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El Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional de Pilar aprobó en general un protocolo de acoso que aguardaba tratamiento (Foto: UNP).
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Como un rayo de esperanza ante tanta campaña de desinformación sobre género en Paraguay, el pasado lunes 28 de noviembre la Universidad Nacional del Pilar se convirtió en la primera universidad pública de Paraguay en contar con un protocolo contra el acoso —y uno con perspectiva de género—, luego de una publicación realizada por Ciencia del Sur.

“Esto se da en un contexto de mucha difusión de los antiderechos. Que la universidad se posicione con un protocolo como este, incorporando la palabra género, me parece un mensaje importante, más todavía viniendo de una universidad pública”, declaró a nuestro medio Romina Ríos, parte del equipo impulsor.

El equipo de mujeres del Observatorio de Derechos de la Mujer (ODM) de la universidad viene realizando un paciente proceso desde hace 7 años para instalar el tema género en la agenda académica de la institución, y hoy se encuentran ante un cambio de paradigma.

El borrador del protocolo se encontraba en el rectorado, y cuando el reportaje de Ciencia del Sur llegó hasta las y los docentes y miembros del Consejo Superior Universitario, los movilizó e hicieron eco. El viernes 25, en el Día Internacional de Lucha contra la Violencia hacia las Mujeres, se decidió colocar en la sesión.

A través de la resolución 99/2022, se aprobó el “Protocolo de atención, prenveción y seguimiento de hechos de discriminación, acoso laboral y acoso sexual producidos en el ámbito laboral y académico de la Universidad Nacional del Pilar”. Ahora falta una segunda aprobación, de artículo por artículo, que será el lunes 5 de enero.

Luego de la aprobación particular del protocolo, una comisión empezará a desarrollar un plan de acción para la implementación, pero una de las primeras tareas será la socialización del documento.

Marialba Campias, investigadora y coordinadora del ODM, comentó a Ciencia del Sur que ya existía una sensibilización sobre este tema en la universidad, y destacó la voluntad política y académica para la aprobación de la normativa.

Parte de la política universitaria

Este año, la UNP aprobó su Plan Estratégico Institucional, y una de sus líneas estratégicas es una universidad inclusiva, con la cual buscan derribar las barreras de exclusión, incluyendo las que tengan que ver con el género. Dentro del plan ya se encuentra el contar con un protocolo como uno de los indicadores.

“Uno de los objetivos que plantea el protocolo es incorporar la perspectiva de género en la política institucional, transversalizar la perspectiva en las funciones esenciales de la universidad: formación, extensión e investigación. Eso es grandioso. Implica cambiar muchas cosas también”, comentó a Ciencia del Sur María Dolores Muñoz, docente investigadora y una de las impulsoras del protocolo.

Además de contar con el ODM, donde desde hace algunos años vienen trabajando en investigaciones con perspectiva de género, la UNP también cuenta con una alianza con la Universidad Nacional de Villarrica del Espíritu Santo, la Universidad Nacional de Itapúa y la organización no gubernamental Kuña Róga, para trabajar de manera articulada y centradas en su territorio sobre la participación política de las mujeres, políticas públicas destinadas a las niñas y mujeres, y la de violencia de género.

Los trabajos realizados en estos dos observatorios y sus resultados significaron el sustento teórico que necesitaban para dar más fuerza a la lucha por un protocolo. A través de las investigaciones recogieron datos sobre la percepción de estudiantes y comunidad académica sobre la violencia de género en la institución que reflejan una realidad que necesita ser transformada.

“Lo importante es seguir marchando”

Para el equipo de mujeres de la UNP que vienen trabajando de cerca este protocolo, verlo hoy aprobado es una motivación para continuar comprometidas en la lucha por una vida libre de violencias para todas las mujeres.

“Debemos reconocer nuestra existencia aquí en la UNP: tratando este tema, proponiendo ideas y llevándolas adelante. Realmente estamos en un escenario sociopolítico adverso, pero confiamos en que las siguientes generaciones de jóvenes docentes puedan llevar adelante prácticas que sean más igualitarias, apostando a una conciencia crítica, que se viene desarrollando y se podría desarrollar más”, reflexionó María Dolores Muñoz.

Además, Romina Ríos reconoció que el apoyo institucional sobre estos temas desde la gobernación y la municipalidad disminuyeron, por lo que recibir apoyo de la universidad pública es un soporte vital para continuar.

Marialba Campias concluyó la entrevista con un mensaje esperanzador. “Nos deja con la firme convicción de que este es el camino. Tiene sus piedras, avanzamos, nos trancamos o hacemos un salto —como este protocolo, que es uno enorme— pero lo importante es seguir marchando”.

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Alejandra es reportera en Ciencia del Sur. Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Asunción, se ha desempeñado en distintas área de la comunicación para empresas y organizaciones de la sociedad civil. Fue una de las ganadoras del Premio Nacional de Periodismo Científico de Paraguay en 2019 y en 2022.

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