Branislava Susnik junto al logo por el centenario de su nacimiento. (Museo Barbero)
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Branislava Susnik huyó de la dictadura yugoslava, estudió historia, arqueología y lingüística y abrazó intelectualmente la causa de los pueblos indígenas. Fue la primera investigadora en ganar el Premio Nacional de Ciencia de Paraguay en 1992. Este 28 de marzo tuvo que haber cumplido 100 años, pero murió en la ciudad donde más tiempo vivió, Asunción, en 1996.

Fundadora de la historia social paraguaya, pionera en estudios científicos de los pueblos indígenas y gran trabajadora intelectual. Branka, como la conocían sus colegas y amigos, revolucionó las ciencias sociales y humanidades de Paraguay en la segunda mitad del siglo XX.

Desde su primer trabajo en Sudamérica, sobre los Tobas de Formosa (Argentina) hasta sus últimos escritos, la etnohistoriadora aportó enormemente a comprender las culturas y las lenguas de Paraguay. Hasta hoy es referencia en investigaciones académicas.

Una corta calle frente a la catedral católica de la capital, un premio de antropología y un edificio la homenajean silenciosamente. Maestra de muchos, es mayormente descrita como silenciosa y sabia. Su disciplina la ayudó a imponerse el trabajo sin descanso, por lo que tiene decenas de libros y artículos científicos publicados.

No le gustaba dar entrevistas, o al menos no en vivo, se aferraba a la radio y era seguidora fiel de las noticias internacionales. De carácter muy reservado, dedicó su vida a la ciencia y a la historia. Sus trabajos hoy pueden leerse en la UNA y hasta en el Smithsonian de Estados Unidos.  ¿Pero quién era realmente? ¿Qué datos exactos tenemos sobre ella?

Susnik nació el 28 de marzo de 1920, en Medvode, a pocos kilómetros de la capital eslovena, Liubliana. Luego de la Segunda Guerra Mundial y ante las primeras purgas de la dictadura de Tito, que afectaron a su familia, se escapó del país, primero a Italia y luego a la Argentina.

De allí pasó a Paraguay, en 1951, invitada por el médico y científico Andrés Barbero, figura clave de la filantropía y ciencia nacionales. Y aunque el filántropo falleció ese mismo año, la antropóloga continuó su trabajo por pedido de las hermanas María y Josefa Barbero. Fue así como se estableció en el Museo Etnográfico de la Sociedad Científica del Paraguay, que lo dirigió por más de cuatro décadas.

Branka se doctoró en prehistoria e historia de la cultura por la Facultad de Filosofía de la Universidad de Liubliana. También hizo el doctorado en etnohistoria y lingüística uralo-altaica y laurea en la Universidad de Viena. Además, pasó por la Universidad de Roma, donde estudió historia y arqueología sumero – babilonesa.

La antropóloga nació en Medvode y estudió en Liubliana, pero tuvo que irse del país por la instauración del comunismo. (Google Maps)

En Paraguay, enseñó en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción por más de dos décadas. Dirigió la cátedra arqueología americana y etnología paraguaya, de la carrera de historia.

Bartomeu Melià incluye a Susnik como uno de los pilares de la institucionalización de la antropología en Paraguay. En un artículo publicado por la revista Horizontes Antropológicos, de Brasil, el también lingüística destacó su rol de investigadora.

En “Antropólogos y antropología en el Paraguay”, afirma el sacerdote:  “Se dedicó a la etnolingüística para venir a tratar con más insistencia de los procesos etnohistóricos de la sociedad guaraní y paraguaya, especialidad de la que Súsnik debe considerarse la pionera en el Paraguay. No se trata de ver a los indígenas como una especie de etapa previa de la historia del Paraguay, sino tenerlos como sujetos actuales de una historia sin la cual el mismo Paraguay no se entiende”.

Pero también agregó que, entre todos los historiadores del Paraguay, la obra de Susnik es la más creativa e inspiradora, aun a pesar de un estilo literario de difícil acceso. La antropóloga destapó datos ignorados sobre la conquista, puso en tela de juicio –a través de la evidencia- algunas ideas que se creían dogmas, dentro y fuera de la academia.

Por su parte, Peter Lambert y Andrew Nickson, dos académicos del Reino Unido especializados en Paraguay, otorgan a Susnik una gran responsabilidad científica frente a los mitos nacionalistas sobre el supuesto pacífico mestizaje y colonialismo por parte de los españoles.

En el libro “The Paraguay ReaderHistory, Culture, Politics” ambos estudiosos aseguran que: “Los estudios de Susnik disipan el mito del encuentro pacífico y la coexistencia de las dos culturas y argumentan que si bien el beneficio mutuo podría haber caracterizado las relaciones iniciales, este estado de cosas fue rápidamente reemplazado por la destrucción del guaraní a través del mestizaje, violencia, represión y persecución”.

Una calle ubicada en pleno microcentro de Asunción homenajea a la científica eslovena-paraguaya. (Google Maps)
Susnik (c.) recorrió el Paraguay profundo, alejado de Asunción para estudiar a los pueblos autóctonos. (Museo Etnofráfico Andrés Barbero)

Pionera y fundadora

Son varias las culturas y lenguas de esta zona del mundo que fueron estudiadas por esta etnóloga, por lo que es reconocida como una pionera y multifacética de las ciencias humanas. Viajó por algunos departamentos del país, siendo su trabajo en Alto Paraguay uno de los más destacados.

Una persona que conoció y trabajó de cerca con la Dra. Susnik es la historiadora Adelina Pusineri, actual directora del Museo Etnográfico Andrés Barbero. Era ella la encargada de ayudarle en algunas tareas administrativas y académica, además de situaciones personales.

