Todos los premios Nobel tienen su cuota de polémica. Las críticas van desde quienes se sienten ignorados y olvidados por sus investigaciones, pasando por la falta de mujeres entre los ganadores, hasta la ausencia de laureados del hemisferio sur. El de literatura no es la excepción. Este año, el galardón fue para Kazuo Ishiguro, «que, en novelas de gran fuerza emocional, ha revelado el abismo bajo nuestro ilusorio sentimiento de pertenencia al mundo», según indicó la Real Academia Sueca.
El premio forma parte del testamento de Alfred Nobel y se concede desde 1901. Hasta el momento, fueron laureados unos 114 escritores, ensayistas y poetas. Algunos lo rechazaron, como el filósofo y escritor Jean-Paul Sartre, quien argumentó que prefería mantener su independencia intelectual. Lo mismo pasó con el escritor ruso soviético Borís Pasternak, autor de Doctor Zhivago, pero por presión de la dictadura soviética. Entre España y América Latina tuvimos a 11 galardonados en la lengua de Cervantes y de Roa Bastos.
Para adentrarnos más en la visión de nuestros intelectuales del mundo hispanoamericano sobre este centenario galardón, hablamos con una poeta, Mónica Laneri (Paraguay); una escritora, Claudia Piñeiro (Argentina) y un literato y crítico literario, José Vicente Peiró (España).
Peiró (1961), doctor en literatura hispanoamericana y experto en literatura paraguaya, resaltó que si bien el prestigioso galardón representa una buena cantidad de dinero y fama en vida para el autor, hoy está desprestigiado.
«El Nobel es un buen dinero para un escritor, la fama internacional y la gloria en vida, no después de muerto, como ocurre en tantos lugares. Pero es un premio ya tan desprestigiado que de hecho ocupa poco espacio periodístico«, señaló.
El reconocido crítico literario, quien dirigió el portal de literatura paraguaya de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes de la Universidad de Alicante, sostuvo que el Premio Nobel de Literatura resulta un buen negocio para una editorial y para un autor. «Pero si Jorge Luis Borges no obtuvo el premio seguramente es porque hay más factores políticos que literarios en su concesión», puntualizó.
Piñeiro (1960) manifestó a Ciencia del Sur que el Nobel sigue siendo importante, pero que son tan pocos los que ganan que no está en el horizonte de muchos escritores de la región. «Es importante por la difusión, el prestigio y el premio económico», puntualizó la autora de Las viudas de los jueves, obra que mereció el Premio Clarín de Novela en 2005.
Por su parte, Laneri (1971), periodista y poeta, indicó que casi todos los nóbeles se sienten muy honrados, pero que no debemos olvidar que se trata del criterio de «un grupo pequeño de gente», que finalmente elige a cuál escritor o escritora premiar.
El retorno a la novela
Mónica confesó no haber leído a Ishiguro, mientras que Peiró comentó que lo dejó indiferente. «Leí apenas un libro de Kazuo Ishiguro, Lo que queda del día. No me pareció ni bueno ni malo, me dejó indiferente. Es un buen escritor, pero habría que leerlo en su idioma. Con Ishiguro me pasa como con Javier Marías: me aburre, aunque escribe como los ángeles. Aquí en España veo los libros del nuevo nóbel editados por Tusquets, pero me atraen otros de la misma editorial», concluyó.
Para Claudia, quien recientemente presentó su obra Las Maldiciones en la Feria Internacional del Libro de Montevideo, es valioso que el Nobel de Literatura de este año haya regresado a la novela. En 2016 la Academia Sueca decidió premiar al cantautor Bob Dylan, lo que causó revuelo en el mundo intelectual y mediático, mientras que en 2015 fue galardonada Svetlana Aleksiévich, periodista, ensayista y escritora de Bielorrusia.
«Me gusta mucho Ishiguro y me alegra sobre todo que el Nobel de Literatura haya vuelto a la novela. En los últimos años se premiaron otro tipo de textos, lo que está muy bien, pero creo que era hora de volver a la novela clásica moderna», afirmó Piñeiro, autora también de Elena sabe y dramaturga.
