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Desde hace unos cinco años, la palabra género despierta temor y desconfianza en las escuelas de Paraguay. Cintia Escurra, una educadora que imparte talleres contra la violencia entre adolescentes, tuvo que firmar el “libro de disciplina” —un cuaderno que los estudiantes firman como castigo— para prometer que no hablaría sobre género en un colegio público de la capital.

Como muchos sucesos en la historia reciente, este empezó en las redes sociales. En septiembre de 2017 recorrieron por grupos de WhatsApp fotografías y audios de supuestos materiales del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) que contenían “ideología de género”, un término acuñado por movimientos fundamentalistas para satanizar iniciativas educativas que buscan reducir prejuicios y comportamientos sexistas o discriminatorios.

Luego de un mes de protestas, el entonces ministro Enrique Riera prometió quemar libros y aprobó la resolución 29.664/17, que prohíbe “la difusión y utilización de materiales impresos como digitales, referentes a teoría y/o ideología de género, en instituciones educativas dependientes del Ministerio de Educación y Ciencias”, conocida como la Resolución Riera.

En 2022, el tema resurgió con fuerza. Desde septiembre, grupos de autoproclamados defensores de la vida y la familia buscan frenar una reforma conocida como el Plan Nacional de Transformación Educativa (PNTE) por supuestamente incorporar la tan mencionada —pero no así, explicada— «ideología de género».

Los mismos argumentos cargados de desinformación se trasladaron a otros debates. La crisis llegó al punto tal de que la Cámara de Diputados recientemente votó derogar un convenio de Paraguay con la Unión Europea que financia almuerzo escolar y otras ayudas.

En 2017 y 2022, las campañas de desinformación educativa han tenido un denominador común: sucedieron en la antesala de las elecciones internas partidarias.

Una artimaña populista

Gracias a un amparo constitucional de acceso a la información pública realizado por la abogada Mirta Moragas, se comprobó que el MEC emitió dicha resolución a las apuradas y sin fundamentos. En octubre de 2017 entró en vigencia la normativa, pero recién en marzo de 2018 se presentó el informe de la revisión de los materiales.

En el informe se sugieren algunas reformas sin precisiones sobre cómo y qué modificar, pero estos cambios en los materiales nunca se realizaron. Para Moragas, la motivación fue meramente populista, sin una preocupación legítima sobre el tema.

Además, —como una contradicción más— unas semanas antes de la resolución, Enrique Riera estuvo presente en el lanzamiento del proyecto “Bloquea la Violencia” para la concientización sobre la violencia en el noviazgo, liderado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, que “apunta a promover rasgos y pautas culturales respetuosas, de igualdad entre géneros y a la erradicación de la violencia basada en género en Paraguay”.

Enrique Riera en campaña con enfoque de género
Enrique Riera, exministro de Educación, apoyando una campaña con enfoque de género (Foto: Ministerio de la Mujer).

Este proyecto fue declarado de interés educativo por el MEC en la resolución 25.626. Actualmente, esta resolución ya no se encuentra en el portal del ministerio.

A la injerencia de grupos mayoritariamente religiosos —que va en contra de varias normativas nacionales e internacionales en la promoción de la igualdad de género—, le siguieron otras acciones y situaciones que agravaron el contexto en Paraguay, analizadas en el estudio “Efectos de las acciones y estrategias ‘antigénero’ en Paraguay y Perú”.

La Resolución Riera tuvo efectos que luego de 5 años perduran en la sociedad paraguaya: provocó miedo, reforzó el tabú sobre la palabra género y logró que se pierda la comprensión de todo lo que abarca la perspectiva de género.

El mito de la ideología de género

El miedo a la “ideología de género» ha sido una de las justificaciones para frenar políticas públicas y otras normas legales en Paraguay y en toda la región, pero este término no tiene una base conceptual clara.

Quienes se oponen al PNTE incluyen todos sus cuestionamientos sobre el concepto de género como una construcción sociocultural, temas relacionados a derechos sexuales y derechos reproductivos, la Educación Integral de la Sexualidad y los derechos de la población LGBTIQ+. Durante el ataque al PNTE, incluso mencionan que detrás de conceptos como “interculturalidad” y “enfoque de derechos” se esconde la ideología de género.

Este pánico moral no nació en Paraguay. Karina Bárcenas, doctora en ciencias sociales e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, explica en un artículo académico que el término “ideología de género” fue acuñado por la jerarquía de la Iglesia Católica como una reacción a los movimientos feministas, y hace unos años fue apropiado por actores evangélicos que dieron impulso a campañas de desinformación por toda la región.

Lo que existe como concepto académico y de políticas públicas es la perspectiva o enfoque de género. Marta Lamas, antropóloga mexicana, expone que esto “implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia a esa diferencia sexual”. Y que, en la educación, la perspectiva de género abarca “desde el diseño de materiales no sexistas hasta el desarrollo de políticas de igualdad de trato y oportunidades”.

