El grupo de Astronomía Paraguay (AstroPy) durante la tarde del eclipse en Bella Vista, Argentina. (Gentileza)
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Ya todo estaba listo para ver el más maravilloso de los eventos astronómicos, el escenario fue un cielo completamente despejado a pleno Sol. El punto de observación, una amplia meseta ubicada a 2.300 metros sobre el nivel del mar que tuvo como telón de fondo la cierra nevada de la cordillera de los Andes.

Poco a poco, minuto a minuto, la Luna en su lento movimiento por el firmamento cubrió completamente al Sol dejando a oscuras a toda la multitud reunida para ver el eclipse solar total del 2 de julio de 2019.

Astronomía Paraguay (Astropy) organizó una excursión para viajar a la provincia y ciudad argentina de San Juan y poder así cumplir el sueño de ver un eclipse total de Sol. El proceso se inició 13 meses antes, primero tratando de encontrar hospedaje, dicha localidad ya tenía albergues, hoteles y campings repletos para junio de 2018, incluso un año antes del fenómeno astronómico.

La tarea no fue nada sencilla, pero se logró.

Lo segundo fue encontrar aquí en Paraguay una agencia de turismo que se arriesgue a llevarnos, nunca antes había salido del país una excursión con el único objetivo de observar un evento científico de esta naturaleza.

Luego de mucho esfuerzo logramos que no solo nos lleven a San Juan, sino que nos cubran el traslado hasta la localidad de Bella Vista, distante a 180 km de la capital de la provincia y a una altura de 2.300 metros sobre el nivel del mar, en plena cordillera de los Andes.

Inicialmente muchas personas movidas por el entusiasmo aseguraron su participación en el viaje, pero a la hora de confirmar y señar lo que pedían los hoteles, simplemente se echaron para atrás y quedamos tan pocos que todo el proyecto de la observación del eclipse casi terminó.

Afortunadamente, la agencia de viajes no perdió el entusiasmo y facilitó enormemente la financiación de los que querían aventurarse, esperando hasta último momento que se complete un número mínimo de personas para cubrir los costos. El último viajero se inscribió el 28 de junio y así completamos la lista de 23 viajantes necesarios.

Paisaje de la provincia argentina de San Juan. (Silvia Piriyú)

Varias fueron las razones que nos movieron a participar de la observación de este eclipse: La primera de ellas fue el clima de Bella Vista, por su situación geográfica es una región seca y rara vez se cubre de nubes, lo que aumentaba la probabilidad de observar el evento en un cielo limpio.

Otra buena razón que nos motivó a viajar fue la altura a la que estarían el Sol al momento del fenómeno astronómico, es sabido que los objetos celestes se ven más grandes cuando están próximos al horizonte (no se nota en las fotos), es una ilusión creada por el cerebro que todavía no está completa y suficientemente explicada.

Finalmente, observar un eclipse total del Sol cerca de las cumbres nevadas nos pareció alucinante y más aún, nuestra estrella parcialmente eclipsada se metería entre las montañas y la podríamos seguir fotografiando, esta vez ya recortado su brillante disco por las montañas en su parte inferior y por la Luna en su parte superior.

En relación a la altura sobre el horizonte en que se daría el eclipse, muchas personas nos habían dicho que no valdría la pena hacer la observación, que sería difícil ver el eclipse, que las montañas interferirían. Un montón de malos augurios totalmente infundados y que miles de personas que observaron desde Bella Vista pueden dar cuenta de lo maravilloso que fue ver aquel enorme Sol cubierto por la Luna.

Este eclipse total de Sol tuvo algunas particularidades, una de ellas es la ya mencionada altura a la que ocurrió, otro aspecto interesante fue que el paso de la sombra proyectada por la Luna se dio por la zona en que están los telescopios más potentes con que cuanta la ESA en la cordillera de los Andes, lo que permitió su observación con instrumentos de última generación.

Otro aspecto resaltante fue la enorme respuesta por parte del público, Chile como Argentina se llenaron de turistas, tanto así que para diciembre del año pasado no contaban ya con infraestructura hotelera para recibir más gente.

Eclipse total de Sol del pasado 2 de julio, vista desde Bella Vista, en Argentina. (Marcelo Rolón Gutiérrez)

Pudimos notar también que los aficionados se prepararon con tiempo y con mucha información para el evento: los observadores contaban con filtros de varios tipos, adaptadores y filtros para teléfonos celulares, trípodes y lo más llamativo de todo, una gran cantidad de drones que filmaban todo.

En Bella Vista el sitio de la observación fue inmejorable, un enorme valle con las cordilleras nevadas de fondo, el lugar contaba con todas las comodidades. Había sanitarios, lugares para comer, una pantalla gigante, exposición de comidas típicas y productos vinícolas.

Como la región es algo desértica había polvo en abundancia y a pesar de que unos camiones hacían un regado del suelo de manera periódica, la situación generaba cierta molestia. Para evitar eso, nuestro grupo  eligió alejarse un poco de ese sitio y colocar todos los equipos en una pequeña elevación natural, desde dicha posición dominábamos todo el valle.

