Las ideas que acorralaron a la ciencia

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El Dr. Antonio Cubilla, durante la primera conferencia del ciclo “Conversaciones de ciencia, tecnología y filosofía”, se enfocó en el desarrollo del pensamiento científico en las últimas décadas, referenciando trabajos de historiadores y filósofos que se han encargado de pensar la ciencia de manera crítica, además del papel de los intelectuales que han cuestionado el método y quehacer científico.

 

Este año no podremos brindar juntos por los tres años de vigencia de Ciencia del Sur en un ameno festejo, rodeados de nuestros lectores, colaboradores, periodistas y científicos; pero sí compartiremos diversas charlas que nos interpelarán sobre cómo se hace ciencia, muy propicias en estos tiempos desafiantes ante la pandemia del COVID-19.

El ciclo “Conversaciones de ciencia, tecnología y filosofía” reúne a varios referentes de la investigación en Paraguay. Dos de los eventos serán homenajes a la científica Branislava Susnik (por el centenario de su nacimiento) y a Blas Servín, divulgador fallecido recientemente.

En la primera parte de su exposición, el Dr. Cubilla, médico-investigador y director del Instituto de Patología e Investigación (IPI), mencionó que más allá de las críticas a los investigadores como grupo social, las ciencias siguen buscando el conocimiento, la curiosidad y, sobre todo, satisfacer ese afán de acercarse a la verdad.

“Me gustaría discutir algunos temas que me han interesado a lo largo de mi carrera profesional y así compartir una mirada desde fuera de la actividad científica […] es decir, esbozar algunas miradas sociológicas hacia la ciencia, donde lastimosamente son pocos los científicos que demuestran interés en esas miradas externas a su actividad”, arrancó su ponencia el ganador del Premio Nacional de Ciencia 2002.

Afirmó que existen excepciones como Claude Bernard, Santiago Ramón y Cajal, Henri Poincaré y Peter Medawar, que no solamente se dedicaron a descubrir y producir hallazgos originales, sino que también reflexionaron sobre su actividad y dejaron escritos memorables.

Filósofos y sociólogos de la ciencia

Cubilla comentó que los científicos no son necesariamente quienes opinan sobre la ciencia, ya que el investigador tiene poco tiempo para filosofar. Más bien han sido filósofos de formación.

“Han destacado en el siglo XX: Karl Popper, Ernst Nagel, Paul Feyeraband, Thomas Kuhn, Imre Lakatos y nuestro recién fallecido y amigo de Ciencia del Sur, el Dr. Mario Bunge”, agregó el Dr. Cubilla.

Señaló a Robert Merton, sociólogo norteamericano de la Universidad Columbia de Nueva York, quien modernamente creó la concepción de la ciencia como un campo de estudio de la sociología. Indicó que sus investigaciones sobre el quehacer científico de la ciencia y de los científicos son clásicos.

Sin embargo, los sociólogos luego abandonaron el campo y se enfocaron en cuestiones que creían que son más urgentes. Ante este vacío, los estudios de la ciencia han caído en manos de intelectuales, historiadores, críticos culturales, semiólogos, lingüistas, literatos y autodidactas, es decir, un grupo muy heterogéneo donde todos hablan con mucha propiedad sobre la actividad científica sin tener mucho conocimiento profesional sobre la materia.

“Esa heterogeneidad de los estudiosos de la ciencia ha producido visiones muy dispares, muchas de rigor discutibles, en franca contradicción con la opinión de los científicos practicantes […] Esto ha resultado en las ‘guerras de la ciencia‘ que hace 20 años se entabló entre la visión humanística de la ciencia y la visión dura de la ciencia. El libro clásico es el de C. P. Snow, un novelista menor […] y por supuesto, todos conocen el libro de Alan Sokal y Jean Bricmont, físicos que simularon un trabajo científico con la jerga posmodernista y lo enviaron a una revista de gran reputación de sociología de Estados Unidos. Fue aceptado con felicitaciones, y luego ellos revelaron que el trabajo era falso, no era científico”, sumó.

“Pero realmente quienes más han afectado la visión de la ciencia como la vemos actualmente son los intelectuales posmodernistas a quienes personalmente califico como detractores de la ciencia. Es un grupo notorio por sus opiniones muy alejadas del rigor conceptual de los anteriores filósofos racionales, analíticos y racionalistas. Un prototipo es Bruno Latour, aunque fue [Jean-François] Lyotard quien creó el nombre”, subrayó.

“Aquí ellos bajaron al científico a la realidad. Eso está bien; lo que no está bien es que hayan querido bajar a la ciencia también a la relatividad. Sumativamente, digamos de todos estos estudios y estas visiones, la realidad es que han influido muy profunda y negativamente sobre la percepción general de la sociedad hacia la ciencia, que es una cuestión actual”, agregó.