En educación, esto se traduce en programas “formales y no formales para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo otro tipo de prácticas que se basen en la premisa de la inferioridad de las mujeres o de otros colectivos históricamente discriminados en razón de su diversidad sexual o identidad de género”, como señaló la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2017 tras la Resolución Riera.

(I) Los efectos de la Resolución Riera: la gestión del miedo

ideología de género, la palabra prohibida en Paraguay
Marchas y manifestaciones se desencadenaron sobre normativas y proyectos (Foto: Somos Muchos Más).

El estudio sobre los efectos de la resolución 29.664 del 2017 apunta a que las estrategias y argumentos utilizados en las campañas de desinformación tienen la capacidad de gestionar políticamente el temor.

Con frases como “con mis hijos no te metas” o la afirmación de que el enfoque de género busca pervertir a niñas y niños, estos esfuerzos lograron generar que una parte de la sociedad civil rivalice contra la población LGBTIQ+ y organismos internacionales por supuestamente buscar destruir la familia.

Esta gestión del miedo también logró que autoridades estatales retiraran el respaldo y su voluntad política para una agenda de igualdad de género. Autoridades que en otros momentos habían demostrado compromiso con la lucha por la igualdad de género también prefirieron no hablar por temor a las consecuencias.

Como parte de este efecto, también se impulsaron prácticas de persecución y hostigamiento a funcionarios. En noviembre de este año, docentes fueron sancionados por utilizar materiales en contravención a la resolución.

De la misma forma, la posición del MEC en cuanto al enfoque de género dificultó la coordinación y articulación interinstitucional con otros ministerios como el de Niñez, el de la Mujer y el de Salud en temas relacionados con género y los derechos sexuales y reproductivos.

(II) Los efectos de la Resolución Riera: reforzó el tabú

Las personas entrevistadas en el estudio reconocieron que luego de esta resolución ministerial, el tabú sobre hablar de género aumentó. Docentes, educadores y autoridades nacionales en materia de educación optaron por la autocensura.

Las puertas de escuelas y colegios se fueron cerrando para hablar sobre sexualidad y temas relacionados a la palabra género. Cintia Escurra, educadora y coordinadora de proyectos de Base Educativa y Comunitaria de Apoyo (BECA), contó a Ciencia del Sur que lo primero que empezaron a preguntar cuando ofrecían talleres sobre violencia en los colegios era si estos tenían relación con temas de género.

Incluso, recordó que ese año le pidieron que firmara el “libro de disciplina” —un cuaderno en el que las y los estudiantes firman como castigo— de un colegio público de la capital como promesa de que no se hablaría sobre género en los talleres, luego de que un niño consultara qué significaba género.

Mientras el MEC no permitía que se hable sobre sexualidad con una mirada de género, sí posibilitó espacios y fondos para que organizaciones religiosas —como la popular organización de ese entonces, Decisiones— aborden estos temas con una perspectiva confesional y con información falsa.

Esta situación también favoreció que sea más complejo la identificación, el abordaje y la respuesta oportuna a los hechos de violencia sexual dentro del sistema educativo.

Existía una gran contradicción entre los docentes, comentó Escurra. En talleres, los y las profesores afirmaban que la Resolución Riera también prohibía hablar sobre sexualidad. Reconocían la importancia de hablar en aula sobre ciertos temas para prevenir la violencia sexual, pero afirmaron que no contaban con los recursos necesarios para abordarlos.

(III) Los efectos de la Resolución Riera: se perdió la comprensión integral de la perspectiva de género

Como último efecto, el estudio plantea que se perdió la comprensión del enfoque de género en el debate público. Luego de la resolución, algunos sectores con poder en la toma de decisiones de políticas públicas limitaron el uso del concepto género y eliminaron su apuesta transformadora.

Se optaron por términos como “igualdad entre hombres y mujeres” en vez de “enfoque de género».

El estudio explica que el enfoque de género va más allá y promueve “el análisis, el cuestionamiento y la transformación de las relaciones de poder y las violencias en razón del sexo, género, orientación sexual y/o identidad de género”.

La tormenta perfecta

cartel en Encarnación
Cartel en la entrada de Encarnación, al sur de Paraguay (Foto: Misiones Online).

Cuatro sucesos que afianzaron las acciones antigénero en Paraguay fueron destacados en el estudio. Estos hechos demostraron cómo la incidencia de estos grupos llegó a ser validada desde autoridades del Gobierno paraguayo con propósitos político-electorales.

También evidenció cómo utilizan los mismos argumentos para frenar acciones que promuevan la igualdad de género.