Manejábamos la información de que unas 7.000 personas harían la observación desde Bella Vista (finalmente superaron las 20.000 personas), por lo tanto nuestro plan fue desayunar temprano y partir de San Juan a las 07:30 de la mañana rumbo al sitio de observación.

A esa hora el tráfico ya estaba muy cargado y llegamos a Bella Vista cerca de las 11:30, almorzamos y de inmediato colocamos los equipos y subimos todo lo necesario hasta el montículo desde el cual haríamos la observación. El clima fue inmejorable, la jornada había arrancado con -4º, pero cerca del medio día la temperatura había subido tanto que todos estábamos en remeras y tomando el tereré.

Cerca de las 04:30 se produjo el primer contacto de la Luna con el Sol, a simple vista no se notaba cambio alguno en el ambiente, pero de inmediato las personas se quedaron como congeladas, mirando y señalando hacia el Sol. Todos probando filtros, sacando fotos y ajustando cámaras.

El grupo AstroPy hizo el intento de ver el eclipse parcial por proyección. Usamos 2 galletitas de distintas marcas, esas que tienen pequeños orificios circulares, una de las galletitas era redonda y la otra cuadrada, agrandamos ligeramente los orificios de las galletitas con el aro de una astropyana, el efecto fue fantástico.

El experimento de la galletita, de AstroPy. La sombra de las galletitas sobre una superficie blanca mostraba perfectamente el eclipse parcial de Sol. (Aramí Piriyú)

La sombra de las galletitas sobre una superficie blanca mostraba perfectamente el eclipse parcial de Sol de ese instante. Al darse cuenta la gente que nos rodeaba de lo que estábamos haciendo, se sorprendieron enormemente y tomaron un montón de fotos de las galletitas y de su sombra sobre el papel.

Es recalcable que a nuestro lado había gente de varios países, estadounidenses, franceses y argentinos, todos asombrados por las galletitas y la sombra del eclipse parcial.

A medida que la Luna cubría poco a poco al Sol, se producían cambios significativos en el paisaje, se notaba una especie de niebla o polvo en la falda de la cordillera, cambiaba la tonalidad de las montañas, soplaba un viento más frío y más fuerte. En la personas la reacción al oscurecimiento del Sol también era notoria, se notaba un profundo asombro a medida que el fenómeno avanzaba y escuchábamos toda clase de comentarios.

Cuando el eclipse estaba a segundos de alcanzar la totalidad una euforia llenó todo el valle, la gente gritaba, se emocionaba enormemente, algunos soltaban lágrimas y se abrazaban, otros ponían a punto sus cámaras, hacían que los drones despeguen y sacaban fotos con distintas configuraciones de las cámaras de tal forma a adaptarlas a la cambiante luz del Sol.

Ya en la totalidad, todo el enorme sitio de la observación se transformó en algo irreal, algo que no se puede describir con simples palabras, todos estábamos muy emocionados.

Recomendamos a los astropyanos que dejen las cámaras de lado y que concentren por 3 minutos sus ojos en fenómeno astronómico que estaba teniendo lugar, le pedimos a todos que miren ese enorme Sol eclipsado cerca de las montañas, una imagen que ya es imborrable y que con seguridad todos queremos volver a ver alguna vez.

Pasada la emoción y la totalidad muchos decidieron bajar del montículo desde el cual estábamos observando, pero los paraguayos nos quedamos, el Sol y la Luna aún nos tenían un regalo.

Como el Sol seguía eclipsado parcialmente, esperamos a que baje lo suficiente y se esconda entre las montañas, mostrando así, un disco solar “comido” en su parte inferior por las cumbres nevadas y en la parte superior eclipsado por la Luna. Observamos esa última parte del eclipse con filtros, miramos extasiados al Sol y la Luna hasta que se metieron por detrás de las montañas.

Seguramente muchas personas apreciaron el evento por televisión, o lo vieron por internet, pero verlo con los propios ojos es algo invaluable. Como dijimos un poco más arriba, no hay palabras para describir la enorme belleza y complejidad de las cosas apreciables durante un eclipse total de Sol de las características que tuvo el fenómeno que pudimos observar el pasado 2 de julio desde la provincia argentina de San Juan.

Eternamente agradecido a Urania y cielos claros para todos.

El eclipse total de Sol del 2 de julio cautivó enormemente a los turistas y aficionados a la astronomía. (Romina Rodríguez)

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Columnista de astronomía y cosmología de Ciencia del Sur. Es un reconocido analista de sistemas informáticos y divulgador astronómico paraguayo. Egresado de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción, fue miembro del Club de Astrofísica del Paraguay y fundador y secretario del Centro de Difusión e Investigación Astronómica (CEDIA). Construyó en 2003 un telescopio newtoniano y dictó varias charlas y conferencias por el Año Internacional de la Astronomía. Fundó el Foro Paraguayo de Astronomía, AstroPy.

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1 COMENTARIO

  1. En el octavo párrafo dice que el último viajante señó el 28 de julio, debería de ser junio. Excelente artículo, me imagino fue una muy buena experiencia.

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