Según el investigador José Domingo Colbes, el Presupuesto General de la Nación viola la Ley de Educación Superior que establece que el mínimo de inversión debe ser 7 % (actualmente no llegaría al 4 %). Eso daría margen financiero para implementar varias medidas e inversiones que son posibles según el propio científico.
En esta entrevista con Ciencia del Sur, Colbes nos responde con propuestas de su campaña como diputado del departamento Central por la Alianza Encuentro Nacional, a diversos problemas que existen en la educación, investigación y aprovechamiento de recursos humanos en Paraguay.
Colbes es un investigador categorizado nivel I por el PRONII y docente de la Universidad Nacional de Asunción con publicaciones en biología computacional, algoritmos y optimización combinatoria. Además posee un doctorado y una maestría en ciencias de la computación por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (México) y una ingeniería en electrónica por la UNA.
El científico será uno de los participantes del II Foro Paraguayo de Ciencia y Política: Paraguay necesita políticas públicas basadas en evidencia, que organiza Ciencia del Sur.
-Según el Scimago Journal & Country Rank [1], en el 2021 Paraguay produjo un artículo científico citable por cada 15 mil habitantes. Estos números implican una producción de conocimiento por debajo de la región y ni qué hablar en relación a países desarrollados. Por ejemplo, en Uruguay se publican 10 veces más artículos per cápita y en España 390 veces más. ¿Cuáles son tus propuestas para que Paraguay consiga revertir ese atraso científico-tecnológico al menos en relación al MERCOSUR?
Un punto central es aumentar la inversión en investigación. Según el informe “Indicadores de Ciencia y Tecnología de Paraguay 2021” de CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), el porcentaje de inversión en I+D (Investigación+Desarrollo) con relación al PIB (Producto Interno Bruto) es el 0,15 %; mientras que la inversión promedio en América Latina y el Caribe es aproximadamente 0, 65 %.
Existen varias posibles acciones para mejorar nuestra producción científica: una es aumentar la cantidad de docentes investigadores de tiempo completo. En 2007 se estableció el DITCODE (Docente Investigador de Tiempo Completo y Dedicación Exclusiva), otorgándose 60 rubros a la UNA (Universidad Nacional de Asunción).
Esto dio un impulso significativo a la investigación y a la producción científica, pues además de permitir una dedicación completa, se logró la atracción/repatriación de varios científicos que se establecieron en Paraguay, formando grupos de investigación y enseñando en posgrado. Sin embargo, la cantidad de rubros no ha aumentado desde su implementación, lo cual limita la incorporación de nuevos investigadores.
Otra acción consiste en aumentar el financiamiento a proyectos de investigación. Las universidades cuentan con un reducido presupuesto para ello, por lo que se depende principalmente de las convocatorias del CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología).
El programa PROCIENCIA dio un gran impulso a la actividad científica en Paraguay, y uno de sus resultados fue el aumento considerable de la cantidad de investigadores. Sin embargo, en cuanto a convocatorias de proyectos, estas no son muy frecuentes y muchos proyectos buenos quedan fuera por no contar con el presupuesto suficiente para su financiamiento.
Una tercera posible acción es la creación de un sistema de centros de investigación dependientes del CONACYT. Este modelo existe en Argentina, Brasil y México, por citar algunos ejemplos. Estos centros se enfocarán netamente a la investigación y en la formación de investigadores a través de cursos de posgrado; pudiéndose reducir a su vez la burocracia que actualmente existe en las universidades nacionales.
Otra posible medida, relacionada directamente con las anteriores, sería la incorporación de docentes investigadores extranjeros. Esto se dificulta hoy por los estatutos de las universidades nacionales y la cantidad de rubros destinados a investigadores de tiempo completo. Considero que esto es fundamental para impulsar las oportunidades en diferentes áreas de investigación y fortalecer nuestras redes internacionales.
-El Plan Nacional de Desarrollo Paraguay 2030 tiene como meta quintuplicar el número de patentes de invenciones nacionales [2]. Según la World International Property Organization, Paraguay registró 4 patentes en el 2021, siendo que países como Uruguay o Argentina registraron 104 y 717 patentes en el 2021 respectivamente [3]. ¿Qué piensas que se puede hacer para que la investigación sea una ventaja competitiva para las empresas paraguayas?
En efecto, uno de los indicadores en la economía del conocimiento es el número de patentes que registra el país. Resulta clave promover la articulación entre las universidades y centros de investigación con el sector empresarial, ya que es necesario inyectar conocimiento a la industria para que ésta gane competitividad. Se debe reconocer que el CONACYT ha hecho esfuerzos en este sentido en los últimos años con los proyectos de innovación; por lo que considero que esto debe continuar y fortalecerse para así involucrar a más empresas paraguayas e incluso generar otras nuevas.