Susnik fue muy agradecida con el Paraguay, tanto que se naturalizó paraguaya y además porque la dejaron trabajar en lo que disfrutaba hacer: investigar con los pueblos indígenas y producir luego sus resultados en libros o artículos académicos. Para Pusineri, hablar de la cuestión indígena en Paraguay es muy amplia, pero que Susnik hacía ciencia y evitaba el indigenismo.

“Para los investigadores de diferentes disciplinas sus trabajos siguen vigentes, siempre encuentran en sus obras algo que ella escribió y que abarcó la lingüística, la etnología, la etnohistoria, la antropología social paraguaya o historia social paraguaya y la arqueología. Hasta la llaman la fundadora de los estudios chaquenses o chacología. Así como también la fundadora de la historia social paraguaya, por tanto, toda su obra se sigue usando incluso como textos en las cátedras”, dijo Pusineri a Ciencia del Sur.

La historiadora trabajó como secretaria de Susnik durante siete años y medio y la veía como una máquina intelectual.

“Era de esas personas de 24 horas. Trabajaba todo el día. Su rutina era escribir, leer incansablemente, acudir al Archivo Nacional a investigar, viajar a Buenos Aires a seguir investigando y otros lugares a los que fue a trabajar. Cada año escribía un libro o más, atendía algunas consultas, daba entrevistas solo por escrito, nunca personales. También dormía poco, estaba al tanto de las noticias del Paraguay y del mundo, escuchaba radio todo el día, no le impedía su trabajo de investigación y salía a medio día a comer en el Bar San Roque”, recordó Adelina.

La historiadora Adelina Pusineri y el antropólogo Bartomeu Melià. (Museo Andrés Barbero)

Enseñanza y legado

Pusineri compartió largas charlas intelectuales con su maestra y reconoce que su legado sigue vigente.

“Compartí largas charlas -muy amenas- y en las que cada día era una catedrática enseñándome a observar, leer, conocer cada objeto del museo. Esa fue la primera tarea que me encomendó para atender al público y me posibilitó adentrarme en el mundo de la cultura material de los pueblos indígenas del Paraguay”, dijo la historiadora.

Del aspecto personal rescata su disciplina y su amor por las investigaciones que hacía.

“El legado de Susnik es toda su obra. Tiene más de 77 libros y artículos que se difundieron por el mundo y que siguen siendo fuente de información a investigadores que vienen, de diversos países, al museo buscando su trabajo. Uno de sus principales aportes se dio con la nueva mirada de la etnohistoria paraguaya, como la conquista o en la historia social, la formación del pueblo paraguayo, por decir sólo algunos puntos más importantes que abarco su gran trabajo”, finalizó.

Susnik ayudó enormemente a entender no solo a los pueblos indígenas, sino también la cultura paraguaya. (Museo Barbero)

Actividades por el centenario

“Yo vine al Paraguay al terminar los horrores de la Segunda Guerra Mundial y al comenzar el dominio del comunismo en los países del Este de Europa. En el Paraguay encontré la quietud de la vida sencilla y también la oportunidad de trabajar científicamente, lo que para mí significaba ‘revivir’ intelectualmente”, le dijo Susnik a Julio Peña en 1990.

La Dra. Branislava Susnik murió en abril de 1996, en la capital paraguaya. (Museo Barbero)

Para este sábado 27 se agendaron varias actividades de homenajes, que iban a durar algunos días. Una ofrenda floral en el Cementerio de la Recoleta, otra en el centro de Asunción, una misa, una muestra y un simposio tendrán que esperar a que termine la cuarentena vigente en Paraguay por el COVID-19.

El 28 de abril de 1996, la señora que fue habitué del Bar San Roque, que no paraba de fumar, pero tampoco de escribir o leer, dejó totalmente de escuchar la radio. Falleció rodeada de sus libros e investigaciones, sin propiedades ni riquezas materiales, pero con un gran legado intelectual y cívico.

“Ella vivió y murió rindiendo culto al discreto refugio de ese silencio, que al fin resultó tan fecundo para su obra. De aquí en más quienes recibimos el testimonio de esa vida de absoluta entrega, también recibimos la herencia de ese inmenso amor y celo con que defendió la libertad individual, sin intransigencia contra toda forma de mediocridad. Su indeclinable lucha por llegar a la verdad por medio del conocimiento y su defensa sin concesiones de esa verdad”, dijo el Dr. Vicente González durante el funeral.

Luego de su partida, el Gobierno de Paraguay le condecoró con la “Orden Nacional del Mérito” en el Grado de Gran Oficial.

El Museo Etnográfico Andrés Barbero de Asunción conserva los principales trabajos de la Dra. Branislava Susnik. (Wikicommons)

 

 Referencias

-Lamber, A. and Nickson, A. (eds) (2013). The Paraguay Reader: History, Culture, Politics. Durham, NC: Duke University Press. 475 pp.

-Melià, B. (1997). Antropólogos y antropología en el Paraguay. Horizontes Antropológicos. Porto Alegre, ano 3, n. 7, pp. 24-35.

-Peña Gill, J. (1990). «Branka Susnik. Paraguayos honorarios». Revista de El Diario Noticias. Asunción.

-Peris, C. (2014). Branislava Susnik. Antropóloga del Paraguay. El Lector – ABC Color. Asunción.

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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.

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1 COMENTARIO

  1. ¡Felicitaciones a esta biografía bien argumentada! Después de pasar las atrocidades de la guerra vino a enamorarse de la raza indígena del Paraguay

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