  • En primer lugar, representantes del Movimiento Somos Muchos Muchos Más se reunieron con el entonces presidente Horacio Cartes para agradecer a su gobierno por la Resolución Riera. También solicitaron normativas para que el Ministerio de la Mujer ya no impulse la perspectiva de género. Aunque no se aplicó ninguna normativa al respecto, el estudio afirma que sí se redujo las competencias del ministerio sobre este tema.
  • Las municipalidades de Encarnación, Mariano Roque Alonso, Filadelfia, San Lorenzo, Hernandarias y Presidente Franco, entre otras, además de la Cámara de Diputados y de Senadores, se declararon como “provida y profamilia”, afirmando que buscan “preservar y difundir los valores que sustentan a la familia como institución generadora de la vida y principal responsable de la enseñanza de los niños en valores morales, culturales y espirituales”. Estas declaraciones luego fueron utilizadas para negar derechos a la población LGBTIQ+.
  • A inicios de 2019, a través de la resolución 1761 del MEC, se prohibió el uso de un material de educación integral de la sexualidad con el fundamento de que no respetaba el ciclo evolutivo de niñas y niños. Sin embargo, el uso del material estaba dirigido a jóvenes y adultos, como aclaró la organización que elaboró el material.
  • En diciembre del mismo año, el presidente Mario Abdo Benítez decidió retirar el proyecto de ley del Acuerdo de Escazú, un acuerdo regional sobre el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales. Durante este tiempo, se instaló la desinformación de que este acuerdo estaba relacionado a la “ideología de género” y un actor importante que colaboró en su difusión fue el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela.

Las campañas de desinformación sobre temas de género se profundizaron en esos años. Se utilizó el miedo para frenar el Plan Nacional de Niñez y Adolescencia (2020 – 2024). También formó parte de las desinformaciones contra el Censo 2022, y actualmente las campañas afectan al PNTE, cuya vigencia fue postergada y sus ejes transversales modificados por presión de grupos conservadores.

Moragas, una de las autoras del estudio, considera que estas acciones convergen peligrosamente. “Hay factores aislados que podrían ser eventualmente controlables, pero al juntarse podría ser una tormenta perfecta. Entonces vos ya no sabés cuál es el factor principal realmente”, comentó.

Afirmó que las acciones antigénero de los últimos meses están vinculadas a las internas del Partido Colorado principalmente, pero que luego otros partidos conservadores —como Patria Querida— se sumaron al ver los resultados.

“Cíclicamente, esta movida antiderechos se exacerba en tiempos electorales. Y la educación es uno de los temas principales de trabajo de estos grupos, porque finalmente es en este ámbito donde se hacen o no los cambios más importantes”, declaró Moragas. “Tienen muy claro que, para controlar la narrativa y el crecimiento de la sociedad, tienen que controlar la educación”.

 

Este trabajo periodístico es publicado a través de la alianza Red de Medios Alternativos del Paraguay y realizado con el Fondo de Emergencia contra la Desinformación Educativa en Contexto Electoral, otorgado por Memetic, para medios nativos digitales. Seguí todas nuestras publicaciones y las de nuestros aliados a través de las redes sociales con los hashtags #eleccionespy2023 #otramirada.

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Alejandra es reportera en Ciencia del Sur. Licenciada en periodismo por la Universidad Autónoma de Asunción, se ha desempeñado en distintas área de la comunicación para empresas y organizaciones de la sociedad civil. Fue una de las ganadoras del Premio Nacional de Periodismo Científico de Paraguay en 2019 y en 2022. Forma parte de la Red LATAM de jóvenes periodistas, iniciativa de Factual y Distintas Latitudes.

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2 COMENTARIOS

  1. Querida Alejandra Sosa,

    Excelente trabajo periodístico. Aplaudo tu enfoque y agradezco que hayas elaborado este material, mostrando la verdadera cara de la moneda y evidenciando la tan maquiavélica manipulación existente por medio de la desinformación.

    Saludos.

  2. En primer lugar, que “Ciencia del Sur” defina lo que es “Ideología de Género”. Si “Ideología de Género” es autopercibirse lo que uno quiere ser, sea mujer siendo varón, varón siendo mujer, género “fluido” algunas veces es otra no lo es, género animal siendo de la raza humana, etc Entonces “Ciencia del Sur” está dejando la Ciencia a un lado y abrazando pura ideología filosófica sin contenido lógico ni CIENTÍFICO! Por consiguiente, Paraguay no le teme a la palabra “Género”. Solo existen dos géneros biológicamente y CIENTÍFICAMENTE demostrados: varón y mujer. Si uno, o una, quiere percibirse otra cosa ya implica un problema propio y un delirio mental personal. Pero, si todo el estado paraguayo quieren IMPONER una “Ideología de Género” completamente ANTICIENTIFICA, y quieren intentar imponerlas COBARDEMENTE a nuestros niños, MUCHOS PADRES NOS LEVANTAREMOS A LUCHAR !!

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