La poliomielitis (causada por una infección con el poliovirus) es una enfermedad viral que afecta principalmente a niños menores de 5 años. Según la Organización Panamericana de la Salud, la gran mayoría de las infecciones por poliovirus no produce síntomas, pero entre 5 a 10 de cada 100 personas infectadas con este virus pueden presentar algunos síntomas similares a los de la gripe.
En 1 de cada 200 casos el virus destruye partes del sistema nervioso, ocasionando la parálisis permanente en piernas o brazos. Aunque es muy raro, el virus puede atacar las partes del cerebro que ayudan a respirar, lo que puede causar la muerte.
El poliovirus es un pequeño virus ARN (ácido ribonucleico) cuyo genoma está compuesto por una hélice simple de ARN. Debido a su corto genoma y su simple composición —solamente una molécula de ARN y una cubierta proteica icosaédrica sin envoltura que la cubre— el poliovirus es considerado uno de los virus más simples.
Como resultado de una campaña de vacunación global a lo largo de los últimos 25 años, la polio prácticamente se ha eliminado. Esta enfermedad aún se presenta en algunos países en África y Asia (tales como Pakistán y Afganistán), donde ocurren brotes en grupos de personas que no han sido vacunadas.
En cuanto a la transmisión, ocurre generalmente de persona a persona, mediante las heces de un individuo infectado que llegan a otro individuo susceptible. El origen de la infección puede ser agua o alimentos contaminados con heces de personas infectadas. Las medidas de higiene necesarias para evitar la transmisión son muy importantes, ya que, como se señaló, hay personas que no presentan síntomas.
¿Qué se detectó en Londres?
Este año, y gracias a la vigilancia sanitaria de rutina, autoridades sanitarias del Reino Unido detectaron en muestras de aguas residuales el virus que causa la poliomielitis. En el Reino Unido, es normal que se detecten, como parte de la vigilancia de rutina, entre 1 a 3 poliovirus «similares a las vacunas» cada año en muestras de aguas residuales.
La detección de poliovirus “similares a las vacunas” ocurre cuando una persona vacunada en un país donde se usa aún la vacuna antipolio oral (vacuna oral viva y atenuada) se desplaza a un país donde no se usa desde hace años y, durante un tiempo que en general es breve, excreta un poliovirus similar al de la vacuna en sus heces.
Estos hallazgos no indican que haya algún tipo de transmisión en la población, ya que siempre han sido hallazgos únicos que no se volvieron a detectar.
El Reino Unido había sido declarado libre de poliomielitis en 2003. Por primera vez en casi 40 años, los profesionales de salud de dicho país han identificado un posible brote de polio en Londres. El último caso de polio detectado en el Reino Unido fue en 1984.
Los virus detectados en las muestras residuales están estrechamente relacionados y no se habla solo de una muestra positiva, sino varias, según las investigaciones de las autoridades sanitarias.
La detección de virus de la polio “similares a las vacunas” sugiere que es probable que haya habido cierta propagación entre personas estrechamente vinculadas en dos áreas de Londres y que ahora están eliminando la cepa del poliovirus en sus heces.
El virus solo se ha detectado en muestras de aguas residuales y no se han informado casos asociados de parálisis; sin embargo, las investigaciones tendrán como objetivo establecer si se está produciendo alguna transmisión comunitaria.
El virus de la poliomielitis derivado de la vacuna tiene el potencial de propagarse particularmente en comunidades donde la cobertura de vacunación es insuficiente. En áreas con elevada vacunación, el riesgo de extensión es extremadamente bajo. En raras ocasiones puede causar parálisis en personas (sobre todo niños menores de 5 años) que no están completamente vacunadas, por lo que es muy importante estar al día con las vacunas de la polio.
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Columnista y editora científica de Ciencia del Sur. MSc y PhD en Biología Parasitaria con énfasis en Biología Molecular aplicada a microorganismos por el Instituto Osvaldo Cruz (Fiocruz) de Río de Janeiro, Brasil. Fabiola obtuvo su licenciatura en Biología de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad Nacional de Asunción.
Realizó un posdoctorado en la Universidad de Bath (Inglaterra) y es colaboradora externa del Centro para el Desarrollo de la Investigación Cientifica.
Actualmente es Research Assistant en el Instituto Sanger de Cambridge, Reino Unido.