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Carlos Galeano Ríos es un joven matemático paraguayo egresado del prestigioso Instituto Nacional de Matemática Pura y Aplicada (IMPA) de Brasil. Se formó como ingeniero electromecánico en la Universidad Nacional de Asunción para luego ser máster y doctor en matemática aplicada por el IMPA. Realizó su posdoctorado en la misma institución brasileña y actualmente es research associate en la Universidad de Bath, en Inglaterra.

El científico, que trabaja con matemática aplicada, física computacional y mecánica de fluidos, entre otras áreas, es además profesor y divulgador de las matemáticas. Como promotor del pensamiento crítico es miembro de la Asociación Paraguaya Racionalista (APRA).

Carlos tuvo una destacada participación en la promoción de Gerardo Fisch, egresado del Colegio Técnico Nacional, y Elvis Agüero, del Colegio Centro Regional de Ciudad del Este, los primeros adolescentes paraguayos que van desde el colegio directamente a una maestría en el IMPA.

Entre varios viajes de conferencias y cursos a Estados Unidos, Galeano aceptó hablar con Ciencia del Sur acerca del proceso que tuvieron que seguir los brillantes jóvenes que van al IMPA y también, en una próxima nota, sobre el trabajo y las investigaciones que hace un matemático puro.

-¿Cómo es posible que un instituto como el IMPA, que ya tiene en sus filas a una Medalla Fields, acepte a jóvenes paraguayos que recién egresan de la educación media para una maestría? ¿Es por genialidad de Gerardo y Elvis?
El IMPA acepta todos los años, para sus cursos de maestría, a brillantes jóvenes recién egresados del colegio. De hecho, yo tuve compañeros de curso que habían iniciado la maestría con tan solo 16 años. Lo excepcional de Gerardo y Elvis es que son los primeros paraguayos que consiguen dar ese salto. Hay varias razones para que eso sea posible; la más importante es ciertamente la excepcional capacidad de Gerardo y Elvis, sin embargo está lejos de ser la única.

-¿Cuáles son las otras razones?
Otro de los hechos que posibilita el salto de estos jóvenes tiene que ver con la existencia de una especie de “segunda capa” de matemática que en nuestra región se enseña muchas veces recién en el posgrado.

Lo que llamamos la matemática moderna surge recién en el siglo XIX con los revolucionarios estudios de Georg Cantor y toda la épica historia que se desató a consecuencia. Sin embargo, en los cursos de grado, se acostumbra a ignorar en buena medida toda esta nueva matemática.

Si uno estudia ingeniería, por ejemplo, en Paraguay podría egresar con la idea errada de que la matemática se acabó con Newton, Leibniz y Euler, todos anteriores a Cantor. La matemática moderna reconstruye eso de cero y lo hace con un rigor lógico muy superior al de todo lo previamente hecho, y gracias a sus sólidas bases llega mucho más lejos.

En el IMPA se arranca con Cantor; lo que hicieron los predecesores no es asumido, pues no tiene el rigor necesario para lo que se necesitará hacer después. Entonces, de cierta manera, los que pasamos al IMPA después de hacer una graduación (como es mi caso) tuvimos que reaprender a construir mejor el edificio lógico que en la carrera de grado habíamos montado más precariamente.

Esto que significa que estos jóvenes simplemente van directo a la construcción más sólida sin tener que hacer las dos pasadas que los demás hicimos.

Por otro lado, quiero agregar que tu mención a la Medalla Fields, ganada por Artur Ávila, es bien pertinente. Resulta que Artur arrancó como estos jóvenes, adelantando etapas, y precisamente porque el IMPA le permitió ir directo a lo más pesado, dado que claramente se trataba de alguien que podía digerir las formulaciones más complejas con facilidad. Esta política del IMPA tiene un peso importante en la historia de Artur, cosa que él mismo manifiesta, pues la Medalla Fields solo se gana con menos de 40 años, y su rápida promoción a la frontera del conocimiento formó parte de la historia que le permitió acumular logros a temprana edad.

El Dr. Carlos Galeano se formó como ingeniero en Paraguay para luego dedicarse a la investigación en matemáticas en Brasil. (Cortesía del entrevistado)

-¿Tuviste participación en la formación de ambos estudiantes que fueron admitidos en el IMPA?
Tuve mayor participación en la formación de Gerardo, pues con él entré en contacto más temprano. Yo era en ese entonces estudiante de doctorado del IMPA y tenía una oficina con un pizarrón que compartía con otros colegas. Yo le daba clases a Gerardo desde mi oficina por medio de videoconferencias, le indicaba ejercicios que él hacía y cuyas soluciones posteriormente escaneaba y me enviaba para que yo las pueda corregir.