Sin embargo, considero que la burocracia y la falta de acompañamiento en el proceso de generación de patentes son las razones principales de los bajos números que tenemos hoy en comparación con la región. En este sentido, se debe potenciar a la DINAPI (Dirección Nacional de Propiedad Intelectual) y a las OTRI (Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación) para que los resultados de las investigaciones generadas en las universidades y centros de investigación se transfieran al sector productivo.
Dado que para muchas empresas no es rentable tener una división permanente de investigación; considero crucial que la academia sea la que tome la iniciativa de acercarse a conocer y responder a las necesidades existentes en las empresas. Como actualmente la mayor parte del conocimiento paraguayo se genera en las universidades nacionales, se debe establecer (o adecuar) el marco legal y la organización interna para que las iniciativas de cooperación sean atractivas para los investigadores, las universidades y las empresas.
Otra acción posible es la creación de un fondo que impulse la creación y desarrollo de nuevos negocios de base científica-tecnológica, así como la planificación de parques tecnológicos, considerando además la cantidad creciente de profesionales calificados con formación en el extranjero, los cuales traen nuevos conocimientos al país.
-El Plan Nacional de Desarrollo Paraguay 2030 tiene como meta fortalecer la educación superior, hasta el punto de tener al menos una universidad paraguaya entre las 400 mejores del mundo [2]. Sin embargo la mejor posicionada que es la UNA aparece en la franja 1000-1200 a nivel mundial según el ranking QS [4]. ¿Cuáles serían tus proyectos para que la universidad paraguaya esté menos alejada de los estándares de calidad internacional?
Las propuestas anteriores están en relación con algunos indicadores en el ranking QS. Por ejemplo, la relación entre citas por personal académico (investigador) representa el 20 % de la calificación, en la que la UNA tiene una baja puntuación. Es decir, además de incrementar el número de publicaciones científicas, también debe aumentar la calidad de los trabajos para que estos sean citados en otras investigaciones.
De vuelta, esto puede mejorarse con el aumento de la proporción de docentes investigadores de tiempo completo en las universidades y centros de investigación, que cuenten con el entorno adecuado para llevar a cabo trabajos científicos de alta calidad.
Otros indicadores del ranking QS, en donde la UNA tiene un bajo puntaje, son: la proporción de docentes internacionales (5 %) y la de estudiantes internacionales (5 %). De nuevo, lo primero puede mejorarse mediante la incorporación de docentes investigadores extranjeros, pero para ello es necesario una reforma del estatuto de la UNA. En particular, considero que la mejora de la UNA en los rankings internacionales hará que sea más atractiva para estudiantes extranjeros.
En cuanto a inversión, la Ley de Educación Superior (Ley Nº 4995/13) establece que los recursos destinados a la Educación Superior en el PGN (Presupuesto General de la Nación) no serán inferiores al 7 % del total asignado a la Administración Central. Desde el 2015, este porcentaje no supera el 5 %; mientras que en los últimos tres años fue inferior al 4 %.
Con mayor inversión podríamos tomar dos caminos: fortalecer a la UNA con el compromiso de una reforma total, apuntando a la internacionalización y a la eficiencia en la organización interna. Esta eficiencia permitiría a su vez mejorar el indicador de proporción de profesores/estudiantes (20 %). El otro camino sería crear una nueva universidad de élite con el objetivo de posicionarla entre las 400 mejores del mundo. Se hizo un intento con la Universidad Científica del Paraguay, pero desconozco su estado actual.
Volviendo al caso de la UNA, considero que estas medidas ayudarán a que la reputación académica (40 %) y la reputación del empleador (10 %) -otros indicadores en el ranking QS- también mejoren con el tiempo.
-Diversos analistas alertan el riesgo de que Paraguay desperdicie su bono demográfico, es decir la fuerza de trabajo de una gran proporción de población joven capaz de generar desarrollo para el país. Ese riesgo se sustenta en gran medida a un reducido acceso a la educación superior, porque según una encuesta el 73 % se ve impedido por los costos [5]. ¿Qué se puede hacer para facilitar ese acceso a los jóvenes?
Es así, actualmente tenemos limitaciones en las oportunidades para el acceso y la permanencia en la educación superior. El Estado paraguayo invierte en un sistema de universidades públicas, e incluso se encuentra vigente la ley de “arancel cero”. Con relación a la pregunta anterior, un mayor presupuesto a las universidades públicas permitiría aumentar el número de plazas disponibles, en especial en carreras prioritarias para el país.