Kazuo Ishiguro nació el 8 noviembre de 1954 en la emblemática ciudad de Nagasaki, Japón. Su familia se mudó a Gran Bretaña cuando él tenía cinco años e Ishiguro no volvió a visitar su país natal hasta edad adulta, informó la Fundación Nobel. A finales de 1970 se licenció en inglés y filosofía en la Universidad de Kent. Luego estudió escritura creativa en la Universidad de East Anglia, Inglaterra.
«Sus obras están marcadas por una contención en el idioma independiente del dramatismo de los hechos relatados. Paralelamente, sus novelas posteriores contienen una mayor cantidad de elementos fantásticos. Con la obra distópica Never Let Me Go (Nunca me abandones, 2005) introdujo Ishiguro una fría corriente subyacente de ciencia ficción en su literatura», indicó el portal de los laureados.
Además de libros, Ishiguro ha escrito también guiones para cine y televisión y compuesto música.
«Nos conocen poco»
El candidato paraguayo más representativo y universal para el Nobel de Literatura fue Augusto Roa Bastos, quien ganó otro premio de literatura, el prestigioso Cervantes. Sin embargo, los archivos donde figuran las nominaciones se divulgan luego de 50 años de la concesión del premio, por lo que su nombre aún no figura en los documentos actuales.
Paraguay casi nunca figura para estos premios según Laneri, autora de Razón Psiquiátrica y Divague interruptus. «Nos conocen poco, muy poco, y los que lograron surgir más allá de nuestras fronteras lo hicieron en circunstancias políticas e históricas que de alguna manera resultaban hasta ‘exóticas’ para el resto del mundo. Eso no significa que no tengan valor esas letras y que muchas otras que viven en tiempos más ‘triviales’ para el resto de la humanidad, no merecerían también ser reconocidas», manifestó.
«Pero el reconocimiento en sí es interesante y, no obstante, tampoco debe volvernos locos. Emily Dickinson escribió sin que nadie supiera lo que ella atesoraba en su cuarto, la mirada del otro no nos otorga ni resta valor«, concluyó.
Piñeiro aseguró que hoy en día el papel o protagonismo del escritor varió enormemente, pero que por lo general el intelectual ha sido reemplazado por otros actores culturales.
«El rol del escritor de hoy es muy variado de acuerdo al escritor que se trate. Hay quienes nos gusta opinar de temas sociales, políticos, etc. y hay quienes no. Tampoco se da tanta trascendencia a lo que decimos como décadas atrás. Hoy se busca más la palabra de actores culturales más mediáticos e influyentes», terminó la escritora.
Libros de Ishiguro
-Pálida luz en las colinas / traducción de Ángel Luis Hernández Francés. – Barcelona : Anagrama, 1988. – Título original: A Pale View of Hills
-Un artista del mundo flotante / traducción de Ángel Luis Hernández Francés. – Barcelona : Anagrama, 1989. – Título original: An Artist of the Floating World
-Los restos del día / traducción de Ángel Luis Hernández Francés. –Barcelona : Círculo de Lectores, D.L.1991. – Título original: The Remains of the Day
-Los inconsolables / traducción de Jesús Zulaika. – Barcelona : Anagrama, 1997. – Título original: The Unconsoled
-Cuando fuimos huérfanos / traducción de Jesús Zulaika. – Barcelona : Anagrama, 2001. – Título original: When We Were Orphans
-Nocturnos : cinco historias de música y crepúsculo / traducción de Antonio-Prometeo Moya. – Barcelona : Anagrama 2010. – Título original: Nocturnes: Five Stories of Music and Nightfall
-Nunca me abandones / traducción de Jesús Zulaika. – Barcelona : Anagrama, 2005. – Título original: Never Let Me Go
-Los restos del día / traducción de Ángel Luis Hernández Francés. – Barcelona : Anagrama, 2015. – Título original: The Remains of the Day
-El gigante enterrado / traducción de Mauricio Bach. – Barcelona : Anagrama, 2016. – Título original: The Buried Giant
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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.