudiar la radiactividad y hasta el modelo de ADN de James Watson y Francis Crick

Actualmente, la exposición temporal trata sobre los hongos en la ciencia y el arte. Y también se muestran a los ganadores del Premio Nobel 2023.

Así que cuando visites Europa, tratá de conocer estas joyas de la museología y de la comunicación de la ciencia.

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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.

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