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Contra el falso escepticismo, Ciencia del Sur y el Benjamin Franklin Science Corner (BFSC) desarrollaron el tradicional evento denominado Ciencia Abierta, en este caso la edición número 13, compartiendo el tema “Apolo 11 y la falsa conspiración lunar”. Fue en el salón multiuso del Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA), a cargo del divulgador y columnista de astronomía Félix Piriyú.

A pesar de toda la evidencia científica disponible, y a 50 años después de que el ser humano pisó por primera vez la Luna, aún existen personas que dudan «del pequeño paso para un hombre y el gran salto para la humanidad».

El frío de la noche del miércoles 24 de julio no detuvo a las familias aficionadas a la astronomía y astronáutica. Desde los más pequeños hasta los adultos de la casa asistieron a esta conferencia para entender mejor sobre cómo la misión Apolo 11 llegó a nuestro satélite natural, descartando todo tipo de ideas de la conspiración de los alunizajes.

En la apertura, el periodista Eduardo Quintana, director general de Ciencia del Sur, agradeció a quienes apoyaron esta actividad y resaltó la necesidad de hablar sobre los alunizajes, dilucidando todo tipo de dudas acerca del tema, porque esta misión “está considerada como uno de los momentos más significativos de la historia de la humanidad, la ciencia y la tecnología».

Ciencia Abierta XIII, organizada por Ciencia del Sur y el BFSC, contó con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos en Paraguay, la Biblioteca Roosevelt, el Centro Cultural Paraguayo Americano, la Sociedad Científica del Paraguay y Astronomía Paraguay (AstroPy).

Luego de una introducción histórica, Piriyú explicó los componentes del cohete Saturno V. Puntualizó que antes del Saturno V se fabricaban los cohetes Júpiter y que el ingeniero Wernher von Braun pensó que como en el Sistema Solar el planeta Saturno está después del planeta Júpiter, sería buena idea llamar Saturno a los cohetes de la nueva generación que suplantarían a los Júpiter.

Niños y adultos disfrutaron de la conferencia sobre el Apolo 11, organizada por Ciencia del Sur y Benjamin Franklin Science Corner. (Desirée Esquivel)

En nuestro sistema, Júpiter es el quinto planeta contando desde el Sol, mientras que Saturno es el sexto. Saturno es el que sigue después de gigante gaseoso en el orden del Sistema Solar. Von Braun pensó que sería bueno también que los Saturno V siguiesen a los Júpiter en el orden del avance de la tecnología.

“La altura del cohete era de 110.6 metros, con un peso de 2,7 millones kg. La primera etapa contenía: 5 motores, 2,5 minutos de encendido, 61 km de altura, con 1.970.000 litros de queroseno y oxígeno líquido. Mientras que la segunda etapa disponía de 5 motores, 6 minutos de encendido, 185 km de altura, con 1.287.000 litros de hidrogeno y oxígeno líquido y la tercera etapa: 1 motor, 2.75 minutos de encendido, 28.164 y 39.429 km/h, con 252.750 litros de hidrogeno y oxígeno líquido”, explicó el divulgador.

“Cuando Buzz Aldrin y Neil Armstrong intentaron colocar la bandera, se encontraron con un obstáculo”, mencionó al recordar lo dicho por el astronauta Aldrin:

La bandera estadounidense suele ser un tema central en las ideas conspirativas y pseudocientíficas. (NASA)

«Lo intentamos, hicimos un duro esfuerzo, pero el brazo no se extendió completamente. Así, la bandera que debería haber sido plana tenía sus propias ondulaciones permanentes”.

 

Indicó que para los “conspiranoicos” se deberían ver millones de estrellas en las fotos espaciales por la ausencia de atmósfera. Sin embargo, explicó que “las estrellas no se pueden ver por el tiempo de exposición de las tomas y como en el Luna había mucha luz solar, la exposición de la película fotográfica era de muy corto tiempo, de tal forma que la foto no se queme –saturación de luz–”.

“La luz de las estrellas es extremadamente débil comparada a la luz que había en la Luna, las cámaras estaban preparadas para tomas de luz intensa y no de destellos débiles como el de las estrellas. Para tomar fotos de estrellas desde la Luna habría sido necesario largos periodos de exposición de las cámaras, de tal forma que puedan recolectar la luz que viene de las estrellas”, resaltó.