Sin embargo, existen otros costos (cursillos de ingreso, alimentación, transporte, libros y/o fotocopias, vivienda, etc.) que constituyen una barrera económica importante. Esto hace que la deserción universitaria sea alta, o que el joven desista en proseguir estudios superiores y vaya directamente al sector laboral, o que tenga que hacer un gran esfuerzo para estudiar y trabajar a la vez.
Esto último trae varias consecuencias: los jóvenes tardan más en egresar (por la falta de dedicación completa), u optan por carreras que no demanden una dedicación completa, o finalmente recurren a una universidad privada (a pesar de su costo).
Además de fortalecer el sistema de becas universitarias, una posible política pública para revertir esta situación es el crédito universitario con garantía estatal. Esto permitiría al joven dedicarse plenamente a sus estudios, que pueda elegir carreras que sean de tiempo completo, y complementaría de esta manera la inversión que ya realiza el estado en universidades públicas.
Además, el joven podrá egresar en menor tiempo de la universidad e integrarse más rápidamente al mercado laboral. Esto a su vez beneficiaría a las universidades públicas, ya que demandaría un menor costo operativo.
Estos créditos tienen una baja tasa de interés, un periodo de gracia al terminar los estudios y un tope del porcentaje del salario en el momento del pago. Este sistema existe en otros países de la región como Colombia (ICETEX) y Chile (FSCU y CAE). Haciendo una analogía, esto sería como el crédito a largo plazo para la vivienda otorgada por la AFD (Agencia Financiera de Desarrollo), pero para estudios superiores. Y así como un porcentaje del FONACIDE va para capitalizar AFD, también podría hacerlo con el sistema de crédito universitario.
Otra propuesta es la implementación del boleto universitario, con el objetivo de reducir en un 50 % el costo del pasaje para los estudiantes de universidades públicas. De hecho, en febrero hemos presentado, junto con otros candidatos, la iniciativa popular “Jahapa” con un proyecto de ley para este fin, que puede ser revisado en la plataforma de iniciativas populares del TSJE.
Por otro lado, los cursillos de ingreso son una barrera importante para el acceso a estudios universitarios. El examen de ingreso es un sistema de selección de estudiantes, pero no es el único método disponible. En la UDELAR (Universidad de la República, Uruguay) y la UBA (Universidad de Buenos Aires, Argentina), todos tienen la oportunidad de acceder, pero el “filtro” se realiza en el ciclo básico.
Otro camino es la implementación de exámenes estandarizados durante los últimos años del colegio (como el caso del SAT en EE.UU., el vestibular -o ENEM- en Brasil, entre otros), cuyos resultados determinarán el acceso a la universidad. Un tercer camino podría ser la diferenciación en la educación en los últimos años del colegio, de acuerdo con las exigencias de las carreras que quieran seguir los estudiantes en la universidad. Esto requeriría un sistema de selección y orientación vocacional a más temprana edad. Aquí se podría tomar como ejemplo el modelo alemán.
También se debe fortalecer a los institutos técnicos profesionales y a los colegios técnicos, considerando que no todos los jóvenes desean proseguir estudios universitarios. Además, existe una gran demanda de profesionales técnicos.
Considero que se debe fortalecer y replicar el modelo del CTN (Colegio Técnico Nacional); así como dar mayor impulso a SNPP (Servicio Nacional de Promoción Profesional) y SINAFOCAL (Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral). Por último, algo muy importante para la descentralización de las oportunidades de educación superior es que la inversión no se concentre en la capital y el departamento Central, sino que llegue adecuadamente a institutos de educación superior de todo el país.
-La endogamia académica se mide por la proporción de profesores que enseñan en una institución y que se formaron solamente en la misma institución. Mientras que en Paraguay es la regla, universidades de otros países evitan esta práctica porque impide que ingresen nuevos conocimientos y especialidades a la institución, produciendo su estancamiento. En un principio, se propuso a BECAL para revertir este problema, sin embargo los profesionales que vuelven se lamentan de todo tipo de trabas. Esas trabas van desde las dificultades para validar sus títulos a que venir de afuera resulta una desventaja en los concursos [6]. ¿Que propones para revertir esta problemática?
De hecho, aquí tenemos una gran paradoja: el Estado paraguayo, a través de BECAL, hace una importante inversión para la formación superior de compatriotas en las mejores universidades del mundo. Sin embargo, no se propicia un ambiente favorable para el aprovechamiento estratégico de los mismos para el desarrollo del país. Este es un ejemplo más de la falta de articulación de las instituciones del Estado.