Indicó que Lyotard puede ser considerado el creador del posmodernismo, por lo menos de su terminología, donde se afirma que la ciencia es una narración más, igual a la religión o la mitología.

“Hay un libro interesante llamado The Inhuman, donde Lyotard expresa una tendencia muy tradicional en los intelectuales que yo lo llamo el terror tecnológico o el terror informático: el miedo a la ciencia y a la técnica”, añadió.

Cuando la política se mete con la ciencia

Cubilla aseguró que los científicos han reaccionado muy poco a estos ataques sobre su actividad, priorizando su vocación y prefiriendo seguir trabajando en silencio y produciendo nuevos conocimientos, ya sean útiles o no.

“La curiosidad sigue siendo su principal motivación, de ahí su preferencia por las ciencias básicas, que perdura en los grandes científicos a pesar de los ataques. Los nóbeles son casi siempre científicos que han hecho descubrimientos fundamentales de las ciencias básicas”, complementó.

Tampoco los científicos son muy activos en promocionar o defender sus maneras de hacer las cosas, y este vacío nuevamente está siendo ocupado por una nueva especie de “entendidos en la ciencia” y sus políticas.

“El ingreso de la política a la arena de las decisiones para la financiación de la ciencia está teniendo un fuerte impacto, y es dañino. Esta política es coincidente con la sorprendente polarización ideológica que hoy existe en el mundo, creando una permanente tensión”, señaló.

Ciclo de charlas virtuales

La segunda jornada del ciclo gratuito continuará este jueves 14 de mayo con el «Homenaje por los 100 años de Branislava Susnik» a partir de las 10:00. La misma será dirigida por la historiadora Adelina Pusineri, directora del Museo Etnográfico Andrés Barbero.

El tercer encuentro será el lunes 18, con la charla “Reservorios de agentes infecciosos transmisibles al hombre: murciélagos y zarigüeyas”, a cargo de la Dra. Fabiola Román, bióloga y divulgadora. Este webinario iniciará a las 18:00.

El cuarto charlista será Matías Insaurralde, desarrollador de software y especialista en proyectos de código abierto. La ponencia titulada “Gobierno y ciudadanía digitales en Paraguay” comenzará a las 19:00 del jueves 21.

 

Por su parte, el Dr. José Manuel Silvero A., filósofo e investigador PRONII-Conacyt será el quinto conferencista. El catedrático de la Universidad Nacional de Asunción hablará de “Filosofía, cuerpo y poshumanismo”, el lunes 25 a las 10:00.

El cierre se dará con el astrofotógrafo Rodrigo Ríos, del grupo Astronomía Paraguay, el jueves 28 de mayo, a partir de las 19:00. A su cargo estará el “Homenaje al Prof. Blas Servín, educador y divulgador paraguayo”.

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Periodista, fotógrafa y cofundadora de Ciencia del Sur. Es estudiante de comunicación en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción. Es embajadora de SembraMedia en Paraguay, una ONG que nació para incrementar la diversidad de voces y calidad del contenido en español. Publicó tres relatos y un ensayo literario en la antología "Como el Big Bang-Cuentos y algo más", en 2017, con estudiantes de la Escuela de Escritores de El Lector.

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1 COMENTARIO

  1. Hay un libro interesante llamado The Inhuman, donde Lyotard expresa una tendencia muy tradicional en los intelectuales que yo lo llamo el terror tecnológico o el terror informático: el miedo a la ciencia y a la técnica”, añadió…..
    Esto ocurrio en Japon despues de la segunda guerra mundial con la tecnologia, ya hombres mayores tenian miedo de la tecnologia, tenian miedo a equivocarse, y lo solucionaron de la siguiente manera. Invitaron a su pais al mejor de cada especiaidad, y empezaron a escucharlos, no a discutirlos, sino a sacar lapiz y papel y absorver todo ese conocimiento externo como una esponaja, y despues empezaron a trabajr en ello. en pocas decadas se convirtieron en los mejor de lo mejor en el uso de la tecnologia y su aplicacion en la industria, en el trabjao, en todo la vida diaria, eso fgue el milagro japones, recordando que todo el orgullo japones quedo muy mal herido al rendirse en la 2da guerra mundial, sin olvidar de que antes de la primera guerra Japon ya era el mas grande imperio que existia en el pacifica extendiendose sus dominios en toda la costa asiatica hacia el Sur, abarcando China, Corea, Vietnan, Tailandia, Filipinas, Indonesia, etc, etc

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