Su capacidad excepcional se notó enseguida, y le propuse hacer un curso de dos meses en el IMPA. Conversamos con sus padres y Gerardo participó de curso con excelentes resultados. Al siguiente año volvió a hacer otro curso y ante su notable rendimiento fue aceptado para la maestría.

A Elvis lo asesoró inicialmente otro colega paraguayo que estudiaba en el IMPA, también de Ciudad del Este (como es Elvis). Además, una vez que Gerardo dio el ejemplo, otros jóvenes que estaban terminando el colegio decidieron apostar por hacer cursos en el IMPA, entre ellos Elvis, a quien yo conocí en el IMPA durante su curso. A él más bien lo asesoré sobre el proceso de aplicar y las posibilidades a futuro. Mantengo contacto con ambos, siempre buscando maneras en que se les pueda ayudar a desarrollar sus talentos.

-¿Tiene mucho que ver la educación de OMAPA en sus capacidades o es por el talento en matemática?
El esfuerzo es una condición necesaria. Por muy brillantes que sean estos jóvenes no van a comprender las pruebas de los teoremas si no se disponen a concentrarse hasta visualizar exactamente por qué la prueba que quieren entender es contundente. El esfuerzo también garantiza progreso; casi cualquier persona que se siente a quebrarse la cabeza hasta entender algún concepto o noción lo conseguirá si persiste sin cesar.

Sin embargo, existe el talento natural, que es imposible negar. La diferencia que este hecho conlleva se ve reflejada en la cantidad de tiempo y esfuerzo que la persona tiene que invertir hasta comprender aquello que estudia, así como en la facilidad para crear una visualización clara de las cosas. Ahora bien, no es bueno pensar en estos dos aspectos como si fuesen independientes; el talento se cultiva y si no se lo trabaja se pierde, así que esfuerzo y talento se retroalimentan.

Estos jóvenes son excelentes porque trabajan para desarrollar sus habilidades. Ellos ya tienen los dos componentes más difíciles de obtener en la fórmula para el éxito —capacidad y dedicación— y lo único que necesitan son oportunidades. Sin embargo, resulta en general difícil saber a quién darle oportunidades como estas que muy pocos pueden aprovechar. Es justamente allí en donde entra el trabajo singular de OMAPA.

Esa organización identifica sistemáticamente a los talentos y crea un espacio propicio para que mantengan vivo el interés en el área en la que brillan. Es gracias a OMAPA que la gente que busca alocar oportunidades en matemática para jóvenes singulares en Paraguay tiene cómo identificar potenciales receptores.

-OMAPA ayuda a encontrar a las mentes brillantes del país, entonces
Las mentes brillantes de un país son valiosísimos recursos nacionales, hoy más que nunca en el mundo del conocimiento, y OMAPA nos dice todo el tiempo dónde están estas joyas intelectuales. Tener identificados a tus genios y no molestarte en garantizar que reciban las mejores chances sería inexcusable, sería una forma de negligencia.

-¿Qué tiempo de formación y preparación debieron tener Gerardo y Elvis para acceder a una beca de maestría directamente egresando del colegio secundario?
Ellos llevan años dedicándose a las olimpiadas de matemáticas, actividad que puso en evidencia su particular capacidad y claramente ayudó a desarrollarla. Una vez identificados y expuestos a la posibilidad de ir al IMPA, el tiempo de preparación para la maestría en realidad no fue demasiado, debido a que la maestría del IMPA arranca de cero (como mencionaba más arriba), sin asumir mucho conocimiento previo. Lo más importante fueron los meses que pasaron el IMPA haciendo los cursos que el instituto toma como referencia para medir si están en condiciones de aprender al ritmo de su maestría, es decir, un par de meses.

-Como científico, ¿cuál es tu recomendación: tomar sí o sí el grado o intentar una maestría? Aún conociendo la educación paupérrima que tenemos en matemáticas y ciencias en el Paraguay.
Yo no recomiendo que se haga la graduación en Paraguay. Lastimosamente lo que tenemos son escuelas técnicas que tratan de tapar el Sol con un dedo en lo que refiere a educación terciaria. Si pueden hacer la graduación fuera del país, mejor; si lo suyo es la matemática busquen cursos como los que el IMPA ofrece en el verano, hay muchos que se ofrecen en universidades brasileñas. Si hacen la graduación en Paraguay traten de viajar durante los veranos y demás vacaciones a hacer cursos afuera, en varios lugares les pagan hasta un sueldo por hacerlos.

Busquen asesorarse con los pocos docentes investigadores con doctorado que tenemos en Paraguay, quienes quijotescamente luchan para transformar a nuestras universidades en instituciones dignas de ese nombre. Acérquense a los que salimos a estudiar afuera; escríbanme pidiendo ayuda, que en lo que pueda les asesoro.

