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El Dr. Benjamín Barán, en una charla sobre el futuro tecnológico, en un evento de Ciencia del Sur. (Ciencia del Sur)

Aunque Paraguay no tenga tradición científica, siempre hubo investigadores pioneros en algunas áreas. En ciencias de la computación sobresale Benjamín Barán Cegla, que incluso incursionó en la inteligencia artificial. Y ahora, gracias en gran parte a su trabajo, hay más científicos paraguayos que trabajan en esta área de la tecnociencia.

Barán, investigador PRONII del CONACYT y decano de la Facultad de Informática de la Universidad Comunera (UCOM), es el investigador nacional destacado del II Festival Internacional de la Ciencia del Paraguay, que organiza Ciencia del Sur y que arranca el 27 de junio. El científico estará en dos eventos: en un encuentro con investigadores y universitarios, en la Sociedad Científica del Paraguay, el miércoles 28 (de 17 a 19) y en una mesa de debate sobre la IA, en la Universidad Iberoamericana, el mismo día (de 20 a 21:30).

A Barán lo acompañarán en la mesa el filósofo e investigador José Manuel Silvero y el científico de la computación Diego Stalder. Ambas actividades donde estará el profesor serán gratuitas, pero se requiere la inscripción previa, en este formulario. Además, el Festival tendrá también el II Foro Science and Business, un ciclo de webinarios en homenaje a Branislava Susnik, talleres científicos, encuentro con estudiantes, observación astronómica, observación de aves, charlas, conferencias y un campamento astronómico, la Star Party Hernandarias 2023.

Barán es doctor en Ciencias, en Ingeniería de Sistemas y Computación por la Universidad Federal de Río de Janeiro, Máster en Ingeniería Eléctrica por Northeastern University en Boston e ingeniero electrónico por la Universidad Nacional de Asunción. Además de decano en la UCOM, es docente en otras universidades nacionales como la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”. Fue Director de Investigación del Centro Nacional de  Computación (CNC)

Con más de un centenar de publicaciones científicas, sus trabajos han recibido docenas de premios y distinciones científicas como el Premio Nacional de Ciencia del Paraguay (en 1996 y nuevamente en 2018), el Honor al Mérito Latinoamericano en Informática otorgado por el CLEI (2013) y el Premio Panamericano en Computación Científica (2012). También fue merecedor de un Doctorado Honoris Causa por la Universidad Nacional del Este (2012) y otro por la Universidad Nacional de Asunción (2022). 

Con más de cuatro décadas de experiencia docente en cuatro continentes, colabora además como miembro del consejo editorial de varias revistas científicas. Es fundador y presidente de la Consultora Barán y Asociados – CBA S.A. Sus áreas recientes de investigación incluyen: inteligencia artificial, optimización, redes ópticas, computación en la nube, computación cuántica y ciencia de datos.

Días antes del Festival, Barán conversó con Ciencia del Sur sobre el auge de la inteligencia artificial, la singularidad tecnológica y la ciencia del Paraguay. 

-¿Es importante celebrar a veces la ciencia, específicamente en un festival?

En países de poca tradición científica como el nuestro, un festival de ciencias es una luz de esperanza para caminar por la Era del Conocimiento, una puerta de entrada a la ciencia para muchos jóvenes, una oportunidad para mucha gente que entiende el papel fundamental del conocimiento en nuestros tiempos, en la construcción de un mundo mejor. 

-Usted tuvo varias áreas y líneas de trabajo, ¿cómo llegó a la inteligencia artificial?

Mis estudios de posgrado en la Northeastern University (Boston, Estados Unidos) me permitieron tener un primer acercamiento a la inteligencia artificial (IA). Allí aprendí Prolog, un lenguaje de 5ª generación que prometía ser un despertar de la inteligencia artificial al ser adoptado por el Japón para los prometedores desarrollos en el área. 

Terminados mis estudios en marzo de 1987, regresé al Paraguay y dicté cursos de Prolog, esperanzado en los grandes avances que se venían anunciando. Lastimosamente, estos avances no se hicieron realidad por lo que dediqué mis investigaciones a otras áreas y no fue sino hasta finales de los años 90, ya como Director de Investigación del Centro Nacional de  Computación (CNC), cuando iniciamos las primeras publicaciones científicas en el área, específicamente, trabajando con algoritmos evolutivos. 

Felizmente, el nuevo milenio me permitió construir un grupo de investigación muy activo y desde entonces, vemos entusiasmados que la inteligencia artificial se va incorporando lentamente en la vida de los paraguayos y cada vez hay más científicos paraguayos trabajando con IA, publicando sus investigaciones a nivel internacional.

-¿Por qué considera que ahora está en boga la inteligencia artificial?

Creo que hay 2 hechos íntimamente relacionados que generaron este impresionante despertar en el interés de mucha gente. Primero, la relativamente reciente liberación de ChatGPT (lanzado por la empresa OpenAI) para que la gente lo pueda utilizar de forma gratuita, potenciando la posibilidad de buscar información, escribir textos, poemas, incluso programas de computadoras, de una forma innovadora, sumamente original, fácil de usar. 

Este hito, inmediatamente generó la liberación de varios productos similares y una verdadera carrera tecnológica entre gigantes de la tecnología.