Agregó que los astronautas de las misiones Apolo no tenían tiempo para hacer este tipo de tomas y lo que es más, no tenía sentido alguno ir a la Luna a fotografiar estrellas, había cosas mucho más importantes que hacer y el tiempo apremiaba.

«No existe humedad en la luna»

«Los negacionistas dicen que en la Luna no se pueden dejar huellas porque el regolito (el fino polvo que hay en la Luna) no tienen humedad y por lo tanto las huellas no se pueden formar, es una falsa apreciación que hacen, no es necesario que haya humedad para que se formen las huellas, eso se puede probar con cualquier tipo de polvo fino, por ejemplo con talco o con maicena”, aseveró.

“Los ‘conspiranoicos’ afirman que la radiación ionizante interplanetaria y de los cinturones de Van Allen hubiese matado a cualquier ser humano que viajase más allá de la órbita baja terrestre, por lo tanto, los viajes a la Luna fueron un montaje”, indicó.

En unos apuntes concretos, Piriyú indicó que las misiones Apolo atravesaban estas zonas muy rápidamente –refiriéndose a los cinturones–, en cuestión de pocas horas (30 minutos para el cinturón interior de protones, el más peligroso), por lo que la dosis absorbida era realmente minúscula.

El informático y divulgador Félix Piriyú fue el conferencista durante la recordación de los 50 años de la llegada humana a la Luna. (Desirée Esquivel)

“Con respecto a las tormentas solares, el programa Apolo simplemente fue muy afortunado, ya que durante el transcurso de las 9 misiones lunares no se produjo ninguna erupción solar significativa. A pesar de que todavía no se entendía muy bien la dinámica de los cinturones de radiación en los años 60, la NASA era consciente de su peligro para las misiones tripuladas. De hecho, lejos de infravalorar el riesgo de los cinturones Van Allen y las partículas solares, la agencia espacial norteamericana dio una importancia enorme a este tema”, subrayó.

El siguiente cuadro explica en detalle las dosis de radiación absorbida en las misiones de Apollo:

Fuente: Naukas

Una radiografía típica equivalente a 0,1 mSv (0,02 rem), mientras que a lo largo de un año todos recibimos unos 2-5 mSv (0,3-0,5 rem) debido a las fuentes de radiación naturales que nos rodean, incluidos los rayos cósmicos que consiguen atravesar la atmósfera (la media mundial es de 2,4 mSv/año) 0.18 rad=1.8 mSv.

Sosteniendo la veracidad de que el humano sí pisó la luna, Piriyú compartió un acontecimiento ocurrido en 2012, cuando se publicó un análisis de los videos de la misión Apolo 16 que muestran el movimiento de las nubes de polvo (regolito) levantadas por el rover lunar. Su trayectoria parabólica permite determinar la aceleración de la gravedad a la que está sometido el polvo. Corresponde a la gravedad lunar, una clara prueba de que el hombre pisó la Luna.

¿Por qué no volvimos a la Luna?

Otro de los mitos sostenidos por quienes defienden ideas conspirativas es que una prueba del supuesto fraude es que nunca más volvimos a la Luna desde Apolo 17, en 1972.

Piriyú afirmó que se trata de cuestiones económicas, por un lado (las siguientes misiones Apolo fueron canceladas) y políticas, por otro, ya que se había ganado a la Unión Soviética. Empero la NASA ya confirmó que volverán a la Luna en 2024 con una misión tripulada bajo el nombre de Artemisa, nombrada así en honor a la diosa griega de la caza, las fieras y animales salvajes.

Con esto buscan que sea la primera vez que una mujer pise la superficie lunar, porque desde que comenzaron los alunizajes en 1969, solo 12 seres humanos han pisado la Luna y todos ellos han sido hombres.

Ciencia Abierta cerró con la participación activa de los asistentes, quienes realizaron muchas preguntas al divulgador. La charla continuó en el brindis con café, preparado por el CCPA.

Gran asistencia tuvo la última edición de Ciencia Abierta, realizada en el CCPA. (Desirée Esquivel)

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Periodista, fotógrafa y cofundadora de Ciencia del Sur. Es estudiante de comunicación en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción. Es embajadora de SembraMedia en Paraguay, una ONG que nació para incrementar la diversidad de voces y calidad del contenido en español. Publicó tres relatos y un ensayo literario en la antología "Como el Big Bang-Cuentos y algo más", en 2017, con estudiantes de la Escuela de Escritores de El Lector.

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