Una de las propuestas de campaña es la reforma de la Ley de Educación Superior. Aquí se analizará el rol y la estructura del CONES (Consejo Nacional de Educación Superior). Entre otros aspectos, es clave la reducción de la burocracia y el costo de reconocimiento de títulos del extranjero. Por dar un ejemplo positivo, CONACYT reconoce para el PRONII (Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores), los títulos de maestría y doctorado obtenidos en el extranjero que cuenten con la Apostilla de la Haya.
En cambio, para el caso particular de la UNA (que actualmente es la universidad mejor rankeada del país), el “circuito” que debe realizarse para el reconocimiento de un título de posgrado obtenido en el extranjero, en los concursos públicos, es: (i) obtención de la Apostilla de la Haya, (ii) reconocimiento del CONES, (iii) registro en el MEC, (iv) inscripción del título en la UNA. Recuerdo aquí un artículo que había escrito Florencia del Puerto para Ciencia del Sur contando su experiencia.
Además, la matriz de puntajes para los concursos docentes en la UNA da preferencia a la antigüedad y se promueve la endogamia académica por sobre la formación y méritos.
Las universidades cuentan con autonomía de acuerdo con la Constitución Nacional (art. 79). La ley de Educación Superior, en su art. 33, indica que la autonomía implica lo siguiente: “Establecer, de acuerdo con los estatutos, el régimen de acceso, permanencia y promoción de educadores e investigadores del nivel superior, valorando preferentemente la calificación académica, los méritos y competencias de los postulantes.” (inc. k).
Aquí habría que analizar profundamente el grado de cumplimiento de este inciso por parte de la matriz de puntajes en la UNA (en sus diferentes unidades académicas).
Siguiendo el mismo razonamiento planteado anteriormente, creo que existen dos posibles caminos: aumentar sustancialmente los recursos a alguna de las universidades nacionales existentes que impulse una reforma para generar los cambios que se necesitan; o crear una universidad de élite y centros de investigación que contemplen estas necesidades actuales y apunten a la excelencia y meritocracia.
-¿Qué otros temas o asuntos además de la educación superior y la investigación piensa que serían importantes abordar desde el Congreso?
Un tema fundamental para abordar en el siguiente periodo es la reforma del transporte público. El modelo actual es obsoleto e ineficiente, lo cual se traduce a un mal servicio. A nivel gubernamental, se debe unificar a los distintos actores: Municipalidades, VMT (Viceministerio de Transporte), DINATRAN (Dirección Nacional de Transporte), FEPASA (Ferrocarriles del Paraguay), etc.
Actualmente el sistema de transporte público está atomizado entre diversas empresas privadas, con un subsidio estatal a un sistema ineficiente. Particularmente creo que se debe tener un único consorcio/conglomerado (que podría ser una alianza público-privada) e impulsar el transporte multimodal. Los datos del billetaje electrónico deben estar disponibles públicamente para tomar decisiones en cuanto a itinerarios, conexiones entre tramos, paradas, frecuencias, etc.
Otro tema muy importante es la promulgación del proyecto de ley de la función pública y la carrera del servicio civil, para planificar la formación de recursos en las áreas prioritarias para el desarrollo del país y promover la meritocracia en el acceso y promoción en la función pública.
Referencias
[1] https://www.scimagojr.com/countryrank.php?year=2021
[3] https://www.wipo.int/ipstats/en/statistics/country_profile/
[4] https://www.topuniversities.com/universities/universidad-nacional-de-la-asuncion
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Sebastián Alberto Grillo es licenciado en matemática pura y máster en ciencias de la computación por la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Es doctor en ciencias de la computación por la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil. Investigador en matemática aplicada, computación teórica e inteligencia artificial. Está categorizado en el PRONII nivel I del CONACYT. En Ciencia del Sur es columnista de matemática, ciencias de la computación y educación.
La solución a lo que se expone aquí es muy simple: 1) una reforma estructural de la UNA, enfocándose en los docentes e investigadores tiempo completo con docentes con títulos máximos y nada de títulos expedidos por Universidades basuras locales. 2) Importación de «materia gris» extranjera, la que existe no sirve (aunque duela, la verdad es así), 3) el mundo cambió tanto, y Paraguay es tan pobre no se puede dar el lujo de adquirir-comprar laboratorios para hacer investigación de avanzada. La solución es mutar a todo tipo de investigación teórica. Desde los modelos computacionales, desarrollo de software, simulaciones por Monte Carlo, Computación Cuántica, inteligencia artificial, nanoestructuras, biocomputación, etc.
Ojalá que este nuevo gobierno vea y revea los problemas en el que está sumergida la ciencia paraguaya.