Por otro lado, llegaron anuncios realmente impresionantes sobre lo que podría hacer la inteligencia artificial, sobre sus peligros. La prensa mundial se hizo eco de una carta firmada por un grupo de expertos en inteligencia artificial y ejecutivos de la industria tecnológica pidiendo una pausa de seis meses en los desarrollos del área, argumentando que se trata de una potencial amenaza para la humanidad. 

Otros anuncios igualmente impactantes siguieron, como el realizado por Ray Kurzweil, Director de Ingeniería de Google en una entrevista televisiva, prediciendo que el punto de singularidad podría ocurrir alrededor del año 2045. Aquí cabe recordar que el punto de singularidad ocurre cuando el computador alcanza (o supera) la capacidad de los seres humanos, llevando a una nueva forma de vida que hasta ahora solo imaginamos en historias de ciencia ficción.

Para Barán, ninguna tecnología es la panacea, pero todas ayudan o sirven a la humanidad. La IA no será la excepción. (Pixabay)

-Hay visiones extremas sobre sus usos e influencia. Desde que suplantará a los humanos hasta, la otra cara, que solucionará todos los problemas. En términos reales, ¿cómo podemos evaluar a la IA?

Adivinar el futuro no es tarea fácil, al menos para mí. Claramente, cada vez que aparece una nueva tecnología potencialmente disruptiva, desaparecen algunas actividades humanas y se crean otras. Lo hemos visto varias veces a través de la historia, por ejemplo con la llegada de la electricidad o Internet.

Posiblemente, la IA sea una más de estas tecnologías. Ninguna de estas tecnologías ha sido la panacea para lograr la felicidad completa de la humanidad, pero claramente nos vienen sirviendo y han ayudado a mejorar nuestras vidas. 

También se debe reconocer que no todo es ventaja con estas tecnologías y nuevas dificultades o peligros se van generando con su adopción.

En resumen, no creo que ayude ser apocalíptico con una nueva tecnología como la IA, pero claramente debemos tener cuidado, como lo venimos haciendo con la energía nuclear. Necesitamos leyes, controles, cuidados y, sobre todo, gente capacitada para utilizar esta nueva tecnología para el bien de la humanidad, y así evitar su uso para su destrucción.

-¿Cómo evoluciona y cómo lo hará más adelante esta ciencia?

La ciencia avanza principalmente gracias al esfuerzo, motivación y trabajo de los científicos. La IA no es una excepción. Desarrollados los conceptos científicos, emprendedores lo van convirtiendo en tecnología útil a la sociedad y su uso se va generalizando, como hoy ocurre con los teléfonos celulares donde ya tenemos oportunidad de utilizar IA, incluso sin ser conscientes de que la estamos utilizando. 

Entiendo que este proceso continuará y la IA estará cada vez más presente en nuestras vidas, como ocurre con la electricidad o Internet. ¿Se imaginan vivir en Asunción sin electricidad ni Internet?

Este proceso de utilización incremental continuará pero debemos aprovechar estos años para estar preparados para el punto de singularidad. Lo que pueda ocurrir después de la singularidad, puede ser diferente. Ya no logró vislumbrar con claridad.

-¿Se puede «Descubrir y compartir el futuro», como propone este evento internacional?

El futuro es un misterio y no lo conocemos, pero podemos intentar construirlo juntos, por ejemplo con esta excelente iniciativa de Ciencia del Sur, el Festival Internacional de la Ciencia del Paraguay. Como mínimo, ¡vale intentarlo!

-La ciencia en Paraguay todavía es emergente y le faltan recursos, ¿qué se puede hacer para mejorar el sistema de investigación y desarrollo de nuestro país?

Cuando enseñaba Prolog en Paraguay en 1987, no teníamos CONACYT, ni programas de incentivos a los investigadores, ni donde conseguir financiamiento para proyectos de investigación. Si queríamos hacer ciencia, nuestra familia debía ayudarnos económicamente para viajar a congresos o visitar otros centros de investigación. 

No teníamos bibliotecas adecuadas para acceder a investigaciones de punta. Hoy estamos mucho mejor y nuevas tecnologías como Internet nos permiten acceder a bibliotecas digitales de todo el mundo. Tenemos centros de investigación y hasta programas nacionales de doctorado generando publicaciones científicas a nivel internacional. Diría que estamos en el camino correcto, pero vamos demasiado despacio y si no hacemos un esfuerzo mayor, podemos perder el tren de la Era del Conocimiento. 

Necesitamos mejorar nuestras políticas educativas, nuestras inversiones en ciencia, nuestra capacidad emprendedora para convertir en productos y servicios lo que va venerando la academia. Un gran desafío para el gobierno entrante del Paraguay.

El Dr. Benjamín Barán es uno de los principales protagonistas del II Festival Internacional de la Ciencia del Paraguay. (Ciencia del Sur)

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Director ejecutivo de Ciencia del Sur. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y pasó por el programa de Jóvenes Investigadores de la UNA. Tiene diplomados en filosofía medieval y en relaciones internacionales.
Condujo los programas de radio El Laboratorio, con temática científica (Ñandutí) y ÁgoraRadio, de filosofía (Ondas Ayvu).
Fue periodista, columnista y editor de Ciencia y Tecnología en el diario ABC Color y colaboró con publicaciones internacionales. Fue presidente de la Asociación Paraguaya Racionalista, secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica y encargado de cultura científica de la Universidad Iberoamericana.
Periodista de Ciencia del Año por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2017). Tiene cinco libros publicados.

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