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Del 13 al 16 de noviembre se llevó a cabo en Santiago de Chile el XXIV Congreso Latinoamericano de Microbiología ALAM 2018, organizado por la Asociación Latinoamericana de Microbiología (ALAM) y la Sociedad de Microbiología de Chile (SOMICH). El congreso ALAM es una reunión que se lleva a cabo cada dos años. La edición anterior se llevó a cabo en Rosario, Argentina, y la del 2020 será en Paraguay.

Con 11 plenarias, 40 simposios, 5 cursos satélites y reuniones paralelas de varias sociedades, el programa del evento cubría temas tan diversos como el mundo de la microbiología misma: biopelículas orales, influenza, VIH, resistencia a antibióticos, levaduras en vinos y astrobiología, por citar algunos.

La plenaria de cierre estuvo a cargo del Dr. Eugene Koonin y Dr. Francisco Mojica, dos expertos de renombre internacional en CRISPR-Cas.

Fotografía: Alejandra Recalde.

Además de las ponencias de primer nivel, el evento contó con varios puntos destacables: el Dr. Andro Montoya realizó un grafiti del mundo microbiológico durante los días del congreso, por las tardes durante la sesión de pósteres se refrescaba a los asistentes con una barra libre de cerveza artesanal, y se prescindió del uso de papel para la impresión de los programas, estando todo al alcance de los asistentes en la aplicación oficial del congreso para teléfonos celulares.

Además, las bolsas que se entregaron a los asistentes fueron pintadas a mano por miembros de la Fundación Laboratorio Inclusivo, la cual trabaja con personas con discapacidades.

Foto: Alejandra Recalde.

 

Conversamos brevemente con el Dr. Fernando Valiente Echeverría, uno de los organizadores y recientemente electo vicepresidente de la SOMICH, respecto a algunos puntos del evento.

¿Un balance general del congreso?

Muy positivo. Cumplió todas las expectativas que teníamos. El programa científico que logramos fue extremadamente bueno, con plenarias de alto nivel y simposios también de buen nivel. Pienso que del 1 al 7, un 7. Siempre hay problemas menores que se presentan a lo largo de los días, pero se pudieron solucionar, porque tienen que ver con la envergadura de un evento así.

Tuvimos 1.600 asistentes de 26 países representados en ALAM y 32 empresas y patrocinadores. Cuarenta simposios, 11 plenarias y casi 1.400 pósteres.

Claudia Saavedra, presidenta de la Sociedad de Microbiología de Chile. (Foto: ALAM)

¿Qué fue lo mas desafiante de la organización? ¿Con cuánto tiempo se vienen preparando?

Lo más desafiante del congreso fue movilizar a las 1.600 personas para cumplir con los tiempos del programa. Como había varias actividades en paralelo, las horas de inicio y término de cada una de ellas debía ser lo más primordial. También la sesión de pósteres, ya que cada día teníamos 400 que ayudar a colocar y controlar que estén en su sitio.

Llevamos trabajando casi 2 años, desde que se confirmó que éramos sede de la ALAM, pero desde hace 1 año, 1 año y medio que empezamos a trabajar más arduamente para el congreso.

¿Cómo eligieron los ejes temáticos, siendo la microbiología un campo tan amplio?

Fue un tema complejo que trabajamos con el comité científico. Las áreas son bastante particulares, quisimos representar al mundo microbiológico todos los días. Por eso en los simposios se organizó de tal manera que en cada bloque se repitiesen las temáticas.

Entonces teníamos los de inmunología, virología, ecología microbiana, bacterias, etc. Todo eso todos los días, los 4 días, así mantenías interesada a la gente de asistir al congreso en su totalidad. Porque si pones la sesión de virología toda en un día, entonces los virólogos solo van un día al congreso. Por eso quisimos dispersar y tocar todos los temas cada día.

Pienso que funcionó bien, porque esta estrategia sirvió para mantener la audiencia constante en los 4 días. Además, el congreso fue en Santiago, lo que era un punto débil porque la gente trabaja acá y a veces no puede desconectarse realmente de eso para asistir todos los días al evento.

Foto: Alejandra Recalde.

¿Cuáles son las áreas más fuertes de la microbiología chilena?

Hay varios puntos fuertes en verdad. Podrían ser los extremófilos, pero también ecología microbiana; hay grupos muy fuertes en virología y en levaduras. Pienso que está bien representada la microbiología en el país.

¿Algún consejo para Paraguay?

La tienen difícil. Hay que congeniar muchas visiones, hablar con todas las asociaciones de Latinoamérica, la española, la portuguesa. Levantar fondos para apoyar becas de asistencia y traer expositores de primer nivel. El mayor desafío es formar un buen grupo de trabajo y que se comunique de buena manera. Si pueden lograr eso, no me cabe duda de que Paraguay 2020 será un éxito.

José Brunelli y Claudia Saavedra. (Foto: Alejandra Recalde)

Durante la clausura de la ALAM, el presidente actual de la Sociedad Paraguaya de Microbiología, Bioq. José Pereira Brunelli, realizó la invitación a la siguiente edición, clausurando el congreso con un video turístico de Paraguay.

 

En una breve conversación con Ciencia del Sur, mencionó:

“Paraguay recibe con mucha emoción y entusiasmo el desafío de ALAM 2020 que se realizará en Asunción. Esperamos mantener el nivel científico que hubo en ALAM Chile 2018 y también incluir otros temas. Trataremos de congeniar la parte clínica con investigación. Además, es una buena instancia para nuestros pares de otros países de conocer Asunción y por supuesto, la carne paraguaya, que es de las mejores de la región. Desde ya, están todos invitados, y los esperamos allá”.

 

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Columnista de ciencias biológicas, biotecnología, microbiología, educación y ciencia en Chile y Alemania.
Doctora en biotecnología molecular por la Universidad de Chile, exbecaria del programa "Don Carlos Antonio López". Bioquímica y bioquímica clínica egresada de la Universidad Nacional de Asunción, fue presidenta de Estudiantes de Bioquímica Asociados del Paraguay. Actualmente es investigadora Post doctoral de la Universidad de Freiburg (Alemania), trabajando con microorganismos extremófilos y desarrollo de herramientas de edición genética como CRISPR.

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