-En varios estudios internacionales, como TERCE y otros, nuestros niños sacan malas notas y calificaciones en el área de matemática y ciencias. ¿Por qué cuesta tanto aprender matemática en Paraguay?
Los malos indicadores en estudios internacionales son, en mi opinión, un reflejo del grave problema de la falta de docentes debidamente capacitados. Sin embargo, este problema afecta a varios países y niveles educativos. He tenido el gusto de dar clases en varias ocasiones y en distintos niveles y, en consecuencia, he formado una opinión muy personal sobre el tema.

Considero que, cualquiera sea el tópico en cuestión, el proceso de enseñar no es simple. Me gusta hacer una analogía con la impresión 3D, en la que se construye un objeto una capa a la vez hasta que de a poco cobra forma y se puede ver cómo cada capa llevó al producto final. La docencia es el intento de imprimir en 3D una idea en una mente ajena.

Si eso suena complicado, es porque lo es. Es desafiante incluso cuando el alumno desea con todas sus fuerzas entender lo que se quiere transmitir, y cuando el alumno no pone de su parte se vuelve simplemente imposible. Entonces la motivación del estudiante juega un papel central, y esta necesita ser genuina, no basta con amenazas de aplazos o presiones ambiguas sobre la importancia de tal o cual cosa para tu futuro.

Consecuentemente, considero que es fundamental repensar la manera en que se determina qué tópicos se espera que todos los estudiantes aprendan. Específicamente, creo que esa lista debe limitarse a aquellos temas cuya necesidad en la vida ordinaria puede ser bien justificada.

-¿Y los temas específicos o avanzados?
Con esto no quiero decir que no enseñemos cosas más avanzadas a quienes sí están interesados en el tema por motivación personal. Muy por el contrario, creo que lo que se debe hacer es identificar a los alumnos con interés en el área de conocimiento en cuestión y ayudarlos a avanzar tanto como se pueda, sin limitarlos al ritmo de sus colegas o a nociones preexistentes de que tal o cual contenido es adecuado para tal o cual edad.

Para tal efecto hace falta tener, por un lado, docentes que empaticen con el grueso de los alumnos y que se dispongan justificar la utilidad de lo que enseñan y, por el otro, programas de talentos (como hace OMAPA) con docentes de mejor nivel que permitan llevar a los interesados tan lejos como se pueda. Todo esto requiere inversión en educación, formación de recursos humanos adecuados y un replanteamiento a gran escala de lo que se espera en los distintos niveles educativos, cuestiones que no han sido priorizadas por mucho tiempo en Paraguay.

-¿Qué políticas públicas se pueden implementar para reforzar el trabajo de OMAPA y permitir que más niños y jóvenes no solo conozcan esta ciencia formal, sino que también puedan desarrollar sus talentos?
Debemos dejar de pensar en la educación con miras a llevar apenas lo más básico a todos. Llegar a todos con la alfabetización es importante, pero resulta igualmente central identificar a los interesados y habilidosos en cada área y desarrollar los programas de talentos correspondientes. Eso apunta a formar adelantados que puedan liderar la transformación futura del país desde distintos ámbitos.

Con esa filosofía, la primera política necesaria es la de expandir el alcance de programas de detección y formación avanzada de talentos, materia en la cual OMAPA tiene un lugar ganado en la educación paraguaya. El Ministerio de Educación de Paraguay debería de buscar la forma de consolidar la labor de OMAPA y de estimular iniciativas semejantes, especialmente si tienen contrapartida en organizaciones de la sociedad civil.

-¿Qué deberían hacer los niños y adolescentes que, muy interesados en las matemáticas o ciencias, como Gerardo o Elvis, no encuentran apoyo e incentivo local?
Las opciones son limitadas aún hoy en día, pero existen. Lo primero que le recomendaría es acercarse a OMAPA, pues allí han generado un excelente espacio de desarrollo. Por otro lado, existe una creciente comunidad de paraguayos estudiando matemática superior que ven con muy buenos ojos el interés de los jóvenes y pueden ayudarles a buscar opciones (como los cursos de verano en el Brasil) o tal vez incluso llegar a organizar cursos en Paraguay, o al menos asesorarlos más de cerca.

Próxima entrevista al doctor Carlos Galeano Ríos: ¿Qué hace un matemático puro?

 

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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.

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2 COMENTARIOS

  1. El mentorazgo es parte de la esencia del investigador. Tenemos una responsabilidad como investigadores y como estado con los más jóvenes.

  2. Mi hijo oyó hablar por primera vez del IMPA en el Programa de Jóvenes Talentos de Omapa. Eso le motivó a elegir Brasil como opción de su formación de grado en Matemáticas. Hoy es estudiante de la Universidad de São Paulo (cuarto semestre) y desde el primer año asiste a los cursos de verano del IMPA (haciendo realidad su sueño) El impacto que OMAPA ha tenido hasta ahora en la formación de muchos jóvenes, así como en la generación de científicos necesita visibilizarse cada vez más

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